viernes, 26 de abril de 2024

GUIJO DE SANTA BÁRBARA. EL PUEBLO DE VIRIATO.

Guijo de Santa Bárbara es un pequeño pueblo situado en la comarca de La Vera, al noreste de la provincia de Cáceres y en las estribaciones occidentales de la vertiente sur de la Sierra de Gredos.
Sus habitantes viven dedicados a la ganadería, la agricultura y a actividades del sector terciario, teniendo el turismo una gran importancia.
Este pueblo goza un patrimonio natural, histórico y cultural verdaderamente increíble pudiendo decir con orgullo que es EL PUEBLO DE VIRIATO.


¿Quién fue Viriato?
Resumiendo mucho, podríamos decir aquello que se explicaba en los libros de historia de los colegios hace unas décadas: Viriato fue un pastor lusitano que luchó contra los romanos.

Pastor lusitano.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

La historia es bastante más compleja.
Sabemos bien que un pastor, es aquella persona que conduce o pastorea ganado extensivo, normalmente ovejas.
Pero ¿Qué es un lusitano?
Hoy solemos utilizar este vocablo para referirnos a Portugal y esto tiene bastante sentido puesto que la provincia romana de Lusitania abarcaba gran parte del actual Portugal y también de España, recibiendo el nombre de la tribu o pueblo de los Lusitanos, quienes entre los siglos V y I antes de Cristo habitaron parte del sur de Portugal y de Extremadura junto a otra tribu mítica como fueron los Vettones, escultores de los famosos verracos.
Por tanto, es complicado saber si Viriato era un pastor de la tribu de los Lusitanos o era originario de cualquier otro punto de la provincia de Lusitania.

Los toros de Guisando en territorio vettón.
El Tiemblo (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.

Durante la primera mitad del siglo II a.C. los romanos lucharon contra los lusitanos y consiguieron firmar un tratado de paz que les permitiese una convivencia mínimamente estable, pero en el 155 a.C. los lusitanos rompieron ese tratado.
Parecía imposible vencerles por lo que Roma envió a Servio Sulpicio Galba, cuyas tropas fueron derrotadas por los lusitanos. Galba trató de firmar la paz y consiguió que unos 30.000 lusitanos acudiesen a un supuesto reparto de tierras y riquezas poniéndoles como condición que entregasen las armas.

Armas vettonas encontradas en El Raso, Candeleda (Ávila)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Galba mandó a los lusitanos que se dividiesen en varios grupos y hecho esto, mató allí mismo a 8000 o 9000 e hizo prisioneros para venderlos como esclavos a otros 20000 entre hombres, mujeres y niños. Sólo un millar de personas lograron escapar y esconderse en las agrestes montañas.
Entre los que lograron escapar, estaría Viriato.

Covacho del Guijarro del Manzanar.
Posible refugio de Viriato.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres).

Aquel fue un duro golpe para los lusitanos y Roma pensó que había ganado la guerra, pero nada más lejos de la realidad, pues los lusitanos se repusieron y en el año 147 a.C., ya con Viriato convertido el líder del ejército, volvieron a combatir contra los romanos causándoles gran número de bajas en numerosas batallas.
Muchos fueron los pretores y cónsules que trataron de solucionar aquella situación pero vieron que era imposible por lo que en el año 141-140 a.C. Viriato y Quinto Fabio Massimo Serviliano firmaron un tratado de paz que ratificado por el Senado, reconocía a Viriato como Dux o "rey de los lusitanos".

Viriato.
(c) Silvestre de la Calle García.

Al año siguiente Quinto Servilio Cepión, volvió a hostigar a Viriato, que se vio obligado a retirarse a las montañas de Carpetania primero y después a las de Lusitania.
Cepión encontró una férrea resistencia por parte de los lusitanos que estaban ya cansados de la guerra. Quiso negociar con Viriato y éste envió a Audaz, Ditalcon y Minuro, sus hombres de confianza, como emisarios.
Cepión consiguió sobornar a los tres guerreros que, por la noche, mataron a Viriato mientras dormía.
La leyenda dice que ni Cepión ni Roma quisieron pagar esa recompensa por considerar que habían conseguido una victoria mediante la traición. De ahí vendría la famosa frase de "Roma no paga a traidores".

