EL CARNERO

La reproducción es uno de los aspectos fundamentales dentro de cualquier explotación ganadera pues de ella depende la rentabilidad de la misma.
En el ganado ovino es fundamental un correcto manejo para que las ovejas tengan una buena paridera que permita al ganadero vender corderos y poder ordeñar a las ovejas en el caso de tratarse de ovejas lecheras o de aptitud mixta. 
Pero para que las ovejas se queden preñadas es fundamental la presencia de EL CARNERO.

Carnero Merino x Merino Precoz.
Alburquerque (Badajoz).
(c) Abel Pache Gómez.

DENOMINACIÓN.
Se conoce como CARNERO al macho adulto de la oveja, generalmente cuando ha cumplido ya 1 ó 2 años de vida dependiendo de las zonas puesto que en gran parte de la España peninsular, al animal de 1 a 2 se le denomina  BORRO mientras que el animal menor de un año es conocido como CORDERO.

Borro de raza Fleischschaf.
Montehermoso (Ávila).
(c) Alexis Ávila Pulido.

En algunos lugares, la palabra CARNERO se reserva exclusivamente para los machos adultos castrados que pueden ser conocidos por términos de carácter más local como CASTRONES, CAPONES...aunque estás denominaciones suelen ser empleadas para los machos cabríos de la misma condición.
Los carneros castrados fueron muy importantes en el pasado por utilizarse como guía de los rebaños portando grandes cencerros y también por formar rebaños exclusivamente de carneros castrados destinados al abastecimiento de carne de pueblos y ciudades, llegando la carne de carnero a ser la más apreciada del mercado en siglos pasados.

Carnero castrado.
Tabuyo del Monte (León).
(c) Fred Río.

Los carneros reproductores son a menudo conocidos como MORUECOS y también con denominaciones como MARDANO (Aragón), MARÓN, MACÓN...

Morueco.
Candeleda (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

En euskera el carnero es conocido como AHIRI siendo el carnero adulto castrado conocido como ZIKIRO.

Carnero de raza Latxa.
(c) José Antonio Uriarte.

Dado que CARNERO es el término más conocido y utilizado tanto por los ganaderos como por aquellas personas ajenas al sector, será la denominación utilizada en este artículo.

Carnero de raza Roya Bilbilitana.
(c) Ganadería La Higuera.

DE CORDERO A CARNERO.
Para que un cordero se convierta en carnero deben pasar muchos meses e incluso más de 1 ó 2 años, periodo en el que, si el ganadero se encarga de realizar la selección y cría de sus propios carneros, los animales deberán ser cuidados con gran esmero pese a que durante dicho periodo de tiempo serán "improductivos".

Cordero de raza Ile de France.
Brozas (Cáceres).
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Todo comienzan con el nacimiento del cordero. 
Tras 5 meses de gestación, las ovejas paren normalmente 1 ó 2 crías, aunque en ocasiones cuando el ganado recibe un buen manejo, los partos triples no son raros e incluso los cuádruples. De hecho, en ciertas razas y estirpes altamente prolíficas, los partos múltiples de 2 ó más corderos son la norma, siendo rarísimos los de 5 ó más corderos.

Oveja de raza Castellana con sus tres corderos recién nacidos.
Martiago (Salamanca).
(c) Deme González Calvo.

El cordero permanecerá con su madre, mamando durante los primeros días el nutritivo calostro, fundamental para su correcto desarrollo inmunológico y digestivo, pasando luego a alimentarse de leche materna durante un periodo variable que se puede prolongar varios meses.
No obstante, en las razas lecheras de elevada producción, el cordero es a menudo separado de la madre a las pocas horas o días de nacer para ser criado mediante lactancia artificial.

Oveja de raza Ile de France amamantando a su cordero.
Brozas (Cáceres).
(c) Pilar Domínguez Castellano.

El destete de los corderos tiene lugar entre los 30-45 días en el caso de los corderos lechales y los 4-5 meses en el caso de los cada vez menos frecuentes corderos pastencos.
Si el ganadero pretende dejar algunos corderos como futuros reproductores, será el momento para elegir los mejores machos.

