lunes, 19 de junio de 2023

LA TRASHUMANCIA DE VERANO

La trashumancia es el desplazamiento periódico y organizado del ganado para aprovechar de manera más eficiente los pastos y recursos naturales. Se realiza al menos dos veces al año, trasladando al ganado entre los pastos de invierno o invernaderos y los pastos de verano o agostaderos y viceversa.


La trashumancia es tan antigua como la propia ganadería. Los cazadores paleolíticos seguían el movimiento estacional de las manadas de herbívoros salvajes convirtiéndose en ganaderos trashumantes cuando lograron domesticar a los animales y llevar el control riguroso del momento en el que el ganado debía desplazarse y eligiendo el lugar al que debía dirigirse.

Vacas trashumantes ascendiendo el Puerto de Tornavacas (Cáceres),
(c) Silvestre de la Calle García.

Largo y tendido hemos hablado en este blog sobre la trashumancia y sus distintos tipos en varias ocasiones, pudiendo el lector que lo interese consultar artículos como LA TRASHUMANCIA EN LA SIERRA DE GREDOS o LA TRASHUMANCIA DEL GANADO BOVINO (Ver enlaces al final).

Trashumancia en el Puerto del Pico (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.

Hoy hablaremos de la trashumancia de largo recorrido realizada por el ganado bovino, centrándonos especialmente en la que se lleva a cabo desde las dehesas del centro y sur de Extremadura a las serranías y pastizales del Sistema Central en el norte de la provincia de Cáceres y el sur de la provincia de Ávila.

Vacas Avileñas en Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Extremadura es una extensa comunidad autónoma de 41.635 kilómetros cuadrados y dividida en dos provincias: Badajoz (21.766 km cuadrados) y Cáceres (19.868 km cuadrados).
Se trata de las provincias más extensas de España, teniendo en ellas la ganadería una gran importancia la ganadería extensiva, destacando el ganado ovino, porcino, caprino y vacuno de aptitud cárnica y de lidia.

Cerdos en la dehesa.
Oliva de Plasencia (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Cáceres cuenta con la peculiaridad de que, aun siendo menos extensa que Badajoz, presenta una mayor variedad de ecosistemas que van desde las Llanuras esteparias del centro-sur de la provincia a la alta montaña en las estribaciones de la vertiente sur de la Sierra de Gredos al noreste de la provincia, pasando por extensas dehesas de encinas y alcornoques.

Vacas en los pastizales de montaña de Losar de La Vera (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Badajoz no cuenta con tanta diversidad pero junto a sus extensas tierras dedicadas a la agricultura tanto de secano como de regadío gracias a los grandes pantanos de la cuenca del río Guadiana, tiene en el centro-sur de la provincia magníficas dehesas y pastizales.

Vacas Avileñas Bardinas en una dehesa de Badajoz.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

En otro tiempo, Extremadura fue fundamental como refugio invernal del ganado trashumante de buena parte de España, especialmente para los rebaños de ovejas merinas que durante el verano trashumaban a los pastizales de montaña de los Sistemas Central e Ibérico y a los puertos de la Cordillera Cantábrica.

Ovejas trashumantes.
(c) Miguel Alba Vegas.

Dentro de la región, también trashumaba mucho ganado desde las dehesas a las serranías norteñas de la misma pero salvo en contados casos, no se podía hablar estrictamente de trashumancia sino de trasterminancia.
Este movimiento era realizado por algunos rebaños de ovejas y algunas vacadas pero fundamentalmente se realizaba con las innumerables piaras de cabras que poblaban la región.

Cabras en la comarca de La Vera.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Llegados a este punto, es necesario aclarar al lector las diferencias entre trasterminancia y trashumancia.
Realmente, ambos son movimientos trashumantes pero se diferencian en la distancia recorrida por el ganado que es menor a 100 kilómetros en el caso de la trasterminancia o trashumancia corta y superior a dicha cifra en el caso de la trashumancia.

