LA GANADERÍA ESPAÑOLA EN PELIGRO.
La ganadería tiene gran importancia dentro de la economía española, especialmente en el norte peninsular y en las zonas montañosas o poco adecuadas para la agricultura.
Da trabajo directo e indirecto a muchísimas familias del país y genera productos de una calidad inigualable.
Pero actualmente, atraviesa una gran crisis de la que hablaremos en este artículo.
La península Ibérica es una región en la que a lo largo de los últimos milenios la ganadería ha sido una actividad de gran importancia, hasta el punto de llegar a ser en algunos momentos de los siglos XV al XVIII la principal fuente de riqueza del territorio cuando la finísima lana de las ovejas merinas era famosa en todo el mundo al producirse sólo aquí.
Sin embargo, cuando las ovejas empezaron a exportarse vivas a otros países o fueron directamente robadas debido a conflictos bélicos, el mercado se desplomó, lo que unido a otros factores hizo que España viviese a comienzos del siglo XIX una crisis ganadera y económica jamás vista y sólo comparable a la de los tiempos actuales.
Además, las desamortizaciones del siglo XIX supusieron un duro golpe para la ganadería española cuando los grandes pastizales comunales pasaron a manos privadas.
Pero hoy no nos centraremos en hablar de historias pasadas sino que conoceremos la situación actual que atraviesa la ganadería española en estos momentos, analizando diferentes factores.
1. PRECIOS DEL PRODUCTO.
Todos los ganaderos se dedican a la obtención de un determinado producto destinado al mercado y por el que reciben un beneficio económico que constituye su principal y a veces único ingreso.
La ganadería proporciona al ser humano, carne, leche, huevos, miel, lana, pelo, piel... además de otras producciones menos convencionales como las ofrecidas por el ganado de trabajo, de silla (caballos), de lidia....
También produce pescados y mariscos en el caso de la acuicultura, que no se suele tener por una actividad ganadera pero que, si lo pensamos detenidamente, no es ni más ni menos que "ganadería acuática".
Tradicionalmente, el ganadero podía vender directamente al consumidor final diversos productos.
Quien se haya criado en un pequeño pueblo, e incluso en algunas grandes ciudades como en el caso de los lectores de más edad, recordarán la venta de leche fresca, queso, huevos, carne, miel e incluso animales vivos para sacrificar en casa. Sin embargo, todo eso ha pasado prácticamente a la historia en la mayoría de los casos.
Jesús García Sánchez ordeñando las vacas.
Aldeanueva de la Vera (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Hoy en día el ganadero vende su producto a la industria aunque en algunas ocasiones se encarga él mismo de transformar la materia prima en pequeñas industrias artesanales o mediante ciertos convenios con grandes industrias para facilitar así la comercialización, pero esto es posible sólo en algunas ocasiones.
Lo normal actualmente, es que el ganadero venda a la industria materias primas (leche, huevos, lana o pelo) o animales vivos para su transformación y posterior comercialización.
En ocasiones, los animales son vendidos vivos a otros criadores para su recría o a profesionales dedicados a la compraventa conocidos como tratantes en el argot ganadero.
Esto supone que el ganadero se encuentra en la base de la pirámide y en el primer eslabón de una cadena que puede ser más o menos larga dependiendo de multitud de factores hasta que el producto llega al consumidor final.
María Isabel Sánchez Vadillo ordeñando sus cabras.
El Raso, Candeleda (Ávila)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Todo esto supone que para no encarecer el producto final al consumidor, el ganadero reciba un precio bajo que, en ocasiones, es poco superior al de los costes de producción como luego veremos.
Pero en la cadena productiva aludida ¿Quién pone el precio al producto para pasar de un nivel a otro? Pues el nivel superior al anterior.
Cada nivel debe garantizar su margen de beneficios pero sabe que el siguiente nivel no adquirirá el producto si el precio es muy elevado.
Por lo tanto, para que todo funcione, el precio en origen debe ser lo más bajo posible.
Muchas veces, el ganadero es el mayor perjudicado en este sistema, pues tiene que aceptar los precios que pongan los niveles superiores (lonjas agropecuarias, tratantes, mataderos, carniceros...) si quiere dar salida a su producto que, al ser en la mayoría de los casos perecedero (leche, huevos, carne...) tiene que venderse sí o sí o que tienen que venderse en un momento determinado (animales vivos) para no perder todo su valor comercial.
Tío Paulino ordeñando una cabra.
Tornavacas (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Sólo cuenta el ganadero con un par de pequeñas posibilidades.
En primer lugar, está la comercialización de un producto diferenciado bajo alguna IGP (Indicación Geográfica Protegida) o DO (Denominación de Origen) que garantice la calidad de un producto que, al ser producido en una zona concreta y obtenido de unas razas determinadas, tiene más valor en el mercado puesto que tiene una trascendencia histórica. cultural y social que un determinado sector de la población reconoce y a quien no le importa pagar un poco más para asegurarse así de consumir un producto de calidad.
