domingo, 12 de mayo de 2024

EL ESQUILEO

Con el nombre de ESQUILEO se conoce la operación del corte de la lana de las ovejas.
Se realiza, dependiendo de la zona, a partir del mes de abril con el fin de aprovechar la lana y de mantener sanas a las ovejas.
En algunas zonas del sur de la península Ibérica, el esquileo es conocido como PELA y en la época de las grandes cabañas trashumantes que tanta fama dieron a España, se hablaba de RANCHO en alusión a los locales de esquileo o ranchos.

El esquileo.
(c) Abel Pache Gómez.

LA OVEJA DOMÉSTICA.
La oveja doméstica desciende de ovinos salvajes que aún habitan en las montañas del oeste de Asia donde fueron domesticadas hacia el año 8.000 antes de Cristo, un poco después que las cabras. 
Desde allí se extendieron al resto del Viejo Mundo, llegando a la península Ibérica hacia el V Milenio antes de Cristo.

Hembra de muflón europeo.
El aspecto de estos animales, es muy similar al de las primeras ovejas.
(c) Silvestre de la Calle García.

LA LANA.
Las primeras ovejas domésticas carecían de lana, presentando un pelaje similar al del resto de bóvidos salvajes compuesto por dos capas:

- Capa garrosa: Capa externa formada por fibras rígidas, gruesas, fuertes, meduladas y de naturaleza pilosa.

- Capa lanosa: Capa interna formada por fibras finas, sedosas, suaves y ameduladas de tipo lanoso.

En todos los bóvidos de latitudes templadas y frías, la capa lanosa se desarrolla en invierno para proteger al animal del frío y con la llegada del calor, cae, presentando así los animales pelaje de invierno y pelaje de verano.
Hoy en día, aún existen ovejas así como la raza Canaria de Pelo.

Ovejas Canarias de Pelo.
Parbayón, Piélagos (Cantabria)
(c) Fernando Martín González.

Posiblemente, ya al ser domesticadas, las ovejas tuviesen la capa lanosa más desarrollada que otros mamíferos, limitándose los ganaderos a recoger la fibra cuando se producía la muda estacional aunque era un fibra muy corta y difícil de trabajar por lo que se comenzó a seleccionar a las ovejas para que produjesen lana más larga y que destacase sobre el pelo hasta conseguir también que no la mudasen sino que tuviesen que ser despojadas de ella y aprovecharla en su totalidad evitando que se perdiese en el campo.

Oveja Latxa.
(c) Quesos Aguiñiga. Larrabe Baserria./ Ritxar Aguirre.


Las primeras ovejas de lana, surgidas hacia el II Milenio antes de Cristo, proporcionaban una fibra bastante basta y con gran porcentaje de pelo. Será precisamente en el sur de la península Ibérica donde ya en el I Milenio antes de Cristo surgirá una oveja de finísima lana de color negro, pardo o dorado que, tras un complejo proceso de selección dará lugar a la raza lanera de mayor fama de todo el mundo: La Merina.

Merina Negra.
Siruela (Badajoz)
Ganadería Cabello Bravo.
(c) Sergio París.

Para conocer todo el proceso selectivo seguido desde los primitivos ovinos salvajes hasta las ovejas de lana fina y blanca, recomendamos al lector leer el artículo de este mismo blog LA OVEJA NEGRA (Ver enlace al final).

Oveja negra rodeada de ovejas blancas.
Casar de Cáceres (Cáceres)
(c) David Mahíllo González.

LA LANA EN ESPAÑA.
La producción de lana en la península Ibérica está perfectamente documentada desde hace más de 3000 años pues ya los comerciantes fenicios se interesaron por la lana fina producida en el valle del Guadalquivir y que no tenía rival en todo el mundo conocido.
Se trataba de lana negra, rojiza e incluso dorada que no podía ser teñida de blanco por lo que los fenicios comenzaron a utilizar tinte púrpura siendo una señal de calidad.

Ovejas Merinas Negras
(c) Abel Pache Gómez.

En el resto de la Península se producían lanas entrefinas, bastas y churras de color negro o blanco, ideales para confeccionar mantas y prendas de abrigo como los populares sagum o sagos de los celtíberos que serían utilizados por los propios romanos tras la conquista.
No debemos olvidar que muchos autores opinan que la oveja Latxa, hoy acantonada en el norte peninsular es la raza más primitiva de todas las que habitan la Península y que los ovinos del denominado tronco Ibérico, son también muy primitivos.