LA MUERTE DE VIRIATO.
José Madrazo. 1807.
Museo del Prado.

A grandes rasgos, esta es la historia de Viriato, la cual no contamos con más detalle para no aburrir al lector sino porque lo que hoy nos interesa es dónde nació Viriato.
Este pastor y gran guerrero nació en un pequeño poblado que hoy es Guijo de Santa Bárbara.
¿Podemos asegurar esto? Realmente, no. Pero al igual que nosotros no podemos asegurarlo por no haber documento alguno, ningún otro pueblo que se atribuya ser EL PUEBLO DE VIRIATO, puede hacerlo tampoco.
Los guijeños nos limitamos a contar lo que nuestros mayores nos contaron y lo que a ellos les contaron sus mayores y así generación tras generación se ha estado haciendo junto a la lumbre de chozas y casas desde hace más de 2.000 años.

El cabrero junto a la lumbre.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

En 1667 el historiador jarandillano Gabriel Azedo de la Berrueza y Porras en su singular obra Amenidades, recreos y florestas de la Vera, escribe que Viriato era natural del Guijo. Posiblemente, se lo oyese contar más de una vez a los viejos cabreros guijeños de aquella época y lo mismo le ocurriría a don Pedro Rosado, párroco de Guijo en 1789 y 1811, quien en 1791 al responder las preguntas del Interrogatorio del geógrafo Tomás López, también dijo que Viriato era del Guijo.

Vista actual de Guijo de Santa Bárbara.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Una de las calles más antiguas de la población, que en 1816 cuando Guijo se independizó de Jarandilla de la Vera tomando el nombre de Villa de Guijo de Santa Bárbara, se llamó Calle del Rincón aunque siempre fue conocida con el nombre de Calle Viriato que desde principios del siglo XX figura oficialmente con esa denominación y en la que los más viejos del lugar cuentan que se encontraba la casa o la choza en la que vino al mundo Viriato.

Calle y casa de Viriato.
(c) Silvestre de la Calle García.

Los guijeños se sienten muy orgullosos de Viriato, personaje con el que se han identificado perfectamente a lo largo de los siglos.
Ya en el siglo XIV los cabreros guijeños recorrían estas montañas teniendo que luchar permanente contra lobos y osos pues, como el propio rey Alfonso XI dijo en el Libro de Montería, "el monte de Jaranda, que es cabo de Jarandilla, es buen monte de oso en todo tiempo."

Oso pardo.
(c) Silvestre de la Calle García.

En 1468, los ganaderos de El Guijo, pequeña aldea perteneciente al Señorío de Jarandilla, pidieron a su Señor un coto de pastos para sus ganados independiente del de los ganaderos de Jarandilla, concediéndoles D. Fernando Álvarez de Toledo y Zúñiga este privilegio.
Es significativo que unos humildes ganaderos, posiblemente cabreros, tuvieran la valentía para dirigirse a su Señor pidiéndole tierras pero...¿acaso se podía esperar otra cosa de los descendientes de Viriato?

Piara de cabras.
Al fondo, Guijo y la Sierra de Jaranda.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

En 1560, ocurrió un insólito milagro en Guijo. Durante una terrible tormenta, un rayo impactó en una casa que, al estar hecha con piedra, adobe y mucha madera, comenzó a arden rápidamente. Todos los moradores de la casa lograron salir sanos y salvos, pero dos niños pequeños quedaron atrapados. Los vecinos de la aldea trataron en vano de sofocar las llamas y comenzaron a rezar a Santa Bárbara para que, con su intercesión, Dios apagase el fuego.
Milagrosamente, el fuego se apagó y entre los escombros de la casa, los dos niños aparecieron con vida.
Los guijeños construyeron una pequeña ermita en el lugar y lucharon para que se convirtiese en parroquia, colocando la pila bautismal en 1674 y continuando su lucha para tener cura propio que, aunque les fue concedido en 1695 no pudo tomar posesión hasta 1698 por oposición de Jarandilla.

