jueves, 5 de agosto de 2021

LA AVILEÑA BARDINA

 Hace varios meses, dedicábamos un artículo a esa gran raza bovina que es la Avileña-Negra Ibérica, el vacuno por excelencia de las serranías centrales de la península Ibérica. Analizábamos en dicho artículo, las variedades cromáticas de la raza, algunas de ellas no reconocidas oficialmente como la BARDINA, a la que dedicaremos hoy un artículo exclusivo.

Toro, vaca y ternero.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Morfológicamente, la Bardina es una Avileña. 
Podría decirse que una Avileña Bociblanca, pero su coloración es totalmente diferente al presentar una capa chorreada en verdugo o en morcillo que da a los animales un aspecto "atigrado".
El color base puede variar entre el rubio y el retinto sobre el que aparecen las líneas de color oscuro. 
Los toros suelen ser más oscuros que las vacas y los bueyes, especialmente si éstos son castrados antes de alcanzar la madurez.
Los terneros nacen de color rojizo y poco a poco van tomando la coloración de los adultos.

Vaca Bociblanca con terneros bardinos.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

El origen de esta capa es muy discutido. 
Algunos autores opinan que podría tratarse de una mutación o un gen recesivo dentro de ganaderías de capa totalmente negra o bociblanca. La selección rigurosa ha provocado la práctica desaparición del gen responsable de originar esta capa.

Vaca Bardina acompañada de vacas Negras.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Otros autores piensan que el origen está en un antiquísimo cruzamiento entre ganado de tipo Avileño y ganado de tipo Retinto en una época en la que las razas no estaban definidas como hoy las conocemos.
Algunos ganaderos caprichosos seleccionarían los mestizos con esta capa y tras cruzarlos nuevamente con animales de tipo Avileño, seleccionarían las crías que naciesen bardinas.
Al ser una capa relativamente curiosa, posiblemente resultaría atractiva para muchos ganaderos.

Típica imagen de una hembra bardina.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Una tercera versión, mucho más nobelesca y difícil de probar, sería que ganado del norte peninsular hubiese llegado a la zona durante las repoblaciones efectuadas por Raimundo de Borgoña (1070-1107), esposo de la reina Urraca de León (1081-1126).
Este Conde de Galicia, pudo favorecer que la gente que se trasladase desde el norte para ir poblando paulatinamente los territorios conquistados, trajesen sus vacunos rubios o castaños.

Jóvenes novillas en la dehesa.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Sea como fuere, lo cierto es que estos bovinos se conocen en la Sierra de Gredos desde hace siglos, siendo ya alabados a comienzos del siglo XX por algunos cronistas como Romero Hernández en 1918, quien habló de su monumental desarrollo, lamentando ya entonces su desaparición al ser realmente difíciles de encontrar.

Vaca Beciblanca.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Hasta principios del siglo XX, las vacas de Gredos eran en su inmensa mayoría BECIBLANCAS, conocidas hoy como bociblancas. Se trataba de vacas de capa negra o castaña muy oscura, con degradaciones blancas o pardas en el hocico y la mama.
Estos bovinos eran conocidos en la zona del Barco de Ávila como RAZA BARQUEÑA.
También existían por entonces las vacas Bardinas que nos ocupan, siendo conocidas también como Barcinas y Gallardas aunque el primer nombre es el que se ha conservado hasta hoy.
Sin embargo, con intención de mejorar la producción cárnica de la raza, se introdujeron toros de raza Negra Campiñesa (actual Negra Andaluza), perteneciendo los primeros sementales importados a Francisco Ramírez de Villafranca de la Sierra, quien los introduje en 1914.

Vaca Avileña de capa negra, la más usual hoy en día.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

El color negro absoluto dominó pronto entre los bovinos de Gredos. Con la creación del Libro Genealógico, se comenzaron a seleccionar animales de capa totalmente negra y con reflejos brillantes, aunque se siguieron tolerando los animales "beciblancos" pero no los berrendos o "galanos" ni los chorreados o "bardinos".
Actualmente, la variedad BOCIBLANCA, está reconocida oficialmente como variedad de la raza en peligro de extinción mientras que la Avileña-Negra Ibérica "normal" es considerada como raza de fomento por tener un censo elevado.

Yunta de bueyes Bardino y Galano.
(c) Silvestre de la Calle García.