Vacas en el Puerto del Pico (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

Algunos autores se basan en criterios geográficos para realizar la diferenciación entre ambos tipos de trashumancia, considerando como ganado trashumante al que recorre dos o más provincias o comunidades autónomas pero en el caso de la extensa Extremadura, esto no sería del todo justo puesto que sin abandonar la provincia de Cáceres por ejemplo, se realiza una trashumancia verdaderamente larga como luego veremos.

Vacas Berrendas en colorado trashumantes en Tornavacas (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Pero pasemos a hablar en concreto del tema que sirve de título a este artículo:
LA TRASHUMANCIA DE VERANO.
Durante parte del otoño, el invierno y la primavera, el pasto en las serranías centrales de la península Ibérica apenas crece por lo que el ganado vacuno no encuentra suficiente sustento.
Esto obliga a alimentar al ganado con heno segado y almacenado durante el verano, paja de cereal y pienso.

Vacas en invierno en Barajas de Gredos (Ávila).
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Sin embargo, alimentar a un gran número de vacas es una tarea complicada y costosa por lo que los ganaderos de estas zonas trasladan al ganado a las dehesas extremeñas donde los animales podrán alimentarse de hierba abundante y disfrutar de un clima más benigno.

Vacas en la dehesa extremeña.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.

A finales de la primavera, los pastos comienzan a secarse o "agostarse" y el ganado puede que tenga que ser suplementado con paja y pienso durante algún tiempo hasta que a finales de junio, sea trasladado nuevamente a los pastos de verano.

Vacas Avileñas en la dehesa al final de la primavera.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Si las vacas permaneciesen todo el año en la dehesa, salvo algunas razas extraordinariamente rústicas y adaptadas al calor, no podrían sobrevivir por sí mismas y su alimentación tendría que ser complementada pero además transformarían el terreno en un desierto por el constante pisoteo.

Vacas en la dehesa.
(c) David Mahíllo González.

AQUÍ radica la importancia de la trashumancia de largo recorrido. La alternancia periódica entre los pastos de invierno y verano permite el aprovechamiento de los recursos naturales limitando en gran medida los costes de producción generados por la administración de piensos y forrajes.
Al mismo tiempo, se favorece el mantenimiento de ecosistemas tan dispares como la alta montaña y la dehesa, que no sólo sirven como pastizales para el ganado sino que constituyen el hábitat de numerosísimas especies silvestres.

La dehesa y la montaña.
Jarandilla de La Vera y Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Tradicionalmente, muchos pastizales de verano fueron antiguos terrenos de propiedad comunal o municipal que eran gestionados según antiguas ordenanzas. Con las desamortizaciones llevadas a cabo en el siglo XIX estos terrenos pasaron a ser propiedad del Estado para ser subastados y adquiridos por personas físicas, sociedades de ganaderos o nuevamente por los Ayuntamientos que dictaron normas de aprovechamiento siguiendo las tradicionales ordenanzas.
En muchos lugares, el ganado no puede entrar en los pastizales de verano hasta una fecha concreta que suele oscilar entre el 13 de junio (San Antonio de Padua) y el 29 de junio (San Pedro y San Pablo), aunque la fecha más tradicional es el 24 de junio (San Juan).
Esto obliga a los ganaderos a permanecer en las dehesas hasta esa fecha salvo que puedan mantener al ganado en prados de su propiedad.

Vacas Blancas Cacereñas.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.

Pero además de esas normativas o costumbres ancestrales, que en años de extrema necesidad podrían ser modificadas sin problema, los ganaderos no pueden mover libremente su ganado sin permiso de la Administración.
Antes de comenzar la trashumancia y que el ganado salga de la finca en la que ha pasado el invierno, deberá ser saneado, lo que consiste en realizar una serie de análisis por veterinarios especializados.
Para poder movilizar el ganado, todos los animales deberán estar sanos y en caso contrario, serán inmovilizados.