Oveja Ojalada.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Sin embargo, los romanos harían especial hincapié en la selección de los ovinos de lana fina introduciendo sementales mejorantes de capa blanca procedentes de la región de Tarento y del norte de África, obteniendo así ovejas de lana fina blanca ya a comienzos de nuestra Era.
No obstante, otros autores opinan que la verdadera selección de los ovinos de lana fina fue llevada a cabo por los pastores leoneses que, una vez reconquistadas las tierras del sur y bajo el amparo del Honrado Concejo de la Mesta (1273-1836) comenzaron a realizar la trashumancia a gran escala y a producir lana fina.

Ovejas pastando.
Pedro Bernardo (Ávila)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Desde el siglo XV la Corona de Castilla adquirió fama mundial por sus ovejas de lana fina. Gracias a la exportación de la finísima lana, que en esas fechas comenzó a denominarse lana merina, España pasó a ser la primera potencia mundial y ha tener la hegemonía del mercado de lana fina hasta el siglo XIX ya que la exportación de ovinos vivos estuvo severamente prohibida, no saliendo las primeras merinas hasta bien entrado el siglo XVIII durante el reinado de Carlos III aunque la verdadera catástrofe tendría lugar durante la Guerra de la Independencia cuando fueron sacadas ilegalmente de España miles de ovejas con destino a las colonias de otros países.
Tras la abolición de los Reales Privilegios de la Mesta en 1836, el comercio de lana fina española se arruinó y aunque se siguió produciendo, jamás volvió a tener la importancia de épocas pasadas.

Ovejas Merinas Negras.
(c) Abel Pache Gómez.

En España se producían y producen muchos tipos de lana pues somos un país con una diversidad de razas ovinas verdaderamente admirable.
Aunque existen diferentes categorías para clasificar la lana según su finura, optamos por poner aquí la siguiente pues, aunque realiza en los años 70 del siglo pasado, es muy completa y fácilmente entendible para el lector.
Esta categoría mide la lana en micras (1 micra  = 0,001 milímetro). Divide la lana en 14 tipos (8 blancos y 6 negros).


I. Merino fino. 18-20 micras.
II. Merino medio. 20-22 micras.
IX. Fina negra.

III. Merino alto Carda-Córdoba: 22-24 micras.

IV. Entrefino-fino. 24-28 micras.
X. Entrefino fino negro. 24-28 micras.

V. Entrefino corriente. 28-30 micras.
XI. Corriente negra. 28-30 micras.

VI. Entrefino ordinario. 28-36 micras.
XII. Ordinaria negra. 28-36 micras.

VII. Basta. 35-40 micras.
XIII. Basta negra. 35-40 micras.

VIII. Churra. 40-45 micras.
XIV. Churra Negra. 40-45 micras.

Ovejas Latxas.
Su lana es de tipo CHURRO.
Ruente (Cantabria)
(c) Miguel Alba Vegas.

Es necesario decir que la finura de la lana es inversamente proporcional al rendimiento al lavado.
Las ovejas con lana fina producen vellones pesados pero con un alto porcentaje de grasa que es lo que garantiza su finura pero al mismo tiempo hace que el vellón se cargue de impurezas por lo que al lavarlo, pierde mucho peso.
Las ovejas de lana basta, producen vellones poco pesados y con muy poca grasa al vivir en zonas frías por lo que la lana no tiene tantas impurezas y su rendimiento es mayor aunque la calidad es menor.

Merina Negra.
Su lana es una de las más finas del mundo.
(c) Abel Pache Gómez.

Cada una de las razas ibéricas produce uno o varios tipos de lana dependiendo del sistema de manejo aplicado y de la coloración de los ejemplares pues como vemos, en todas las categorías hay lana blanca y lana negra, incluyendo esta última la lana de diversas tonalidades distintas a la blanca.
Quizás las razas más conocidas por ser absolutamente antagónicas sean la Merina y la Churra, productora la primera de finísima y ensortijada lana y la segunda de lana basta y larga, pero existen multitud de razas como la Talaverana, la Castellana, la Manchega, la Ojalada....productoras de lanas de diversa finura entre la Merina blanca de tipo I y la Churra negra de tipo XIV.

