LA CABRA DEL ASÓN

Al hablar de la ganadería en Cantabria, pocos serán los que piensen en cabras. La mayoría pensarán en las clásicas vacas lecheras con manchas blancas y negras (raza Frisona o Pinta en Cantabria) o los más familiarizados con la ganadería cántabra quizás piensen en las vacas autóctonas Tudanca, Pasiega y Monchina.
Pero en Cantabria también hay cabras autóctonas aunque no estén oficialmente reconocidas. Es el caso de la llamada CABRA DEL ASÓN.

Cabras del Asón.
(c) Gorka Fernández Fernández.

Antes de nada, es preciso indicar que en este artículo nos centraremos en una raza caprina que no cuenta con reconocimiento oficial y sobre la que apenas encontramos datos en la bibliografía zootécnica pero que desde tiempo inmemorial es conocida y criada en la comarca del Asón-Agüera, al sureste de Cantabria, y en zonas cercanas.

Cabras adultas.
(c) Gaspar Guas Fernández.

DENOMINACIÓN DE LA RAZA.
Esta cabra puede encontrarse en diversos puntos de Cantabria e incluso fuera de ella, pero tradicionalmente el mayor número de rebaños y los ejemplares más valorados, se encontraban en la comarca del Asón, motivo por el que proponemos el nombre de CABRA DEL ASÓN para esta raza caprina.

Rebaño de cabras en Ogarrio, Ruesga.
(c) Alejandro López García.

CARACTERÍSTICAS.
Al tratarse de una raza que no cuenta con reconocimiento oficial ni asociación de criadores, no dispone de prototipo racial, si bien los ganaderos han seleccionado durante siglos sus cabras para obtener un animal adaptado a la zona y hoy en día, conforman una población con características comunes y bien definidas.


Lote de cabras del Asón
(c) Gaspar Guas Fernández.

Agrupa animales de perfil cefálico recto a convexo, eumétricos o subhipermétricos y sublongilíneos. Ambos sexos presentan cuernos en forma de arco.
Las capas predominantes son las oscuras desde la totalmente negra (mora) a las capas oscuras con degradaciones rojizas (corza y lobata).
Se trata de animales de gran rusticidad, adaptados al clima frío y lluvioso y a las fuertes pendientes de las zonas montañosas del sureste de Cantabria, donde son explotados para la producción de carne.

Chivo en el que se aprecian bien las características generales de la raza.
(c) Sergio Fernández Maza.

Cabeza pequeña con perfil recto o subconvexo, siendo esta característica más pronunciada en los machos, dando lugar a la denominada "trompa".
El perfil es mucho más convexo en los machos o chivos que en las cabras, dando lugar a una "trompa" mucho más visible.

Chivo en el que se aprecia el perfil subconvexo.
(c) Adrián Manteca Cerecedo.

Orejas horizontales o ligeramente levantadas que, en los individuos adultos pueden aparecer algo caídas por el crotal identificativo.
Cuernos de gran desarrollo en ambos sexos con forma de arco (tipo aegagrus). De sección elíptica en la base, crecen de forma paralela pudiendo abrirse en las puntas, especialmente en los chivos. Cara exterior del cuerno redondeada y cara interior plana, presentando una arista muy marcada en el borde superior del cuerno o quilla.
Este tipo de cuerna ha sido denominada tradicionalmente como "corva" o "acachavada".

Cabras con cuerna "corva" o "acachavada".
(c) Fermín Gómez Pérez.

Cuello corto y potente en el macho y más fino y grácil en la cabra. Se valora mucho la presencia de mamellas o "gargantillas". 
Tronco fuerte y profundo con costillares bastante arqueados.
Extremidades cortas y fuertes, terminadas en pezuñas pequeñas y duras.
Mama globosa, bien insertada y pegada al vientre, permitiendo a las cabras desenvolverse en terrenos con abundante maleza y en zonas abruptas.

Detalle del cuello de una hembra.
(c) Gaspar Guas Fernández.

Pelo fino, corto y tupido y brillante en las hembras, más largo en el macho pero sin llegar a ser nunca animales "churros", considerándose como defecto la presencia de pelo largo.
Las cabras carecen de perilla mientras que los machos presentan barba. 

Cabra con el pelo brillante típico.
(c) Gaspar Guas Fernández. 