Realizando el saneamiento.
(c) Chema Algaba Martín.

Hecho esto, el ganadero deberá solicitar en la Oficina Veterinaria correspondiente, la guía o documento que permite la movilización de animales vivos ya sea en camión o a pie. 
En el primer caso, deberá tratarse de vehículos autorizados y con toda la documentación en regla para poder hacer el traslado, mientras que en el segundo caso, serán los propios ganaderos los que conduzcan el ganado a pie por las vías pecuarias.

Camiones para el transporte de ganado.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Los ganaderos que realicen el viaje a pie, deberán calcular los días que tardarán en realizar el recorrido teniendo en cuenta sus conocimientos de años anteriores.
Decidida la fecha de salida y con toda la documentación en regla, deberán realizar una serie de preparativos para poder comenzar la marcha:
herrar los caballos, preparar las monturas, colocar cencerros de gran tamaño o zumbas a las vacas "horras" (sin cría) y a aquellas más expertas y conocedoras del camino o a los mansos o bueyes en caso de que los haya, comprar provisiones para el camino y preparar lo necesario para dormir cada noche y cargarlo en el coche de apoyo...

Vaca Avileña con zumba.
(c) Cuevas del Valle (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.

Tras ser embarcadas en los camiones o tras varias jornadas de recorrido por las vías pecuarias, las vacas llegarán por fin a los pastos de verano donde permanecerán hasta que el pasto comience a escasear y el tiempo empeore, obligando a los ganaderos a bajar nuevamente a las dehesas para comenzar el ciclo ya citado.

Ganado en los pastos de verano.
Bohoyo (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Para comprender mejor todo esto, veremos a continuación ejemplos de ganaderos que realizan la trashumancia tanto a pie como en camión desde las dehesas extremeñas a los pastizales del norte de Cáceres y de la provincia de Ávila.

Vacas Avileñas en la dehesa extremeña.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

1. TRASHUMANCIA A PIE.

- Ángel Gómez Núñez y Lourdes González Bernabé.
Estos ganaderos de la provincia de Cáceres trashuman a pie con 200 vacas de raza Avileña-Negra Ibérica y 300 de raza Berrenda en Colorado.

Vaca Berrenda en Colorado.
Tornavacas (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Las Avileñas pastan durante el invierno en la localidad cacereña de Brozas y recorren 180 kilómetros en 10 jornadas para llegar hasta los pastizales serranos de Tornavacas, municipio perteneciente a la provincia de Cáceres pero limítrofe con la provincia de Ávila.
Por su parte, las Berrendas en Colorado pastan en Santiago del Campo durante el invierno y en verano lo hacen en Tornavacas como las anteriores, recorriendo en este caso unos 150 kilómetros en 8 jornadas.

Vacas Berrendas en Colorado en Tornavacas (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

La subida tiene lugar en el mes de junio, permaneciendo el ganado en las altas sierras del Valle del Jerte hasta bien entrado el otoño cuando el tiempo empeora y el pasto deja de crecer, siendo trasladadas nuevamente a pie hasta los pastos de invierno.

Vacas subiendo a la sierra con los piornos floridos como telón de fondo.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

La raza Berrenda en Colorado, sobre la que se publicó un artículo en este mismo blog y que el lector interesado puede consultar (ver enlace al final), es un bovino de perfil cefálico subconvexo, tamaño medio a grande y proporciones alargadas, presentando una característica capa berrenda o manchada en colorado sobre fondo blanco.
Fue durante siglos una raza de trabajo y hoy se cría para la producción de carne, empleándose los machos castrados y en ocasiones también las vacas para el cabestraje o manejo del ganado de lidia y extensivo.
Se encuentra en peligro de extinción.

Vaca Berrenda en Colorado.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

- Familia Torres González. "Los Cerillas".
Dentro del panorama ganadero bovino español y de la trashumancia a pie con este ganado, destacan estos ganaderos de la localidad abulense de Navarredonda de Gredos, conocidos por su apodo familiar.
Propietarios de una inmejorable ganadería formada por más de 600 cabezas de raza Avileña-Negra Ibérica de las variedades Negra o común y Galana o berrenda, trashuman además con unas 40 yeguas de raza Hispano-Bretona.