Pila bautismal de Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Silvestre de la Calle García.

El esfuerzo de los humildes guijeños para construir una ermita dedicada a Santa Bárbara creando ya en 1580 una cofradía para celebrar su fiesta y las luchas para conseguir que dicha ermita fuese parroquia y que contase con cura propio, sorprendieron incluso a los Papas de la época y en 1725 el Papa Benedicto XIII otorgó un privilegio muy singular a los guijeños cuya parroquia contaría con 5 jubileos anuales para obtener indulgencia plenaria (4 de diciembre, 25 de diciembre, 6 de enero, 25 de marzo y 8 de septiembre).

Santa Bárbara.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Los guijeños llevaban siglos bajo el yugo de Jarandilla y, como Viriato, querían ser dueños de sus vidas y de la sierra que daba de comer a sus ganados por lo que batallaron como los guerreros lusitanos para conseguir ser independientes. 
Lo consiguieron en 1708 pero al no poder pagar los 384.000 maravedíes que Jarandilla les exigía, la independencia duró solamente un año, aunque no se rindieron y en 1816 consiguieron su independencia definitiva.

Real Privilegio de Villazgo de Guijo de Santa Bárbara. 1816.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Y precisamente en 1810 nació en El Guijo un "nuevo Viriato", llamado Antonio Jiménez García, conocido popularmente como "El Abuelo Viejo". 
De ser un humilde pastor pasó a ser escribiente, secretario del Ayuntamiento y alcalde con tan sólo 23 años, convirtiéndose en un acomodado ganadero que, en la época de las Desamortizaciones adquirió fincas diversas, entre las que se encontraba el Baldío de Jaranda que cedió a los vecinos del pueblo. Fue además diputado provincial de Cáceres por el partido judicial de Jarandilla, preocupándose especialmente por la mejora de las comunicaciones y la educación, especialmente de niñas y mujeres.

Antonio y su esposa Josefa.
Huerta del Monge 1875.
(c) Familia De la Calle.

Fundó diversas instituciones benéficas y construyó la carretera Guijo-Jarandilla, la escuela, la biblioteca y la ermita de Nuestra Señora de las Angustias.
La Reina Isabel II de España le nombró Caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III y el Papa León XIII le otorgó una Indulgencia Plenaria Perpetua para el perdón de sus pecados y de sus descendientes hasta la tercera generación.
Desde su juventud hasta su muerte en 1898 luchó siempre por mejorar las condiciones de vida de sus vecinos como hizo Viriato.

Antonio Jiménez García.
Retrato de Francisco Martín Rivera.

Los guijeños actuales, que viven dedicados fundamentalmente a la ganadería, la agricultura y a actividades del sector servicios con una gran importancia del turismo, mantienen ese espíritu guerrero de Viriato luchando por mantener las costumbres y tradiciones heredadas de sus mayores.
Aquí siguen los cabreros y vaqueros descendientes de aquellos pastores lusitanos que se convirtieron en guerreros para defender los suyo.
Cabreros como Alejandro Torralvo Gutiérrez, premio Viriato 2022, quien a sus 25 años está luchando por conservar la cabra Verata, raza autóctona de estas serranías y muy similar a las cabras que pastoreó Viriato antes de luchar contra Roma.

Alejandro Torralvo Gutiérrez.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Pese a ser tradicionalmente un pueblo de cabreros, Guijo de Santa Bárbara es un pueblo de vaqueros trashumantes dedicados a la cría de ganado vacuno de aptitud cárnica. Aunque predominan ya las vacas cruzadas o mestizas, aún quedan ganaderos que se mantienen fieles a la raza Avileña-Negra Ibérica, similar a las vacas criadas por los vettones y cuyos toros sirvieron de modelo para esculpir en la dura roca los verracos.

