lunes, 16 de septiembre de 2024

DIONI: CABRERO DE TODA LA VIDA.

Dionisio Prieto Cuarto (n. 1982), Dioni para los amigos, es ganadero de la localidad cacereña de Casas de Millán.
Aunque tiene vacas, cochinos, gallinas, una yegua y una burra, Dioni se dedica fundamentalmente a la cría de cabras, por lo que él se define como CABRERO y podemos decir perfectamente que es un CABRERO DE TODA LA VIDA por haber seguido la tradición familiar.

Dioni con sus cabras.

Desde niño, a Dioni siempre le apasionaron las cabras y cuidaba las de su abuela Juliana Borja Andrés, mujer recia, luchadora y trabajadora como pocas.
Precisamente fue Juliana la que regaló a Dioni sus primeras cabras para que las tuviese junto a las que ella tenía.
Cuando la abuela falleció en 2002, Dioni se quedó con todas las cabras, comenzando así su vida como "cabrero independiente".

Cabra parida.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Los comienzos no fueron fáciles puesto que Dioni partía prácticamente de cero con un rebaño de poco más de 20 cabras y sin apenas fincas propias ni instalaciones.
Aprovechaba terrenos que le dejaban los vecinos del pueblo pero tenía que estar constantemente pendiente de las cabras, hacer el queso y todas las tareas de la explotación.

Cabras.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Poco a poco, y no sin gran esfuerzo, Dioni fue prosperando criando más cabras y obteniendo así mayores beneficios que invirtió en la construcción de instalaciones adecuadas para el manejo correcto y moderno de las cabras, montando una sala de ordeño para facilitar este arduo trabajo.

Cabras en la sala de ordeño.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Actualmente Dioni tiene alrededor de 250 cabras que pastan en dos fincas diferentes, una de las cuales se encuentra en término municipal de Casas de Millán y otra en el vecino municipio de Serradilla.

Cabras de Dioni en la dehesa.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Las cabras de Dioni pertenecen al conjunto mestizo, siendo fruto de diversos cruces aunque, siguiendo la tendencia actual, Dioni procura utilizar sementales de raza Florida, raza caprina originaria de Andalucía y que a su gran rusticidad, une la gran producción leche en cantidad y calidad y la excelente producción cárnica gracias a su tamaño y prolificidad.

Cabras y sementales durante la época de cubrición.
(c) Dionisio Prieto Cuarto.

Las cabras de Dioni alcanzan unas producciones lecheras bastante elevadas y al ser tantas cabezas, el ordeño se realiza de forma mecánica lo que facilita el trabajo y garantiza en todo momento la calidad higiénico-sanitaria de la leche.

Ordeño mecánico.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

No obstante, cuando la producción es baja o cuando se saca solamente la leche sobrante que no consumen los cabritos, Dioni ordeña manualmente a las cabras como se ha hecho de toda la vida, conociendo perfectamente esta práctica que le enseñó su abuela Juliana cuando era niño.

Cabras en la sala de ordeño dispuestas para ser ordeñadas a mano en el cubo.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

La leche obtenida del ordeño es conservada en tanques de refrigeración donde permanece hasta que es recogida por la industria para su transformación en queso.
La venta de leche constituye para Dioni uno de los principales ingresos aunque el precio del producto fluctúa mucho de unos años a otros y el ganadero no puede hacer otra cosa que aceptar el precio que pone la industria si no quiere echar la leche a los cerdos.

Leche en el tanque de refrigeración.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Parte de la leche es destinada a la elaboración de quesos para el consumo familiar y para regalar alguno a los familiares y amigos.
Dioni elabora un exquisito queso fresco de manera tradicional tal y como le enseñó su abuela.
Tradicionalmente, todos los cabreros vendían algo de leche fresca a los vecinos del pueblo y el resto la transformaban en queso que también vendían a los vecinos cuando aún estaba fresco, pudiendo consumirse directamente o curarse para cuando no lo hubiese. Esta práctica, lamentablemente, está prohibida.

