lunes, 1 de julio de 2024

LA CABRA EIVISSENCA, PITIÜSA O IBICENCA.

Al leer la palabra Ibiza, muchos lectores pensarán automáticamente en fiesta y no en cabras, pero en esta pequeña isla del Mediterráneo occidental se ha criado desde tiempo inmemorial un tipo caprino perfectamente adaptado a la vida en la Isla, dando lugar con el paso del tiempo a una raza perfectamente diferenciada que se conoce oficialmente como cabra Eivissenca y que se encuentra en gravísimo peligro de extinción.

Cabra de raza Eivissenca.
Can Malacosta
 Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivssa).

1. DENOMINACIÓN.
Oficialmente la raza es conocida como Eivissenca, aceptándose también la denominación castellana Ibicenca, por ser la isla de Ibiza la que agrupa el mayor censo y número de rebaños de la raza.
Hasta bien entrado el siglo XX, era conocida como Cabra de Formentera ya que era muy abundante en la isla de Formentera.
Como estas dos islas eran conocidas tradicionalmente como Islas Pitiüsas, la raza es conocida también como Cabra Pitiüsa, denominación que poco a poco se va imponiendo.

Rebaño de cabras de raza Eivissenca.
Can Eulogio.
Formentera.

2. PROTOTIPO RACIAL.

Características generales.
Agrupa animales de perfil recto a subconvexo. Mayoritariamente acornes o mochos. Proporciones mediolíneas tanto en machos como en hembras aunque en las cabras tienden a alargarse. Peso de 35 a 65 kg en hembras y de 40 a 70 kg en los machos con alzadas a la cruz de 70 a 80 cm. Capa muy variable.

Cabra Eivissenca.
Can Eulogio.
 Formentera.

Características regionales.

Cabeza.
De tamaño medio o grande y alargada.
Perfil fronto-nasal en ambos sexos recto a subconvexo.
La mayoría de los individuos son mochos. En caso de tener cuernos estos están dirigidos hacia atrás, aunque presentan gran variabilidad en su aspecto.
Orejas de tamaño medio, en posición horizontal, dirigidas hacia adelante.
Presencia de barba o perilla de abundante pelo y longitud considerable en machos, menos poblada y con pelo más corto en hembras.

Macho y hembra de raza Eivissenca.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

Cuello.
Considerablemente largo. Pueden aparecer mamellas aunque es poco frecuente.

Detalle del cuello de un animal con mamellas.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa)

Tronco.
Costillar ligeramente arqueado en forma de cuña y línea dorso lumbar recta, aunque a veces se muestra algo ensillada.

Fotografía que permite observar el tronco y la línea dorsolumbar.
 Can Eulogio.
Formentera.

Grupa.
Estrecha y caída.

Extremidades y aplomos.
De medias a largas y fuertes, en hembras finas y en machos más gruesas y voluminosas. Hay un grupo de población que tiene las extremidades más cortas y robustas.
Nalgas rectas.
Aplomos correctos.

Fotografía que permite apreciar la grupa, las extremidades y los aplomos.
Can Joan Castelló.
Formentera.

Capa, piel y pelo.
Capa muy diversa de coloración uniforme o berrenda, unicolor o multicolor: con pigmentaciones blancas, negras o marrones y combinaciones de éstas (berrendas).
Hay individuos que presentan pelaje largo en la zona lumbar. 
Las mucosas y pezuñas presentan coloración que va ligada al color de la capa. 
Piel gruesa, elástica y resistente.

Cabras de diferentes capas.
Can Eulogio.
Formentera.

Mamas.
Uniformes, de tamaño medio, se observan ubres con formas alargadas y divididas, antiguamente seleccionadas para el ordeño manual.
Los pezones son de implantación baja, inclinados hacia delante y dirigidos ligeramente hacia los lados.

Ubre alargada, muy apreciada antaño para el ordeño manual.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).