Vacas de raza Avileña-Negra Ibérica en Guijo de Santa Bárbara.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Ganaderos que defienden la naturaleza y los lugares donde pastan sus ganados y luchan por conseguir un precio digno para sus productos como la leche de cabra empleada para la elaboración de exquisitos quesos y la carne de cabritos y terneros que puede degustarse en los restaurantes de la zona.

Elaboración tradicional de la caldereta de cabrito.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

No sólo es Guijo de Santa Bárbara un pueblo de ganaderos o pastores, sino que es también un pueblo de agricultores que, con gran esfuerzo luchan por cultivar castaños, olivos, cerezas, higueras, frambuesas o arándanos, frutos todos ellos de gran calidad y aprecio en el mercado.
Atrás quedan los tiempos en los que, como los vettones, los guijeños se dedicaban al cultivo de cereales y legumbres habiendo sido capaces de adaptarse a los tiempos introduciendo nuevos cultivos.

Clara Jiménez Santos cosechando arándanos.
(c) María Jesús Santos Jiménez.

Muchas personas trabajan en el sector servicios. Bares, restaurantes, alojamientos rurales, tiendas de alimentación, tiendas de productos típicos...que permiten al viajero que visita estas tierras disfrutar de la tranquilidad de este idílico pueblecito y disfrutar de su gastronomía en la que sobresalen la carne de cabrito, el pan y los dulces de leña, las mermeladas artesanas y los ricos licores como el singular licor de gloria.

Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

El patrimonio natural es incomparable. Guijo se encuentra en un pequeño valle de montaña tallado por la garganta Jaranda y al abrigo de la sierra del mismo nombre que le protege del viento norte, lo que hace que sea un pueblo relativamente cálido en el que junto al castaño, el roble o la encina crecen el olivo, el naranjo y el limonero.
En su garganta, con magníficos charcos para el baño como La Máquina, Calajomero o El Trabuquete, habitan las truchas que son un bioindicador de aguas limpias y puras mientras que en las altas sierras, sobrevoladas por el águila real, la cabra montés es la reina y señora. 

Machos monteses.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Y es que, gracias a la presencia de la cabra montés, Guijo de Santa Bárbara se encuentra dentro de la Reserva de Caza La Sierra, espacio cinegético y natural de importancia mundial desde el punto de vista económico y natural al compatibilizar el aprovechamiento cinegético con la ganadería y la conservación del medio natural.
Todo esto puede verse fácilmente en el Centro de Interpretación de la citada Reserva situado en este municipio.

Centro de Interpretación de la Reserva Regional de Caza La Sierra.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Todo el año se puede visitar el pueblo de Guijo de Santa Bárbara pero es especialmente en las fiestas cuando el pueblo se llena de alegría y color, destacando por encima de todas la Fiesta en honor a Santa Bárbara los días 4 y 5 de diciembre. Antes de la Santa Misa, tiene lugar la procesión en la que bailan los danzantes de Santa Bárbara. 
Es todo un espectáculo ver la danza en la que, a semejanza de los aguerridos soldados de Viriato, los jóvenes guijeños bailan sin descanso por las tortuosas calles de esta villa serrana ante la imagen de la Patrona.

Los danzantes de Santa Bárbara.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Desde 2008, siendo alcalde D. Francisco Bernardo Huertas, los guijeños celebran durante el mes de mayo la FIESTA DE VIRIATO, colocándose en 2014 a la entrada de la localidad una estatua dedicada al más ilustre de los guijeños de todos los tiempos.

Estatua de Viriato.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Este año, la fiesta de VIRIATO tendrá lugar los días 3 y 4 de mayo con la realización de diversas actividades: mercado de artesanía, animación callejera, tiro con arco, pasacalles, talleres...y mucho más. Además habrá un concierto de LOS ODIOSOS el viernes día 3 y otro de EL GATO CON JOTAS el sábado 4, tras el cual habrá un DJ.



Cartel de Viriato 2024.
(c) Ayuntamiento de Guijo de Santa Bárbara.