La capa es variable, existiendo tres tonalidades básicas: corza, mora y lobata.

- Corza.
Capa negra con degradaciones rojizas que afectan a la parte distal de las extremidades, la ubre, la cara interna de las extremidades y la zona inferior de la cola. 
En la cabeza, las degradaciones afectan al hocico y aparece una franja a ambos lados de la cabeza desde el hocico a los cuernos. Las orejas son también de color rojizo.
Actualmente es la capa más común.

Cabra de capa corza.
(c) Mingui Ruiz Herrero.

- Mora.
Capa absolutamente negra sin degradaciones ni manchas de otro color.
En el pasado, esta capa era dominante pero a finales del siglo XX se produce una mayor demanda de ejemplares de capa corza y las cabras moras van disminuyendo poco a poco.
En la zona de Soba a mediados del siglo XX, el 60-70% de las cabras eran de capa mora.

Macho de capa mora.
(c) Gaspar Guas Fernández.

- Lobata.
Similar a la corza pero con la parte anterior de las extremidades de color negro, recordando así al patrón cromático del lobo ibérico.
Las degradaciones rojizas de la cabeza están menos extendidas por regla general en las cabras lobatas respecto a las corzas.

Cabra lobata.
(c) Alejandro López García.

El formato es variable en función del sistema de explotación especialmente en cuanto a la alimentación.
No obstante se pueden estimar como medios pesos de unos 50 kilogramos en las hembras adultas y de 70 kilogramos en los machos.
Sin embargo, cuando se someten a un buen manejo, pueden alcanzar 65 kilogramos en el caso de las hembras y 80 e incluso 100 o más kilogramos en los machos.

Macho adulto.
(c) Gaspar Guas Fernández.

ORIGEN E HISTORIA.
La CABRA DEL ASÓN, al igual que otras razas del norte peninsular, pertenece al tronco Pirenaico.
Hay cierta controversia entre los distintos autores sobre el tronco Pirenaico y el Alpino, por ser muy similares, diferenciándose fundamentalmente en la longitud del pelo que sería largo en el Pirenaico y corto en el Alpino por lo que atendiendo a esta premisa, la CABRA DEL ASÓN sería Alpina y no Pirenaica.

Por su pelo corto y fino, sería una cabra del tronco Alpino.
(c) Gaspar Guas Fernández.

Durante mucho tiempo, los distintos estudios agruparon las cabras del norte peninsular, bajo la denominación de "Cabra Pirenaica".
La cabra Pirenaica primitiva (tipo aegagrus), descendiente de las primeras cabras domésticas llegadas a la península ibérica hacia el V Milenio antes de Cristo, se extendió por toda el territorio para ser posteriormente desplazada en las zonas del sur y centro por los tipos prisca/falconeri y nubiano y quedar relegada a las zonas más inhóspitas del norte.

Cabra Pirenaica.
(c) Iñaki Astobiza.

APARICIO SÁNCHEZ en 1960 describe un tipo de cabra que llama Alpina Española y que se caracterizaba por su tamaño medio-pequeño, aptitud mixta carne-leche y capas berrendas o remendadas. Según este autor, estas cabras poblaban diversos sistemas montañosos, apareciendo en relativo grado de pureza en la Cordillera Cantábrica.
Esta descripción coincide con la de la actual "Raza Mantrina", cabra que desde tiempo inmemorial ocupa la confluencia de Asturias, Castilla y León y Cantabria, siendo relativamente abundante en la comarca cántabra de Liébana.  Al igual que la Cabra del Asón,  carece de reconocimiento oficial.

Cabras Mantrinas.
(c) Santiago Álvarez Bartolomé.

Sin embargo, de los años 60 contamos con algunas de las fotografías más antiguas de la raza en la que se aprecian claramente las características de la cabra del Asón.
Magnífica es la fotografía conservada por los familiares de Ladislao Cano Martínez, de La Alcomba, Ruesga, en la que pueden verse dos cabras, una lobata y otra mora, acompañadas de dos cabritos moros.

Cabras de Ladislao Cano Martínez. 1963.
(c) Gaspar Guas Fernández.

