LA CABRA AZPI GORRI
Al hablar de la ganadería en el Norte de España, todos pensamos
automáticamente en verdes prados donde pastan las vacas y pensamos que no hay
ovejas y cabras. Sin embargo, encontramos una gran biodiversidad doméstica en
esta zona, incluyendo numerosas razas de ovejas y cabras. Hablaremos hoy en concreto de la
cabra AZPI GORRI.
Cabra Azpi Gorri
(c) Leire Amundarain
Se trata de caprinos fuertes, de perfil cefálico recto o subcóncavo,
peso medio y proporciones medias o ligeramente alargadas. Los cuernos son finos
y delgados y presentan forma de arco en las hembras mientras que en los machos
son más fuertes y largos y con forma de ligera espiral.
La capa es negra presentando degradaciones rojizas en la parte inferior del cuerpo y en la cabeza.
El peso ronda los 40-45 kilogramos en las cabras y los 60-65 kilogramos los machos, pesos que pueden aumentar cuando las cabras reciben un buen manejo.
La capa es negra presentando degradaciones rojizas en la parte inferior del cuerpo y en la cabeza.
El peso ronda los 40-45 kilogramos en las cabras y los 60-65 kilogramos los machos, pesos que pueden aumentar cuando las cabras reciben un buen manejo.
La raza se distribuye en pequeños núcleos por todo el País Vasco,
principalmente en las zonas de montaña. Pueden encontrarse cabras muy similares en zonas de Navarra y de Cantabria que, si bien no están reconocidas oficialmente como de raza Azpi Gorri, posiblemente lo sean o al menos tengan influencia de la misma.
Lote de ejemplares de raza Azpi Gorri.
Esta raza está perfectamente adaptada a la vida en el norte de España.
(c) Leire Amundarain.
El origen de esta raza está en el tronco Pirenaico, descendiente
directo de la Capra aegagrus que fue domesticada en Asia Menor hace entre 8000
y 10000 años y que llegó a la Península Ibérica hacia el V Milenio antes de
Cristo.
Aquellos primitivos caprinos domésticos ocuparon toda la Península para recibir posteriormente influencias de otros grupos étnicos llegados acompañando a sucesivas poblaciones humanas.
Sin embargo, en el Norte y particularmente en el País Vasco, la presencia de otros caprinos ha sido inexistente hasta épocas recientes por lo que podemos decir que la Azpi Gorri es una de las poblaciones caprinas más antiguas de la Península.
Preciosa cabra joven en la que se aprecian a la perfección las características de la raza.
(c) Ibai Menoyo.
La situación del ganado caprino en el País Vasco y Navarra ha sido
siempre complicada. Durante mucho tiempo, había severas ordenanzas que
limitaban el número de cabras por vecino y las cabras que se encontraban sin
identificar en el monte eran consideradas animales de caza.
No obstante, era frecuente encontrar alguna cabra en casi todos los caseríos pero poco a poco fueron desapareciendo o siendo sustituidas por otras razas más productivas.
No estuvo reconocida oficialmente como raza hasta 1997 y en 2002 se censaron tan sólo 515 hembras reproductoras.
Actualmente hay unos 1000 ejemplares puros.
Las cualidades reproductivas de la raza son muy buenas teniendo en
cuenta el sistema de explotación netamente extensivo al que está sometida.
Tradicionalmente, las cubriciones tenían lugar en agosto-septiembre y los
partos se producían en enero-febrero, siguiendo más o menos la ley natural de
los animales salvajes.
Sin embargo, algunos ganaderos comenzaron a adelantar el
periodo de cubrición para que los partos tuviesen lugar en octubre o noviembre
y poder vender los cabritos en Navidad.
Generalmente el intervalo entre partos es de 12 meses y la prolificdad estimada es de 145 cabritos por cada 100 cabras paridas, tasa que puede aumentar hasta 170 con un esmerado manejo.
Generalmente el intervalo entre partos es de 12 meses y la prolificdad estimada es de 145 cabritos por cada 100 cabras paridas, tasa que puede aumentar hasta 170 con un esmerado manejo.
Arriba: Cabra con cabritillo recién nacido.
Abajo: Cabritillo de pocos minutos de vida.
(c) Ibai Menoyo.
Los cabritos son criados por sus madres hasta el destete con 40-50
días, momento en el que son sacrificados con un peso vivo de 12 kilos
aproximadamente. Su carne es muy apreciada siendo consumida en días señalados.
La carne de las cabras adultas se consume en el medio rural.
