viernes, 1 de diciembre de 2023

LA TRASHUMANCIA DEL GANADO EQUINO

Al hablar de trashumancia pensamos en grandes rebaños de ovejas, vacas o cabras recorriendo las vías pecuarias acompañados de perros y pastores, vaqueros o cabreros que pueden ir a pie o caballo pero no pensamos en grandes yeguadas realizando este tipo de desplazamientos aunque en ciertas zonas de España como la Cordillera Cantábrica, los Pirineos o el Sistema Central, son muy habituales.




1. ANTECEDENTES.
Durante miles de años, los caballos y otros équidos salvajes fueron presas fundamentales de los cazadores humanos que vivían siguiendo a las manadas en sus desplazamientos periódicos en busca de pastos frescos por las estepas, sabanas, montañas e incluso semidesiertos de Europa, África, Asia, América del Norte y del Sur.

Caballos en la dehesa.
Parrillas (Toledo)
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

Tras la última glaciación, algunas especies se extinguieron como consecuencia de los cambios climáticos y de la caza abusiva desapareciendo totalmente de continentes enteros como América. Incluso hay autores que señalan que el caballo salvaje que habitaba la península Ibérica y que fue intensamente representado en el arte paleolítico especialmente en la Cordillera Cantábrica, habría desaparecido por completo aunque otros autores opinan que quedaron pequeñas poblaciones relícticas en las montañas norteñas.

Potra de caballo de Przewalski.
Caballo primitivo que aún habita en estado salvaje en Asia.
(c) Carlos Sánchez González.

Tras algunos milenios en los que se siguieron considerando piezas de caza, los caballos fueron domesticados en las estepas de Europa Oriental y Asia Central hacia el VII-VI Milenio A.C. extendiéndose posteriormente por todo el Viejo Mundo.
En la península Ibérica hay constancia clara de la presencia de caballos totalmente domesticados ya a comienzos o mediados del III Milenio A.C. aunque sigue habiendo discusiones sobre si llegaron ya en ese estado o fueron domesticados aquí.

Yegua con su potrillo.
Ruente (Cantabria)
(c) David Campuzano.

Durante siglos, e incluso podríamos decir que milenios, el caballo se ha explotado en la península Ibérica como animal de montura y en menor medida como animal de trabajo (carga y tiro).
Salvo en las montañas del norte peninsular donde siempre existieron yeguadas manejadas en estado semisalvaje, en el resto del territorio los caballos seguían una explotación más convencional ya que se necesitaban animales dóciles y fáciles de manejar. 

Caballos Monchinos.
(c) Isaac Díaz Granel.

Los caballos eran mantenidos en sistemas mixtos en los que se daba prevalencia al pastoreo sobre la estabulación. Si eran animales domados utilizados como montura o para el trabajo, pastaban siempre cerca de los núcleos urbanos mientras que aquellas poblaciones que se dedicaban exclusivamente a la crianza, vivían en dehesas o zonas de montaña realizando cortos desplazamientos altitudinales a lo largo del año.

Yeguas en los pastizales de montaña.
Tornavacas (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Pero al contrario que en otros lugares del mundo donde los caballos se criaron y siguen criando para la producción de leche y carne en sistemas extensivos y trashumantes, en la península Ibérica no se puede hablar estrictamente de ganado equino trashumante hasta la Edad Media, cuando los rebaños de ovejas de lana fina eran acompañados por yeguas que los pastores usaban para transportar el hato (comestibles, ropa, utensilios varios), de ahí el nombre de yeguas hateras.

Rebaño de ovejas Merinas trashumantes.
Madrid.
(c) Miguel Alba Vegas.

Aún despareciendo los privilegios del Honrado Concejo de la Mesta en 1836, los pastores trashumantes siguieron teniendo yeguas pues en la escusa, cantidad de ganado que el amo mantenía a los pastores y cuya producción era para ellos, se estipulaba que por cada rebaño de 1000 ó 1200 ovejas, podían tener 5 yeguas el rabadán, 4 el compañero, 3 el ayudador, el persona y el sobrao y 1 el zagal, lo que suponía un total de 19 yeguas que desde la Cordillera Cantábrica, el Sistema Ibérico o el Sistema Central, acompañaban a los rebaños hasta las dehesas del suroeste peninsular, recorriendo  varios centenares de kilómetros.