Oveja Castellana con su lechazo.
Martiago (Salamanca).
(c) Deme González Calvo.
Otra posibilidad que tiene el ganadero, es la venta directa al consumidor o en una cadena comercial corta con pocos intermediarios, pero esto a veces es realmente complicado.
Algunos productos como los huevos o la miel requieren pocos tratamientos y con un sencillo envasado y etiquetado pueden comercializarse, pero otros productos como la leche y la carne o ya elaborados como los quesos o embutidos deben ajustarse a una rigurosa normativa y elaborarse en unas instalaciones que el pequeño ganadero no puede mantener.
2. COSTES DE PRODUCCIÓN.
Posiblemente, sea el mayor problema con el que se encuentra el ganadero.
Para generar un producto ganadero, lógicamente hay que tener ganado y mantenerlo exige una serie de costes productivos que comienzan con la alimentación y continúan con otros gastos propios de una explotación ganadera como la electricidad, el agua, los carburantes...y, en un mundo en el que es necesario estar conectado sí o sí con el exterior, el teléfono e internet.
Dependiendo del sistema de manejo aplicado según la especie, la raza, el producto que se quiere conseguir..., los gastos variarán ostensiblemente.
Por poner un ejemplo sencillo con la misma especie y producto, no es lo mismo criar vacas de raza Pasiega para la producción de leche en un sistema extensivo que criar vacas de raza Frisona para conseguir el mismo producto en un sistema intensivo.
En este caso, tampoco el ganadero establece el coste de cada producto o servicio necesario para la explotación y está sujeto a las leyes de mercado.
El precio del alimento del ganado, que va a ser siempre el principal coste de cualquier explotación, variará en función de la producción de un determinado cultivo y de su transformación o preparación para que pueda ser almacenado y consumido por el ganado.
Los costes energéticos y de ciertos servicios pueden ser, en cierta medida, "fijos" salvo que ocurran hechos excepcionales que hagan subir los precios como en el caso de los carburantes.
Pero los costes de alimentación son sumamente variables de un año a otro en función de las condiciones climatológicas y de mercado.
Una sequía como la que estamos viviendo ahora mismo, puede hacer que sea necesario adquirir mayor cantidad de alimento para los animales de la esperada y que dicho alimento sea mucho más caro por el aumento de la demanda y la falta de oferta.
Figura también entre los costes de producción el alquiler de terrenos de pasto en el caso del ganado extensivo pues muchos ganaderos españoles carecen de pastos propios.
En algunos casos, pueden utilizarse durante todo o parte del año pastizales de propiedad municipal o comunal por precios mínimamente asequibles pero en otras, los ganaderos deben alquilar fincas privadas por las que deben pagar un precio fijo independientemente de si hay o no suficientes recursos dependiendo de las condiciones meteorológicas del año.
Un sistema que tradicionalmente ha permitido el manejo del ganado extensivo a bajo coste, ha sido la trashumancia, consistente en el movimiento periódico del ganado transitando a pie por las vías pecuarias.
Aunque hoy en día se sigue realizando este sistema en muchas zonas de España, es complicado realizar los desplazamientos a pie ya que se requiere bastante personal especializado y a que las vías pecuarias se hayan invadidas por carreteras y pueblos, lo que obliga a muchos ganaderos a optar por el desplazamiento en camiones lo cual encarece los costes.
3. NORMATIVAS.
Antiguamente la ganadería no se encontraba sujeta a más normativas que las llamadas ordenanzas concejiles, leyes dictadas por los Concejos o Ayuntamientos para el aprovechamiento de los pastos, la comercialización de los productos, ciertos aspectos "sanitarios".....
Quien tenía la posibilidad de tener ganado y quería comercializar los productos generados, podía hacerlo sin mucho problema.
Hoy en día todo esto ha cambiado.
Para empezar, cada ganadero tiene que tener los permisos necesarios para poder tener ganado. Su finca e instalaciones deberán reunir unas condiciones mínimas para que la administración competente, le permita tener ganado y el otorgue un código de explotación.
A veces, estas medidas llegan a ser un tanto severas y restrictivas, impidiendo la explotación en sistemas tradicionales.
Cabras en un corral tradicional.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Todos los animales de la explotación deberán tener su identificación, semejante a nuestro DNI y estar debidamente saneados, es decir, con las pruebas contra diversas enfermedades realizadas y con diversas vacunas y tratamientos aplicados para evitar enfermedades.
Si en las campañas de saneamiento un animal está contagiado de una enfermedad, deberá ser sacrificado, pero en ocasiones se exige el sacrificio de todos los animales de la explotación o su inmovilización durante meses, generando unas pérdidas importantes a los ganaderos.