Disposición de la mama en una cabra.
Can Malacosta.
(c) Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).


Testículos.
Simétricos y bien implantados. Se admite el ahorquillado (la gran mayoría presentan testículos divididos hasta la altura de la mitad de la bolsa escrotal).

Disposición de los testículos en un macho de raza Eivissenca.
Can Malacosta.
(c) Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).


Defectos objetables.
- Testículos marcadamente partidos.
- Mamas muy grandes y descolgadas.
- Cualquier defecto manifiesto en las características de valoración.

Defectos descalificables.
- Desarrollo incompleto.
- Perfil facial cóncavo o convexo.
- Defectos en la conformación general o regional defectuosa en grado acusado, como pueden ser: prognatismo o braquignatismo, aplomos anormales, ensillado, cinchados, anomalías en los testículos (monorquidia y criptorquidia), anomalías en las mamas (grandes por debajo del corvejón y pezones grandes), animales herniados, etc.

Rebaño en el campo.
Can Eulogio.
Formentera.

3. ORIGEN E HISTORIA.
El origen de estos caprinos es polifilético, es decir, que desde que los primeros pobladores se asentaron en Ibiza hace entre 3500 y 4000 años, las cabras han recibido influencias de caprinos del resto del Mediterráneo guardando grandes similitudes con cabras de otras islas como Córcega, Sicilia, Malta...

Cabra de pelo largo similar a la Maltesa.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

No debe sorprendernos el parecido de la Cabra Eivissenca ciertas razas caprinas del sur y sureste peninsular lo que no significa que la raza que nos ocupa sea un producto del cruzamiento con razas peninsulares o que esté influenciada por ellas sino que tienen antepasados comunes.
Primero los pastores neolíticos y posteriormente los comerciantes fenicios, griegos, romanos...fueron aportando nuevas cabras.
Posteriormente, al forma parte de la Corona de Aragón, Eivissa recibiría caprinos de todo el Mediterráneo occidental.

Cabras Eivissencas.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu.

La condición de insularidad hizo que con el paso del tiempo la población caprina quedase aislada, adaptándose al duro medio de las islas y siendo seleccionada por los ganaderos para mejorar sus producciones de leche y carne dando lugar a la raza actual.

Rebaño de cabras.
Can Joan Castelló.
Formentera.

La historia de la raza es pobre en acontecimientos, debido a que al ser mantenida en pequeños rebaños, pasó desapercibida para la mayoría de los etnólogos hasta bien entrado el siglo XX pudiendo destacarse los trabajos realizados por Llorens Payeras y Jaume Falconer (1998) en su obra titulada "Races Autóctones de les Illes Baleares", por Antoni Pedro Mari (2003) en su libro "Races Autóctones de les Petiuses" y por el Doctor B. Anguera (2005) en su libro "Razas Autóctonas de Baleares".
Además de eso, en 2008 Cayo Esteban Muñoz en su libro Razas Ganaderas Españolas Caprinas dedica un capítulo a la raza que aparece también en las distintas ediciones del Catálogo de razas de ganado de España (2010, 2019).

Rebaño pastando.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).


4. CENSO: IMPORTANCIA Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA.
El censo de la raza es alarmantemente bajo. 
La Associació de Criadors de Cabra Pitiüsa publicó el 19 de septiembre de 2023 un censo sumamente detallado que reproducimos a continuación:

EIVISSA. 14 explotaciones y 118 reproductores.
- Sant Antoni de Portmany: 2 explotaciones y 38 reproductores.
- Sant Joan de Labritja: 1 explotación y 2 reproductoras.
- Sant Josep de Sa Talaia: 6 explotaciones y 22 reproductoras.
- Santa Eulària del Riu: 5 explotaciones y 56 cabezas.

FORMENTERA. 12 explotaciones y 69 reproductores.