ESTEBAN MUÑOZ en 1980, sigue considerando todas las cabras del norte como "Raza Pirenaica" y sigue destacando entre ellas las de Liébana pero no habla para nada de las cabras que habitaban en la zona Oriental de Cantabria.
Sin embargo, reconoce que hay variedades que podrían ser consideradas razas independientes como la Cabra Gallega o la Cabra del Moncayo que, actualmente, cuenta con reconocimiento oficial como razas autóctonas.

Cabra Gallega.
Aunque de color rojo, por su morfología, recuerda grandemente a la cabra del Asón.
(C) Antonio Tucci

De la década de los 80, se conservan interesantes fotografías que muestran a la perfección rebaños completos o en los que la inmensa mayoría de los ejemplares tenían las típicas características de la cabra del Asón.
Es el caso de una preciosa fotografía del rebaño de Luis Fernando Gutiérrez Barreras, del Valle de Soba.
En esta fotografía tomada en 1985 pueden observarse cabras moras, lobatas y corzas con la cuerna acachavada y el perfil convexo que da lugar a la "trompa".

Rebaño de cabras en Manzaneda. Valle de Soba. 1985.
(c) Luis Fernando Gutiérrez Barreras.

GARCÍA DORY en 1990, al describir la "Raza Pirenaica" reconoce que al tener una distribución tan amplia existen diversas variedades conocidas con nombres locales.
Para este autor, había en esa fecha alrededor de 11.000 cabras de "Raza Pirenaica" en Cantabria. 
En esta época, aún había gran cantidad de rebaños de cabras en zonas como el Valle del Soba. Este es el caso del rebaño que aparece en la siguiente fotografía.

Excepcional rebaño de Cabras del Asón.
Valcaba. Valle de Soba. 1989.
(c) Julio Fernández Peña.

EN 1997 se produce un hecho trascendental para todas las razas autóctonas españolas pues mediante Real Decreto 1682/1997 de 7 de noviembre, se actualiza el Catálogo de Razas de Ganado de España apareciendo nuevas razas caprinas que tradicionalmente estaban englobadas dentro de la "Raza Pirenaica": Azpi Gorri, Bermeya, Gallega, Moncaína y Pirenaica.


Macho de raza Pirenaica.
Estas cabras son conocidas en Cantabria como "corzas blancas" y en Euskadi como "azpi zuris"
(c) Iñaki Astobiza.

Inexplicablemente, dos poblaciones caprinas plenamente diferenciadas y que habitaban los montes de Cantabria quedan sin incluir en dicho catálogo: la Mantrina y la CABRA DEL ASÓN.
Posteriormente, en otras modificaciones del catálogo en las que se han incluido razas caprinas como la Blanca de Rasquera, la cabra que nos ocupa, no ha sido incluida. 

Cabra adulta.
(c) Mingui Ruiz Herrero.

En 2008 y dentro de la fabulosa Colección RAZAS GANADERAS ESPAÑOLAS de FEAGAS (Federación Española de Asociaciones de Ganado Selecto), ESTEBAN MUÑOZ escribe un volumen dedicado a las razas caprinas que, hoy por hoy, es uno de los mejores libros de razas caprinas autóctonas que hay en España. Sin embargo, en este libro no se menciona para nada a la CABRA DEL ASÓN.

Cabrita.
(c) Gaspar Guas Fernández.

IMPORTANCIA Y EXTENSIÓN.
La CABRA DEL ASÓN ocupa zonas de montaña y de clima muy húmedo, aparentemente poco aptas para el ganado caprino pero en las que esta cabra ha sido explotada desde tiempo inmemorial permitiendo sobrevivir a los habitantes de la zona.
Se distribuye fundamentalmente por la comarca cántabra del Asón-Agüera integrada por los municipios de Ampuero, Arredondo, Guriezo, Limpias, Ramales de la Victoria, Rasines, Ruesga, Soba y Valle de Villaverde.
No obstante, podemos encontrarlas en otros puntos de Cantabria, fundamentalmente en la zona Oriental de Cantabria como en San Roque de Riomiera o Entrambasaguas.
Dado que la raza no está reconocida, no existe un censo oficial pero el número de rebaños y ejemplares "puros" es cada vez más escaso.
En la comarca del Asón, encontramos rebaños de cierta importancia en Ruesga, Soba, Ramales de la Victoria....

Rebaño en Ogarrio, Ruesga.
(c) Alejandro López García.

