Un
viejo dicho popular decía lo siguiente:
QUIEN QUIERA POLLOS EL DÍA DEL SEÑOR,
QUE ECHE LOS HUEVOS EL DÍA DE LA ASCENSIÓN.
Refranes de este tipo, marcaban la vida del hombre de campo que siempre manifestó su religiosidad en todos los aspectos de su vida.
Dichos que, como el que encabeza este artículo, eran absolutamente lógicos.
Gallina con pollitos.
En este caso se ha optado por utilizar una madre adoptiva para incubar los huevos y criar los pollitos de la gallina Pintarazada.
(c) Javier Bernal.
Lógica aplastante y que ni ayer, ni hoy ni mañana podrá ser discutida.
En muchas zonas del medio rural español se conoce como “DÍA DEL SEÑOR” a la
Solemnidad del Corpus Christi. 21 días antes, tiene lugar la Solemnidad de la
Ascensión del Señor.
Sabemos perfectamente que el tiempo que tardan los pollitos de gallina en salir del cascarón desde que comienza la incubación es de 21 días por lo que si una gallina comenzaba a incubar su nidada el día de la Ascensión, los pollitos vendrían al mundo por lógica natural el “Día del Señor”.
Pero ¿Cuándo se celebra la Ascensión del Señor para saber el día en el que tenemos que poner los huevos de nuestras gallinas a incubar?
Tenemos que contar 40 días desde el Domingo de Pascua. Desde este momento, quedarán 21 días para el Corpus, justo el tiempo que tardan en nacer los pollitos.
Por lo tanto, aunque las fechas son variables, la Ascensión y el Corpus serán siempre en primavera e incluso algunos años el Corpus será a finales de junio.
Si los pollitos nacen muy pronto, es mejor mantenerlos en un lugar abrigado para que puedan sobrevivir.
(c) Miguel Alba.
Por
el “Día del Señor” o Solemnidad del Corpus Christi, raro es que haga ya mal
tiempo de forma prolongada. Siempre puede caer alguna tormenta, pero lo normal
es que el tiempo sea ya seco y caluroso para permitir así la correcta crianza
de los pollitos.
Tras
el nacimiento, la madre cuidará de sus hijos hasta que estén listos para
independizarse y mantenerse por sí mismos, pudiendo, si el tiempo está aún
bueno, sacar adelante otra nidada.
Las
tareas relacionadas con el cuidado de las gallinas y la comercialización de sus
productos (huevos y pollos) estaban en la mayoría de nuestros pueblos reservadas
a las mujeres, siendo ellas las que tomaban todas las decisiones. La mujer
valoraba las pollitas que necesitaba para reponer gallinas viejas y en función
de ese número, echaba los huevos para que los incubase una gallina o una pava
ya que tanto gallinas como pavas pueden incubar huevos de cualquier tipo de
gallináceas o anátidas y criar a los pollitos como si fuesen sus propias
madres.
Gallina con cuatro pollitos.
En este caso, son sus hijos biológicos, es decir, ha incubado sus propios huevos.
(c) Silvestre de la Calle García.
Era imposible saber si todos los huevos puestos a incubar terminarían dando lugar a un pollito y si nacerían machos o hembras por lo que cuando comenzaba la incubación se realizaban diversas oraciones pidiendo el nacimiento de gallinas y no de gallos. En cualquier caso, si se necesitaban 4 pollitas por ejemplo, se echaban el doble de huevos para tratar de jugar con la ley natural de que el 50% serían hembras. Como esto a veces tampoco se cumplía, se añadían algunos huevos más.
Una
gallina normal puede incubar 10 ó 12 huevos propios, nunca más de 15 para
evitar que no los cubra bien. Las pavas, por su mayor tamaño pueden incubar
también otros tantos huevos propios o 18 de gallina.
Las
gallinas enanas, que son madres extraordinarias, pueden incubar 10 huevos
propios y 6 de gallina grande, siendo además ideales para incubar huevos de
perdiz (15 huevos), codorniz (20 huevos), pavo y pato (4 huevos) u oca (2
huevos).
El instinto maternal de las gallinas enanas es proverbial.
En España destaca para este fin la raza Flor d´ametller, la más pequeña de nuestras razas avícolas.
(c) Mariano Martín Ayuso.
Tras
nacer los pollitos, la madre los criará sin problema alguno sean suyos o no.
Cuando a los pocos meses ya se vaya sabiendo el sexo, el ama decidirá el
destino. Si hay muchas hembras, se dejarán todas para la reposición de las
gallinas viejas pero los machos estarán sentenciados y salvo algún suertudo
pollito que termine convirtiéndose en el rey y señor del corral, el resto irán
poco a poco desfilando entre pucheros o serán vendidos.
Tradicionalmente, de cada nidada siempre se "indulta" a un macho para que sea un futuro gallo.
(c) Mariano Martín Ayuso.
Como hemos dicho antes, suele celebrarse el Corpus o "Día del Señor" en mayo o junio, variando la fecha exacta en función de la Semana Santa. 6 ó 7 meses más tarde, tiene lugar la celebración de Navidad con su correspondiente Vigilia o Nochebuena.
Los pollos de las razas tradicionales, de lento crecimiento, tardaba justamente esos meses en estar en sazón para constituir un suculento plato y las pollitas adquirían la edad para poner, cumpliendo así otro refrán gallinero:
POR NOCHEBUENA, PONE LA GALLINA BUENA, POR SAN ANTÓN GALLINA BUENA PON Y POR LAS CANDELAS PONEN LA MALA Y LA BUENA.
Precioso grupo de gallinas Castellanas Negras.
(c) Carlos Sánchez Burdiel.
Echad los huevos el día de la Ascensión y en 21 días el piar de los pollitos alegrará vuestro gallinero y anunciarán que ha llegado el Corpus Christi o DÍA DEL SEÑOR.
Pollitos de raza Extremeña Azul, gallina autóctona de Extremadura.
(c) Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.
Bonitas notas de la cultura rural.
ResponderEliminarYo le he puesto a una gallina 9 huevos el día 9 de mayo, cerca de la Ascensión, aunque sin saberlo.
Eso sí, en nuestra zona (Leioa, Bizkaia) se dice que hay que poner un número impar de huevos, 5-7-9... hasta 13, pero nunca pares. Yo le he metido 9. No se si has oído algo parecido al respecto y la razón de ello.
Un saludo
Maravilloso Silvestre
ResponderEliminar