MALLORCA. 5 explotaciones y 98 reproductores.
- Bunyola: 1 explotación y 10 reproductores.
- Inca: 1 explotación y 34 reproductores.
- Llucmajor: 1 explotación y 15 reproductores.
- Palma: 1 explotación y 31 reproductores.
- Pollença: 1 explotación y 8 reproductores.

CENSO TOTAL: 285 reproductores.
EXPLOTACIONES: 31.

Rebaño de cabras.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

La importancia de la cabra Eivissenca radica en que se trata de una reserva genética y en la gran rusticidad de estos animales que son capaces de sobrevivir en un medio muy duro donde han abastecido tradicionalmente de leche y carne a numerosas familias del medio rural.

Cabra Eivissenca alimentándose en una zona de matorral.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

Tradicionalmente, la raza Eivissenca se distribuía por las islas de Ibiza y Formentera, llegando en algunos momentos a ser más abundante en la segunda que en la primera.
Se agrupaba en pequeños rebaños e incluso aparecían ejemplares aislados en algunas explotaciones. También podían encontrarse núcleos de 2-3 cabras en explotaciones de la isla de Mallorca donde su raza caprina autóctona es difícil de manejar para el ordeño.

Pequeño rebaño de cabras.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

Hoy en día, la raza puede encontrarse en las tres islas citadas habiéndose producido un gran aumento de su censo en la isla de Mallorca que hoy ocupa el segundo lugar en cuanto a censo respecto a Ibiza pues, aunque es la isla con menor número de explotaciones, el tamaño medio de las mismas es elevado.
La mayor explotación registrada, con 37 cabras, se encuentra en Sant Carles de Peralta y pertenece a Can Malacosta.

Rebaño de Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

5. CUALIDADES.
La Eivissenca es una raza sumamente rústica y perfectamente adaptada al medio en el que vive, presentando unas extraordinarias cualidades para la producción de leche y siendo una raza muy prolífica, por lo que garantiza el abastecimiento de leche y carne de las familias campesinas.

Rebaño de Can Bartomeu Roques en Sant Josep (Eivissa).
Hoy estos animales pertenecen a Can Malacosta.

Las islas de Ibiza y Formentera, donde se localizan la mayoría de las explotaciones de cabra Eivissenca, presentan un clima semiárido cálido.
La temperatura media en Ibiza es de 18,8 ºC y la precipitación total es de 412,6 mm anuales mientras que las horas de sol anuales arrojan un valor de 2744.
Se trata por lo tanto de un medio muy duro para la cría de ganado pero al que estas rústicas cabras están perfectamente adaptadas.

Rebaño bajo una higuera.
Can Simonet.
Formentera.
5.1. Reproducción.
La raza Eivissenca es catalogada como "poliéstrica permanente" lo que significa que puede entrar en gestación en cualquier época del año, algo muy importante en una raza explotada tradicionalmente en pequeños rebaños para la obtención de leche.

Cabras, semental y cabritos.
Can Eulogio.
Formentera.

El intervalo entre partos es muy variable.
Tradicionalmente, las cabras realizaban 1 parto al año que solía producirse a finales del otoño o principios del invierno dado que las cubriciones tenían lugar a partir del día de San Juan (24 de junio) con el fin de que las cabras criasen a sus cabritos en invierno y que estos pudiesen ser destetados en primavera, época de mayor crecimiento de los pastos lo que garantizaba su rápido crecimiento y la elevada producción lechera de las cabras.
Actualmente, en muchas explotaciones las cabras de menor producción leche son cubiertas mucho antes, reduciéndose el intervalo entre partos a unos 9 meses.

Cabra amamantando a su cabrito.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

La precocidad sexual es elevada, cubriéndose por primera vez las cabritas entre los 7 y los 9 meses por lo que el primer parto tiene lugar entre los 12 y los 14 meses.