Yeguas en la dehesa.
Parrillas (Toledo)
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

No sólo los ganaderos de ovino trashumante o trasterminante que quedaron tras la desaparición de La Mesta, mantenía yeguas de cría. Muchos otros ganaderos españoles mantenían algunas yeguas junto a sus vacas, ovejas y cabras como complemento económico pues durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del XX, las yeguas tuvieron un enorme valor comercial tanto para ser utilizadas en el trabajo como para la crianza de potros y sobre todo de mulos.

Yegua con su potro.
Ruente (Cantabria).
(c) Raquel Cayón Campuzano.

2. EL CABALLO DE CARNE.
En la segunda mitad del siglo XX se producen una serie de cambios drásticos en la ganadería española que van a favorecer grandemente la aparición de yeguadas trashumantes.
En primer lugar, el gran descenso del precio de la lana hizo que muchos ganaderos vendiesen sus ovejas y se dedicasen a la explotación de ganado vacuno de aptitud lechera que no podía aprovechar los pastizales de montaña.

Vaca Frisona.
Brozas (Cáceres)
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Los pastizales comenzaron a ser aprovechados con el ganado vacuno autóctono que, si bien llevaba miles de años explotándose, formaba a menudo parte de pequeñas explotaciones poco rentables por lo que pronto comenzaron a cruzarse con toros de aptitud cárnica comprobando que los mestizos no se adaptaban bien a la vida en los puertos, por lo que era necesario mantener vacas autóctonas y cruzarlas con toros cárnicos pero vender los terneros antes de subir a los puertos. Otra opción, era mejorar el ganado autóctono, proceso lento y costoso pero realmente eficaz.

Tudancas en el puerto.
(c) Miguel Alba Vegas.

En cuanto al ganado equino de tipo pesado o semipesado, que había surgido del cruzamiento de yeguas autóctonas con sementales franceses de razas como la Bretona, estaba perdiendo su importancia como animal de trabajo y para la producción de mulas por lo que los ganaderos optaron por dedicarse a la producción de potros para carne que, en su gran mayoría, eran exportados a Francia.
Surge así el caballo de carne español que con el paso de los años dará lugar a razas como el Hispano-Bretón, el Burguete o el Caballo de Monte del País Vasco y el Caballo Pirenaico Catalán.

Caballo Hispano-Bretón.
Ruente (Cantabria)
(c) Raquel Cayón Campuzano.

Con estos caballos nace la verdadera trashumancia del ganado equino en España.
Las manadas o yeguadas comenzaron a ser manejadas del mismo que el ganado ovino de aptitud lanera y cárnica, que el vacuno de aptitud cárnica o que el caprino, unas veces asociadas a estas especies y otras en explotaciones dedicadas exclusivamente a las yeguas, pudiendo ser de un sólo propietario, de varios e incluso de todo un pueblo.

Yeguada trashumante.
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

3. TIPOS DE TRASHUMANCIA.
Como ocurre con el resto de especies ganaderas manejadas en sistemas extensivos o semiextensivos trashumantes, existen varios tipos de desplazamientos en función de la distancia recorrida o el cambio de municipio, provincia e incluso comunidad autónoma.
Veremos de forma detallada los principales tipos de trashumancia realizados por los caballos en la península Ibérica.

Yegua Hispano Bretona.
Puerto de Sejos (Cantabria)
(c) Raquel Cayón Campuzano.

3.1. LA MUDA.
Se trata de un desplazamiento corto realizado en áreas montañosas como la Cordillera Cantábrica (Castilla y León, Asturias y Cantabria), en el País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña además de en otras zonas como el Sistema Central.

Manada de yeguas en el Puerto de Sejos.
(c) Raquel Cayón Campuzano.

Durante el invierno, el ganado pasta en zonas bajas tanto en en valles y riberas de propiedad municipal o comunal como en praderas particulares, recibiendo a menudo alimentación complementaria a base de hierba seca y paja de cereal e incluso pienso en el caso de los potros preparados para la venta o de aquellos animales más delicados.

Alimentación complementaria.
Ruente (Cantabria).
(c) Raquel Cayón Campuzano.