Si hablamos de normativas para la comercialización de productos o para el sacrificio de animales para el consumo dentro de la explotación, la cosa se complica realmente y hace que la inmensa mayoría de los ganaderos prefieran vender vivos los animales y renunciar a la transformación de los productos o al sacrificio para autoabastecimiento como se hacía tradicionalmente, lo cual supone una pérdida de rentabilidad para la familia.
Cerda Ibérica con sus cerditos.
Javier Bernal Corral.
En ocasiones las normativas están redactadas teniendo en cuenta una serie de conocimientos técnicos y teóricos que no son fácilmente aplicables en la práctica.
Curiosamente, algunas normativas son iguales para toda Europa o toda España sin tener en cuenta las condiciones sociales, económicas, históricas y culturales de cada zona mientras que otras veces cambian de una comunidad autónoma a otra, complicando gravemente aspecto como el movimiento de ganado trashumante.
Vacas trashumantes.
Puerto de Tornavacas, límite entre Cáceres y Ávila.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Finalmente, es preciso añadir que las normativas cambian demasiado rápido y que cada vez es más difícil para los ganaderos de zonas aisladas o de mayor edad, adaptarse a esos cambios, lo que provoca la desaparición de numerosas explotaciones cada año.
4. FAUNA SALVAJE.
Los animales salvajes pueden suponer un peligro para la ganadería por dos factores bien diferentes: la depredación y la transmisión de enfermedades.
4.1. Depredación.
Se trata del ataque y/o muerte de animales domésticos por parte de carnívoros salvajes que, en nuestro país, son principalmente el oso, el lobo, el zorro, el meloncillo, la gineta, diversas especies de mustélidos como la garduña o la comadreja entre otros y grandes aves rapaces como el águila real o los buitres.
Sin lugar a dudas, el mayor peligro de todos para la ganadería española, lo constituye el lobo ibérico.
Se trata de un carnívoro capaz de alimentarse de un gran abanico de presas pero que, prefiere los grandes herbívoros suponiendo los animales domésticos una presa muy fácil de abatir, especialmente el ganado menor (cabras, ovejas y cerdos) o las crías del ganado mayor (bovino y equino).
El lobo estuvo extendido en el pasado prácticamente por toda la Península Ibérica pero debido a la caza abusiva y a la alteración de su hábitat, quedó relegado al cuadrante noroccidental en la segunda mitad del siglo XX.
Considerado durante mucho tiempo como especie cinegética al norte del Duero con el fin de regular su población para tratar de paliar los efectos adversos sobre las poblaciones de ganado extensivo, actualmente se considera una especie protegida y su población ha aumentado de forma exponencial hasta ocupar gran parte de la mitad norte de la Península y continuar avanzando hacia el sur.
Esto está provocando una situación verdaderamente dramática, afectando en gran medida a la ganadería extensiva en general y a ciertas razas autóctonas en peligro de extinción en particular por lo que a la pérdida económica se une la pérdida de una parte fundamental de nuestra biodiversidad ganadera que es un patrimonio genético, histórico y cultural verdaderamente incalculable.
Un ejemplo de esto, es el caso de la Cabra del Asón, raza autóctona de Cantabria y que aún no cuenta con reconocimiento oficial, pudiendo llegar a extinguirse debido a los ataques del lobo antes de ser una raza oficial
Se deben tomar medidas que garanticen la supervivencia tanto del lobo y otras especies salvajes que forman parte de la rica fauna ibérica como del ganado doméstico que supone el principal o el único medio de vida para muchas familias de nuestro país.
Isabel López Arrabé con sus vacas en una zona lobera.
Barajas de Gredos (Ávila).
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.
4.2. Transmisión de enfermedades.
Los animales salvajes pueden ser víctima o vectores de graves enfermedades que pueden ser transmitidas al ganado por contacto directo cuando conviven unos y otros en montes abiertos de utilidad pública o en cercados a los que los animales salvajes puedan entrar de alguna manera.
Dichas enfermedades pueden ocasionar la muerte del ganado o transmitirse a los humanos.
Muchos animales pueden transmitir enfermedades al ganado desde pequeños pajarillos como los gorriones o las palomas a grandes mamíferos como los ciervos, corzos y jabalíes.
Aunque los ganaderos realizan las pertinentes campañas sanitarias exigidas por las administraciones competentes, el resultado de las mismas puede en ocasiones obligar al sacrificio de gran parte e incluso todos los animales de una explotación, lo que puede llegar a suponer la ruina para muchos ganaderos.
4.3. Daños diversos.
Diversas especies silvestres pueden ocasionar ciertos daños que pueden ir desde casos puntuales a verdaderas pérdidas en pastizales, cultivos para alimentar al ganado o almacenes de piensos y forrajes.
