ENTRE TUDANCAS. HOMENAJE A TERESA CALLEJO FERNÁNDEZ.

Teresa Callejo Fernández (10 de agosto de 1980 - 28 de diciembre de 2022) era una de las principales ganaderas de Cantabria.
Dedicada fundamentalmente a la cría de ganado vacuno de raza Tudanca, ha luchado mucho por defender esta antiquísima raza, símbolo del pueblo cántabro.
Esta ganadera de San Vicente del Monte, Valdáliga (Cantabria), falleció repentinamente el pasado 28 de diciembre mientras estaba en una de sus cuadras.

Teresa Callejo con una de sus Tudancas.
(c) Miguel Alba Vegas.

Teresa Callejo Fernández, Tere como era conocida entre sus amigos, era una mujer luchadora, trabajadora incasable, divertida y alegre. Siempre tenía una sonrisa en la cara.
Toda su vida estuvo vinculada al ganado y al mundo rural, motivo por el cual en 2019 le fue otorgado el premio "MUJER 2019" por la Federación Nacional de la Mujer Rural (FEMUR).


Tere con sus perros.
(c) Miguel Alba Vegas.

Desde niña, Tere ayudó a sus padres y a sus abuelos con el ganado hasta que ella misma se convirtió en ganadera manteniendo una numerosa cabaña integrada por cabras, yeguas y vacas, sobresaliendo entre estas últimas las altivas Tudancas, vacas que durante siglos fueron el sustento básico para muchas familias de Cantabria al igual que Tere ha sido el pilar básico para su familia.

Tere con sus Tudancas.
(c) Miguel Alba Vegas.

Hace 4 años, tuvo que vender sus cabras debido a los continuos ataques de los lobos. Así nos lo contaba ella misma:

A mí las cabras me gustan mucho. Hace 4 años las quité por el lobo. Vendí 80 y tuve un disgusto una buena temporada porque en mi casa siempre las hubo. Pero el lobo me mataba día sí y día no. Se está poniendo la cosa fea con el lobo y hay que defenderse.

Cabras en el monte.
(c) Miguel Alba Vegas.

Se centró Tere desde ese duro momento en el que tuvo que desprenderse de las cabras que, junto con las ovejas, habían sido el sustento principal de sus abuelos, en la cría de ganado mayor
Tenía unas cuantas vacas Asturianas o "Rojas", famosas por sus terneros que engordan rápido y producen una carne de gran calidad.

Tere revisando las vacas Rojas.
(c) Miguel Alba Vegas.

Una manada de yeguas destinadas a la producción de potros para carne, era el complemento ideal de las vacas. Preciosas yeguas de tipo Hispano-Bretón, algunas de las cuales presentaban una preciosa capa pinta roja que las hacía espectaculares.

Tere con las yeguas.
(c) Miguel Alba Vegas.

Pero las reinas y señoras indiscutibles de la ganadería de Tere eran las vacas Tudancas. 
Estas vacas, que antaño eran utilizadas para todo proporcionando así al pueblo cántabro lo necesario para subsistir, se emplean hoy casi exclusivamente para la producción de calidad. Tanto los "jatos" o terneros como los bueyes, proporcionan una carne exquisita y de calidad incomparable.
Tere se dedicaba a la cría de terneros para cebar y así nos los define ella misma:

No ponen kilos como otros terneros. Crecen mucho más despacio, pero la carne no tiene comparación.



Mientras que muchos ganaderos buscan la producción máxima sin preocuparse de otros factores, Tere tenía una opinión diferente:

Dicen que tal y como está hoy el tema del ganado, no se puede vivir de las vacas Tudancas. Siempre se vivió de ellas y hoy, organizándose bien, son vacas rentables.
Gracias a ellas, yo he criado a mis tres hijos y aquí estoy dispuesta a seguir con ellas mientras pueda.

Tere con sus Tudancas en el puerto.
(c) Miguel Alba Vegas.

Tere era una ganadera muy activa que nunca faltaba con su ganado a las tradicionales ferias que se organizan en Cantabria durante el otoño cuando el ganado baja de los puertos tras pasar el verano y antes de ser encerrado en las cuadras tradicionales o en las modernas naves.
Antiguamente estas ferias eran vitales para la venta de los terneros para carne y de las vacas que habían llegado al final de su vida productiva, pero hoy son fundamentalmente exposiciones de la raza Tudanca en las que ganaderos y aficionados pueden admirar estos bellísimos animales.
De igual modo, coincidiendo con el paso o "pasá" de las vacas por los diferentes pueblos, se organizan grandes fiestas.

Tere en la Feria de Treceño.
(c) Miguel Alba Vegas.