Cabra adulta y cabrita.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

Los machos son maduros sexualmente a los 5 meses pero no conviene que comiencen a cubrir antes de los 7 meses debido a que es precisamente entre los 5 y 7 meses cuando se produce el mayor desarrollo del animal.
Tradicionalmente se seleccionaban machos con los testículos ahorquillados o divididos hasta la mitad de la bolsa escrotal por considerar que sus hijas tendrían ubres descendidas y con grandes pezones para facilitar el ordeño manual.

Macho de raza Eivissenca.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

La prolificidad es muy elevada, situándose en los animales de segundo y sucesivos partos en una tasa próxima al 200%, reduciéndose el parto simple en la práctica a las hembras de primer parto.
Los partos triples no son infrecuentes.
La elevada producción lechera de las cabras de raza Eivissenca garantiza el crecimiento de los cabritos hasta que estos son capaces de alimentarse por sí mismos.

Cabras y cabritos de raza Eivissenca.
María Ferrer. Can Eulogio.
Formentera.

5.2. Producción de carne.
La cabra Eivissenca es una raza de doble aptitud leche-carne con buenas cualidades para la producción cárnica derivadas de su alta tasa de prolificidad y el elevado crecimiento de los cabritos gracias a la buena producción lechera de las madres.
Los principales tipos comerciales son el cabrito y el caprino mayor.
El cabrito es un animal alimentado con leche materna y los recursos obtenidos del pastoreo al permanecer todo el día con la madre. Es sacrificado a los 2,5-3 meses con un peso vivo de 18 Kg y un rendimiento en canal próximo al 52%.

Cabra amamantando a sus dos cabritos.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

La canal presenta una conformación deficiente como la de otros caprinos al estar muy poco engrasada. Sin embargo, la carne es tierna, jugosa y verdaderamente exquisita.
Se destina al consumo familiar aunque en las explotaciones de mayor dimensión los cabritos son vendidos a carniceros locales o de pueblos vecinos.

Cabritos sobre un muro de piedra.
Can Joan Castelló.
Formentera.

Tradicionalmente, los cabritos acompañaban a la madre durante el día y por la noche eran separados para poder ordeñar a las cabras por la mañana.
Cuando eran capaces de alimentarse por sí mismos, eran destetados o vendidos.

Cabritos.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

El caprino mayor procede de animales adultos tras el desecho o el desvieje, siendo una carne dura, seca y generalmente poco apreciada que tiene escasa importancia desde el punto de vista económico.
Frecuentemente, estas cabras viejas son demandadas por población inmigrante que tiene por costumbre consumir este tipo de carne.

Cabra adulta.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

5.3. Producción de leche.
Aunque considerada de doble aptitud leche-carne, la principal producción de la cabra Eivissenca a lo largo del tiempo, ha sido la leche.
En este aspecto, se trata de una raza con grandes cualidades lecheras debido a su elevada producción media cuando es manejada de forma correcta y a la gran duración de la lactación y más teniendo en cuenta el duro medio en el que vive.

Ordeñando una cabra Eivissenca.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

La leche de cabra Eivissenca se destinaba al consumo directo en la propia explotación tanto fresca como transformada en queso.
Los ganaderos procuraban que hubiese leche durante todo el año pero para la elaboración de queso se estimaba que los mejores meses eran los de febrero, marzo y abril, época de mayor producción lechera de las cabras.

Quesos artesanos de cabra Eivissenca.
Can Eulogio.
Formentera.

La producción lechera es muy variable tanto entre explotaciones debido al diferente manejo como a nivel individual debido a la ausencia de programas selectivos rigurosos y a la ausencia de control lechero oficial.
Por término medio, se estima que la producción ronda los 2,5 litros de leche diaros tras la retirada del cabrito a los 2-3 meses de vida. Son frecuentes las cabras que en este momento rondan o superan los 3 litros diarios de leche frente a otras que producen 2 litros o menos.