CUALIDADES Y APTITUDES.
Se trata de una cabra rústica y sobria, adaptada a vivir en terrenos de montaña caracterizados por sus fuertes pendientes y clima lluvioso.
Tradicionalmente se destinaban a pastos de estas cabras las zonas más inaccesibles y altas a las que no podía acceder el vacuno, así como los bosques y zonas de abundante maleza.

Cabra pastando en una zona boscosa.
(c) Mingui Ruiz Herrero.

Es una cabra bastante arisca y temperamental, carácter agudizado por su explotación mayoritariamente extensiva y por convivir durante siglos con lobos y otros depredadores.

Las cabras se sienten muy seguras en zonas altas.
(c) Alejandro López García.

Se trata de una cabra de aptitud principalmente cárnica aunque en ocasiones es sometida a ordeño con resultados bastante interesantes.

Cabra con sus cabritos.
(c) Alejandro López García.

Reproducción.
Aunque pueden entrar en gestación en cualquier época del año, lo habitual es que si permanecen constantemente con los machos, el parto tenga lugar a finales del invierno o comienzos de la primavera.
Sin embargo, los ganaderos procuran que el parto tenga lugar en otoño para buscar mejores precios a la hora de vender los cabritos.
Los partos dobles son muy frecuentes cuando el ganado está bien manejado, especialmente cuando las cabras reciben una buena alimentación. Tanto es así, que se considera que la prolificidad media de la raza es superior al 150% pudiendo incrementarse si se mejora el manejo.
Los partos triples, no son infrecuentes, dándose numerosos casos todos los años.

Parto doble
(c) Gaspar Guas Fernández.

Producción de carne.
La producción cárnica se centra en el cabrito lechal sacrificado en torno a los 45 días con un peso vivo de 14-16 kilos. Los cabritos suelen nacer a comienzos del mes de Noviembre con el objetivo de venderlos en fechas próximas a la Navidad que es cuando alcanzan mejor precio en el mercado.
Son criados exclusivamente con leche materna.

Cabra con cabrito.
(c) Alejandro López García.

Producción lechera.
En ocasiones, la CABRA DEL ASÓN ha sido sometida a ordeño aunque no ha sido una práctica muy habitual posiblemente debido a que desde tiempo inmemorial ha habido en la zona vacas lecheras de raza Pasiega primero y de raza Frisona (Pinta) después así como ovejas de raza Latxa y Carranzana.

Vaca Pasiega.
(c) Áurea Quintial Ortiz.

Norberto Fernández Gómez, nacido en 1955 en Soba, ha oído contar a los ganaderos del pueblo que en los años 40 del siglo XX, con motivo de la dureza de la posguerra, el ordeño de estas cabras sí que fue una práctica bastante habitual, mezclando la leche con la de vaca y oveja para la elaboración de queso que se vendía fresco y/o curado en las ferias y mercados.
También se ordeñaban cuando nacía en la familia algún niño y no podía ser alimentado por su madre.
En las casas donde se tenían vacas lecheras, era habitual ordeñar a las cabras tras la retirada del cabrito para alimentar a alguna jata (ternera) durante 2 ó 3 meses.
Esto permitía destinar toda la leche de las vacas a la producción de queso y mantequilla o a la venta sin necesidad de reservar una cantidad a los terneros.

Jata Pasiega.
(c) Sergio Canales García.


EXPLOTACIÓN Y MANEJO.
El sistema habitual de explotación en la comarca del Asón y particularmente en las zonas más altas, es netamente extensivo permaneciendo las cabras en el monte durante la mayor parte del año en estado de semilibertad vigilada.
No obstante, el aumento de la población de lobos hace que este sistema sea cada vez más peligroso.

Cabras en Ogarrio, Ruesga.
(c) Alejandro López García.

Las cabras son bajadas a los pueblos en fechas próximas a la festividad de Todos los Santos, momento en el que tiene lugar en Arredondo una de las ferias de ganado caprino más importantes de España y a la que acuden tratantes de todo el norte peninsular en busca de los célebres chivos de la zona para comprarlos y utilizarlos como sementales.

Los chivos de la feria de Arredondo, son muy demandados.
(c) David Setien Araujo.


