EL GALLO REPRODUCTOR
El gallo es uno de los animales que mejor representan la vida rural pues su canto, amado por unos y odiado por otros, es junto con el sonido de las campanas de la iglesia, el del reloj del ayuntamiento o el de los cencerros del ganado, uno de esos sonidos que dan vida a los pueblos.
Pero más allá de todo esto, el gallo cumple una importante función tanto en los corrales familiares como en las granjas industriales: servir como reproductor de la especie.
DEFINICIÓN.
Se conoce como GALLO al macho adulto de la especie Gallus gallus originaria de las selvas del sudeste asiático donde aún habita en estado salvaje. Su aspecto es majestuoso, con un colorido plumaje de tonos rojizos, una cresta muy desarrollada, patas armadas con fuertes espolones y emitiendo un canto idéntico al de los gallos domésticos.
El macho reproductor de la variedad doméstica, es decir, el macho de nuestras populares gallinas, es conocido también como GALLO, generalmente cuando tiene más de 1 año de edad, y como POLLO cuando aún no ha alcanzado dicha edad mientras que el macho castrado y destinado a la producción de carne es conocido como CAPÓN.
PROCESO DE CRÍA: DEL POLLITO AL GALLO.
Los pollitos o polluelos son las crías del gallo y la gallina. Son nidífugos, lo que significa que nada más nacer abandonan el nido para seguir a su madre, si han sido criados de forma natural, o que están preparados para alimentarse por sí mismos si han sido criados artificialmente mediante incubadoras.
Centrémonos en el primer sistema de cría que es el más habitual en el medio rural.
Cuando nacen los pollitos, siguen a la gallina que ha incubado los huevos y que no necesariamente es su madre biológica, y con ella aprenden a alimentarse y a recorrer su entorno.
Tradicionalmente, pollitos y pollitas no eran sexados por los criadores, los cuales no sabían realizar esta práctica en la mayoría de los casos, por lo que criaban todos los pollitos hasta que a los 3 meses aproximadamente, ya se veía perfectamente cuáles eran pollos y cuáles pollas.
En las granjas más tradicionales y/o familiares esto se sigue realizando de la misma manera pero en las grandes granjas industriales esto sería inviable y antieconómico por lo que el mismo del nacimiento, se realiza el sexado de los pollitos por examinación visual de la cloaca o bien por caracteres relacionados con el color y la forma de las alas, separando rápida y eficazmente los machos de las hembras.
En el sistema tradicional, pollitos y pollitas se mantienen juntos todo el tiempo que se desee aunque en ocasiones a los 3 meses se separan los pollitos para ser cebados mientras que las pollitas son alimentadas convenientemente para que comiencen a poner huevos a los 4-8 meses dependiendo de la raza.
Aunque los pollos alcancen pronto la madurez sexual, no conviene que se utilicen como reproductores hasta el año de vida.
MANEJO DEL GALLO.
El gallo adulto destinado a la reproducción, no necesita un manejo especial como ocurriría con los sementales de especies de mamíferos como el toro, el caballo, el macho cabrío o el carnero, aunque sí que se deben tener en cuenta unas reglas básicas para garantizar la fertilidad de los huevos.
Los gallos de muchas razas se comportan como animales territoriales por lo que conviene tener una relación adecuada de gallos para evitar encarnizadas peleas entre ellos que podrían ocasionar la muerte de los más débiles.
La proporción de gallos respecto a las gallinas varía ostensiblemente en función del sistema de manejo. Así, en las granjas industriales donde las aves son mantenidas en naves con gran número de animales, se mantiene 1 gallo por cada 15 gallinas mientras que en los sistemas más extensivos es preciso mantener 1 gallo por cada 8-12 gallinas debido a que el espacio por el que estas pueden moverse es mucho mayor y se correría el riesgo de que quedasen huevos sin fertilizar.
Cuando se quiere garantizar la paternidad de las crías en el caso de razas seleccionadas o de aquellas que están en peligro de extinción, lo ideal es mantener a las gallinas en pequeños corrales en los que haya únicamente un gallo y no exceder la proporción de 4-8 gallinas por gallo.
Si se quisiera ser aún más estrictos y saber también a qué gallina pertenece cada pollito, sería necesario mantener pequeños corrales con una sola pareja de aves.