Los jabalíes pueden llegar a convertirse en una auténtica plaga y destrozar hozando pastizales, prados de siega, cultivos....En estos terrenos, animales como los tejones o los topos, pueden causar también daños.
Además de eso, estos animales son transmisores de enfermedades.
Jabalí.
(c) Silvestre de la Calle García.
Otros animales pueden ocasionar daños en los cultivos destinados a la alimentación del ganado. Herbívoros de gran porte como los ciervos, el propio jabalí, el conejo, roedores como los topillos o ciertas especies de aves, pueden ocasionar daños en las cosechas y a eso hay que sumar los roedores que pueden invadir los almacenes.
Todos estos animales, pueden además transmitir enfermedades al ganado y que pueden llegar a afectar a los humanos.
* ANEXO AL PUNTO 4.
Hay un peligro más relacionado con las especies salvajes que a veces pasa desapercibido y es la hibridación entre especies.
Realmente no lo consideramos como un "problema" a tratar ampliamente por su escasa incidencia.
Los casos más notorios serían el cruzamiento entre cerdos y jabalíes, perros y lobos, gatos y gatos monteses, ovejas y muflones o cabras domésticas y cabras monteses.
Aunque posibles, son muy infrecuentes dado el manejo, los cruzamientos entre anátidas domésticas y silvestres (patos y gansos) y entre conejos domésticos y de campo.
5. CONDICIONES METEOROLÓGICAS Y DESASTRES NATURALES.
La ganadería puede verse seriamente afectada por condiciones adversas relacionadas con la climatología como la sequía a la que ya hemos aludido o los temporales de lluvia, nieve, inundaciones...e incluso como vimos hace poco, las erupciones volcánicas.
También otros factores como los incendios forestales, naturales o provocados, pueden suponer un grave peligro para la ganadería tanto por causar la muerte de los animales por el propio fuego o el humo como por asolar los pastizales que les sirven de alimento y la contaminación de acuíferos por el arrastre de ceniza.
Todo esto obliga a los ganaderos a administrar alimentación complementaria y/o agua al ganado para garantizar su supervivencia.
Al ser imposible predecir a largo plazo las condiciones meteorológicas o los posibles desastres naturales, muchas veces es difícil hacerles frente sobre todo cuando se unen a todos los problemas tratados en los puntos anteriores.
CASOS CONCRETOS.
Muchos ganaderos al leer esto se sentirán plenamente identificados, pero para que el lector no familiarizado con el sector comprenda la situación, vamos a analizar brevísima algunos casos concretos de ganaderos que se ven afectados por todo lo expuesto.
David Bernaldo de Quirós Pablo.
Este ganadero de las Navas del Marqués (Ávila) mantiene una cabaña formada por excelente ganado bovino de las razas Avileña-Negra Ibérica y Blanca Cacereña.
La Avileña es una raza sobradamente conocida por todos y famosa por la calidad de su exquisita carne si bien en el pasado fue muy apreciada también para el trabajo e incluso algunas fracciones del censo, eran sometidas a ordeño regular.
La Blanca Cacereña, mucho menos conocida, es un auténtico tesoro de la ganadería española, al ser una de las razas bovinas más antiguas de la península. Introducida por los romanos y no habría cambiado nada desde entonces, dedicándose tradicionalmente al trabajo agrícola y hoy a la producción de carne.
Sin embargo, esta raza enormemente rústica, no puede competir con otras más seleccionadas y es únicamente mantenida por organismos oficiales o por ganaderos aficionados que se han propuesto salvarla, como por ejemplo David Bernaldo.
Junto a estas dos razas, David mantiene algunos mestizos entre ambas, conocidos en el pasado como ganado Barroso Cacereño, de gran aprecio como animales de trabajo.
Mantiene también algunos caballos y burros.
David nos relata su situación:
En verano tengo todas las vacas en Las Navas del Marqués y en invierno bajo la mitad a una dehesa de Extremadura.
En Las Navas, los pastos son comunales y pertenecen al Ayuntamiento. Cada vecino tiene las vacas en la zona que más le conviene. Hay unas 5 ó 6000 vacas repartidas en un total de 18000 hectáreas.
La dehesa de Extremadura sí es una finca particular que llevo en arrendamiento.
Este año la situación es especialmente complicada debido a la sequía. La gente ajena al campo, muchas veces no se da cuenta del problema porque hace buen tiempo, pero se quejarán cuando se mande al matadero la mitad de la ganadería por haber ni paja ni pienso para alimentar a los animales y entonces al ir a hacer la compra un litro de leche o un kilo de carne valdrán 50 €. Cuando a uno le tocan el bolsillo...