Vacas de "Los Cerillas" en Cuevas del Valle (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.

Desde las dehesas pacenses situadas en las proximidades de la ciudad de Mérida, estos ganaderos trashuman recorriendo la Cañada Real Leonesa Occidental hasta los pastizales de verano situados en la localidad de Navarredonda de Gredos.
Alrededor de 15 jornadas son necesarias para realizar el recorrido transitando por las provincias de Badajoz, Cáceres, Toledo y Ávila.

Vacas de "Los Cerillas" en Cuevas del Valle (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García

Sin lugar a dudas, el tramo más espectacular de todo el recorrido es la subida desde la localidad abulense de Cuevas del Valle hasta el emblemático Puerto del Pico. Cada año se congregan decenas de personas para admirar este espectáculo tan singular que lleva siglos repitiéndose.

Vacas de "Los Cerillas".
(c) Silvestre de la Calle García.

Las vacas suben por la conocida popularmente como "calzada romana", si bien el camino actual fue trazado en el siglo XV por orden de Beltrán de la Cueva para facilitar al ganado el paso de la sierra, que antes se hacía por el Puerto de Candeleda, y de paso poder cobrar los impuestos para construir el castillo de Mombeltrán.
No obstante, el camino sigue una antiquísima vía utilizada primero por los vettones y después por los romanos para comunicar ambas vertientes de la Sierra.

Comienzo del acceso al Puerto desde Cuevas del Valle.
(c) Silvestre de la Calle García.

Desde la carretera o desde el propio Puerto, la gente contempla el pausado caminar de las vacas que poco a poco van salvando el enorme desnivel antes de coronar el Puerto para dirigirse desde allí por un nuevo cordel a los pastos de Navarredonda.
Posiblemente, actualmente sea esta una de las imágenes más icónicas de la trashumancia española.

Vacas subiendo el Puerto.
(c) Silvestre de la Calle García.

Una vez llegadas a Navarredonda, las vacas disfrutarán de los pastizales hasta que a finales del otoño sean trasladas nuevamente a los pastos de invierno realizando el mismo camino de manera inversa.

Vacas pastando.
(c) Silvestre de la Calle García.

Como ya se ha dicho, esta importantísima familia ganadera mantiene ganado de raza Avileña-Negra Ibérica, bovinos caracterizados por su perfil cefálico recto, tamaño medio a grande y tendencia al alargamiento, ostentando una capa totalmente negra o con iriscaciones rojizas y pudiendo presentar una orla de color blanquecino o pardo alrededor del hocico.
En cierta ocasión ya publicamos un artículo sobre ella (ver enlace al final).

Vaca Avileña-Negra Ibérica.
(c) Silvestre de la Calle García.

- Otros ganaderos trashumantes a pie.
La Sierra de Gredos, entendiéndose como tal el espacio comprendido entre el Cerro de Guisando (El Tiemblo) al Este y el Puerto de Tornavacas al Oeste, cuenta con varios puertos o pasos utilizados por el ganado trashumante durante siglos, pero actualmente los dos principales son el Puerto del Pico y el Puerto de Tornavacas.

Puerto de Tornavacas.
(c) Silvestre de la Calle García.

El Puerto del Pico, por el que cruza la Sierra de Gredos la Cañada Real Leonesa Occidental que comunica las dehesas extremeñas y del oeste de Andalucía con los pastos de Babia y Luna en León, es uno de los principales lugares por los que aún trashuman a pie en España miles de vacas y algunos rebaños de ovejas.
Da acceso a los inmensos pastizales de los Valles del Tormes, el Alberche, el Corneja, el Valle Amblés....

Vista de La Serrota desde El Puerto del Pico.
(c) Silvestre de la Calle García.