Como cada año, el día 3 de mayo se hará de entrega del PREMIO VIRIATO concedido por el Excelentísimo Ayuntamiento de Guijo de Santa Bárbara a aquellas personas que, con el espíritu luchador de Viriato, defienden, promueven y dan a conocer la cultura guijeña al resto del mundo.
Este año el Ayuntamiento, presidido por Doña Clara Jiménez Santos, otorgará el Premio a Don Alonso de la Calle Hidalgo, maestro jubilado, fotógrafo, documentalista, cantautor, investigador y escritor, natural y vecino de Guijo de Santa Bárbara.
Y es que no cabe duda que Alonso de la Calle Hidalgo, descendiente de Antonio Jiménez García "El Abuelo Viejo", es también un Viriato de los tiempos modernos que lucha por defender la cultura guijeña y de toda Vettonia pues sus investigaciones abarcan toda la Sierra de Gredos.

Alonso de la Calle Hidalgo.

Como novedad, este año tendrá lugar el sábado 4 una ruta por el pueblo denominada "EN TIEMPOS DE VIRIATO", dirigida y guiada por Silvestre de la Calle García, Cronista Oficial de la Villa de Guijo de Santa Bárbara. En esta ruta se explicará quién fue Viriato, qué era Lusitania, cómo era la vida diaria de los vettones y lusitanos y cuáles eran sus costumbres...

Silvestre de la Calle García junto a la estatua de Viriato.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Desde EL CUADERNO DE SILVESTRE os animamos a visitar Guijo de Santa Bárbara y a disfrutar de la fiesta de VIRIATO en este pueblecito serrano que puede decir con gran orgullo porque así no los han contado nuestros mayores y así se lo contaremos nosotros a los que vengan detrás que es EL PUEBLO DE VIRIATO.

Viriato.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Silvestre de la Calle García.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Cronista Oficial de la Villa de Guijo de Santa Bárbara.

Enlace de interés:
- Entrevista a Alonso de Calle y Clara Jiménez.

miércoles, 24 de abril de 2024

LOS COCHINILLOS DE MARCOS

Todos sabemos la importancia que ha tenido siempre el ganado porcino en el medio rural español donde siempre existió la costumbre de que cada familia cebase 1 ó 2 cerdos para la matanza o que tuviese 1 ó más cerdas dedicadas a la crianza de cochinillos para vendérselos a otros criadores y comerse alguno que otro con motivo de alguna celebración especial.
En Guijo de Santa Bárbara, vive el pequeño Marcos, hijo de Óscar y Prado, quien a sus 2 años está viviendo una experiencia inolvidable con la cochina de sus padres, la cual tuvo a sus cochinillos hace tan sólo unos días.

Marcos con la cochina y los cochinillos.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Todo comenzó el año pasado cuando a Óscar le regalaron una bonita cochinilla piñana a la que el propio Marcos puso el nombre de Pepa.
En el local que Prado tenía en la finca de La Serraílla, la familia preparó una confortable cuadra para Pepa, aunque gran parte del tiempo lo pasaba fuera del local vigilada siempre por Óscar puesto que, como es bien sabido, los cochinos pueden llegar a ser animales bastante destructivos al hozar el terreno en busca de alimento.

Pepa.
(c) Óscar Nunes Pérez.

Alimentada con hierba segada o directamente pastada, pienso, pan duro y sobras de la comida, Pepa fue creciendo y engordando. Con gran alegría, Marcos iba con sus padres a echar de comer a la cochina. 
Todo el pueblo sabía perfectamente que en La Serraílla había una cochina llamada Pepa porque no habrá guijeño al que Marcos no se lo haya dicho más de una vez.

Pepa buscando comida.
(c) Óscar Nunes Pérez.

Poco a poco Pepa se convirtiendo en una más de la familia y ya estaba alcanzando un peso elevado por lo que, si pretendían hacer con ella una buena matanza, había que castrarla porque las cochinas enteras o "cojúas" engordan menos y tienen peor carne que las castradas o capadas.
Pero daba pena hacerla chorizos y morcillas teniendo en cuenta que Marcos tenía tanto cariño al animal y que Óscar, siendo cazador, podía conseguir carne de jabalí, de ciervo, de corzo...para el consumo familiar.
Así es que Óscar decidió, llegado el otoño, buscar novio a Pepa. Tras ver posibles candidatos de las razas Pietrain (similares a Pepa) y Duroc, el elegido fue un joven verraco Duroc.