Ovejas Castellanas.
Martiago (Salamanca)
(c) Deme González Calvo.

Los distintos tipos de lana se utilizaban tradicionalmente para la confección de tejidos diferentes. Así, las lanas finas eran empleadas para fabricar tejidos y paños sumamente apreciados mientras que con las entrefinas y corrientes se confeccionaban los tejidos que vestían al campesinado. Las lanas bastas y churras se empleaban para la elaboración de tejidos de inferior calidad, de alfombras y para el relleno de colchones.

Pastor con manta de lana.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Desde la década de 1960 debido a la importación de lana de países extranjeros y al paulatino uso de fibras sintéticas, la lana tiene cada vez menos valor y hoy en día es mayor el coste del esquileo que el precio que percibe el ganadero por el kilogramo de lana.
Gonzalo Lorenzo Gómez, ganadero de Acehúche (Cáceres) nos cuenta que los esquiladores cobran en 2024 la cantidad de 1,65€ por esquilar una oveja mientras que el kilogramo de lana se paga a 0,30 €. Teniendo en cuenta que una oveja de tamaño medio produce de 3 a 4 kilogramos de lana, el ganadero recibirá por la lana entre 0,90 y 1,20 €. La cuenta, por lo tanto, "no sale" y muchos ganaderos se ven obligados a esquilar ellos mismos a sus ovejas.

Gonzalo esquilando una oveja.
Acehúche (Cáceres)
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Puede pensarse que, al ser una operación "antieconómica", los ganaderos podrían no esquilar a las ovejas y centrarse en la producción de carne y leche pero, como ya dijimos, el ganado ovino fue cuidadosamente seleccionado para que la lana creciese de manera continua y no se produjese muda estacional.
Si no fuesen esquiladas, las ovejas pasarían mucho calor en verano, no podrían alimentarse adecuadamente, se llenarían de parásitos externos y acabarían muriendo, por lo que el esquileo debe hacerse sí o sí.

Ovejas Merinas Negras con lana ya desarrollada.
(c) Abel Pache Gómez.

EL ESQUILEO. ANTES Y AHORA.
Como quedó expuesto antes, desde hace más de 3000 años, se realiza el esquileo de las ovejas.
Inicialmente, la lana se arrancaba con las manos, práctica que aún se lleva a cabo en numerosas partes del mundo y que, con gran práctica, no supone sufrimiento alguno para el animal.
No obstante, desde el desarrollo de la metalurgia, se comenzaron a utilizar peines y tijeras de cobre o bronce primero y posteriormente de hierro y otros metales, las cuales aún se siguen utilizando.

Tijeras de esquilar.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

En la península Ibérica el esquileo se realizaba tradicionalmente a tijera", al principio por parte de los propios ganaderos y pastores pero posteriormente, sobre todo cuando estuvieron vigentes los privilegios del Honrado Concejo de la Mesta (1273-1836) las cabañas formadas por varias decenas de miles de ovejas, eran esquiladas por cuadrillas de esquiladores profesionales a los que el amo, o con más frecuencia el mayoral de la cabaña, contrataba, pagaba y alimentaba durante los días de esquileo.

Orencio González y su hijo Carlos esquilando a tijera.
Navalosa (Ávila)
(c) Leticia Pato Martín.

Desde mediados del siglo XX se utilizan esquiladoras mecánicas que facilitan mucho el trabajo aunque el trabajo de esquilador sigue siendo sin duda alguna uno de los más duros de los que se realizan en el campo.

Abel esquilando un carnero.
(c) Abel Pache Gómez.

Para comenzar el esquileo, antes como ahora, es preciso conducir las ovejas desde los pastaderos a los esquiladeros.
Aunque pueda parecer una tarea fácil, no lo es tanto. Si las ovejas ven gente distinta a la que suelen ver habitualmente, se mostrarán esquivas y reacias a ser conducidas. Por ello, lo ideal es que esta tarea sea realizada pacientemente por el ganadero o el pastor ayudado por mansos (carneros castrados) provistos de grandes cencerros o de perros careas.

Rebaño de ovejas.
(c) Abel Pache Gómez.

Los esquiladeros, llamados antaño ranchos de esquileo, son grandes locales cubiertos o corrales al aire libre en los que las ovejas son encerradas para que estén lo más apretadas posibles con la doble finalidad de poder ser manejadas con mayor facilidad y de que suden para que la lana estén más blanda y pueda ser cortada con mayor facilidad.