Por su parte, el puerto de Tornavacas, que es cruzado por el Cordel del Valle, comunica las dehesas cercanas a la ciudad de Plasencia (Cáceres) con los pastizales del Aravalle, el tramo medio del Tormes y la Sierra de Béjar.
Antiguamente este Puerto era utilizado por multitud de ganaderos para llegar con sus ovejas, cabras y vacas a los pastizales de la zona más occidental de Ávila pero hoy en día tan sólo unas cuantas vacas Avileñas transitan por él.

Vacas atravesando la localidad de Puerto Castilla (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.

2. TRASHUMANCIA EN CAMIÓN.

Juan Manuel Yuste Apausa e Isabel López Arrabé.
Matrimonio de ganaderos de Barajas de Gredos (Ávila) que durante el invierno mantiene a sus vacas en dehesas cercanas a la localidad de Barcarrota (Badajoz) para subir en verano a los pastos de su pueblo.
Trashuman en camiones con ganado de raza Avileña-Negra Ibérica de las variedades negra o común (100 cabezas), bociblanca o beciblanca (15 cabezas) y bardina (25 cabezas).

Vacas Avileñas de capa negra y bardina.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

A finales del mes de junio, el ganado es embarcado en camiones especiales para ser trasladado hasta los pastos de verano.
Los desplazamientos se realizan a primera hora de la mañana o al caer la tarde para evitar las horas centrales del día en las que el ganado sufriría excesivo calor.
El primer paso es conducir al ganado hasta los corrales y embarcaderos. 

Llevando el ganado hasta el embarcadero.
(c) Isabel López Arrabé.

En los corrales, el ganado es separado en diferentes lotes en función de factores como la capacidad de cada camión, la edad de los animales, la variedad en caso de que se quieran llevar por separado y otra serie de factores.

Separando las vacas.
(c) Isabel López Arrabé.

Hecho esto, el ganado es llevado hasta los camiones donde las vacas adultas, perfectas conocedoras del proceso, embarcan sin problema, sirviendo de guía a las más jóvenes que a veces se muestran reacias a entrar en los camiones.

Vacas caminando hacia el camión.
(c) Isabel López Arrabé.

Una vez cargadas, el camión parte hacia los pastos de verano, donde las vacas serán descargadas para permanecer hasta bien entrado el otoño cuando los pastos comiencen a escasear debido a las heladas o cuando las primeras nieves cubran el suelo.

Vaca Avileña Bardina bajando del camión.
(c) Isabel López Arrabé.

Juan Manuel e Isabel crían como se dijo ganado de raza Avileña, destacando las 25 cabezas de la variedad Bardina, en gravísimo peligro de extinción y que actualmente no cuenta con reconocimiento oficial.
Escribimos hace tiempo un artículo sobre esta singular variedad de la raza Avileña (ver enlace al final).

Toro, vaca y ternero de Avileña Bardina.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

David Bernaldo de Quirós Pablo.
Ganadero de la localidad abulense de las Navas del Marqués. Es propietario de unas 150 cabezas aunque sólo trashuma a Extremadura con unas 45 a 55 cabezas, de las que 6 pertenecen a la raza Blanca Cacereña y el resto a la raza Avileña Negra Ibérica.

Vacas Avileñas-Negras Ibéricas y Blancas Cacereñas.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.

David realiza la trashumancia también en camión debido a las muchas dificultades que presenta la trashumancia a pie.
No puede trasladar todos los animales por la dificultad de encontrar dehesas de suficiente extensión en Extremadura dado los elevados precios de los arriendos.
Las vacas permanecen en la dehesa hasta que los pastos comienzan a escasear.

Vacas en la dehesa.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.

En ese momento, son embarcadas en camiones para ser llevadas Ávila donde pastaran en prados particulares y en los terrenos comunales de Las Navas del Marqués donde unas 5 ó 6000 vacas pastan en alrededor de 18.000 hectáreas mientas el tiempo lo permite.