Corderos a punto de ser destetados.
El Raso (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

A la hora de elegir un cordero como reproductor, el ganadero deberá fijarse en sus características morfológicas en función de la aptitud de la raza criada, teniendo en cuenta la genealogía del animal, estudiando el árbol genealógico paterno y materno, algo muy importante tanto en las razas selectas más productivas como en aquellas razas que están en peligro de extinción y pretenden ser conservadas.

Cordero Fleischschaf.
Montehermoso (Cáceres).
(c) Alexis Ávila Pulido.

En tiempos en los que la producción de lana era muy importante, se valoraba la densidad y finura de la lana, algo que no podía realizarse hasta que los corderos hubiesen sido esquilados al menos una vez por lo que su selección se retrasaba bastante.
Al valorarse más la lana blanca, por ser más fácil de teñir, se buscaban corderos blancos y, como curiosidad, se miraba el interior de la boca y la lengua para que fuesen blancos ante la creencia de que si presentaban color negro o manchado, nacerían corderos negros o manchados.
Hoy en día, al valer muy poco la lana, se seleccionan corderos de cualquier color, incluyendo los manchados, berrendos, galanos....

Precioso carnero manchado.
Noalejos (Jaén)
(c) Ganadería Manuel Olmos.

Se solían elegir machos nacidos en partos simples por considerar que transmitían este carácter a sus hijas ya que en una época en la que las ovejas dependían fundamentalmente de los recursos naturales para sobrevivir, criar 2 ó más corderos era realmente complicado además de existir el riesgo de que se produjesen complicaciones en el parto.
Hoy en día, con la mejora de los sistemas de explotación, son elegidos a menudo como futuros reproductores, corderos nacidos en partos múltiples ya que los ovinos no se ven afectados por el síndrome de freemartin que afecta a los bovinos y que da lugar a las vacas machorras (hembras nacidas en parto gemelar junto a un macho).

Oveja con trillizos.
Acehúche (Cáceres).
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

A partir de los 3-4 meses de vida, los corderos comienzan a presentar ya los primeros síntomas de actividad sexual y a los 6 meses e incluso antes en las razas más precoces, ya han alcanzado plenamente la madurez sexual pudiendo cubrir ya algunas ovejas aunque esto no es conveniente debido a que no han alcanzado su máximo desarrollo corporal.

Cordero de 5 meses.
Courias del Río, Cangas del Narcea (Asturias).
(c) Eduardo Díaz González.

Entre 1 y 2 años, los corderos o borros como dijimos anteriormente, alcanzan su máximo desarrollo pudiendo comenzar su carrera reproductiva si es necesario entre los 12 y los 18 meses siempre y cuando hayan recibido un correcto manejo y estén bien desarrollados.

Borro de raza Ile de France.
Brozas (Cáceres).
(c) Pilar Domínguez Castellano.

A los 2 años, han alcanzado ya su pleno desarrollo y pueden ser utilizados como reproductores sin restricción alguna, cubriendo durante varios años.
Tradicionalmente se decía que a los 4 ó 5 años, todos los carneros debían ser castrados pero es justamente a esa edad cuando se comienzan a ver si realmente ha merecido la pena dejarlos como reproductores, castrando a los peores y dejando a los mejores durante varios años más.

Carneros adultos de raza Merina Negra.
Alburquerque (Badajoz).
(c) Abel Pache Gómez.

Todo lo descrito sirve para aquellos casos en los que el ganadero cría y selecciona sus propios carneros, algo usual en ganaderías de gran efectivo pero poco común e incluso no recomendable en ganaderías pequeñas dado que puede originar problemas de consanguinidad. 
En tales casos, el ganadero debe comprar el carnero o carneros, algo que en ocasiones se realiza también en las ganaderías grandes para mejorar la raza o "renovar" la sangre.
Para ello, se acude a ganaderías selectas o a subastas en ferias ganaderas comprando corderos de 6 meses en adelante o borros de más de 1 año siendo cada vez más importante el comercio de este tipo de animales en nuestro país.