Ovejas concentradas para el esquileo en un esquiladero al aire libre.
(c) Abel Pache Gómez.

Para facilitar el trabajo a los esquiladores, tradicionalmente y aún hoy en la mayoría de los casos, entraban en acción los legadores, encargados de atar o sujetar las patas de las ovejas con una correa de cuero (legadera) o una cuerda fuerte.
Debido a que las modernas esquiladoras permiten realizar rápidamente el trabajo, el legado de las ovejas no se realiza en todos los casos.
Carolina Martín Fuentes, ganadera de Montehermoso (Cáceres) y experta legadora, nos explica que esta operación requiere fuerza y práctica porque si se realiza mal, la oveja puede quedarse coja.

Abel legando una oveja.
(c) Barry / Archivo Abel Pache Gómez.

Con la oveja debidamente legada, el esquilador comienza su trabajo por un lado del vientre de la oveja y terminando por el contrario, esquilando también la cabeza.
Especial atención se debe prestar a las zonas más delicadas como la cabeza, la mama y los testículos así como la cola en aquellas razas en las que no se practica la caudotomía o corte de la misma.

Abel esquilando una oveja.
(c) Abel Pache Gómez.

Las modernas esquiladoras permiten apurar más el corte que las tijeras tradicionales y no existe el peligro de producir cortes al animal, algo muy frecuente en el pasado. Cuando se producía algún corte, antiguamente se echaba en la herida "moreno" (ceniza en polvo) y posteriormente líquidos cicatrizantes adquiridos en el mercado.

Detalle de la esquiladora.
(c) Sergio París.

Una vez que el esquilador ha terminado de esquilar la oveja, otra persona recoge el vellón y lo deposita junto a los demás según su categoría. Lo ideal es doblar el vellón dándolo la vuelta de forma que la parte externa del mismo quede hacia adentro para evitar que se ensucie.

Vellón doblado.
(c) Sergio París.

La lana será almacenada un lugar seco y oscuro hasta su venta o bien directamente entregada en sucio a la industria donde será lavada y sometida a diversos tratamientos para ser posteriormente utilizada.
El ganadero vende por lo tanto la lana en sucio recibiendo un precio bastante bajo teniendo que cuenta que la fibra necesita muchos tratamientos para convertirse en hilo o estar lista para ser tejida. 
Curiosamente, los tejidos de lana fina española siguen siendo enormemente apreciados...

Remolque de lana.
(c) Abel Pache Gómez.

Las ovejas esquiladas, van saliendo a un corral diferente para no entorpecer el trabajo de los esquiladores. En este corral, las ovejas se irán tranquilizando tras el estado de nervios del esquileo, siendo deseable que permanezcan unas horas en dicho corral.

Ovejas esquiladas en el corral.
(c) Abel Pache Gómez.

Cuando todas estén esquiladas, serán llevadas nuevamente al campo aunque es conveniente vigilarlas durante los primeros días ya que al estar totalmente desprovistas de lana son muy sensibles a los cambios de tiempo y a  la picadura de los insectos.

Ovejas saliendo del corral.
(c) Abel Pache Gómez.
Una vez esquiladas, se señala a las ovejas con el hierro o marca de la ganadería pero, al contrario que ocurre con los vacunos y equinos, el hierro no se calienta al fuego sino que se unta en pez (producto obtenido de la resina) caliente o bien se utilizan modernas pinturas comerciales.
Se aprovecha también para realizar vacunaciones y tratamientos antiparasitarios a las ovejas.

Tratamiento de las ovejas ya marcadas.
(c) Abel Pache Gómez.

Como costumbre curiosa, los mansos solían ser esquilados de diferente manera dejándoles pompones en la lana o bien se los marcaba con el mismo hierro varias veces para que destacasen entre el resto del rebaño.
Hoy en día, en algunas zonas se siguen conservando estas costumbres aunque el uso de mansos es cada vez menos común.

Manso con varias señales.
(c) Abel Pache Gómez.

Ya sin lana, las ovejas pasarán cómodas el caluroso verano lo que les permitirá al mismo tiempo pastar con mayor comodidad.
Hay que pensar que ciertas razas pueden producir 4-5 kilogramos de lana lo que supone un considerable peso para los animales.