Mama de una cabra de gran producción.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

El periodo de ordeño tiene así mismo una duración muy variable ordeñándose las cabras hasta que dejan de dar leche por sí solas conforme la gestación va avanzando.
En este sentido se conocen casos, muy frecuentes en el pasado, de cabras que al no quedar preñadas continuaban dando leche durante 2 años seguidos. 
De hecho, muchos criadores cubrían a sus cabras en años alternos o al menos a 1-2 cabras de cada rebaño con el fin de tener asegurado de forma permanente el abastecimiento de leche fresca para el consumo directo.

Cabras de raza Eivissenca.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

Dado el pequeño tamaño de los rebaños, el ordeño se realiza mayoritariamente de forma manual dos veces al día, salvo en aquellas explotaciones en las que las cabras de raza Eivissenca conviven con cabras de razas lecheras especializadas como la Murciana-Granadina.

Marc Ferrer Subirana ordeñando una cabra.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

La leche es vendida o transformada en queso en pequeñas queserías artesanales mezclada con la de otras razas.
No obstante, la elaboración artesanal de quesos para el consumo familiar se mantiene en numerosas explotaciones, especialmente en las más pequeñas donde las cabras siguen siendo criadas fundamentalmente para el autoconsumo.
Tradicionalmente, el queso solía elaborarse mezclando la leche de las cabras y ovejas de raza autóctona que formaban parte del mismo rebaño.

María Ferrer con uno queso elaborado por ella misma.
Can Eulogio.
Formentera.

La leche de cabra Eivissenca se utilizaba tradicionalmente para elaborar postres como la la llet apressa que es una especie de cuajada hecha con leche cocida y coagulada con ramas de higuera y servida con pan payés y azúcar como si fuese una sopa o los macarrons de Sant Joan que son macarrones cocidos en leche de cabra con azúcar, media piel de naranja y media de piel de limón y canela.
Con el queso fresco se prepara el exquisito flaó eivissenc que es una tarta de queso con una base elaborada con harina, mantequilla, huevo, azúvcar, anís en grano, levadura, ralladura de limón y una pizca de sal y con un relleno elaborado con queso fresco, azúcar, huevos y hierbabuena.

Macarrons de Sant Joan elaborados por María Ferrer.
Can Eulogio.
Formentera.

Analizando los datos productivos de carne y leche, podemos llegar fácilmente a la conclusión de que estamos ante una raza con enorme potencial productivo, a la altura de las grandes razas lecheras del sur y suroeste peninsular, lo que pone de manifiesto una vez más la gran importancia de la cabra Evissencia, recordando que vive en un medio sumamente hostil.

Cabra Eivissenca de gran producción.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

6. EXPLOTACIÓN Y MANEJO.
La raza Eivissenca es explotada en sistemas semiextensivos combinando el pastoreo con la suplementación cuando el campo no dispone de suficiente alimento.
En el campo, las cabras consumen todo tipo de plantas, desde hierba hasta hojas de árboles y arbustos de todo tipo.

Rebaño en pastoreo.
 Can Eulogio.
Formentera.

Con el fin de evitar que las cabras ramoneen los árboles cultivados como olivos, almendros, higueras, etc... bajo los que suelen pastar y para impedir que corran y salten paredes, se recurre a la práctica de trabar a las cabras atándoles la pata delantera derecha a la pata trasera del mismo lado.
En épocas pasadas, en el caso de cabras especialmente inquietas, se les ataba también las patas del lado izquierdo o bien se les colaba un cabezal semejante al utilizado para manejar a los caballos que se ataba a la pata delantera derecha.

Cabra trabada.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

Cuando el pasto escasea o las necesidades de los animales aumentan (gestación, lactación), se suplementa su alimentación con pienso o grano así como con forrajes desecados.
El alimento puede distribuirse en comederos comunes para todas las cabras o de forma individualizada para evitar que se peleen unas con otras.