Yo tengo ahora mismo una lista de vacas que irán al matadero, entre ellas alguna de las Blancas Cacereñas si nada lo remedia.
Quiero indicar que estas vacas Blancas, las mantengo porque soy un apasionado de la raza por el gran valor histórico y cultural que tiene pero su cría no es rentable y en la misma situación se encuentran otras muchas razas que, si esto sigue así, desaparecerán.
Que sea lo que Dios quiera. Yo iré actuando pero no me quedará más remedio si no quiero acabar en la ruina.
Primero voy a quitar animales viejos que no sean productivos o con problemas porque una vaca que funciona y pare, será la ultimísima opción para quitar, pero si no nos ayudan, seguiremos quitando y hasta donde podamos, llegaremos.
Yo lo último que quiero hacer es deshacerme de lo que es y ha sido siempre mi vida.
Todo va sumando y al final gota a gota se llena el vaso.
Yo no soy de rendirme nunca y tengo claro que no me rendiré esta vez pero el verano va a ser muy duro y la gente que tiene más ganado que yo y fincas en renta son los que más van a perder.
Tengo amigos con el agua al cuello ya a estas alturas del año.
En fin. Dicen que Dios aprieta pero no ahoga. Ya vendrán tiempos mejores.
Vacas Blancas Cacereñas.
Una de las mayores ilusiones de David, es poder mantener estas vacas.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo
Ibai Menoyo Aguirre.
Ganadero de Zaratamo (Bikaia) que cría cabras Azpigorris, raza autóctona del País Vasco y que se encuentra en peligro de extinción.
Aunque reconocida oficialmente como raza en 1997, la cabra Azpigorri pertenece al grupo de cabras del norte de España criadas desde tiempo inmemorial principalmente para la producción de carne aunque también pueden ser sometidas a ordeño.
Ibai es un ganadero aficionado que mantiene sus cabras con el objetivo de proteger esta singular raza de la desaparición. Es ayudado en todo momento por su hermana Enara.
Hablamos con Ibai y nos cuenta lo siguiente:
"Cada vez hay más trabas burocráticas. Nos obligan a sacrificar a los animales en matadero y en mi caso el más cercano está a 58 kilómetros lo que supone más casi 120 kilómetros de ida y vuelta. Para un ganadero que mata 1 ó 2 cabritos a la semana, eso es mucho.
Además, tienes que medio de transporte para la idea, desinfectarlo y demás con su correspondiente coste y para volver necesitas un medio de vuelta refrigerado y homologado.
Respecto al precio, a la gente no le importa pagar 25 € por un kilo de cabrito en la carnicería, tratándose posiblemente de un cabrito que ha bebido leche en polvo, pero se les hace caro pagar 15€/kilo a un productor que les ofrece cabritos 100% lechales de sus propias cabras.
Yo siempre les digo que no solo compran un cabrito de una calidad excelente, sino que están contribuyendo a salvar una raza autóctona en peligro de extinción.
El precio de los alimentos ha subido muchísimo. Yo pagaba hace 3 años 12 € por un saco de 40 kilogramos de pienso y ahora pago 17 y eso después de buscar el más barato. El forraje está cada vez más caro y este año no sabemos cuánto nos cobrarán por él.
La fauna salvaje es otro problema. No puedes dejar parir a una cabra fuera de la cuadra porque el zorro se lleva a la cría o los cuervos le sacan los ojos.
Leire Amundarain Ganadutegia.
Ganadera de la localidad de Orozko (Bizkaia) que está al frente de una explotación ganadera familiar dedicaba a la cría de ganado vacuno de raza Pirenaica.
Estas vacas, destinadas hoy en día mayoritariamente a la producción de carne, eran apreciadas en el pasado como animal de trabajo y como productoras de leche.
Tras estar en grave peligro de extinción, hoy en día son consideradas como una raza de fomento por su censo relativamente alto.
Leire, que cuenta en la explotación con la ayuda de su marido cuando es necesario y la de sus hijos, nos cuenta lo siguiente:
Debido al encarecimiento de las materias primas, hemos tenido que cambiar el sistema de alimentación del ganado. Hasta ahora les solíamos dar por las mañanas maíz y veza y por las noches paja. Pienso sólo dábamos a algunas vacas concretas en algún momento de necesidad o a aquellas que se preparaban para ir a ferias que deben estar mejor cuidadas.
Este año al no haber tanto forraje les estamos dando maíz y pienso para complementar un poco el maíz y por las noches paja.
Al dejar muchos productores de cultivar maíz, este año sólo hemos podido conseguir la mitad que otros años, por lo que este año se nos ha acabado en enero mientras que otros años nos duraba hasta abril o mayo cuando se sueltan las vacas. Desde ese momento hemos tenido que dar más pienso y paja.