Ovejas en verano
(c) Alexis Ávila Pulido.

Pero la lana irá poco a poco creciendo y en otoño cuando las temperaturas comiencen a descender, protegerá a las ovejas. En invierno, la lana será un aislante imprescindible para aquellas ovejas que pastan en zonas de clima frío y lluvioso donde no son raras las nevadas.

Ovejas Latxas en la nieve.
(c) José Antonio Uriarte.

Llegada la nueva primavera, cuando las temperaturas vuelvan a aumentar y el tiempo sea lo suficientemente estable, las ovejas serán esquiladas nuevamente, comenzando así el ciclo una vez más.

Ovejas Merinas Negras en la dehesa.
(c) Abel Pache Gómez.

ESQUILEO DE OTROS ANIMALES.
En la península Ibérica, las ovejas eran ni son los únicos animales en ser esquilados.
Llegada la primavera, también los equinos y particularmente los burros son despojados del pelaje invernal realizando un particular esquileo con tijeras o maquinillas manuales cortando el pelo de la parte superior del animal pero dejando el de las patas y el bajo vientre para proteger al animal del calor.
El pelo o pelota de las burras podía utilizarse para rellenar albardas e incluso para fabricar tejidos sumamente burdos.

Esquileo del burro.
Casas del Puerto (Ávila)
(c) Alexis Hernández Llorente.

También las largas crines del cuello y la cola de caballos y yeguas son esquiladas o rapadas, la popular rapa das bestas de Galicia, aprovechándose esta fibra para la confección de durísimas cuerdas o sogas.

Caballo.
Navacepeda de Tormes (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.

Desde tiempo verdaderamente inmemorial, hay testimonio del esquileo de cabras para aprovechar su basto pelaje para la fabricación de cuerdas y la confección de tejidos. Tanto es así, que en los siglos XVIII y XIX hay constancia de la importación de caprinos de la raza de Angora con la intención de mejorar la producción de pelo de las cabras españolas, surgiendo así la raza de Guadarrama.

Macho de cabra de Guadarrama.
Muñogalindo (Ávila)
(c) Jonatan Rodríguez Seara.

Desde hace algunos años, son frecuentes en España las ganaderías dedicadas a la cría de alpacas, camélido sudamericano productor de finísima lana.

Alpacas.
(c) Alpacas de Campoo.


CONCLUSIÓN FINAL.
Como vemos, el esquileo de las ovejas es una operación muy necesaria y que no causa daño ninguno al animal. No se realiza meramente para aprovechar la lana de las ovejas que, como hemos visto cada vez es menos valorada lamentablemente, sino que es necesario realizarlo para que las ovejas se mantengan en buen estado sanitario.

Gonzalo Lorenzo esquilando una oveja.
Acehúche (Cáceres)
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.


AGRADECIMIENTOS:
Quiero dar las gracias a todas las personas que han hecho posible la realización de este artículo pero especialmente al ganadero y esquilador profesional Abel Pache Gómez a quien comenté hace unos días mi intención de publicar un artículo sobre EL ESQUILEO. 
Desde el primer momento, Abel se ofreció a ayudarme de manera totalmente desinteresada aportando numerosas fotografías y su experiencia con esquilador y como ganadero criador de ovejas de raza Merina Negra, un auténtico tesoro de la ganadería española del que hablaremos en otra ocasión.

Abel Pache Gómez.

NOTA FINAL DEL AUTOR.
Hablar del esquileo y la ganadería ovina es muy especial para mí puesto que mi tatarabuela, mi bisabuelo y mi abuelo Juan García García (12 de mayo de 1927-19 de julio de 2012) fueron ganaderos de ovino.
Crecí escuchando a mi abuelo hablar mucho de ovejas, mamparas, esquileos...y por eso quiero dedicar este artículo a su memoria.
En una ocasión escribí un artículo sobre la vida de mi abuelo, que os animo a leer (ver enlace al final)

Mi abuelo Juan García García.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS:
- Rodríguez Pascual, M. (2001) La trashumancia. Cultura, cañadas y viajes. (5ª Ed). Edilesa.
- Sánchez Belda, A y Sánchez Trujillano M.C. (1986) Razas ovinas españolas (2ª Ed). Ministerio de Agricultura.

ENLACES DE INTERÉS.

- La oveja negra.

- Un ganadero de los de antes.

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