Como curiosa anécdota, diremos que D. Ascensico Gorostidi Altuna (1923-1966) gastrónomo y sacerdote natural de Amézqueta (Guipúzcoa) y que ejerció su ministerio sacerdotal en Guijo de Santa Bárbara (Cáceres) entre 1951 y 1966, aseguraba que:
"Los cabritos de Euskadi son los mejores del mundo. No tienen nada que ver con los de otros sitios".
La raza tiene buenas cualidades lecheras y de hecho, en el pasado el
ordeño fue práctica habitual. Sin embargo, el sistema extensivo dificulta mucho
esta tarea y además limita la producción por lo que poco a poco se fue
abandonando.
Sin embargo, actualmente, algunas explotaciones realizan el ordeño durante breves periodos de 3-4 meses con producciones de hasta 1,5 litros diarios por cabra, destinando la leche a la elaboración de queso.
Sin embargo, actualmente, algunas explotaciones realizan el ordeño durante breves periodos de 3-4 meses con producciones de hasta 1,5 litros diarios por cabra, destinando la leche a la elaboración de queso.
Con un buen proceso selectivo y un manejo esmerado, se podría hacer de esta raza una buena cabra lechera, pero se perdería parte de su genuina esencia.
El sistema de explotación es extensivo, permaneciendo las cabras entre
5 y 6 meses en el monte en estado de semilibertad, alimentándose exclusivamente
de los recursos naturales. Precisamente durante la época de pastoreo en el monte, es cuando se cubren las cabras, lo que supone un peligro si hay cerca machos de otras razas.
Durante el invierno, son bajadas a los caseríos y
permanecen en praderas e incluso estabuladas durante la época de paridera y
cría de los cabritos. Posteriormente, algunas explotaciones ordeñan a las cabras
hasta que estas vuelven a soltarse al monte, después de haber realizado todos
los tratamientos sanitarios pertinentes.
(c) Leire Amundarain.
El tamaño de las explotaciones es pequeño, situándose entre las 20 y
las 30 reproductoras. Pocas superan las 50 cabezas y son excepcionales las de 100 ó más cabras.
Este tamaño contrasta grandemente con las enormes explotaciones de zonas secas del centro y sur peninsular.
Estas pequeñas explotaciones de cabras tienen una gran importancia al mantener limpio el monte.
(c) Ibai Menoyo.
Normalmente, los ganaderos disponen de otros tipos de ganado como vacas y ovejas, constituyendo las cabras un complemento más de la explotación agropecuaria.
No obstante, es muy beneficioso que distintas especies ganaderas pasten en una misma zona porque cada una aprovecha unos recursos diferentes y beneficia a las demás.
Mientras que las vacas consumen las hierbas más largas y bastas, las yeguas prefieren las cortas y duras y las ovejas consumen las hierbas finas y cortas que dejan atrás las vacas.
Las cabras, por su parte, consumen los matorrales y "malas hierbas" que otras especies no consumen, manteniendo así limpias las praderas.
Pequeño lote de cabras en una pradera.
(c) Leire Amundarain
Sirva este artículo de homenaje a todos los cabreros que luchan por la cría y defensa de esta antigua y bonita raza caprina del norte peninsular y sirva también para que mucha gente del País Vasco ajena al mundo ganadero conozca también a esta raza que forma parte de la milenaria cultura del pueblo más antiguo de Europa.
AKERBELTZ
No podemos terminar este artículo sin hacer un breve mención, aunque el tema daría para un artículo completo, de AKERBELTZ.
Se trata de un ser mitológico vasco representado por un macho cabrío negro.
Tiene una doble "personalidad".
Cuando es bueno, protege a los rebaños y a los animales por lo que era común tener un macho absolutamente negro en los caseríos.
Cuando es malo, Akerbeltz lidera las reuniones de brujas o "aquelarres", palabra que viene de un prado situado junto a las famosa cueva de Zugarramundi. (Aker= macho cabrío y Larre=prado). En estas reuniones, Akerbeltz dirige a los brujos y brujas y se realizan diversos rituales.
Por ello, el Cristianismo asoció a la cabra y en particular a las cabras negras con el demonio.
Precioso macho Azpi Gorri bastante oscuro que bien podría representar al mítico Akerbeltz
(c) Leire Amundarain
Bibliografía y fuentes consultadas:
Estaban Muñoz, C (2008) Razas Ganaderas Españolas Caprinas. Colección FEAGAS.
AGRADECIMIENTOS
A Leire Amundarain y a Ibai Menoyo por aportar de manera totalmente desinteresada y con gran entusiasmo las fotografías para este artículo sobre la cabra Azpi Gorri.
Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.
Técnico Forestal.
Hola
ResponderEliminarHola Puri. Buenas noches.
Eliminargracias Silvestre por mostrar esta riqueza ganadera....
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