El encarecimiento se nota mucho. Antes pagábamos sobre 8 pesetas por el kilo de paja y ahora nos están pidiendo entre 16 y 20 pesetas, cosa inviable totalmente, por lo que no podemos hacer frente a ese gasto. El pienso se ha encarecido mucho.
La veza está a un precio impensable y la paja va a venir muy muy cara porque hay muy poca.
Se está planteando la posibilidad de realizar compras conjuntas de ganaderos a Europa, pero la verdad es que eso es muy complicado.
A nosotros nos afecta mucho la subida del gasoil porque al vivir en zonas alejadas nos tenemos que desplazar. Gastamos mucho más dinero que otros años en este aspecto.
La venta de los animales ha subido un poquito en cuanto a los pasteros. Nosotros vendemos la mayoría de los animales para vida y lo que no se vende así, lo vendemos como pasteros.
Sin embargo esa subida de precios no compensa la subida de materias primas y otros costes.
Para vida vendemos bastante bien. No muy caro, pero nos defendemos.
Vaca Pirenaica con ternero.
(c) Leire Amundarain Ganadutegia.
El tema del lobo nos afecta muchísimo en esta zona. Ya ha habido ataques a rebaños de ovejas y cabras y aunque todavía no se hayan producido a ganado vacuno adulto ni a terneros es cuestión de tiempo que esto pase.
También hay que decir que estamos invadidos por ciervos y jabalíes que suponen un peligro para la ganadería sobre todo los jabalíes que nos deja las fincas totalmente labradas y aunque pedimos ayudas por daños, la cuantía es miserable.
Afecta también la gente que viene al monte los fines de semana. Hay gente muy educada pero otros no respetan las normas de circulación y las normas para convivir con nosotros y nuestros animales lo que a veces lleva a enfrentamientos porque llevan perros sueltos que se meten en los rebaños de cabras, ovejas y vacas, sin entender la repercusión que eso puede tener y por mucho que haya letreros diciendo que se deben llevar los perros atados, los llevan sueltos.
A nosotros nos han venido especialmente bien las ayudas del Gobierno Vasco y de Diputación pues nos apoyan bastante y ahora hay también concedidas unas ayudas por la sequía que nos ha afectado mucho porque las fincas no están en el punto óptimo para su aprovechamiento.
Esas ayudas, dadas por diversos conceptos entre ellos la Guerra de Ucrania y demás, son las que nos permiten seguir viviendo porque por momentos te vas ahogando ya que el encarecimiento de los costes supone muchísimo dinero.
Gracias a las subvenciones y a estas ayudas podemos seguir adelante pero si no llega un momento en el que te planteas si seguir o no.
A todo esto hay que sumar las enfermedades y pérdidas que puedes tener como la muerte de alguna vaca en el parto o cosas así.
Siempre tienes que contar con ello pero a nosotros este año, por poner un ejemplo, se nos han muerto seis terneros ya grandecitos y la verdad es que pasas miedo porque son seis animales pero podrían haber sido más y eso hace que empeore aún más la situación.
Es preciso decir que nosotros no vivimos exclusivamente de esto y es lo que nos permite seguir adelante porque mi marido trabaja fuera y tiene un sueldo. Si tuviéramos que vivir solamente de esto como vive mucha gente, que tienen un gran mérito y ante los que yo me quito el sombrero porque tienen ganas de seguir luchando y estar al pie del cañón, sería imposible ahora mismo.
Vaca Pirenaica.
(c) Leire Amundarain Ganadutegia.
La verdad es que la situación se va complicando cada vez más con papeles y otras cosas. Mucha gente mayor llega un momento en el que no puede más y lo deja pero supone para ellos un gran problema que yo me atrevería a decir que les lleva a la muerte con esa pena.
Ahora mismo somos un sector muy débil y aunque tenemos algunas ayudas pero necesitamos un poco más porque en algunas cosas estamos muy indefensos.
En resumen, está muy mal la situación para vivir de la ganadería si no se tiene otro sueldo. Una familia con dos niños que lleve una vida normal, sin muchos lujos, se ve mal para salir adelante sólo con la ganadería.
Diego Ceballos San Miguel.
Ganadero de la localidad de Santa Olalla, Molledo (Cantabria), Diego es uno de los propietarios de Ganadería La Real, dedicada a la cría de ganado bovino selecto de raza Limusina.
La Limusina es una raza originaria de Francia y que fue introducida en España de manera oficial en 1962, considerándose como una de las mejores razas de aptitud cárnica del mundo por la gran calidad de su carne, el rendimiento en canal y la facilidad de parto.
Este ganadero nos cuenta lo siguiente:
El sector ganadero está claramente en decadencia.
Los costes de producción son inasumibles (gasoil, luz, piensos al doble de precio de hace un año, escasez de forraje debido a la sequía y precio del mismo por las nubes...etc.)
