lunes, 8 de noviembre de 2021

LA VACA LECHERA EN EXTREMADURA

La ganadería bovina tiene gran importancia dentro del sector primario extremeño, sumando alrededor de 1.000.000 de ejemplares de los que aproximadamente 500.000 son vacas reproductoras. Sin embargo, de ese medio millón de vacas, menos de 3.000 son de ordeño.
No obstante, en otros tiempos, el ganado bovino de leche tuvo gran importancia en Extremadura.

Ángel de la Calle Vicente ordeñando a una vaca en Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Durante siglos, el ganado vacuno extremeño se destinaba fundamentalmente al trabajo y a la lidia, destinándose a carne sólo los ejemplares viejos y las terneras sobrantes del cupo de reposición cuya exquisita carne era muy valorada.
La producción de leche de las vacas era escasa y se destinaba enteramente a la alimentación de las crías.

Vacas Retintas, raza mayoritaria en Extremadura durante siglos.
(c) Silvestre de la Calle García.

Ya en la primera mitad del siglo XIX se produce en España un aumento de la demanda de leche fresca en los núcleos urbanos. Por entonces, la leche fresca más consumida era la de cabra salvo en el Norte de España y en algunas montañas del Centro, donde existían razas bovinas autóctonas de aceptable producción lechera.
Sin embargo, ni las cabras ni las vacas autóctonas lograban cubrir la creciente demanda de leche, por lo que fue necesario importar vacas de razas selectas extranjeras.

Vaca Casina, raza autóctona del norte de España, famosa por su producción lechera.
(c) Carlos Fidel Vejo.

Las primeras vacas lecheras extranjeras en llegar a España fueron las Friburguesas.
Se trataba de vacas de aptitud mixta leche-carne caracterizadas por su aspecto tosco y su bonita coloración berrenda o manchada en blanco y negro.
Eran animales rústicos, adaptados a vivir en zonas montañosas y que producían alrededor de 3-4.000 litros de leche por lactación, cifra que nos puede parecer escasa pero que superaba a la de las razas autóctonas.
Por su procedencia, fueron conocidas con el nombre de VACAS SUIZAS.

Vaca Friburguesa.
(c) Dibujo de Silvestre de la Calle García.

No tardaron en introducirse más razas lecheras pero con el paso del tiempo, las importaciones se centraron en la raza Frisona holandesa. Estas vacas, que hoy en día constituyen la base de la cabaña bovina lechera mundial, presentan una coloración idéntica o muy parecida a la de las Friburguesas (actualmente extinguidas) y por ello, en muchas zonas de España, especialmente en el Centro y Sur, fueron confundidas con esta raza y se denominaron erróneamente como SUIZAS, nombre que conservan aún en muchos pueblos de Extremadura.

Vaca Frisona.
Estas vacas son denominadas Suizas en Extremadura.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Aunque está documentada su presencia en los alrededores de Madrid a mediados del siglo XIX, el principal área de cría y explotación de la raza era Cantabria.
Los vaqueros pasiegos eran expertos en la cría de ganado vacuno de aptitud lechera. La raza Pasiega ya había sido cuidadosamente seleccionada para la producción de leche que se destinaba a la elaboración de mantequilla y queso.

Raza Pasiega.
(c) Ganadería Áurea y Juan Quintial.

Pero los vaqueros pasiegos no tardaron en introducir en sus valles la raza Frisona, conocida allí como Pinta. Comenzaron a exportarla al resto de España, emigrando en muchos casos con sus vacas a las grandes ciudades y creando vaquerías urbanas y suburbanas para abastecer de leche fresca a la población.

Vaca Frisona en Tornavacas (Cáceres)
(c) Silvestre de la Calle García.

En Extremadura, la raza comenzó a difundirse en las primeras décadas del siglo XX, sobre todo a partir de 1930.
Era frecuente su cría en aquella época en las cercanías de los grandes núcleos de población extremeños como Badajoz, Mérida, Cáceres... a los que acudían diariamente los lecheros con burros cargados con cántaros para vender la leche fresca por las calles.

Novilla Frisona.
(c) Silvestre de la Calle García

Pero será a partir de 1950 y 1960 cuando comience la verdadera "edad de oro" para las vacas Frisonas en Extremadura.
Con la construcción de embalses en los ríos extremeños, grandes superficies dedicadas anteriormente al cultivo de cereales o a pastizales, fueron transformadas en fértiles regadíos que fueron ocupados por colonos de la región o de diversos puntos de España.
El Instituto Nacional de Colonización construyó pueblos y cedió a los colonos tierras, casas, aperos de labranza y animales domésticos, entre los que figuraban vacas lecheras que, mayoritariamente, eran de raza Frisona.