El novio de Pepa.
(c) Óscar Nunes Pérez.

Al principio, los animales se prestaban escasa atención pero al final, la Naturaleza se impuso y el milagro de la vida comenzó su curso al quedar Pepa preñada, momento en el que el verraco fue devuelto a su dueño.
Ahora tocaba esperar pacientemente los 3 meses, 3 semanas y 3 días que dura la gestación de las cochinas, periodo breve para un animal tan grande y prolífico.

Pepa y su novio.
(c) Óscar Nunes Pérez.

Marcos iba con su padre todos los días que podía para ver si Pepa había parido ya, pero al llegar al local comprobaba que no había ningún cochinillo y preguntaba extrañado que por qué no había parido Pepa. 
Y es que 3 meses, 3 semanas y 3 días pueden parecer poco tiempo para cualquiera de nosotros pero para un niño son una eternidad.

Marcos con su padre y Pepa.
(c) Prado Rodríguez Vergara.

Muchas tardes, mientras Pepa se tumbaba fuera de la cuadra del local, Marcos empezando a tocarla la barriga para ver si salían los cochinillos y tiraba de las tetas de la cochina para ver si la podía ordeñar. 
Sin embargo, allí no había cochinillos ni la cochina daba leche.

Marcos y Pepa.
(c) Oscar Nunes Pérez.

Cuando se acercaba la fecha estimada del parto, Óscar veía que la cochina estaba cada día más incómoda y pesada. Aunque la sacaba al campo todos los días, tardaba poco tiempo en volverse a la cuadra o en tumbarse sobre la hierba. Sin duda alguna, el momento del parto estaba cerca.

Pepa poco antes de parir.
(c) Óscar Nunes Pérez.

Por fin, el día 27 de marzo se produjo el acontecimiento y Pepa trajo al mundo 9 cochinillos que Óscar colocó en una caja con paja para que estuviesen calientes y protegidos.
Cuando la noticia se supo en el pueblo fue todo un acontecimiento pues, aunque a escasos metros del local de Prado y Óscar otro ganadero tiene también cochinas de cría, la gente esperaba que Marcos fuese por todo el pueblo anunciando la noticia.

Cochinillos recién nacidos.
(c) Óscar Nunes Pérez.

Vinieron al mundo 9 cochinillos: 2 hembras y 7 machos. Sin embargo, una de las hembras nació muy débil y murió a las pocas horas.
Por caprichos de la genética, las hembras nacieron con un pelaje blanco con manchas negras y los machos con un pelaje rubio con alguna manchita blanca o negra.

Los cochinillos con una semana de vida.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Una semana después del alumbramiento, Marcos nos enseñaba los cochinillos y nos explicaba todo sobre ellos: donde come Pepa, qué comen los cochinillos...
Sin miedo ninguno, Marcos se acerca a la cochina y coge a los cochinillos aunque vigilado siempre por sus padres ya que, aunque las cochinas son mansas, defienden ferozmente a sus crías si detectan una amenaza.

Marcos con Pepa y los cochinillos.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Marcos no ha puesto nombre a los cochinillos porque son todos muy parecidos y no consigue diferenciarlos pero la cochinilla piñana es diferente a sus hermanos y por eso es fácilmente reconocible y tiene nombre: LOLITA.

"Esta es Lolita"
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Aunque desde que tienen una semana, los cochinillos ya comen pienso, su alimentación se basa en la leche de su madre.
Los cochinillos intentan mamar cuando su madre está de pie pero esto sumamente complicado para ellos porque no alcanzan bien y la leche no baja correctamente.

Cochinillos intentado mamar.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Debe por lo tanto tumbarse la cochina para que los pequeños puedan mamar, teniendo cada uno su propio pezón y luchando con los hermanos desde el mismo momento del nacimiento para que no se lo quiten.
Pocas escenas hay en el medio rural tan entrañables como esta pero en el caso de Pepa es algo difícil de ver ya que al ver gente se levanta para ver si le dan algo de comer.



