lunes, 17 de mayo de 2021

LAS CHOZAS DE GREDOS

    Las chozas de la Sierra de Gredos son sencillas construcciones circulares con muro de piedra seca y techumbre en forma cónica compuesta por vigas de madera cubiertas con una gruesa capa de materia vegetal.
Pese a su gran sencillez constructiva, son edificaciones que llevan varios miles de años cumpliendo a la perfección con la función para la que fueron creadas: servir de vivienda o albergue temporal.


Piara de cabras de Jacinto Torralvo en la Choza de La Nava.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

      En la Sierra de Gredos, las chozas se vinculaban tradicionalmente a la explotación de ganado caprino trashumante puesto que en ellas vivían durante el verano los cabreros y sus familias. También los pastores de los rebaños de ovejas, antaño muy numerosos en la zona durante el estío, podían vivir en las chozas, pero generalmente estos pastores no subían a la sierra acompañados por sus familias sino que lo hacían en solitario o acompañados de algún zagal (muchacho de 14-16 años).

Tía Benigna Blázquez Garro y su hijo Fidel García Blázquez, los últimos cabreros trashumantes de Guisando (Ávila) frente a una de las chozas de La Lancha.
(c) Fede Jiménez.

    Los materiales de construcción son los del entorno: piedra granítica, madera de roble o castaño y piorno o escoba para la cubierta.                                           Eventualmente, si no se disponía cerca de madera de roble o castaño, se llevaban las vigas desde grandes distancias y se complementaba la estructura con otro tipo de maderas, si bien no era lo más habitual.

Fidel García Blázquez con su piara de cabras de raza Guisandera en las chozas de La Lancha.
Guisando (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García

    El sistema constructivo no puede ser más sencillo. Consta la choza de un muro circular de piedras colocadas según la técnica de “piedra seca” o “a hueso”, es decir, encajando unas piedras con otras sin utilizar argamasa de ningún tipo entre ellas y sin realizar ningún tallado previo. Las piedras se van colocando hábilmente para que encajen unas con otras. El muro circular tiene una altura de 1,2 – 1,5 metros y una anchura de 0,7-1 metro. El único vano que presenta el muro, es la puerta, que presenta unas dimensiones reducidas para evitar el frío y la entrada de animales.
No obstante, para prevenir la entrada de animales, se solía construir delante de la choza en recinto con un pequeño muro de piedra conocido como "rancho" o "estanza" y que servía a las familias para desarrollar sus actividades cotidianas cuando hacía buen tiempo.

Detalle del muro de una choza que ya no conserva la cubierta.
(c) Silvestre de la Calle García.

    La cubierta se compone de una estructura cónica formada generalmente por tres vigas principales que se enlazan unas con otras en el vértice del cono. Para ello, se deja una horquilla en la parte superior de cada viga para que encaje con sus “compañeras”. Entre las vigas se colocan palos más finos o tablas sin desbastar (rajones o rachones). Una vez conseguida esta estructura, se coloca cuidadosamente una gruesa capa de escoba o piorno que permita que el agua y la nieve no penetren en el interior del chozo. En la parte superior, se coloca una capa de helecho y una gruesa lancha para impermeabilizar aún más la estructura.

Fidel García Blázquez "Fidelito", el último cabrero de Guisando (Ávila), retechando la choza de La Lancha. 
(c)Alonso de la Calle Hidalgo.

    Este es el tipo más habitual  en la Sierra de Gredos y el que más se ha construido a lo largo de la historia, si bien en el pasado eran relativamente frecuentes las chozas construidas enteramente de materia vegetal, es decir, sin muro de piedra en la parte inferior. Sin embargo, la conservación de dicho tipo de chozas era mucho más complicada.

Choza construida enteramente con material vegetal.
El Torno (Cáceres).
(c) Silvestre de la Calle García.

    También encontramos en el entorno de la Sierra de Gredos encontramos chozas construidas enteramente de piedra, incluyendo la techumbre que se construye con la técnica de falsa cúpula reduciendo el diámetro de la cubierta con la salida hacia el interior de las piedras. Este tipo de chozas eran muy comunes en el municipio de El Torno, en la comarca cacereña del Valle del Jerte, donde eran vivienda temporal de los agricultores.

Choza construida enteramente de piedra.
El Torno (Cáceres)
(c) Silvestre de la Calle García.