Cordero de raza Fleischschaf.
Montehermoso (Cáceres).
(c) Alexis Ávila Pulido.

EL MANEJO REPRODUCTIVO.
Las ovejas domésticas, como sus antepasados salvajes, son considerados "animales poliéstricos de días cortos" lo que significa que entran en celo cuando los días se acortan sensiblemente teniendo lugar este hecho en otoño y produciéndose los partos a finales del invierno o principios de la primavera, época en la que el campo cuenta con mayores recursos herbáceos.

Ovejas de raza Latxa en invierno.
(c) José Antonio Uriarte.

Esto es cierto en latitudes frías pero en latitudes templadas, las ovejas se comportan prácticamente, y sobre todo si están sometidas a un correcto manejo, como "animales poliéstricos permanentes" aunque es cierto que si son sometidas a un manejo extensivo, la actividad sexual es más intensa en los meses otoñales.

Oveja con sus corderos recién nacidos.
Acehúche (Cáceres)
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Sometidas a un buen manejo, especialmente en lo relativo a la alimentación, las ovejas pueden entrar en celo en cualquier época del año y consecuentemente parir también en cualquier época del año lo que permite al ganadero organizar la paridera o parideras de las ovejas en el momento más adecuado según sus intereses de cara a la comercialización de los corderos y la leche o en función del aprovechamiento de los pastos.

Oveja con sus corderos.
Montehermoso (Cáceres).
(c) Alexis Ávila Pulido.

La cubrición puede ser realiza por diversos sistemas, conocidos como MONTA LIBRE o MONTA DIRIGIDA en función de si se realiza un control exhaustivo o no de la reproducción.
En el primer caso, varios carneros son mantenidos con las ovejas por lo que no se puede saber qué carnero engendró a cada cordero mientras que en el segundo, las ovejas son divididas en lotes con un único carnero.

Carnero y ovejas de raza Roya Bilbilitana.
(c) Ganadería La Higuera.

La monta LIBRE, que es la más habitual en los rebaños extensivos, puede ser CONTINUA o TEMPORAL.
Hablamos de monta continua cuando los carneros permanecen siempre con las ovejas, teniendo lugar las cubriciones y consecuentemente los partos en cualquier época del año.
Esto es habitual en rebaños pequeños o cuando se tiene asegurada la comercialización de los corderos y/o la leche de las ovejas aunque es un sistema cada vez menos común.

Pequeño rebaño de ovejas Castellanas.
(c) Cristina Martín Peral /Javier Gañán Almohalla.

Se habla de monta libre temporal cuando los carneros, que pueden permanecer todo el año o no con las ovejas, las cubren únicamente en las temporadas fijadas por el ganadero.
Lo más adecuado es separar a los carneros de las ovejas y mantenerlos en parcelas donde no puedan ver, oler y escuchar a las hembras.

Carneros separados de las ovejas.
El Raso (Ávila).
(c) Jesús Carreras Delgado.

En ocasiones, esto no siempre puede hacerse al no disponer de espacios adecuados por lo que se los separa en un pequeño cercado en la propia explotación donde se mantiene a los carneros con otros animales como las cabras que, en corto número, se suelen mantener en la mayoría de los rebaños extensivos de ovejas para el abastecimiento familiar de leche, para la cría de corderos huérfanos o de parto múltiple y para servir como guía del rebaño con sus cencerros y rápido caminar.

Carneros con las cabras, separados de las ovejas por una alambrada.
Alburquerque (Badajoz).
(c) Abel Pache Gómez.

En otras ocasiones, los carneros son trasladados a fincas o parcelas en las que el ganadero mantiene otros animales como burros o caballos, conviviendo con ellos sin problema alguno ya que al no estar con ovejas, se comportan como animales sumamente dóciles y de fácil manejo.

Carneros merinos negros con una burra
Alburquerque (Badajoz).
(c) Abel Pache Gómez.