Quesos elaborados por Dioni.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

La venta de cabritos constituye otro ingreso para Dioni que realiza varias parideras a lo largo del año para garantizar la producción lechera constante.
Tras alrededor de un mes de lactancia, los cabritos son vendidos para su sacrificio en mataderos especializados.
Con los cabritos pasa algo parecido a lo que ocurre con la leche. Los compradores fijan un precio por el kilo vivo en base a cabritos de 10 kilogramos y el ganadero tiene que aceptar esas condiciones.

Cabra de parto cuádruple.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Con el fin de mantener constante la producción de leche a lo largo del año y también con el fin de reducir un poco el trabajo y obtener el máximo beneficio posible, Dioni realiza varias parideras a lo largo del año siendo la principal la de otoño para vender los cabritos en fechas próximas a la navidad que es cuando más demanda hay y por lo tanto cuando el precio es más elevado.

Cabritos.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Las parideras de finales de invierno y de finales de primavera, épocas en las que el precio de los cabritos es más bajo, son fundamentales para mantener la producción de leche durante los meses veraniegos en los que, en otras ganaderías apenas se ordeña, lo que hace que el precio de la leche aumente un poco.

Cabra con sus tres cabritos.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Las parideras de las cabras extensivas son épocas especialmente complicadas ya que si alguna cabra pare en el campo, especialmente durante la noche, los cabritos pueden ser devorados por los zorros mientras que durante el día pueden ser atacados por las grandes rapaces. 
Dioni tiene que estar especialmente vigilante durante esas épocas, algo complicado teniendo en cuenta que el resto de cabras que no tienen que parir están produciendo leche en gran cantidad y necesitan una atención constante.
Sin embargo, si todas las cabras pariesen a la vez, sería imposible manejar la explotación.

Cabra recién parida en el campo.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Aunque los cabritos, al igual que las crías de los demás herbívoros salvajes y domésticos, nacen en un avanzado estado de desarrollo, en ocasiones necesitan ayuda para mamar y Dioni tiene que revisarlos uno a uno dos veces al día para asegurarse de que han mamado correctamente.

Ayudando a mamar a dos cabritos.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Los cabritos se ven fuertemente afectados por el frío, la lluvia y los cambios bruscos de tiempo, por lo que deben permanecer en instalaciones adecuadas para su desarrollo y recibir los cuidados adecuados, especialmente cuando, como ocurre en el caso de las cabras de Dioni, se producen muchos partos dobles, triples e incluso cuádruples.

Cabra con sus dos cabritos.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Lógicamente, no todos los cabritos son destinados a la venta puesto que un porcentaje variable de las hembras nacidas, son recriadas para reposición. Para ello, Dioni elige sabiamente a las hijas de las mejores cabras según su producción y morfología.
Durante el periodo de recría, las chivas son convenientemente alimentadas para que se desarrollen adecuadamente antes de ser cubiertas por primera vez.

Chivas comiendo pienso.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Dioni maneja sus cabras de forma extensiva, complementando su alimentación con piensos y forrajes desecados cuando el pasto escasea o las necesidades nutricionales aumentan (gestación, lactación...)
Esto hace que tanto la leche y la carne de los cabritos adquieran una calidad y sabor inigualables cumpliendo además las cabras una gran labor manteniendo el campo libre de matorrales, reduciendo así el riesgo de que se produzcan incendios forestales y favoreciendo el desarrollo de una gran biodiversidad zoológica y botánica.

Cabras en pastoreo.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Para poder controlarlas adecuadamente, al tenerlas en dos fincas diferentes y a considerable distancia una de la otra, Dioni tiene colocados collares GPS a algunas cabras, práctica cada vez más habitual entre los cabreros extremeños.

Cabra con collar GPS.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Con el fin de diversificar las producciones y no depender de una única fuente de ingresos, Dioni mantiene también alrededor de una veintena de vacas mestizas dedicadas a la cría de terneros para la producción cárnica.