Se suele aprovechar para celebrar concursos en estas ferias, otorgando premios a los mejores ejemplares o a los mejores lotes de vacas. Para cualquier tudanquero, el valor del premio es lo de menos sino que lo importante es recibir un reconocimiento por conservar una raza criada durante siglos en las montañas occidentales de Cantabria, donde pocos bovinos logran prosperar:

No es el valor del premio lo importante. Lo que importa es el reconocimiento por conservar algo de nuestros mayores aunque realmente, los ganaderos de verdad no hacemos esto por los premios.
Hay quien tiene vacas por capricho y las prepara para los concursos pero mis vacas por ejemplo, son vacas de verdad. Vacas duras y que bajan del monte después de haber criado a sus jatos allí. Las habrá más bonitas, pero para mí las auténticas Tudancas son esas vacas de monte.

Tere recogiendo un campano como premio.
(c) Miguel Alba Vegas.

Además, es el lugar ideal para que los ganaderos se relacionen entre ellos e intercambien sus experiencias y pareceres. No falta tampoco a estas ferias el ganadero Carlos Fidel Vejo, del pueblo lebaniego de Caloca que, en palabras de la misma Tere:

"Tiene el mejor ganado que puedes ver en Cantabria tanto en Tudancas como en Casinas. Es un gran ganadero porque le viene de familia y es muy riguroso para seleccionar y decidir qué toro hay que juntar con cada vaca para sacar el mejor resultado."

Tere y Carlos Fidel.
Dos grandes ganaderos, dos amigos, dos hermanos.
(c) Miguel Alba Vegas.

Antes de recibir el PREMIO MUJER 2019, Tere ya era muy conocida en Cantabria, pero después de eso lo fue aún más y en las ferias a las que acudía la televisión o algún periodista, no podía faltar la entrevista a Teresa Callejo Fernández, símbolo de los ganaderos cántabros.

Entrevista a Tere.
(c) Miguel Alba Vegas.

Tras estas ferias, el ganado es encerrado como hemos dicho para pasar el invierno. Las vacas son amarradas, atadas o prendidas utilizando modernos sistemas de amarre en las naves o siguiendo el sistema tradicional con cebillas en cadenas en las antiguas cuadras.
Precisamente, este último sistema era el seguido por Tere que ataba 4 vacas en esta cuadra, 6 en aquella, 10 en la otra....y así hasta tener bajo techo más de un centenar de cabezas.

Vacas atadas con cebillas.
(c) Miguel Alba Vegas.

Época dura el invierno para una vaquera como Tere que tenía a sus vacas en cuadras tradicionales donde la limpieza había que realizarla cada día con pala y carretillo y donde la hierba seca debía ser extendida a mano en los pesebres.
Arreglar una cuadra e irse a otra y así sucesivamente hasta terminarlas todas, vigilando además las vacas que estaban próximas a parir por si surgía alguna dificultad.

Tener las vacas en cuadras antiguas es complicado porque dan mucho trabajo. Ya la mayoría de la gente tiene naves modernas en las que puedes entrar con tractor para limpiar y para dar la comida a las vacas pero eso exige hacer una gran inversión y no siempre se puede.
Yo sigo como toda la vida. Es verdad que antes se tenían 10 ó 12 vacas por casa y era fácil manejarlas. El que tenía 20 vacas era el más rico del pueblo, pero hoy si no tienes por lo menos 100, no vives.
Es mucho trabajo pero bueno, todo se hace si se quiere.

Tere limpiando la cuadra.
(c) Miguel Alba Vegas.

Pasado el invierno, las vacas vuelven a salir de las cuadras hasta que llega el momento de ser subidas a los puertos más altos en busca de los verdes pastos y aunque allí permanecen libres, tienen que ser vigiladas tal y como nos contaba Tere:

Las dejas solas a ellas y a las yeguas pero con miedo, porque cuando vayas al día siguiente, a lo mejor te falta un jato o te falta un potro porque cada vez hay más lobos. Raro es el día que no se oyen noticias de ataques en Cantabria.
Así es que entre los bajos precios del ganado y los altos del pienso junto con el lobo, es normal que muchos pierdan la ilusión, pero yo no soy de esos.

Tere con sus Tudancas.
(c) Miguel Alba Vegas.

No era el verano sin embargo, época de vacaciones para Tere pues mientras las vacas estaban en los puertos, era el momento adecuado para segar la hierba y recogerla para el invierno. 
Atrás quedaron los tiempos de siega con el dalle y la recogida de la hierba seca en el carro tirado por la pareja de Tudancas. 
Hoy, todo esto se hace con tractor. Es una tarea más sencilla pero hay que hacerla si se quiere alimentar a las vacas durante el invierno y no gastar dinero en forrajes. Precisamente ahí está la clave para tener Tudancas según Tere:

Si no recoges la hierba y tienes que comprar forraje, silo, pienso y demás para alimentarlas en invierno, las vacas no dan dinero. Así lo hacían nuestros mayores y conseguían vivir de las vacas aunque es verdad que ahora hay que tener muchas vacas para eso y tienes que organizarte bien y trabajar mucho pero con esfuerzo, se consigue todo.