En épocas pasadas, sobre todo en los rebaños más pequeños, la falta de instalaciones adecuadas o cercados, obligaba a los pastores a optar por curiosas pero efectivas soluciones para impedir la cubrición como por ejemplo la práctica del "enmandilado" consistente en colocar un mandil de tela, cuero, esparto o lona en la parte inferior del tronco del carnero, atándolo al lomo con cuerdas o correas.
Esta práctica, aunque poco recomendable al ocasionar problemas sanitarios al carnero al mojarse la tripa al orinar y eyacular, aún se realiza en algún que otro rebaño.
Más compleja y peligrosa era la práctica de colocar una caña en la uretra del carnero permitiendo que orinase pero que no cubriese a las ovejas.

Carnero enmandilado.
(c) Víctor Manuel Carretero.

En el caso de la monta dirigida, las ovejas son divididas en lotes a los que sólo tiene acceso un carnero de forma que se pueda garantizar al 100% el origen de cada cordero, algo verdaderamente importante en el caso de las razas selectas destinadas a la producción de reproductores o en aquellas razas en peligro de extinción en las que la consanguinidad puede traer consecuencias fatales.

Ovejas con un carnero.
Alburquerque (Badajoz).
(c) Abel Pache Gómez.

Este sistema se lleva a cabo en explotaciones intensivas o en aquellas que disponen de praderas cercadas, siendo poco frecuente en los grandes rebaños extensivos aunque en estos también puede hacerse encerrando los lotes de ovejas con el carnero elegido en un cercado durante la noche, saliendo a la mañana siguiente las ovejas a pastar y quedando el carnero en el cercado.

Borro y borra en un cercado.
Brozas (Cáceres).
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Cuando el ganadero decide el momento en el que quiere que tenga lugar la paridera, sólo tiene que restar 5 meses para juntar al carnero o carneros con las ovejas, pudiendo restar algunos días más para asegurar que tanto machos como hembras se calienten o encelen.
No obstante, para esto último hay diversas soluciones como mantener al carnero o carneros separados al menos dos meses de las ovejas o más tiempo si es posible. 

Carneros separados de las ovejas.
Brozas (Cáceres).
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Unos días o semanas antes de comenzar la cubrición, conviene alimentar adecuadamente a los carneros ya que durante la temporada de monta apenas comen. A las ovejas hay que manejarlas de manera inversa, pues si están demasiado gordas no quedarán preñadas, debiendo mantenerlas en pastos pobres para trasladarlas luego a buenos pastos en el momento en el que se las junte con los carneros.
Al entrar en contacto con ellos, las ovejas empezarán a entrar en celo rápidamente y la temporada de cubrición y consecuentemente la paridera, serán cortas y facilitarán mucho el trabajo del ganadero.

Temporada de cubrición.
Alburquerque (Badajoz).
(c) Abel Pache Gómez.

El cortejo en el ganado ovino es sumamente complejo en contra de lo que muchos piensan.
El carnero comenzará oliendo a las ovejas, especialmente cuando orinen, levantando el labio superior en un gesto característico para saber si una oveja está o no realmente en celo.

Carnero oliendo a una oveja.
Brozas (Cáceres).
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Si la oveja está en celo, el carnero comenzará a dar suaves golpecitos con una de sus patas delanteras en las patas traseras de la oveja la cual, si está verdaderamente en celo, separará ligeramente las patas y orinará para indicar al carnero que está lista para la cópula.

Carnero durante el cortejo.
Acehúche (Cáceres).
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Después de esto, el carnero tomará impulso y cubrirá a la oveja. Dado el acusado dimorfismo sexual de la mayoría de los ovinos, los machos superan ampliamente el peso de las hembras por lo que a veces estas se mueven por el impulso generado por el carnero al saltar, haciendo que la cópula no sea efectiva, lo cual no tiene la mayor importancia puesto que se repetirá varias veces mientras la oveja esté en celo.

Carnero cubriendo a una oveja.
Brozas (Cáceres).
(c) Pilar Domínguez Castellano.

La duración de la temporada de cubrición deberá ser de unos 60 días como mínimo ya que las ovejas entran en celo cada 21 días y eso asegura que tengan al menos dos ciclos estrales completos dentro de la temporada de cubrición, aumentando ostensiblemente las posibilidades de éxito.