Vacas en verano.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Las vacas de carne requieren pocos cuidados en comparación con las cabras, pudiendo quedarse solas en la finca, limitándose Dioni a echarlas un ojo a diario cuando disponen de suficiente pasto.

Vacas durante la primavera.
(c) Dioni Prieto Cuarto

Cuando el pasto se agota, las vacas deben ser alimentadas con pienso o trasladadas a otra finca. Este es el mayor trabajo que estos animales dan a Dioni pero por lo demás, como decimos, "las vacas se cuidan solas".

Cambiando las vacas de finca.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Junto a las vacas, y más por afición que con una finalidad productiva, Dioni tiene una yegua y una burra, animales indispensables antaño para un cabrero al utilizarlos para tareas tan importantes como el transporte de la leche, el queso o los cabritos desde las majadas a los pueblos y mercados.

La burra y la yegua de Dioni.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Dioni, como buen cabrero de toda la vida, tiene una piarilla de cochinos. Suele tener una cochina, un verraco y un par de cochinos que ceba para la matanza.

Cochinos de Dioni.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Si todo va bien, cada 5-6 meses la cochina grande pare 10 ó 12 cochinillos que llegado el momento del destete son vendidos a otros criadores, reservando un par de ellos para la matanza.
Durante el periodo de cría de los pequeños lechones, Dioni está especialmente pendiente de que todo marche bien, alimentando convenientemente a la cochina para que de abundante leche para amamantar a sus crías.

Cochina con sus cochinillos.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

El motivo principal por el que Dioni, como los cabreros tradicionales, no puede prescindir de los cochinos es porque estos animales aprovechan de manera muy eficiente el suero sobrante de la elaboración del queso. Este líquido blanquecino obtenido al separar la parte sólida o cuajada de la líquida de la leche, contiene gran cantidad de nutrientes y es el mejor alimento que existe para los cerdos a los que les encanta.

Cochina bebiendo suero en una pila de piedra.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Las cochinas de cría y los verracos pueden beber todo el suero que quieran pero en el caso de los cochinos de cebo se les debe echar cada vez menos cantidad conforme se acerca la matanza e incluso dejar de darles suero 2 ó 3 meses antes de la misma porque en caso contrario, la carne tiene un sabor desagradable y los embutidos se curan mal.
Se debe entonces alimentar a los cochinos de cebo también con desperdicios de comida, pienso, higos secos, bellotas, hierba....

Cochino comiendo bellotas.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Dioni sabe muy bien todo esto y da a sus cochinos una alimentación sumamente variada, obteniendo así una carne de gran calidad con la que elabora excelentes embutidos para su consumo propio.

Secando los embutidos.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Dioni tiene numerosas gallinas y gallos para abastecerse de huevos y carne. 
Estos animales dan muy poco trabajo y poco gasto, alimentándose con algo de pienso, sobras de la comida y lo que encuentran en el campo lo que hace que su carne y sus huevos tengan un sabor excepcional.

Gallinas.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

En lugar de comprar pollitas para renovar las gallinas viejas que hay que ir quitando cuando dejan de poner, Dioni aprovecha que al tener gallos los huevos de sus gallinas son fértiles, para criar sus propios pollitos, algo que hace de forma totalmente natural y no utilizando incubadoras.

Gallinas con sus pollitos.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Criar pollitos es, como bien saben todos los que tienen gallinas, una auténtica lotería y muchas veces nacen más machos que hembras y como no se pueden criar tantos gallos, Dioni destina estos pollos al consumo familiar. 

Auténticos pollos de corral.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Por supuesto, en una explotación ganadera extensiva donde las instalaciones se encuentran en medio del campo, no pueden faltar unos animales que, pese a ser aparentemente improductivos, son indispensables. Se trata de los gatos.

Gato descansando.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Estos animales campan a sus anchas por las naves de las cabras, cobertizos, corrales, sala de ordeño, almacenes... manteniéndolos libres de ratas, ratones y otros animales indeseables.
Especialmente importante es su trabajo en los almacenes en los que se guarda el pienso para alimentar a las cabras.