A todo esto hay que sumar el recorte de las ayudas por parte de la Administración y el bajo precio de nuestro producto, lo que supone la ruina inmediata.
Los terneros valen siempre lo mismo y la carne también.
Los mataderos no dan a basto para matar vacas reproductoras porque la gente tiene que vender, 10, 20, 30 o 40, las que hagan falta, para poder dar de comer al resto.
La sequía, que ya se alarga en el tiempo, no nos ayuda nada y la mala gestión del lobo en nuestros montes, tampoco.
En muchas zonas loberas, los ganaderos se ven obligados a vender sus vacas y y yeguas porque en cuanto llega el momento de parir, el lobo no deja una cría.
Así no se puede vivir. La ilusión se acaba y las ganas de seguir hacia delante, escasean.
No sé que nos deparará el futuro pero si esto no cambia, la ganadería en el norte de España desaparecerá y los montes arderán todos por su abandono y la catástrofe será inmensa.
Gonzalo Lorenzo Gómez.
Ganadero de la localidad de Acehúche (Cáceres), famosa por sus exquisitos quesos de cabra y por la fiesta de Las Carantoñas.
Gonzalo cría vacas de aptitud cárnica y ganado ovino fruto del cruce de las razas Merina y Suffolk, aportando la primera la rusticidad y adaptación al clima de la zona y la segunda las cualidades carniceras.
Este ganadero nos cuenta lo siguiente:
Los animales no valen nada y, en muchas ocasiones, los ganaderos trabajamos por debajo de los costes de producción.
La paja y los cereales están por las nubes y es imposible comprarlos y a ello se une la sequía pues aunque en los últimos días haya llovido, estas lluvias tardías sólo sirven para estropear el poco pasto que hay.
Somos los grandes olvidados y nuestra vida es cada vez más difícil debido a las normativas que sacan en los despachos. Hay leyes absurdas que no se pueden llevar a cabo en el campo pues lo que aparece en los libros no se ajusta a la realidad.
Además en muchas ocasiones, se prohíbe a los ganaderos pastar con el ganado en determinadas zonas con el fin de proteger a ciertas especies y eso no hace sino aumentar el riesgo de incendios como el que se ha producido la pasada semana en Las Hurdes y la Sierra de Gata.
Alexis Ávila Pulido.
Ganadero natural de Almoharín pero residente desde hace años en Montehermoso (Cáceres), población famosa por el vistoso traje regional femenino cuya pieza más destacada es la característica gorra de paja.
Mantiene ganado ovino de aptitud cárnica de raza Fleischschaf, ovino autóctono de Alemania que surgió a partir de la raza Merina española seleccionada para mejorar sus cualidades carniceras.
Alexis nos da su punto de vista sobre la situación de la ganadería:
Bajo mi punto de vista, la ganadería la están destrozando totalmente. De cada 1000 ganaderías quedarán 200 de los ganaderos más grandes y los jóvenes ganaderos tendremos muchas dificultades para seguir adelante.
Yo quería juntar unas 500 ó 600 ovejas pero cuando llegué a 200, tuve que vender animales por cuestiones económicas ya que el precio de los corderos estaba por los suelos y era imposible mantener a los animales y hacer frente a los gastos y a los arriendos puesto que yo no tenía ningún tipo de ayuda.
Hablé con los veterinarios para ver si era posible solicitar una ayuda para construir naves y así tener más ganado pero me dijeron que para solicitar la ayuda debía tener como mínimo 300 cabezas.
Sin embargo, justamente yo había tenido que vender animales para mantener los que me quedaban y ahora me pedían más animales para poder recibir una ayuda con lo cual es el pez que se muerde la cola como se suele decir.
Llevamos unos años en los que el precio de los corderos ha aumentado pero también han aumentado los precios del pienso, la paja, los arriendos y alquileres... con lo cual no compensa la subida de precio de los corderos.
Las normativas no facilitan la incorporación de jóvenes ganaderos desde cero, sino que están pensadas para favorecer a aquellos que continúan con las explotaciones familiares de sus padres.
Empezar desde cero con el ganado, construyendo naves, teniendo todas las instalaciones necesarias, es muy difícil.
Necesitas una inversión inicial muy alta para empezar y poder recibir luego las ayudas pero éstas tardan en pagártelas con lo cual la situación se sigue complicando.
Yo he querido comenzar con una explotación de ganado vacuno y después de calcular todos los costes he visto que es inviable.
Respecto a la fauna salvaje, yo opino que se deben conservar todos los animales pero hay que tener un control. Se pueden cazar animales pero sin sobrexplotarlos.
También hay que tener en cuenta el pago de indemnizaciones cuando algún animal salvaje mata ganado, valorando el precio justo del animal y pagando lo más pronto posible al ganadero.