En primavera, muchas yeguadas o manadas suben ya a los puertos o pastos de montaña dependiendo de las costumbres locales, si bien muchos ganaderos prefieren que las yeguas realicen el parto en los prados de las zonas bajas por ser un momento especialmente delicado tanto para las propias yeguas como para los potros ya que además de las posibles complicaciones que pueden presentarse en el parto, los animales pueden ser atacados por lobos y otros depredadores.

Yegua recién parida.
Ruente (Cantabria)
(c) Raquel Cayón Campuzano.

Dada la larga gestación de las yeguas, aproximadamente 11 meses, éstas salen en celo unos días después del parto, momento en el que tiene lugar la monta o la inseminación. Si el ganado se mantiene en praderas cercadas de las zonas bajas, se puede conocer con total seguridad la identidad del padre de cada potro, pero si las yeguas están en el monte cualquier caballo podría cubrirlas aunque estos animales tienen un carácter muy territorial y los sementales ahuyentan a cualquier posible competidor.

Cubrición.
Ruente (Cantabria)
(c) Raquel Cayón Campuzano.

A finales de primavera o principios del verano, las yeguas son subidas a los puertos o pastizales de montaña situados normalmente dentro del mismo término municipal o a lo sumo en pueblos vecinos.
Suben acompañadas de sus potros que se alimentarán de leche materna complementada poco a poco con el pasto.

Yeguas con sus potros.
(c) Miguel Alba Vegas.

Las yeguas permanecen todo el verano en completa libertad, siendo vigiladas por los ganaderos que suben de vez en cuando y para favorecer la permanencia de los animales en una misma zona, les suministran ciertas "golosinas" como sal, pan e incluso algo de grano lo que sirve también para complementar su alimentación y favorecer la producción de leche para que puedan alimentar satisfactoriamente a los potros.
El mayor problema de las yeguas que pastan en las zonas de montaña de la mitad norte peninsular durante el verano, son los abundantes lobos que causan la muerte a un elevado número de potros.

David Campuzano revisando sus yeguas.
Puerto de Sejos (Cantabria).
(c) Raquel Cayón Campuzano.

En otoño, cuando comienza a empeorar el tiempo, se realiza la muda en sentido inverso para que el ganado pase el invierno en los valles más abrigados. Es el momento aprovechado para retirar los potros que se van a vender o cebar así como las yeguas que por su avanzada edad ya no pueden seguir en la manada, realizándose en muchos lugares importantes ferias monográficas dedicadas exclusivamente a los caballos de aptitud cárnica así como concursos morfológicos de las principales razas autóctonas de este tipo.

Raquel Cayón Campuzano con su manada de yeguas.

El sistema que hemos descrito, es muy popular en zonas como Cantabria y es el que sigue la Raquel Cayón Campuzano en la localidad de Ruente, donde junto con su padre Aurelio Cayón y su tío David Campuzano, es propietaria de una manada de excelentes yeguas de raza Hispano-Bretona.

Raquel Cayón Campuzano con un semental Hispano-Bretón.

Las yeguas de Raquel Cayón pastan durante el verano en el Puerto de Sejos y en invierno son trasladadas a los prados de las zonas bajas próximos a la localidad de Ruente (Cantabria) donde permanecerán hasta el verano, momento en el que realizarán nuevamente la muda.

Yegua en el puerto.
(c) Raquel Cayón Campuzano.

Sin embargo, en la mayor parte de la serranías españolas, los ganaderos ganaderos no son propietarios de grandes manadas o yeguadas sino que poseen solamente 1 ó 2 yeguas o caballos utilizados para la crianza, el trabajo o que los mantienen simplemente por afición, limitándose a subirlos a los puertos, montañas o sierras de la localidad y soltarlos de manera individual o formando yeguas colectivas o comunales que pastan en zonas altas durante el verano y en invierno lo hacen en prados particulares, siendo frecuente la estabulación nocturna en este último periodo y la suplementación con heno, paja y cereal.

Caballos de varios ganaderos.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Al no formar núcleos "hermanados", los caballos y yeguas de estas improvisadas "yeguadas" tienen tendencia a vagabundear por los pastizales lo que obliga a los ganaderos a valerse de ciertos métodos para reducir el movimiento como puede ser la colocación de "maneas" o "trabas".