Cabra alimentándose.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

Las instalaciones son sumamente sencillas dado el clima benigno de las islas, reduciéndose a corrales y sencillos cobertizos para encerrar al ganado durante la noche o durante las horas centrales del día en las épocas de más calor.

Cabras junto a un cobertizo.
Can Eulogio.
Formentera

La mayoría de los rebaños son de tamaño muy reducido, oscilando entre 5 y 10 cabezas habiendo también pequeños lotes de 1 a 5 cabras.
Existen algunos rebaños de mayor dimensión pero en ningún caso superan las 37 cabezas.
Tradicionalmente, la cabra Eivissenca se explotaba en rebaños mixtos con ovejas también de raza autóctona. Actualmente, en algunas explotaciones conviven cabras y ovejas aunque estas últimas suelen pertenecer ya a otras razas puesto que sólo existen 284 ejemplares de Ovella Eivissenca repartidos en 24 explotaciones.

Rebaño mixto de cabras y ovejas.
Can Joan Castelló.
Formentera.

Los animales suelen pastar sueltos en parcelas cercadas de dimensión variable. 
Únicamente en Can Malacosta, donde las cabras conviven con unas 100 ovejas, son conducidas por su propietario durante el pastoreo cuando el resto de labores de la finca lo permiten.
Durante la noche, el ganado es conducido siempre a corrales, cercados y cobertizos para mantenerlo a salvo de los perros asilvestrados y otras amenazas.

Rebaño de Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

7. SELECCIÓN Y CONSERVACIÓN.
La cabra Eivissenca cuenta con una asociación de criadores denominada ASSOCIACIÓ DE CRIADORS DE CABRA PITIÜSA que lleva a cabo un Programa de Cría aprobado mediante la resolución de la Dirección General de Agricultura y Ganadería del Gobierno Balear el 29 de abril de 2019 con versión consolidada y actualizada a 19 de septiembre de 2023.
La Asociación con su Programa de Cría, garantiza la selección morfológica de los animales y el mantenimiento del censo así como su conservación en el momento actual y de cara al futuro.

Cabra Eivissenca.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

Tradicionalmente, los encargados de conservar la raza han sido los propios ganaderos que, siguiendo sus propios criterios, seleccionaron un animal adaptado al terreno y buscando siempre las cualidades lecheras de la raza.
Durante las últimas décadas, la raza quedó en manos de cabreros de avanzada edad que lucharon por conservar la raza que habían criado siempre y que habían heredado de sus antepasados, negándose a introducir en sus rebaños cabras más productivas pero menos adaptadas al medio isleño.

María Ferrer con sus cabras.
Can Eulogio.
Formentera.

Pero también hay ganaderos jóvenes como los hermanos Marc y Eva Ferrer Subirana que han apostado por la cría de la raza autóctona.
Todo comenzó hace años cuando Marc, siendo un niño de apenas 3 años pidió que le regalaran una cabra. Su abuela, que fue su gran maestra, le regaló una cabra autóctona comprada en la ganadería de una hermana del abuelo de Marc. Así comenzó la historia de las cabras de Can Malacosta que hoy es una de las principales ganaderías de la raza Eivissenca.

Eva y Marc Ferrer Subirana.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

La raza Eivissenca se encuentra en grave peligro de extinción pudiendo decirse que estamos ante la raza caprina española más amenazada y una de las más amenazadas de todo el mundo.
El principal problema es su bajo censo y la pequeña dimensión de los rebaños lo que dificulta la reproducción sin sufrir problemas de consanguinidad ante la escasez de machos reproductores de raza pura y no emparentados con las cabras a las que deben cubrir.

Rebaño saliendo del cobertizo.
Can Eulogio.
(c) Formentera.