Vaca Frisona en Extremadura.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

La mejora de los sistemas productivos y de los transportes, motivó a muchos ganaderos para crear explotaciones de vacuno lechero en régimen intensivo en las zonas de regadío y semiextensivo en las zonas del norte de Cáceres donde el clima más benigno permitía el desarrollo de extensos pastizales.

En el norte de la provincia de Cáceres, hay extensos pastizales naturales aptos para el ganado lechero.
(c) Ana Belén Bermejo Pérez.

En pocos años, se pasó de pequeñas ganaderías de 1-2 vacas lecheras para el abastecimiento familiar a explotaciones de decenas e incluso cientos de vacas.
En esa época, las vacas Frisonas, llamadas Suizas como ya hemos dicho, eran frecuentes en todos los pueblos extremeños donde quienes no tenían ganado, acudían diariamente con sus lecheras a comprar la leche fresca a casa de los vaqueros. Aquella leche de verdad que al cocerse y enfriarse "criaba" en la superficie una capa de nata que untada en una buena rebanada de pan y espolvoreada con azúcar constituía una codiciada merienda para los pequeños y no tan pequeños de la casa...

Vacas Frisonas en Aldeanueva de la Vera (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

En 1975 había en Extremadura unas 73.000 vacas de ordeño, casi todas de raza Frisona. La producción de leche fresca de vaca tenía entonces una gran importancia en la región, constituyendo un sólido pilar para la economía de muchas familias.
Sin embargo, Extremadura se encontraba entonces en pleno éxodo rural y también se estaba produciendo un abandono generalizado del campo por lo que 10 años más tarde sólo quedaban 46.000 vacas de leche.

Vacas lecheras en Guijo de Santa Bárbara (Cáceres) en 1980.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Con la entrada de España en la Comunidad Económica Europea y el mercado de la leche se desplomó.
Resultaba más barato traer leche de otros países europeos que producirla en España. Además, se impusieron las denominadas cuotas lácteas según las cuales un ganadero sólo podía producir y comercializar una determinada cantidad de leche, teniendo que TIRAR el excedente.

Explotación lechera tradicional en Jarandilla de La Vera (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

El censo de vacas lecheras comenzó a descender sin parar hasta situarse actualmente en las menos de 3.000 vacas, cifra que seguirá reduciéndose teniendo en cuenta la penosa situación del sector lechero.
Hace 25 años, un ganadero recibía 49 pesetas por la venta de un litro de leche (29 céntimos de euro) mientras que hoy recibe 32 céntimos de euro, tan sólo 4 céntimos más mientras que el precio de los piensos, el gasóleo, la electricidad o el agua han subido muchísimo más en el mismo periodo por lo que la explotación de vacuno lechero no es en absoluto una actividad rentable. 

Vaca Frisona.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

La venta de leche es la principal fuente de ingresos de los ganaderos dedicados a la crianza de esta raza bovina, pues los terneros aunque producen buena carne, no pueden competir con los de otras razas y su valor en el mercado es mucho menor. En ocasiones, se opta por cruzar a las vacas Frisonas con toros de razas cárnicas, pues los terneros puros valen muy poco.
Actualmente, un ternero macho de raza Frisona pura de 1 a 3 semanas de vida vale tan sólo 85 € mientras que uno cruzado puede valer 240 €.
Al igual que para la leche, estos precios apenas han variado en los últimos 25 años.

Terneros frisones en periodo de engorde.
(c) Silvestre de la Calle García.

Actualmente, es cada vez más difícil encontrar explotaciones de vacas lecheras en Extremadura.
Aproximadamente un centenar de ganaderos siguen resistiendo en poblaciones como por ejemplo Casar de Cáceres 
Lo más habitual es encontrar pequeños lotes o individuos aislados en explotaciones de ganado vacuno de aptitud cárnica donde estas vacas son mantenidas como complemento económico o como simple capricho.

Vaca Frisona en una explotación de vacas cruzadas de aptitud cárnica.
(c) Silvestre de la Calle García.

Existen también las denominadas VACAS MIXTAS, muy abundantes en los años 70 y 80.
Se trata de vacas hijas de toros Frisones y vacas de razas autóctonas. El objetivo era conseguir vacas más rústicas y sobrias que las de aptitud lechera pero con mejor producción lechera que las razas locales. Esto permitía dos posibles opciones:
- Utilizar a las vacas mixtas como lecheras en aquellas zonas donde las vacas de leche no se adaptaban bien.
- Utilizarlas para la cría de terneros de gran calidad. Para ello, se las cubría con toros de razas aptitud cárnica como la Charolesa o la Limusina.