Caballo trabado.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

3.2. TRASTERMINANCIA O TRASHUMANCIA CORTA.
La trasterminancia es un tipo de trashumancia corta pues el ganado recorre menos de 100 kilómetros entre los pastos de invierno y los de verano.
También suele considerarse como trasterminancia aquellos desplazamientos realizados dentro de la misma provincia pero esto es menos exhaustivo ya en que provincias grandes como Cáceres, el ganado puede recorrer casi 200 kilómetros entre los diferentes pastos.

Yeguada en los pastizales de verano.
Tornavacas (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Este sistema, aunque en ocasiones se realiza en la Cordillera Cantábrica y los Pirineos, es más habitual en zonas del Sistema Central como la Sierra de Gredos.
Esto se debe a que en la Sierra de Gredos las condiciones orográficas, edafológicas, climáticas y botánicas cambian totalmente en una distancia verdaderamente corta pues mientras que la vertiente norte y las zonas altas de la vertiente sur presentan un clima de montaña, los valles y dehesas de la vertiente sur tienen un suave clima mediterráneo e incluso en algunas partes "subtropical".

Yeguas en la Sierra de Gredos.
El Arenal (Ávila)
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

El ganado equino pasa el invierno pastando en las dehesas y valles de los grandes ríos donde, debido al clima más benigno, el pasto crece en abundancia durante el invierno y la primavera.

Yeguada en la dehesa.
Parrillas (Toledo)

En la primavera tiene lugar el parto y la cubrición de las yeguas. La abundancia de pasto permite el rápido crecimiento de los potrillos.
En muchas zonas bajas de la Meseta Norte, las yeguas y los potros sufren el ataque de los lobos que están empezando ya a recolonizar la Meseta Sur comenzando a plantear también problemas a los ganaderos.

Yegua con su potrillo.
Parrillas (Toledo)
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

A finales de primavera o principios del verano, coincidiendo tradicionalmente con fechas próximas a la celebración de la Natividad de San Juan Bautista, el ganado es trasladado a los pastos de montaña realizando el recorrido por cañadas, cordeles y veredas durante 2-5 jornadas.
En ocasiones, las vías pecuarias han sido invadidas por las modernas carreteras, lo que complica los desplazamientos en algunos tramos.

Yeguas camino de la sierra.
Cuevas del Valle (Ávila)
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

Entre las dehesas y los pastos de altura, el ganado tiene a menudo que atravesar pueblos lo que por un lado es bastante complicado dado el carácter más nervioso de las yeguas en comparación con ovejas, cabras y vacas pero a la vez constituye un gran atractivo para los vecinos que ven con gran agrado a las yeguas con sus potros recorriendo las calles de la población.

Yeguas y potros cruzando un pueblo.
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

Una vez llegados a los pastos estivales, las yeguas y sus potros permanecerán en completa libertad durante el verano y gran parte del otoño, siendo vigilados periódicamente por los ganaderos.
Nuevamente, son los lobos el principal problema al que se enfrentan estas yeguadas.

Yeguas en la Sierra de Gredos.
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

Para localizar a las yeguas en los pastaderos, fue siempre una práctica habitual la colocación de cencerros idénticos a los que portaban otras especies, especialmente las vacas. Todavía hoy, son utilizados por muchos ganaderos por considerarse el medio más eficaz para encontrar a las yeguas entre la niebla o cuando pastan en terrenos de matorral o en regiones amplias en las que pueden alojarse bastante.

Yegua con cencerro.
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

Hoy en día, es cada vez más habitual la colocación de dispositivos GPS que permiten controlar a las yeguas con una aplicación instalada en el teléfono móvil. Dado que las yeguas no suelen separarse unas de otras, basta con colocar un dispositivo a la yegua dominante o al semental para controlar a todo el núcleo.

Semental con collar GPS.
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

En otoño, cuando el tiempo comienza a cambiar y antes de que lleguen las nevadas, el ganado es trasladado nuevamente a los valles y dehesas realizando el recorrido de manera inversa.