El área de distribución de la raza es muy reducida y se asienta además en zonas donde la agricultura y la ganadería tienen cada vez menor importancia, perdiendo terreno en favor del desarrollo urbanístico y turístico de las islas. Las carreteras y el tráfico son graves problemas a la hora de pastorear a las cabras en terrenos abiertos obligando a los ganaderos a mantener a sus animales en pequeñas parcelas siendo necesaria la suplementación de las cabras con piensos y forrajes durante periodos cada vez más prolongados.

Cabras y cabritos comiendo forraje seco.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

Otro grave problema es la presencia de perros sueltos o abandonados que atacan a los rebaños de cabras y a otros animales siendo necesario tener las fincas perfectamente cercadas y encerrando al ganado durante la noche o durante las horas en las que no puede ser vigilado en cobertizos o cercados con altas vallas que impidan el acceso a los perros.

Cabras en un cercado con altas vallas.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

Pese a todos estos problemas, los ganaderos luchan por mejorar y conservar esta singular raza autóctona de gran valor por sus cualidades productivas, por su adaptación a la vida en las islas y por formar parte del patrimonio ganadero, histórico, social y cultural de las islas Pitiüsas.
Ojalá nunca desaparezca de los campos de estas islas la imagen de los rebaños de cabras de raza Eivissenca.

Rebaño de cabras de raza Eivissenca.
Can Malacosta.
Sant Carles, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

AGRADECIMIENTO.
Este artículo no podría haberse realizado sin la inestimable ayuda de Marc Ferrer Subirana, joven ganadero de Can Malacosta, que es uno de los mayores defensores de la raza.
Precisamente mientras se escribía este artículo, los hijos de una anciana ganadera de Eivissa que ya no podía hacerse cargo de sus dos cabras, contactaron con Marc para ver si él podía quedarse con ellas. Consciente de lo que supone la pérdida de dos ejemplares teniendo en cuenta el reducido censo de la raza, Marc decidió hacer cargo de las dos cabras que ya forman parte de su rebaño.

Las dos últimas cabras incorporadas al rebaño de  Can Malacosta.
Sant Carles, Santa Eulària des Riu (Eivissa).


NOTA FINAL DEL AUTOR.
Hace algo más de un año, Marc contactó conmigo a través de una conocida red social para felicitarme por uno de los artículos que escribo, enviándome el siguiente mensaje:

"¡Buenas noches! 
Hace tiempo que te sigo por aquí y me gusta mucho leer los artículos que escribes. 
El artículo de hoy no ha sido menos, como todos los relacionados con las cabras, que me apasionan.
Soy un pequeño ganadero de Ibiza son muy común en la raza autóctona de aquí las cabras galanas como las llamáis allí, para nosotros pintades, feixades o pigardes.
Gracias por compartir todos tus artículos y toda la sabiduría que has podido ir recogiendo de los más mayores de la zona.
¡Enhorabuena por tu trabajo!
Un saludo desde Ibiza"

Cabra Eivissenca.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

Marc se refería con este mensaje a un artículo que escribí sobre las cabras galanas, nombre que damos en la Sierra de Gredos y en Extremadura a las cabras de cualquier color con grandes manchas de color blanco.
Le di las gracias por su comentario y la cosa quedó ahí hasta que hace unas semanas contacté con él para pedirle ayuda con la idea de escribir un artículo sobre la cabra Eivissenca.
Desde el primer momento, Marc se ofreció a ayudarme enviándome todo tipo de datos y fotografías de su ganadería y de otras de las islas de Eivissa y Formentera.
¡MUCHÍSIMAS GRACIAS, MARC!

Precioso ejemplar de cabra Eivissenca al que en mi pueblo llamaríamos galano.
Can Malacosta.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu (Eivissa).

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico forestal.

Bibliografía y fuentes consultadas:

- Esteban Muñoz, C. (2008). Razas Caprinas Españolas. Colección FEAGAS.
- Programa de cría. Associació de criadors de cabra Pitiüsa.
- Entrevista realizada a Marc Ferrer Subirana, de Can Malacosta, criador de cabras de raza Eivvissenca.

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