Cochinillos de Pepa mamando.
(c) Óscar Nunes Pérez.

Los primeros días, Pepa y sus cochinillos permanecieron en la cuadra con el fin de evitar que éstos se perdieran al salir al exterior, que sufriesen las inclemencias meteorológicas o el posible ataque de algún depredador.
A los 15 días, ya comenzaron a salir y, mientras Pepa hozaba en busca de alimento, los cochinillos corretean de un lado para otro.

Pepa con sus cochinillos.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Y si los cochinillos corren, tras ellos va Marcos intentando cogerlos y jugar con ello aunque estos animalitos, pese a su pequeño tamaño son muy veloces y sumamente escandalosos si se intenta cogerlos, avisando a su madre con agudos chillidos si no pueden escapar del peligro.

Marcos corriendo tras los cochinillos.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Los cochinos son animales a los que les gusta hozar, bañarse y revolcarse en el barro o en la tierra, algo que hacen desde cochinillos y, si los cochinillos se tiran por el suelo...¡allá va Marcos con ellos!

Los cochinillos hozando y Marcos revolcándose por el suelo.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

El problema de todo esto que los cochinillos son muy bonitos pero....crecen. A base de la leche de su madre, del pienso molido que ya comen del mismo camellón que su madre y de lo que encuentran en el prado, ya están poniéndose rollizos y pronto habrá que empezar a tomar decisiones sobre su futuro....

Cochinillos hozando.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Lolita podría quedarse en la finca como su madre aunque tener dos cochinas de cría ya exige unas instalaciones y organización adecuada para cuando se junten 15 ó 20 cochinillos a la vez en la finca, debiendo tomar entonces la decisión clara de dedicarse a la venta de cochinillos para carne o engorde a otros criadores.

Lolita.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Pero los hijos machos de Pepa, esos rollizos cerditos de pelaje dorado, tendrán que ser pronto vendidos o destinados al consumo familiar. Con 15-21 días, los cochinillos son auténtico manjar del que es buena muestra el famoso Cochinillo Segoviano. Si son más grandes, podrán ser engordados y sacrificados pronto para su consumo en fresco aunque si se van a cebar para la matanza deberán ser castrados previamente para favorecer el engorde.

Cochinillos.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Mientras Óscar y Prado toman una decisión, los cochinillos corretean de allá para acá siguiendo a su madre y seguidos todos ellos por Marcos que, lleno de alegría, está pasando unos días muy felices.

Marcos con Pepa y los cochinillos.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Al preguntar a Marcos que qué va a hacer con tantos cochinillos, se queda pensativo y mira extrañado sin saber muy bien qué contestar. 
¿Por qué no puede tener una cochina, una cochinilla y siete cochinillos si por delante de su casa pasan a diario vaqueros con buenas piaras de vacas?

Marcos pensativo con sus cochinillos.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

A MODO DE EPÍLOGO.
Puede parecerle al lector que esto es una novela o una historia inventada, pero no lo es.
Es una auténtica crónica que hace décadas no tendría trascendencia alguna en Guijo de Santa Bárbara donde muchos niños veían en sus casas y fincas las escenas que está viviendo Marcos. Pero, en esta primavera de 2024, Marcos es el único guijeño que está disfrutando de algo de lo que disfrutaron muchos niños en otro tiempo.
Desde EL CUADERNO DE SILVESTRE aplaudimos la iniciativa de Óscar y Prado al recuperar una tradición guijeña como es la cría de cochinos y sobre todo por educar a su hijo transmitiéndole los valores tradicionales.

Marcos con su padre, Pepa y los cochinillos.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Cronista Oficial de la Villa de Guijo de Santa Bárbara (Cáceres).

GUIJO DE SANTA BÁRBARA. EL PUEBLO DE VIRIATO.

Guijo de Santa Bárbara es un pequeño pueblo situado en la comarca de La Vera, al noreste de la provincia de Cáceres y en las estribaciones o...