Yeguas recorriendo la Cañada Real Leonesa Occidental.
Al fondo, el Puerto del Pico (Ávila).
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

Como ejemplo de esta trashumancia corta, nos sirve el caso de la ganadería Hispano-Bretones Sur de Gredos, propiedad de Santiago Cano Muñoz de El Arenal (Ávila) y Cristian González de Cuevas del Valle (Ávila).
Estos ganaderos movilizan un total de 70 animales entre yeguas y potros que pastan en verano y otoño en las sierras de El Arenal y Cuevas del Valle, en las cumbres que limitan con Navarredonda de Gredos y San Martín del Pimpollar.

Yeguas y potros en los pastos de verano.
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

Llegado el otoño, trasladan el ganado a una dehesa situada en la localidad toledana de Parrillas donde permanecerán todo el invierno y la primavera.

Yeguas en la dehesa.
Parrillas (Toledo)
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

Para realizar el traslado invierten dos jornadas. En la primera de ellas y tras haber congregado todas las yeguas, bajan hasta la histórica localidad de Mombeltrán en la que la yegua pasa la noche.

Yeguas bajando de la sierra.
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

En la segunda jornada, las yeguas salen de Mombeltrán y caminando por la Cañada Real Leonesa Occidental bajan hasta la localidad de Ramacastañas, perteneciente a la villa de Arenas de San Pedro. Aquí tienen que cruzar el río Tiétar para continuar hasta llegar a su destino final en Parrillas (Toledo).

Yeguas atravesando el río.
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

Como vemos, el caso de las yeguas de Santiago Cano y Cristian González se encuentra a caballo, nunca mejor dicho, entre la trasterminancia y la verdadera trashumancia pues aunque el ganado no recorre 100 kilómetros cambia de provincia (Ávila y Toledo) e incluso de Comunidad Autónoma (Castilla y León y Castilla-La Mancha).

Santiago Cano al frente de la yeguada.
Al fondo, la Sierra de Gredos.
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

3.3. TRASHUMANCIA.
La trashumancia es un sistema en el que el ganado recorre más de 100 kilómetros generalmente entre diferentes provincias y comunidades autónomas.
Durante siglos fue el principal sistema de explotación seguido por los rebaños de ovinos de lana fina (raza Merina) que pasaban el invierno en las dehesas del cuadrante suroccidental de la península Ibérica y se trasladaban en verano al Sistema Central, el Sistema Ibérico y la Cordillera Cantábrica.
Aún quedan algunos rebaños que realizan este tipo de trashumancia a pie pero la mayoría lo hacen ya en camiones.

Ovejas trashumantes.
(c) Miguel Alba Vegas.

Posteriormente, el mismo sistema comenzó a realizarse de manera generalizada con el vacuno extensivo de ciertas zonas y hoy en día, provincias como Ávila cuentan con una importantísima cabaña de ganado vacuno trashumante que tras pasar el verano en los pastizales abulenses, se traslada a las dehesas castellano-manchegas y sobre todo extremeñas, repitiendo el viaje a la inversa al llegar nuevamente el verano.

Vacas trashumantes subiendo el Puerto de Tornavacas.
(c) Silvestre de la Calle García.

Como ya dijimos anteriormente, tanto los rebaños ovinos como las vacadas y las piaras de cabras solían ir acompañadas por algunos equinos, siendo frecuente la presencia de varias yeguas de cría que constituían un complemento económico importante para los ganaderos por el beneficio obtenido de la venta de potros.

Vacas acompañadas por caballos subiendo el Puerto del Pico (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle Hidalgo.

Actualmente, es muy difícil encontrar yeguadas que realicen este tipo de desplazamientos aunque hay algunas que, asociadas a vacadas trashumantes como ocurría en el pasado, siguen realizando trashumancia de gran recorrido.
Posiblemente el ejemplo más claro sea el de la célebre ganadería de LOS CERILLAS (Diego y Andrés Torres González), de la localidad abulense de Navarredonda de Gredos.
Propietarios de una gran vacada integrada por excelentes ejemplares de raza Avileña-Negra Ibérica, poseen también una buena yeguada formada mayoritariamente por yeguas Hispano-Bretonas.

Yeguas de Los Cerrillas.
Navarredonda de Gredos (Ávila)
(c) Diego Torres.