Embarcando las vacas.
(c) David Bernaldo de Quirós.

En la ganadería de David, formada mayoritariamente por vacas Avileñas de una calidad excepcional entre las que figuran algunos animales de la acreditada línea Valdueza, destacan las vacas Blancas Cacereñas, auténtico tesoro de la ganadería española por ser la raza bovina más antigua de nuestro país. Introducida por los romanos, ha cambiado muy poco en los últimos dos mil años.
Ya le dedicamos un artículo en su día (ver enlace).

Vaca Blanca Cacereña.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.

- Otros ganaderos trashumantes en camión.
La trashumancia en camión comenzó a cobrar importancia en los años 80 del siglo XX cuando ante la falta de vaqueros experimentados para realizar la trashumancia a pie y ante la dureza de esta actividad, muchos ganaderos optaron por esta forma de movilizar al ganado.
Esto tenía la ventaja de poder recorrer distancias mucho mayores y ganaderos del norte peninsular comenzaron a trashumar con vacas a Extremadura. Algunos ganaderos del norte llegaron a trashumar en tren.

Vacas en un camión.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.

Hoy en día, ante los crecientes problemas derivados del mal estado de las vías pecuarias y de la invasión de las mismas por otras actividades humanas así por el peligro que supone el cruce de carreteras y pueblos, muchos ganaderos especialmente aquellos que tienen pocos animales, optan por  este medio de transporte rápido, cómodo y seguro.

Vaca bajando de un camión.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.

A MODO DE EPÍLOGO.
Como vemos en este artículo, la trashumancia es muy necesaria para aprovechar los recursos de manera eficiente y para mantener la biodiversidad, generando al mismo tiempo productos de gran calidad como la carne de ternera.

Vaca Blanca Cacereña con su ternero.
(c) David Bernaldo de Quirós.

Sin embargo, la trashumancia atraviesa duros momentos debido a las normativas sanitarias y burocráticas, a la invasión y destrucción de muchos tramos de las vías pecuarias por el desarrollo urbanístico, al coste de los arriendos, los carburantes, los alimentos para el ganado...y al aumento de la población de especies salvajes que depredan sobre el ganado o transmiten enfermedades.

Vaca Avileña bociblanca con su ternero.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Esperemos que esta práctica pueda seguir realizándose miles de años más.
Desde EL CUADERNO DE SILVESTRE queremos desear suerte a todos los ganaderos que en estos días están realizando LA TRASHUMANCIA DE VERANO.

Vacas trashumantes en verano.
(c) Silvestre de la Calle García.

* Nota final del autor.
Quizás sorprenda a los lectores, especialmente a los habituales, que se realice un artículo tan específico sobre la trashumancia del ganado vacuno en el que sólo se habla de la parte occidental del Sistema Central cuando hemos dicho que es una práctica habitual de toda España pero en ocasiones hay que sintetizar, o al menos intentarlo. 
Ya hemos dicho también que en otras ocasiones hemos hablado de la trashumancia del ganado bovino o vacuno de forma más generalizada y esto puede verse en los artículos a los que se puede acceder desde los enlaces que aparecen aquí.

La muda de las vacas pasiegas.
(c) Sergio Canales/La Ferrería

Agradecimientos:
A todas las personas que han colaborado aportando desinteresadamente fotografías e información para la realización de este artículo.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.

Enlaces de interés:

- LA TRASHUMANCIA EN LA SIERRA DE GREDOS.


- LA TRASHUMANCIA DEL GANADO BOVINO.


- LA VACA AVILEÑA.


- LA AVILEÑA BARDINA.


- LA VACA BLANCA CACEREÑA.

1 comentario:

  1. Enhorabuena. Precioso como siempre. La trashumancia es un sistema ganadero como cualquier otro pero con un punto más de romanticismo, sacrificio de los ganaderos y vaqueros y que suman mucho a los ecosistemas.

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