Por los chivos del Asón se pagaban y se pagan aún hoy en día sumas realmente altas. Son muy buscados por ganaderos de Cantabria, Asturias, País Vasco...por considerarlos de gran calidad y pureza al no haber recibido influencia de razas extrañas.

Precioso chivo de Luis García Trueba.
(c) Luis García Trueba.

Las cabras permanecen durante el invierno en los alrededores de los pueblos, encerrándose en las cuadras durante la noche.
Esto permite controlar la paridera y mantener a los cabritos a salvo del ataque de los lobos, zorros, águilas y otros depredadores.
Al tratarse de rebaños relativamente pequeños, es común que la estabulación se realice en cuadras tradicionales.

Cabras en la cuadra.
(c) Alejandro López García.

Llegada la primavera, las cabras, son soltadas nuevamente en el monte, donde permanecerán hasta el otoño siendo visitadas periódicamente por los ganaderos para controlarlas. 
Muy a menudo, las cabras son vigiladas en todo momento por los mastines para evitar que sean atacadas por el lobo.

Cabras en el monte.
(c) Alejandro López García.

En ocasiones, estas cabras son criadas en zonas bajas en pequeños lotes junto al ganado vacuno, pastando en los mismos prados y en zonas de monte y bosque poco aptas para el vacuno. 
En épocas pasadas, cuando estas cabras se hallaban mucho más extendidas, era común que todas las familias del oriente de Cantabria tuviesen algunas. En los valles pasiegos era común que pequeños rebaños o simplemente ejemplares aislados de ovejas y cabras pastasen junto a las vacas y realizasen la tradicional "muda" o trasterminancia pasiega entre las diferentes cabañas.

Cabras en un prado.
(c) Gaspar Guas Fernández.

CONCLUSIONES FINALES.
La CABRA DEL ASÓN es una raza diferenciada del resto de caprinos vecinos aunque no cuenta con reconocimiento oficial y por lo tanto no puede recibir ayudas como raza en peligro de extinción.
El primer paso para su reconocimiento es crear una Asociación de Criadores y realizar un estudio genético de estas cabras.

Cabras en la feria de Mirones.
(c) Isaac Díaz Granel.

También es muy importante el testimonio de los ganaderos, tanto de los que actualmente crían estas cabras como de los ganaderos más viejos.
Por ejemplo Alejandro López García, de Ogarrrio, Ruesga, nos cuenta que en su casa llevan más de 100 años criando estas cabras y que no se diferencian en nada de las que criaba su bisabuelo Dámaso García Gómez en 1920.

Cabras de Alejandro López García.
(c) Alejandro López García.

Gaspar Guas Fernández, ganadero de Ramales de la Victoria y uno de los principales conocedores de la raza, ha hablado con cabreros viejos de todos los pueblos de la comarca, que son los verdaderos conocedores del tipo de cabra que lleva criándose desde siempre en la zona.

Cabra mora de Gaspar Guas Fernández.
(c) Gaspar Guas Fernández.

Es importante la unión entre todos los ganaderos y el esfuerzo de la Administración, de los veterinarios, técnicos e ingenieros para que la CABRA DEL ASÓN sea reconocida como raza oficial.
Para Cantabria debería ser un orgullo que junto a las vacas Tudanca, Pasiega y Monchina, a la gallina Pedresa y al caballo Monchino, figure también la CABRA DEL ASÓN.

Cabras del Asón.
(c) Gaspar Guas Fernández.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.

Agradecimientos:
A todas las personas que han aportado desinteresadamente sus fotografías e información sobre la raza, especialmente a Gaspar Guas Fernández por su gran labor aportando datos y recorriendo el Valle del Asón para recopilar fotografías e información.

Bibliografía y fuentes consultadas:
- G. Adriano García-Lomas. (1960). Los Pasiegos. Estudio crítico, etnográfico y pintoresco. Santander.
- Aparicio Sánchez, G. (1960) Zootecnia Especial. Etnología Compendiada.
- Esteban Muñoz, C. (1980) Catálogo de razas de ganado de España. I Especies Ovina y Caprina.
- Esteban Muñoz, C. (2008). Razas Ganaderas Españolas Caprinas. Colección FEAGAS.
- García Dory, M.A. (1990). Guía de campo de las razas de ganado de España. Ed. Alianza Editorial.
















Comentarios

Publicar un comentario

ENTRADAS MÁS VISITADAS