Durante mucho tiempo, cuando en alguna ganadería inscrita en el Libro Genealógico nacía algún ejemplar galano o bardino, se le vendía para carne. Algún ganadero caprichoso dejaba alguna vaca de estas capas o algún becerro con idea de caparlo y utilizarlo como cabestro o como buey de labor.

Precioso buey Bardino.
(c) Miguel Alba.

Actualmente, hay ganaderos que han comenzado a luchar por conservar la variedad Bardina de la raza Avileña. El primer objetivo es conseguir unos censos ligeramente elevados para sacar a este singular bovino del gravísimo peligro de desaparición en el que se encuentra para luego realizar cuidados estudios con el fin de que la variedad sea reconocida de manera oficial.

Conjunto de animales Bardinos.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Ganaderos como Juan Manuel Yuste Apausa e Isabel López Arrabé son algunos de los ganaderos que luchan por esta singular variedad bovina que, como nos dice Máximo Rellán Hernández, antiguo ganadero de San Martín de la Vega del Alberche (Ávila), estas vacas han existido "DESDE SIEMPRE".

Maxi con su yunta formada por una vaca negra y otra Bardina.
(c) Máximo Rellán Hernández.

Respecto a sus utilidades y producciones, no difieren de las variedades reconocidas (Negra y Bociblanca) ni de su compañera no reconocida tampoco, la Galana.
Se trata de bovinos extraordinariamente rústicos y sobrios que durante siglos han sido utilizados para el trabajo y la crianza de terneros destinados a la producción de carne de calidad.
Su carne tiene una calidad inigualable, al igual que la de sus hermanos negros, siendo exquisita en cualquiera de las categorías comerciales: ternera, añojo, novillo, cebón, buey, vaca y toro.

Cebón Bardino o macho castrado
La carne de estos animales es sencillamente sublime.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Debido a su particular capa o pelaje, han sido tradicionalmente empleados los machos castrados como cabestros para guiar al resto de vacas durante los recorridos trashumantes.


En el pasado, algunas vacas, especialmente aquellas más dóciles o las domadas para el trabajo, podían ser ordeñadas aunque la gran abundancia de cabras en la zona y la posterior introducción de vacas lecheras de raza Frisona, conocidas aquí como "suizas", acabaron con dicha producción.


Actualmente, algunos becerros son recriados para castrarlos y utilizarlos como bueyes, siendo utilizados para el trabajo y para la participación en diversas fiestas y actividades culturales.
Si la imagen de dos bueyes tirando de un carro ya es de por si espectacular, una yunta de bueyes Bardinos es algo que se queda grabado en la memoria para siempre.

Yunta de bueyes Bardinos.
(c) Miguel Alba.

Es importante que todos seamos conscientes de la enorme importancia que tienen estos bovinos que, pese a no estar reconocidos oficialmente, cuentan con una gran historia y forman parte de la cultura y de las tradiciones de nuestra Sierra de Gredos.
Igual que hemos sabido conservar nuestra altiva cabra montés, debemos conservar este bovino criado por nuestros abuelos durante siglos.

Ganado de la variedad Bardina.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

La variedad Bardina de la raza Avileña, criada en Gredos con grandísimo esmero por algunos ganaderos, está despertando el interés de ganaderos de otras zonas de España quienes ya las cría en zonas como el norte de Extremadura, donde este tipo de bovinos también fueron conocidos en el pasado, hasta el punto de haber quedado reflejados en coplas populares:

El torito era bardino
la serrana lo criaba
con el calor de su pecho
el alimento le daba


Ganadería de la variedad Bardina.
(c) Isabel López Arrabé.

Bibliografía y fuentes consultadas:
- García Dory, M.A. (1990) Guía de campo de las razas autóctonas de España.
- Sánchez Belda, A. (1981). Catálogo de razas autóctonas españolas. Volumen I.
- Sánchez Belda, A. (1983). La Raza Avileña-Negra Ibérica.
- Sánchez Belda, A. (1984). Razas Bovinas Españolas.
- Sánchez Belda, A. (2002). Razas Ganaderas Españolas Bovinas. Colección FEAGAS.


Agradecimientos:
- Juan Manuel Yuste Apausa.
- Isabel López Arrabé.
- Miguel Alba.
- Máximo Rellán Hernández.
- Real Cabaña de Carreteros de Gredos. 

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