Las condiciones meteorológicas también influyen mucho. Hay que tenerlas en cuenta e intentar adaptarse pero cuando vienen sequías o lluvias tardías, es difícil de controlar la situación.
En definitiva, yo creo que modificando un poco las normativas y ayudando un poco a los ganaderos, la situación puede cambiar para que por lo menos podamos vivir.
CARLOS Y JESÚS GONZÁLEZ SÁNCHEZ.
Hermanos ganaderos de la localidad abulense de Navalosa, famosa por su carnaval en el que son célebres los famosos Cucurrumachos así como por su espectacular arquitectura vernácula cuyo ejemplo más significativo son los corrales para el ganado.
Dedicados fundamentalmente a la cría de ganado vacuno de aptitud cárnica en una zona de alta montaña.
Carlos nos cuenta lo siguiente:
Los ganaderos de la zona tenemos muchos problemas, siendo los principales el lobo y las cuestiones sanitarias.
El lobo causa numerosas bajas tanto en el ganado menor como en el mayor, atacando con gran frecuencia a potros y terneros cuando el ganado está en las zonas altas de la sierra.
La abundancia de fauna salvaje como ciervos, jabalíes y corzos supone un grave problema por ser un factor de contagio de enfermedades como la tuberculina.
Este año, a nosotros nos han salido ya varias vacas positivas, al igual que a otros vecinos del pueblo.
Nosotros nos estábamos librando milagrosamente, pero sabíamos que era cuestión de tiempo que esto ocurriese.
Alejandro Torralvo Gutiérrez.
Este joven ganadero de la localidad cacereña de Guijo de Santa Bárbara cría cabras de raza Verata, además de vacas cruzadas de aptitud cárnica y algunas yeguas.
Alejandro Torralvo Gutiérrez.
(c) Alonso de la Calle García.
Alejandro es un ejemplo a seguir ya que ha heredado el oficio de su abuelo Primitivo (1927-2020) y de su padre Florián, sabiendo conjugar perfectamente la sabiduría de los cabreros antiguos con las técnicas modernas de explotación, realizando el ordeño mecánico y controlando a las cabras con collares GPS.
Alejandro junto a su padre y su abuelo
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Gran colaborador de este blog, nos relata la situación:
Ser ganadero es cada vez más difícil sobre todo por los requisitos y papeles que te exigen las administraciones pero a quien le gusta esto y lo ha vivido, puede salir adelante gracias al trabajo y la ilusión pero sabiendo que tener cabras u otro ganado no es como tener peces.
Uno de los principales problemas es el precio de los productos, en mi caso, de la leche y los cabritos. Es verdad que en los últimos tiempos, han subido algo pero no de la misma forma que han subido los costes de la paja, del pienso y del gasoil o de la vida en general.
Otro problema es el abandono del monte porque cada vez hay menos ganaderos y no se realizan desbroces ni quemas controladas y luego vienen los grandes incendios que cuesta mucho apagar y que son un gasto para todos.
Es verdad que los cabreros recibimos algunas ayudas como todos los ganaderos y algunas especiales si mantenemos una raza en peligro de extinción como es mi caso, pero se nos debería dar también una ayuda o facilitarnos las cosas por tener cabras que son las mejores desbrozadoras que hay.
Las cabras de Alejandro.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Yo seguiré con el ganado porque me gusta y es lo que he vivido. Aunque estudié, lo que me gusta y me ilusiona es estar con las cabras, pero es una vida cada vez más difícil y sobre todo en una zona de sierra como la nuestra.
A MODO DE EPÍLOGO.
Podríamos continuar poniendo testimonios de ganaderos pero entonces este artículo, ya demasiado extenso, no acabaría nunca.
De hecho, tengo que pedir perdón a colaboradores de EL CUADERNO DE SILVESTRE por no haber podido incluir su testimonio en esta ocasión.
Citar sus nombres sería una larga tarea pero saben bien que, aunque no se les mencione, este artículo va dedicado también a ellos.
Puede darse cuenta el lector que lo que hemos explicado inicialmente coincide con los testimonios aportados por los ganaderos de zonas tan dispares y alejadas como Cantabria, Euskadi, Castilla y León y Extremadura.
Desde EL CUADERNO DE SILVESTRE, blog dedicado a dar a conocer la ganadería y la cultura tradicional, nos solidarizamos con los ganaderos y queremos aportar nuestro granito de arena dando a conocer la difícil situación de la ganadería española .
Quizás pueda parecer poco, pero como dice una colaboradora del blog:
A los ganaderos no sólo se les ayuda sacando basura un día de la cuadra.
Ojalá este artículo, sirva para algo.
Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.
Mejor explicado nunca
ResponderEliminarMuchísimas gracias.
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