Gato vigilando los sacos del pienso.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Y en toda explotación de ganado extensivo es fundamental la labor de los perros que guardan y defienden al ganado de cualquier persona extraña o de posibles depredadores como perros asilvestrados o zorros, manteniendo Dioni cuatro mastinas.

La perra guiando a las cabras.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Todos los que conoce a Dioni, coinciden en describirlo como un gran trabajador como hay pocos. Desde por la mañana está haciéndose cargo de las cabras, las vacas, los cochinos, las gallinas, haciendo el queso, llevando al día todo el papeleo de la ganadería, realizando las tareas de casa...

Cabras de Dioni.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Aunque Dioni está soltero y no tiene hijos, cuenta de vez en cuando con la ayuda de María Esteban, hija de unos buenos amigos, que tiene muy claro que cuando sea mayor quiere ser cabrera como Dioni.

María Esteban con los cabritos.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Pero no todo es trabajar para Dioni, porque siempre saca tiempo para estar con sus amigos y ayudarlos en lo que sea necesario, quedando también tiempo para disfrutar de su mayor afición: los toros.
Durante el verano, Dioni se organiza de tal manera que atiende satisfactoriamente a su ganado y realiza todas las tareas habituales para tener tiempo para ir a los toros y vaquillas de todos los pueblos de alrededor.

Cartel de los toros de Casas de Millán.


En definitiva, Dioni representa a la perfección a los recios ganaderos extremeños que llevan siglos luchando por salir adelante en esta tierra y gracias a ellos, todos nosotros podemos disfrutar en nuestra mesa de productos de calidad.
Además, conservan el medio ambiente y mantienen viva la cultura tradicional no sin gran esfuerzo ante todas las trabas con las que se encuentran.

Cabras de Dioni.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

NOTA FINAL.
Este artículo ha sido escrito a petición de Sandra Rodríguez Sánchez y José Carlos Muñoz Arias, grandes amigos de Dioni. 
Ellos, junto a su pequeña hija Gala, quieren dedicar este sencillo pero sencillo homenaje al que es un gran trabajador pero sobre todo un gran amigo.

José Carlos, Sandra y Gala.

También yo, como escritor de EL CUADERNO DE SILVESTRE, quiero dedicar este artículo a Dioni, al que no conozco en persona, que es un gran lector y colaborador desde hace tiempo, aportando desinteresadamente multitud de fotografías y datos de interés para la realización de numerosos artículos.
Siempre recordaré que en una de mis primeras conversaciones con Dioni, me dijo que el artículo del blog que más le gustaba era el de LAS CABRAS Y OVEJAS DE TÍA VICENTA LA JAMBRINA porque le recordaba mucho a su abuela Juliana. Esto fue para mí algo muy especial ya que ese artículo representa mucho para mí.
He de decir también que es para mí un gran orgullo poder escribir un artículo de un ganadero de Casas de Millán pues como expliqué en el artículo GUIJO DE JARANDILLA EN EL INTERROGATORIO DE TOMÁS LÓPEZ. AÑO 1792 algunos de mis antepasados partieron de allí con destino a mi pueblo a finales del siglo XVIII y ya bien entrado el siglo XX, mi tío Arcadio ejerció como secretario municipal de Casas de Millán durante varias décadas.

Cabras de Dioni.
(c) Dioni Prieto Cuarto.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico forestal.

14 comentarios:

  1. Magnífico reportaje de esa gran persona que es Dionisio

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  2. Precioso reportaje hecho a Dioni mi sobrino,a petición de mis otros sobrinos Sandra José Carlos y Gala

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  3. Bonito reportaje, gran persona Dioni

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  4. Mucha Salud y suerte a esos ganaderos extremeños adelante con muchos ánimos

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  5. Muy chulo el reportaje y Dioni una gran persona.

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  6. Mucha fuerza a Dionisio y a toda su familia es un chico excelente bien bien es muy trabajador y muy fuerte

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