Otra escena de cubrición.
Brozas (Cáceres).
(c) Pilar Domínguez Castellano.

La relación carnero por ovejas es de un carnero por cada 50 ovejas cuando se realiza monta dirigida y de 20-25 ovejas cuando se realiza monta libre. 
Cuando conviven varios carneros en el mismo rebaño durante la temporada de cubrición, habrá que tener en cuenta que estos animales son bastante agresivos con sus congéneres y tratarán de controlar a las ovejas y de defenderlas de machos rivales por lo que no se deberán tener más carneros de los necesarios con el fin de limitar las peleas pero tampoco se deberá tener menos de los necesarios por el riesgo de que queden ovejas "vacías" o sin cubrir.

Carneros peleando.
Alburquerque (Badajoz).
(c) Abel Pache Gómez.

Pasada la temporada de cubrición, los carneros serán separados de las ovejas y alimentados convenientemente para que recuperen su condición corporal. 
Aunque son animales muy belicosos entre ellos durante la temporada de cubrición y pelean en ocasiones con gran fiereza, cuando no hay ovejas en celo y especialmente si están lejos de ellas, los carneros se comportan dócilmente entre sí.

Carneros.
Alburquerque (Badajoz).
(c) Abel Pache Gómez.

Precisamente, conviene que durante la temporada de descanso, el ganadero mantenga un estrecho contacto con los carneros para facilitar su manejo durante la temporada de cubriciones, puesto que los animales percibirán a cualquier persona o animal extraños que se acerquen a las ovejas, como una posible amenaza, no dudando en atacar, habiéndose dado casos de carneros que han causado graves lesiones a sus propietarios.

Alexis junto a uno de sus carneros.
Montehermoso (Cáceres).
(c) Alexis Ávila Pulido.

Como dijimos al comienzo de este apartado, las ovejas eran inicialmente animales poliéstricos temporales de días cortos, teniendo lugar la cubrición en los meses de octubre y noviembre y los partos en marzo y abril. 
Actualmente, sólo una fracción minoritaria de los rebaños siguen este sistema puesto que la mayoría se reproducen "a contraestación" gracias al poliestrismo absoluto de las ovejas, que tienen la época de cubrición en mayo y junio y la paridera en los meses de octubre y noviembre con el objetivo de vender los corderos en fechas próximas a la Navidad.
Sin embargo, lo anterior se realiza en aquellas explotaciones  que realizan un parto por oveja y año pero es cada vez menos común que las ovejas realicen tres partos en dos años con el fin de aumentar la productividad por lo que las épocas de cubrición y paridera tienen lugar a lo largo de todo el año.

Oveja con sus corderos en primavera.
Acehúche (Cáceres).
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

SISTEMAS DE CRÍA.
Como en la mayoría de las especies ganaderas, en el ganado ovino se realizan dos sistemas fundamentales de cría.
El primero de ellos es la CRÍA EN PUREZA en la que tanto los carneros como las ovejas pertenecen a la misma raza, siendo aplicado este sistema en el caso de razas seleccionadas o en aquellas razas en peligro de extinción cuya pureza debe ser mantenida a toda costa al menos en una parte del censo.

Oveja de raza Merina Negra con corderos recién nacidos.
Alburquerque (Badajoz).
(c) Abel Pache Gómez.

El CRUZAMIENTO se realiza entre dos razas distintas pudiendo hablar de cruzamiento simple o industrial y de cruzamiento doble o a doble vía.
En el primer caso, ovejas de razas autóctonas españolas o mestizas sin raza definida, como las populares "entrefinas", "serranas" etc..., especialmente cuando son criadas en regiones pobres donde no pueden criarse ovinos selectos o en el caso de aquellas ovejas lecheras cuya producción no es muy elevada, se recurre al cruzamiento simple con carneros de razas especializadas en la producción cárnica como Merino Precoz, Fleischschaf, Landschschaf, Suffolk... obteniendo como resultado unos corderos de excelente conformación y rápido crecimiento.

Oveja "entrefina" con su cordero.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.