A la hora de escoger un gallo como reproductor, habrá que tener en cuenta una serie de detalles.
Si hablamos de razas o híbridos destinados a la producción de huevos y/o carne, se escogerán los animales con mejores características aunque con las aves es más difícil realizar una selección individual rigurosa como se hace con los mamíferos.
Gallo Castellano Negro.
(c) El Romero Finca Ecológica.
También a la hora de criar razas en peligro de extinción o cuyas aptitudes productivas se quiere mejorar, se debe prestar atención a las características morfológicas del animal y a las cualidades productivas de los antepasados paternos y maternos si son conocidos, lo cual sería lo ideal.
Gallo Pintarazado.
(c) Javier Bernal Corral.
Cuando se crían gallinas ornamentales o para participar en concursos y exposiciones, se escogerán como reproductores los gallos de mayor belleza y que cumplan a la perfección el prototipo de la raza.
Gallo Sedoso de Japón.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Muchos criadores aficionados que mantienen unas cuantas gallinas para la producción de huevos y pollos destinados al consumo familiar tal y como se ha hecho en nuestros pueblos desde tiempo inmemorial, mantienen algunos gallos con las gallinas sin preocuparse mucho de la identidad racial de los mismos puesto que suelen mantener gallinas ponedoras híbridas y destinar a sacrificio todos los pollos obtenidos sean machos o hembras.
Gallo y gallina.
(c) Beatriz Fernández Domínguez.
En ocasiones, los gallos no son mantenidos con una finalidad reproductora, sino simplemente por capricho junto a las gallinas que se tienen para producir huevos para el consumo pero no para criar aunque esto se sale de la temática del presente artículo.
Respecto a la alimentación, los gallos recibirán el mismo alimento o pienso que las gallinas pudiendo tratarse de pienso industrial específico o de productos diversos en las granjas tradicionales donde, si los gallos conviven con otros animales domésticos, no dudan en acercarse a sus comedores en busca de pienso y a escarbar en el suelo de los corrales buscando todo tipo de animalillos y granos caídos.
Lo ideal para los gallos, al igual que para las gallinas, es poder corretear al aire libre y tener acceso a zonas de tierra para escarbar, picotear en busca de hierba y animalillos y poder darse baños de arena para librarse de los parásitos.
REPRODUCCIÓN.
Como todas las aves, las gallinas se reproducen sexualmente siendo necesario que los espermatozoides producidos por el macho fertilicen el óvulo producido en el ovario de la hembra, realizándose este proceso en el interior de la gallina.
Pero ¿Cuál es el óvulo de la gallina? ¿Cómo se produce la fecundación?
El óvulo de la gallina, como el de las demás aves, es el huevo, el cual es producido en el interior de la gallina y que antes de ser expulsado al exterior es recubierto por una cubierta de calcio que no es otra cosa que la cáscara.
La cáscara protege al huevo de todo agente externo por lo que la fecundación debe producirse antes de ese momento en el interior de la gallina.
Para ello, el gallo se aparea o copula con la gallina y por interposición de las cloacas, los espermatozoides pasan del interior del gallo al de la gallina produciéndose así la fecundación.
Cuando la gallina ponga un huevo a los pocos días de esa cópula, dicho huevo estará ya fertilizado y será apto para la incubación. Si no se incuba y se destina al consumo humano, al abrirlo se verá un manchita oscura en la yema que recibe el nombre de galladura y que indica que es un huevo fertilizado.
Los huevos pueden permanecer varios días sin ser incubados pero conviene que no pasen más de 7-10 días antes del inicio del proceso que podrá realizarse natural o artificialmente, naciendo tras 21 días de incubación los pollitos.
FIN DE LA VIDA PRODUCTIVA.
Como dijimos anteriormente, los gallos alcanzan pronto la madurez sexual aunque hasta el año de vida no conviene utilizarlo de forma habitual.
Cuando un gallo convive con las gallinas, al amanecer procurará copular con todas las que puede y repetirá el proceso tantas veces al día como le sea posible.
