martes, 19 de enero de 2021

DEL VIEJO, EL CONSEJO


Del viejo, el consejo. Con estas cuatro palabras, tituló el poeta José María Gabriel y Galán uno de sus más sublimes poemas. Son estas palabras, una de mis máximas como escritor.
Para escribir mis artículos, la clave está en dos cosas: leer y escuchar.
Actualmente gasto un importante presupuesto en libros sobre cultura tradicional, ganadería e historia que me sirven para investigar sobre numerosos temas. Además, como sacristán y encargado del archivo parroquial, paso muchos ratos leyendo en los viejos libros parroquiales, lo cual no es tarea fácil, para documentarme sobre la historia de mi pueblo, Guijo de Santa Bárbara. 
Piara de cabras y al fondo, mi pueblo, Guijo de Santa Bárbara (Cáceres). 
Pueblecito de montaña que basa su economía en la ganadería y en la agricultura y sobre cuya cultura tradicional iré hablando en este blog.
(c) Silvestre de la Calle García.

A menudo pensamos que es el Guijo es un pequeño pueblo de montaña con poca historia, pero nos equivocamos de lleno y ahí está el archivo parroquial para demostrarlo. Y eso que sólo tenemos datos desde el siglo XVII.

Pero fundamentalmente, mi fuente de inspiración son los viejos que me rodean. Sí, viejos y no ancianos como dice mi abuelo Antonio Leandro. Ahora parece que viejo es una palabra despectiva pero antaño viejo era una palabra que implicaba respeto y veneración.

Parece hoy que los viejos estorban pero antes no era así ni por asomo. El abuelo que no podía ya trabajar en el campo, se sentaba en la cocina junto a la lumbre y viendo las llamas pasaba las horas. Si estaba el tiempo bueno, se salía a la puerta y se sentaba en el poyo o en una silla de enea y apoyado en su garrota parecía mirar al infinito. Pero en ambos casos, si alguien de la familia se acercaba y se sentaba un ratito junto al abuelo, empezaba a desgranar historias guardadas en su memoria que los niños escuchaban con gran emoción.

Pues bien. Eso hice yo cuando era niño, cuando era adolescente y aún lo sigo haciendo hoy cuando ya soy un hombre hecho y derecho. He pasado muchas horas de mi vida sentado con mi abuelo Juan mientras cuidábamos las vacas en los prados, con mi abuela Marce a la puerta de casa junto a otras viejas de la calle como tía Mina, con mi abuelo Antonio Leandro en su cocina de lumbre o con mi abuela Visita en la solana.

Mis abuelos maternos Juan y Marce

  Mis abuelos paternos Antonio Leandro y Visitación

También he pasado horas y horas escuchando a mi tía Martina, la hermana mayor de mi abuela Marce, que a sus 96 años, conserva una gran memoria de sus años mozos y tiene gran gracia para contar muchas historias de aquella época. Soltera y sin hijos, ha sido una auténtica madre y abuela para muchos de sus sobrinos, que hemos tenido la inmensa suerte de pasar mucho tiempo con ella porque cuando nuestros padres o abuelos no podían cuidarnos, ahí estaba ella la primera para ofrecerse a que nos fuésemos con ella a su casa donde nos preparaba la comida y la merienda con gran alegría e ilusión.

Mi tía Martina, ejemplo de lucha y sabiduría.

Pero sin duda alguna con quien más horas he pasado hablando de las cosas de antes ha sido con mi tía Nicolasa, hermana de mi abuelo Juan. La memoria de mi tía Nicolasa era absolutamente prodigiosa. Es inexplicable cómo podía mantener tal cantidad de recuerdos en su memoria y además tenía una capacidad impresionante para hablar de cosas que habían ocurrido 70 u 80 años atrás. Si cerrabas los ojos mientras mi tía hablaba, veías las imágenes de lo que estaba contando. Pero no sólo contaba nitidez las historias que había vivido, sino que contaba igualmente de manera sorprendente las que a ella, cuando era tan sólo una niña allá por los años 20 del pasado siglo, le habían contado su bisabuela "Mariquita", su abuela Vicenta o los abuelos de su marido Andrés y Juana.

Mi tía Nicolasa, que para mí fue siempre mi abuela.

Lo mismo he hecho con otros muchos viejos del pueblo, muchos de los cuales por desgracia ya nos han dejado. También con viejos de otros pueblos. Recuerdo especialmente las charlas con tío Manolo Yuste de Barajas de Gredos, gran ganadero con muchas historias que contar, con tío Julio Chamorro de Hoyos del Espino y fallecido a los 105 años, con Lucio Barajas Sánchez de Navacepeda de Tormes, con tío Primitivo Torralvo de aquí de mi pueblo.....

Con tío Julio Chamorro, de Hoyos del Espino, con quien pasé un buen rato de conversación a sus 104 años. 
Estuvimos hablando de ganadería, de historia, de caza y de sus historias con Alfonso XIII, con Victoria Eugenia de Battemberg, con Franco, con Juan Carlos I, los Marqueses de Valdueza...

También mis charlas con ganaderos más jóvenes tanto de aquí como de otros muchos pueblos pues conservan las historias que les contaron sus mayores además de las propias suyas.
Y ahora, con esto de mis artículos, mucha gente joven se está animando a contarme las historias que a ellos les han contado sus padres y abuelos y me están enviando fotografías para que escriba artículos sobre actividades tradicionales. A esto os animo a todos los que leáis este artículo. Podéis enviarme fotografías e historias de vuestras familias por Whatsapp, Telegram o por correo electrónico.
Sentado a la puerta del corral del Risco la Guija, donde mi bisabuelo Constantino y mi abuelo Antonio Leandro tuvieron sus vacas, burros y gallinas. Aquí estoy leyendo mis cuadernos genealógicos donde tengo registradas fechas de bautismo, matrimonio, defunción... de mis antepasados desde el siglo XVII hasta hoy.

También podéis proponer temas comentando cada artículo de este blog. Entre todos podemos y debemos conseguir que no se pierdan las tradiciones y la cultura de nuestros pueblos. Aunque creáis que una simple foto de cualquier motivo tradicional, de un viejo utensilio que guardáis en casa y que perteneció a vuestra abuela es poca cosa, puede ser mucho y una foto del mismo puede servir para hacer un magnífico artículo y que otros conozcan algún tema del que no habían oído hablar nunca.

¡Animaos y colaborad! Y si tenéis aún la suerte de tener a vuestros abuelos con vosotros o a cualquier persona mayor de la familia, pasad rato con él o con ella y que os cuente sus historias aunque las repita 50 veces. Así es como se ha transmitido la cultura de generación en generación.

Un abrazo desde el Guijo de Santa Bárbara. 



1 comentario:

  1. Sigues y sigues creciendo Silvestre, me siento orgulloso de ti, eres un campeón. Tu si que eres el embajador de la familia y no yo.

    ResponderEliminar

ÓSCAR: UNA VIDA ENTRE ARÁNDANOS, VACAS Y MUCHO MÁS.

Óscar Prudencio González Real (n.1995) es un joven agricultor cántabro muy aficionado también a la ganadería, a la cultura tradicional y al ...