Vaca Mixta
(c) Silvestre de la Calle García.

Debido a los cruzamientos incontrolados y a dejar como reproductoras vacas de segunda generación, hijas de Mixta y toros de carne, poco a poco estas vacas fueron desapareciendo y hoy las Mixtas "puras" son raras, apareciendo de vez en cuando en algunas ganaderías tras muchos años algunos ejemplares que presentan gran parecido con la raza Frisona.

Vacas Frisonas y mestizas con un toro de raza Limusina.
Jarandilla de La Vera (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle García.

Algunos ganaderos mantienen vacas Frisonas para utilizarlas como nodrizas de terneros huérfanos, mellizos o que no pueden ser criados por sus madres.
Este es el caso de Pilar Domínguez Castellano y su vaca Sofía.

Pilar Domínguez Castellano con su vaca Sofía.

La historia de Pilar y su vaca Sofía es muy curiosa. Pilar es una ganadera de vacuno de carne y ovino de la localidad cacereña de Brozas.
Este pueblo cacereño de unos 1.800 habitantes, contaba hace unas décadas con más de 40 explotaciones de ganado vacuno lechero, mayoritariamente de raza Frisona o Suiza, como se conoce a estas vacas en la localidad, pero actualmente no queda ninguna explotación dedicada a esta actividad.

Sofía amamantando a 3 terneros.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Cuando necesitaba leche para alimentar a algún ternero o cordero, Pilar acudía a una vaquería de Brozas para llevarse leche y allí conoció a Sofía la cual era utilizada por su dueño para amamantar a terneros de otras vacas.
Pilar siempre se fijaba en la habilidad maternal de Sofía y cuando su dueño dijo que iba a venderla, Pilar no se lo pensó dos veces y se la compró para utilizarla como criadora.



Sofía amamantando a dos terneros.
(c)Pilar Domínguez Castellano.

Como Sofía ya era "vieja", su dueño no la había echado al toro por lo que no estaba preñada pero sí dando leche. Pilar la utilizó desde el principio para criar terneros, amamantando sin ningún tipo de problema a 2 ó 3 terneros.

Sofía amamantando a tres terneros a la vez.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

A sus 11 años, Sofía lleva 3 sin parir pero sigue dando leche y criando los terneros que por diversos motivos no pueden ser criados por sus madres.

Mora y Sofía amamantando a los terneros.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Esta práctica es muy habitual en explotaciones de ganado vacuno de carne o de lidia de toda España, presentando grandes ventajas tanto para el ganadero como para los propios terneros.
Por un lado, se suprime el gasto de leche en polvo que el ganadero tendría que comprar y reconstituir con agua para luego alimentar a los terneros individualmente en cubos, lo que supone un gran trabajo. Este sistema fue muy habitual en el pasado.

Javier Bernal alimentando a un ternero con un cubo.
(c)Javier Bernal.

Por otro lado, los terneros crecen en un ambiente más natural y socializan con otros terneros y vacas, lo que a la larga facilita mucho su explotación y manejo. Además, la nodriza ahorra al ganadero muchísimo trabajo y al parir cada año un ternero, aporta también un beneficio económico.
Una buena vaca SUIZA, como las llamamos en Extremadura, puede perfectamente alimentar a su ternero y a otro adoptado y ser ordeñada diariamente para cubrir las necesidades familiares de leche.

Sofía rodeada de terneros
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Tal y como están las cosas en el sector lechero extremeño y español, la utilización como nodrizas de las vacas Suizas, es una de las posibles vías para salvar esta raza en Extremadura ya que su explotación como lechera sólo es rentable en el caso de grandes ganaderías.
En una tierra como Extremadura con casi medio millón de vacas reproductoras de aptitud cárnica y de lidia, siempre habrá terneros que no puedan ser criados por sus madres y para eso nada mejor que una vaca lechera o como decimos aquí, una VACA SUIZA.

Sofía alimentando a dos terneros ya creciditos.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Agradecimientos:
- Alonso de la Calle Hidalgo.
- Carlos Fidel Vejo.
- Iván Fernández.
- Ana Belén Bermejo Pérez.
- Pilar Domínguez Castellano.
- Javier Bernal.

Fdo: Silvestre de la Calle García.


2 comentarios:

  1. maravilloso articulo, pero muy sombrío para los ganaderos de suizas...

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    1. Muy cierto. Sobre esta raza puede escribirse largo y tendido.
      Ya en otra ocasión escribí un artículo sobre el tema que te animo a leer o volver a leer. 🐄🐄🐄🚶🏼‍♂️

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