Entre 1 y 2 años el gallo no representará ningún problema de fertilidad pero a partir de entonces puede que esta comience a disminuir progresivamente existiendo además el problema, especialmente en granjas pequeñas, que el gallo copule con sus propias hijas produciendo así una degeneración de la especie y/o raza por lo que el avicultor deberá cambiar periódicamente de gallo.
Al igual que las gallinas, la vida del gallo va mucho más allá de su vida productiva pudiendo vivir más de 10 años en algunos casos siempre y cuando el propietario no se canse de verlo y decida hacer un buen cocido...
EL CANTO DEL GALLO.
Puede resultar sorprendente que hablemos del canto del gallo cuando estamos hablando del papel como reproductor de este animal pero es que ese canto es fundamental dentro de la reproducción de la especie que nos ocupa.
Los gallos, tanto domésticos como salvajes, cantan para marcar su territorio y así mantener a raya a otros gallos. Normalmente comienzan a cantar a última hora de la madrugada y a la salida del sol, pero pueden hacerlo durante todo el día, especialmente si escuchan el canto de gallos rivales en lugares cercanos, cesando de cantar únicamente cuando el rival deja de hacerlo, sintiéndose así como el gran vencedor de la partida.
A MODO DE EPÍLOGO.
Como vemos, el gallo es imprescindible para la supervivencia de su especie pues aunque las gallinas pongan la misma cantidad de huevos haya o no un gallo junto a ellas, estos no serán fértiles y no podrán incubarse para obtener pollitos puesto que la partenogénesis o reproducción a partir de huevos no fertilizados, no tiene lugar en las gallinas.
A muchos les molesta su canto pero sin el canto del gallo, no tendríamos pollos y a la larga ni siquiera gallinas por lo que nuestra especie perdería dos de los alimentos más importantes: la carne de pollo y los huevos de gallina.
DEDICATORIA.
Muchos han sido los ganaderos, avicultores y fotógrafos que han colaborado para la realización de este artículo, pero se lo quiero dedicar especialmente a ALEXIS ÁVILA PULIDO, joven ganadero extremeño dedicado fundamentalmente a la cría de ganado ovino selecto de raza Fleischschaf aunque mantiene también algunas cabras y vacas y, por supuesto, numerosas aves de corral entre las que no faltan gallinas para la producción de huevos destinados al consumo familiar pero también para incubar motivo por el cual es imprescindible la presencia de varios gallos.
Detalle del corral de Alexis.
(c) Alexis Ávila Pulido.
Gran aficionado a las aves de corral, Alexis cría año tras año sus propios pollitos. En ocasiones, confía en la naturaleza e incuba los huevos con las populares gallinas americanas o quicas, las cuales son excelentes tanto durante la incubación de los huevos como durante la crianza de los pollitos.
Gallina con los pollitos.
(c) Alexis Ávila Pulido.
Otras veces, sobre todo cuando no dispone de este tipo de gallinas o cuando no hay ninguna clueca o disponible para incubar, Alexis realiza el proceso de incubación en una incubadora eléctrica de pequeñas dimensiones.
Huevos en la incubadora.
(c) Alexis Ávila Pulido.
Cuando nacen los pollitos de la incubadora, Alexis los cuida con gran mimo ya que su madre o madres no pueden hacerlo, manteniéndolos separados del resto de aves hasta que están listos para valerse por sí mismos.
Alexis cría todos los pollitos que nacen y cuando ya ve cuáles son gallos y cuales gallinas, regala los primeros a sus amigos puesto que no le gusta, salvo en muy contadas ocasiones, matar los pollos o gallos que él mismo cría.
Gallos.
(c) Alexis Ávila Pulido.
Respecto a la identidad racial, Alexis mantienen una gran variedad de gallos como enanos, americanos o quicos, de cuello pelado, sedosos...
Al mantenerse con gallinas de diversas razas o variedades, los pollitos presentan morfología intermedia y variopinta que dan al corral de este joven ganadero extremeño un carácter especial.
Este joven ganadero extremeño cría a sus gallinas y gallos de forma extensiva tradicional con el fin de abastecerse de huevos para el consumo familiar y también porque para él las gallinas son, en cierto modo, "animales de compañía".
Por ser uno de los principales lectores y colaboradores de este blog desde hace mucho tiempo, le dedico este artículo.
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