    En la localidad de Navalosa encontramos unas curiosas chozas de pequeñas dimensiones y planta rectangular construidas enteramente de piedra, pero escapan al objetivo de este estudio. Tampoco deben confundirse las chozas circulares con techumbre vegetal con los famosos corrales, construcciones rectangulares de gran tamaño y techumbre vegetal que no tienen finalidad habitacional sino que sirven como establos y pajares.  

Choza de Navalosa (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

Corral de Navalosa (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.

    En todos los casos, las chozas servían de vivienda temporal, generalmente a los cabreros durante su estancia veraniega en la sierra, por lo que en sus cercanías contaban con instalaciones anexas necesarias para la actividad ganadera: majal para las cabras que podía ser un simple cercado o tener cubierta de escobas similar a la de las chozas, en cuyo caso se hablaba de “berengas” o “berengones”, queseras, zahúrdas (pocilgas), casillas (si eran cuadrangulares), gallineros, hornos para cocer el pan….

El maravilloso conjunto de la Majá de Braguilla.
El Raso, Candeleda (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

Las cabras de tío Paulino Gargantilla Serrano junto a la choza de El Melocotón.
Tornavacas (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

    Lamentablemente, con el abandono de este tipo de explotación basada en la ganadería ovina y sobre todo caprina trashumante o trasterminante, las chozas desaparecieron rápidamente.
Algunas chozas, situadas junto a rutas senderistas o en pastizales  han sido rehabilitadas y son conservadas para ser utilizadas como refugio por ganaderos y montañeros.

Tío Paulino Gargantilla Serrano lleva la leche a la choza para hacer el queso.
Choza de El Melocotón.
Tornavacas (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

    Las chozas de Gredos son un patrimonio histórico-cultural que debemos conservar porque forman parte de nuestras raíces y de la Historia de nuestra Sierra.
Todos los que vivimos en esta sierra, hemos pasado parte de nuestras vidas en las chozas, hemos oído contar mil y una historias de la vida en ellas a nuestros padres y abuelos o hemos tenido la inmensa suerte de compartir algunas jornadas con los últimos cabreros que las han habitado de forma regular durante los periodos estivales como Paulino Gargantilla Serrano (1929-2014) o Benigna Blázquez Garro (1935-2021).


Tío Paulino Gargantilla Serrano, el último cabrero tradicional, junto a su choza de El Matón.
Tornavacas (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Tía Benigna Blázquez Garro haciendo el queso en su choza de La Lancha.
Guisando (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.


    El tema de las chozas en la Sierra de Gredos es imposible de describir en un breve artículo como éste.
Sin embargo, aprovecho para que todos los lectores de EL CUADERNO DE SILVESTRE sepáis que desde hace varios años, Alonso de la Calle Hidalgo (mi padre) y yo estamos realizando un estudio sobre las chozas y la vida de los cabreros que próximamente será recogido en un libro.

El autor de este artículo y Alonso de la Calle Hidalgo.
Guisando (Ávila).
(c) Vicenta García de la Calle.

    Terminamos este artículo con una bonita foto realizada durante el rodaje del documental LOS CABREROS: LA VIDA EN LA SIERRA, dirigido y realizado por Alonso de la Calle Hidalgo.

Cabrero con su piara junto a la Choza de La Nava.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Dedicado a la memoria de tío Paulino Gargantilla Serrano (1929-2014) cabrero de Jerte-Tornavacas (Cáceres) y a tía Benigna Blázquez Garro (1935-2021) cabrera de Guisando (Ávila).
En sus respectivas chozas tuve la inmensa suerte de pasar varias jornadas compartiendo su vida como cabreros trashumantes. 


Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.
Guijo de Santa Bárbara. 





4 comentarios:

  1. Solo una aclaración en esas chozas no solo se vivía temporada avia familias que vivían todo el año y lo digo con conocimiento de causa porque yo he vivido hasta los 14 o 15años. Todo lo demás impecable cómo siempre, muchas gracias, ya disfruto leyendo tú artículos y viendo las fotos que publicas.

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  2. Solo una aclaración en esas chozas no solo se vivía temporada avia familias que vivían todo el año y lo digo con conocimiento de causa porque yo he vivido hasta los 14 o 15años. Todo lo demás impecable cómo siempre, muchas gracias, ya disfruto leyendo tú artículos y viendo las fotos que publicas.

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  3. Tengo alguna foto en chozas así 😊😊

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