Acompañando a las vacas Avileñas, estas yeguas son trasladas desde los pastizales de verano de Navarredonda de Gredos a las dehesas situadas en los alrededores de Mérida (Badajoz), recorriendo más de 250 kilómetros en 15 ó 16 jornadas.
Permanecerán en las dehesas durante el invierno y la primavera criando a sus potrillos y disfrutando de los abundantes pastos y las suaves temperaturas.

Yegua Hispano-Bretona con su potrillo en la dehesa.
(c) Diego Torres.

A finales de primavera, emprenderán nuevamente la marcha junto a las vacas para en San Juan o en fechas próximas, llegar a los pastos de Navarredonda de Gredos (Ávila) tras recorrer terrenos de las provincias de Badajoz, Cáceres, Toledo y Ávila, donde permanecerán pastando hasta finales del otoño.

Yeguas durante el cordel.
Al fondo, las vacas Avileñas.
(c) Diego Torres.

4. CONCLUSIÓN.
La trashumancia de ganado equino va tomando cada vez más importancia en España debido al aumento del consumo de carne de potro, a la facilidad de manejo de las yeguas, a su gran resistencia frente a las enfermedades y a que constituyen tanto un complemento como una alternativa a otros tipos de ganado.

Yeguas con sus potrillos.
Tornavacas (Cáceres)
(c) Jesús Lucas Sánchez.

NOTA FINAL DEL AUTOR.
Este artículo se ha escrito a finales del mes de noviembre y quiero que sirva de homenaje a los ganaderos a los que se ha mencionado en él.
Las yeguas de Raquel Cayón Campuzano ya están pasando el invierno tranquilas en los prados cercanos a Ruente (Cantabria) y, aunque su dueña dice que "no están para fotos porque hay mucho barro por estas tierras y me miran porque quieren cambio de finca", siempre muestran un aspecto inmejorable debido a los esmerados cuidados que reciben.
Estas yeguas no sólo tienen que luchar contra las inclemencias meteorológicas sino que en invierno y en verano, tienen que estar vigilantes por si aparece el lobo que ya mata potros hasta en los prados situados al lado de Ruente.

Las yeguas de Raquel.
Ruente (Cantabria)
(c) Raquel Cayón Campuzano.

Las yeguas de Santiago Cano y Cristian González han bajado de las sierras de El Arenal y Cuevas del Valle hace sólo unos días y ya pastan tranquilas en la dehesa de Parrillas (Toledo). Pasarán alrededor de medio año en estos territorios, divisando a lo lejos la imponente Sierra de Gredos, posiblemente cubierta de un manto de nieve si el invierno es como es debido....

Yeguas pastando,
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.

Por su parte, las andariegas yeguas de Los Cerillas, se encuentran estos días de cordel como se dice tradicionalmente en Gredos. Pronto llegarán a la dehesa y si las lluvias y el tiempo acompañan disfrutarán de abundantes pastos que les servirán de alimento hasta que regresen a los altos pastos abulenses donde pasarán el verano vigilantes por si aparecen los temibles lobos que cada vez son más abundantes en la zona.

Yegua con su potrillo en la dehesa.
(c) Diego Torres.

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS.
- Rodríguez Pascual, M. (2004) La Trashumancia. Cultura, cañadas y viajes. Ed. Edilesa.
- Sánchez Belda, A. (2012) Razas Ganaderas Españolas Caballares. Colección FEAGAS.

ENLACES DE INTERÉS.

EL CABALLO HISPANO-BRETÓN.


EL CABALLO EN LA SIERRA DE GREDOS.


Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.

12 comentarios:

  1. Olé, muy bien escrito

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  2. Extenso y ameno, buen trabajo

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  3. Buenos días
    Felicidades por el artículo es muy bueno y extenso.
    Por favor revisa la descripción de alguna fotografía pues tienes asociadoTornavacas a Ávila.
    Gracias
    Un saludo

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    Respuestas
    1. Muchísimas gracias. La verdad es que podría ser a la vez mejor y no tan extenso.
      Ya está revisado el pequeño fallo de Tornavacas en el que aparecen unas yeguas en El Melocotón.
      Muchas gracias.

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  4. Vivan las bestias...y por supuesto, vive tú 🤠🤠🤠🤠

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    Respuestas
    1. Muchas gracias. ¡Vamos allá de cordel con las bestias! Si hace falta vamos desde Sevilla a Santiago.

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