A excepción de la raza Suffolk, autóctona de Inglaterra, el resto de razas fueron seleccionadas en países europeos como Francia y Alemania a partir de la raza Merina española, cruzándola en algunos casos con razas autóctonas de dichos países y con ovinos ingleses seleccionados cuidadosamente para la producción de carne.
Comenzaron a introducirse en España en la década de 1960 cuando ante la caída del precio de la lana, se fomentó la mejora del ganado ovino para la producción de carne.

Carnero de raza Fleischschaf.
Montehermoso (Cáceres).
(c) Alexis Ávila Pulido.

En el segundo caso, las hembras nacidas del cruzamiento anterior, conocidas como hembras de primera generación o F1, son recriadas como futuras reproductoras para, llegado el momento, ser cubiertas por sementales de las razas especializadas ya mencionadas, destinando toda la descendencia a sacrificio.

Carnero Suffolk.
Brozas (Cáceres).
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Aunque todos los corderos y corderas nacidos de ovejas F1 y carneros especializados suelen destinarse a sacrificio, en ocasiones se dejan como reproductores si al ganadero no le importa excesivamente la pureza de los animales que cría o si se trata de animales con características particulares que son dejados por puro capricho.

Precioso cordero cruzado cornudo.
Acehúche (Cáceres).
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

EL CARNERO EN LA CULTURA.

Las ovejas fueron domesticadas hace alrededor de 10.000 años en Oriente Próximo a partir del muflón oriental (Ovis orientalis) que poco a poco se fue extendiendo por el resto del Viejo Mundo, llegando a la península hacia el V Milenio antes de Cristo.

Ovejas domésticas.
Navalonguilla (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

La oveja doméstica es una de las especies domésticas más importantes del mundo y fue fundamental para la supervivencia de los pueblos que habitaban alrededor del Mar Mediterráneo.
Los antiguos egipcios asociaban el carnero al dios Amón, dios creador al que inicialmente se representaba como un hombre, posteriormente como un hombre con cabeza de carnero y finalmente como un carnero con grandes cuernos.

Carnero enano con grandes cuernos.
Candeleda (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

El carnero se asocia también a la constelación de Aries y al signo del zodiaco del mismo nombre que dura entre el 21 de marzo y el 20 de abril.
Todo esto se debe al famoso mito griego de Jasón y los argonautas cuando consiguieron el vellocino de oro, una valioso vellón de lana dorada del carnero Crisómalo. 
Con el paso del tiempo, el famoso vellocino se convertiría en símbolo de la célebre Orden del Toisón de Oro de la que es Gran Maestre el Rey de España.
Para muchos autores, un vellón de lana dorada sólo podía encontrarse en un lugar del mundo antiguo: EL REINO DE TARTESSOS en el sur de la Península Ibérica donde se criaban ovejas de lana negra, parda, roja y dorada, antepasadas de nuestra actual Merina.

Carneros Merinos.
Alburquerque (Badajoz).
(c) Abel Pache Gómez.

En la península Ibérica, la oveja es desde hace alrededor de 7.000 años uno de los animales más importantes para el sustento de la población hasta el punto de convertirse en la Edad Media y Moderna la principal riqueza del Reino de Castilla primero y de la propia España después hasta que la simpar raza Merina de finísima lana comenzó a ser exportada a otros países.

Abel sujetando uno de sus carneros de raza Merina Negra, origen de la riqueza textil española.
Alburquerque (Badajoz).
(c) Abel Pache Gómez.

Durante milenios, las ovejas han sido fundamentales para proporcionar lana, carne y leche a la población ibérica.
Así, con la lana fina se producían tejidos y paños de gran calidad destinados a las clases más acomodadas mientras que el resto de la población se vestía con tejidos y paños de lana entrefina, destinándose las lanas bastas a la elaboración de tapices, alfombras y a rellenar colchones.
Por desgracia, hoy la lana apenas tiene valor. 

Esquilando una oveja.
Acehúche (Cáceres).
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

La carne del ganado ovino fue hasta no hace muchas décadas la carne más consumida en España, siendo sustituida por la de cabra en aquellas regiones montañosas o excesivamente secas donde las ovejas eran incapaces de sobrevivir.
Hoy en día, la carne de ovino sigue siendo muy apreciada en España contando con numerosas Indicaciones Geográficas Protegidas.