Tere segando en la finca de unos amigos en Ávila.
(c) Miguel Alba Vegas.

De vez en cuando y siempre que el trabajo se lo permitía, Tere hacía algún viajecito a tierras castellanas puesto que su pareja Miguel Alba Vegas, ganadero y fotógrafo, reside en la localidad abulense de La Adrada.
Especialista en fotografía de naturaleza y cultura tradicional, Miguel Alba mantiene una estrecha relación de amistad con los miembros de la Real Cabaña de Carreteros de Gredos y con su alegría y simpatía naturales, Tere se ganó el merecido título de ser una más de la familia carretera de Gredos pues si los tudanqueros de Cantabria son una familia entre ellos unida por el amor a la Tudanca, los Carreteros de Gredos no lo son menos.

Tere con Juan Manuel Yuste.
(c) Miguel Alba Vegas.

Siempre que había alguna actividad importante en la que participasen los Carreteros de Gredos, procuraba Tere echar sus cuentas para bajar unos días: la Feria de Candeleda, Mascarávila o la Fiesta de la Trashumancia de Madrid, donde junto a las ovejas Merinas, no pueden faltar los recios bueyes Avileños bardinos y galanos de Gredos tirando de los carros.

Tere con Fermín Garabato.
(c) Miguel Alba Vegas.

Y si Tere era una gran ganadera, en Gredos se encuentra su "espejo" pues en Barajas de Gredos tenemos a otra gran ganadera que es Isabel López Arrabé. Entre dos mujeres así, es imposible que no surgiese una gran amistad.

Tere con Isabel López Arrabé.
(c) Miguel Alba Vegas.

Volviendo a Cantabria, este año tuvo lugar el I Encuentro de razas autóctonas amenazadas presentes en Cantabria, celebrado en Meruelo el 23 de septiembre. Aunque organizado por la Asociación de Criadores de la raza Pasiega, otra de las grandes razas bovinas que simbolizan al pueblo cántabro y especialmente a los míticos pasiegos que fueron los primeros ganaderos españoles en seleccionar rigurosamente una raza bovina autóctona para la producción lechera, participaron en este evento ganaderos y asociaciones de toda Cantabria y no podía faltar la raza Tudanca y como representante de excepción de los ganaderos de esta raza, allí estuvo Tere.

I Encuentro de razas amenazadas presentes en Cantabria.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.


Como presentador y ponente del Encuentro, tuve la suerte de compartir un rato con Tere. Aunque habíamos hablado varias veces por teléfono y manteníamos un estrecho contacto a través de Miguel Alba, su pareja, no nos pudimos conocer antes en persona.
Yo acudí a este encuentro gracias a los artículos que escribo y publico en este blog de EL CUADERNO DE SILVESTRE, del que tanto Tere como Miguel fueron grandes colaboradores desde un principio.

Tere y Silvestre de la Calle García.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Días después de este Encuentro, Tere bajó a Castilla para visitar a su pareja y no quiso regresar a Cantabria sin visitar Guijo de Santa Bárbara (Cáceres) 
Un día maravilloso en el que hablé con ella sobre la posibilidad de realizar un artículo exclusivo dedicado a ella lo cual le pareció una gran idea pero que, por circunstancias imprevistas, no podrá realizarse.

En Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Miguel Alba Vegas.

El pasado 28 de diciembre, una desgarradora noticia nos despertaba a todos los que conocíamos y queríamos a Tere.
Durante la noche, había fallecido en el invernal de San Cibrián mientras atendía las vacas.
Quedamos todos helados sin saber qué decir ni qué hacer.

A los 42 años, con toda una vida por delante y con la gran ilusión de seguir con sus vacas Tudancas, Tere nos dejaba. Aquí quedamos sus tres hijos, sus padres, su abuela, su familia, su pareja y sus muchísimos amigos que la recordaremos siempre.

Querida Tere:
Tantas cosas te diría. Te vas de una manera muy precipitada pero en mi mente queda esa imagen de tu eterna sonrisa, tu ternura, tu cariño, tu amabilidad...
Sólo puedo decir:

HASTA SIEMPRE, TERE.

Caminando tras sus Tudancas.
Que tengas buen camino, Tere.

Fdo: Silvestre de la Calle García.

Comentarios

  1. Cada día escribes mejor. Me ha gustado mucho tu escrito. Un saludo.

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  2. Impresionante historia de una mujer luchadora y a la vez a la moda con los tiempos donde las haya!

    Un cordial saludo.

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  3. Mis respetos ante esa mujer luchadora .la vida es dura pero tanto Miguel como sus hijos seguirán luchando por las ideas de su madre.
    Y tu Silvestre seguirás escribiendo así de bien saludos

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  4. Un bonito relato impregnado de mucho cariño . Mis Respetos al autor y como no a la Protagonista "Tere "

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