Corderos.
Brozas (Cáceres)
(c) Pilar Domínguez Castellano.

La leche de oveja, extraordinariamente rica en grasa y proteína, no se solía destinar al consumo directo pero con ella se elaboraban renombrados quesos que hoy dan fama mundial a España como el Manchego, la Torta del Casar o el Idiazabal entre muchos otros.

Queso artesano.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Salvo para la producción de lana, las ovejas necesitan al carnero como ya dijimos al principio para parir y dar leche.
El carnero, además de cumplir con su función como reproductor, fue durante siglos la res de carnicería más apreciada de España. Los carneros enteros, cojudos o sin castrar producían una carne seca y de sabor fuerte que, aunque solía ser escasamente apreciada era ideal para la elaboración de cecina, tasajos y salón, pero los carneros castrados producían una carne tan deliciosa que era el manjar preferido por reyes, nobles y la gente más acomodada mientras que los pobres tenían que contentarse con comer carne de vaca, que era la más barata. El propio Cervantes, nos cuenta esto al hablar de la olla de algo más vaca que carnero que, como hombre de parcos recursos, comía el pobre Don Quijote.
Tradicionalmente, los carneros se castraban con dos años y se sacrificaban a los 4-5 para que engordasen, produciendo durante esos años, valiosa lana.

Carneros.
Montehermoso (Cáceres)
(c) Alexis Ávila Pulido.

Hoy en día, la carne de carnero se consume poco puesto que preferimos la carne de corderos lechales, ternascos o recentales y corderos pesados y porque apreciamos más otras carnes como el jamón ibérico, la carne de buey o la carne de vaca vieja.

Cordero Fleischschaf.
Montehermoso (Cáceres)
(c) Alexis Ávila Pulido.

Los carneros se destinan hoy, por lo tanto, principalmente a la reproducción del rebaño a excepción de algunos pocos que son castrados para portar los grandes cencerros o zumbas y guiar al resto del rebaño.
Sin embargo, para todo ganadero no hay mayor orgullo que poseer buenos carneros que cumplan con su función y que al mismo tiempo puedan ser exhibidos en ferias y exposiciones.

Abel posando con un soberbio carnero.
Alburquerque (Badajoz).
(c) Abel Pache Gómez.

Y si es orgullo para un ganadero exhibir un soberbio cordero, más aún lo es para sus hijos, quienes a menudo han criado al corderillo a biberón desde que era pequeño y se sienten muy orgullosos cuando ven al carnero crecido y con las ovejas.

Gonzalo Lorenzo Martín con un borro.
Acehúche (Cáceres).
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

A MODO DE EPÍLOGO.
Como vemos, los carneros deben ser cuidadosamente seleccionados y manejados para que cumplan correctamente su función como reproductores garantizando el nacimiento de una nueva generación de corderos cuyos machos más sobresalientes se convertirán en futuros sementales continuando así el ciclo.

Carnero.
Montehermoso (Cáceres).
(c) Alexis Ávila Pulido.

AGRADECIMIENTOS.
Este artículo no hubiera podido realizarse sin la inestimable ayuda y colaboración de todos los ganaderos mencionados y del fotógrafo Alonso de la Calle Hidalgo, quienes han cedido desinteresadamente las magníficas fotografías que ilustran este artículo.

Pilar junto a sus corderos.
Brozas (Cáceres).
(c) Pilar Domínguez Castellano.

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS.
- Rodríguez Pascual, M (2004) La Trashumancia. Cultura, cañadas y viajes. Ed. Edilesa.
- Sánchez Belda, A y Sánchez Trujillano M.C. (1986) Razas Ovinas Españolas. Ministerio de Agricultura.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.

Comentarios

  1. Muchas gracias silvestre por tú labor yo soy un extremeño que vivo fuera y tú con todos tus fotos y comentarios traes muchos y muy Buenos recuerdos a mi vida gracias

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

ENTRADAS MÁS VISITADAS