jueves, 29 de julio de 2021

LOS TRATANTES DE GANADO

Muy relacionada con el sector ganadero, ha estado siempre la profesión de los TRATANTES DE GANADO.

Tratante en la feria de Navarredonda de Gredos (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

El tratante de ganado es aquella persona que se dedica a la compraventa de ganado. Hablando con propiedad, no podemos considerar tratante a una persona que cría y vende su ganado.
El tratante puede ser ganadero pero obtiene la mayor parte de sus ingresos del ganado que compra y no del que cría él mismo.

Camino de la feria.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Los tratantes recorrían las ferias y mercados ganaderos de toda España, realizando antaño los recorridos a pie, luego en ferrocarril y finalmente en camión debido a la continua mejora de las comunicaciones.
Actualmente, con la implantación de la telefonía fija y móvil y el uso de Internet, los tratantes van directamente a las explotaciones, sin necesidad de que el ganado pase por las ferias y mercados, aunque aún se siguen celebrando estos encuentros ganaderos.

Feria de octubre en El Barco de Ávila (Ávila), una de las más renombradas de España.
(c) Silvestre de la Calle García.

Cada tratante se especializaba generalmente en un determinado tipo de ganado.
Conocía a la perfección las ferias donde se podía comprar y vender el mejor ganado de la especie con la que trataba y el momento más adecuado para realizar las transacciones.
Así mismo, conocían a los ganaderos del área de trabajo en el que se movían.
Algunos tratantes acudían a numerosas ferias y/o mercados, pero lo normal es que se centrasen sólo en unos cuantos para controlar mejor el terreno.

Feria de ganado bovino Tudanco en Cantabria.
(c) Miguel Alba.

Así, encontrábamos diferentes tipos de tratantes siendo quizás los más famosos en épocas pasadas los tratantes de equino, porcino y bovino aunque también había tratantes de ovino y caprino e incluso de aves.

Burros en la feria de Naverredonda de Gredos (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

Los equinos (caballos, burros y mulos) eran vitales en el medio rural por utilizarse como animales de trabajo, carga y montura.
Destacaban en este campo, los tratantes de etnia gitana aunque también debemos destacar los tratantes gallegos. En este último caso, muchas veces no se trataba realmente de personas oriundas de Galicia, sino de personas de cualquier punto de España que acudían a las ferias gallegas en busca de equinos para luego venderlos en otros puntos del país.

Yeguas con potros y muletas en la feria de Navarredonda de Gredos (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.

Con el tiempo, la mecanización agrícola provocó que los equinos quedasen sin utilidad en el campo, pero comenzó entonces a valorarse su producción de carne, dedicándose muchos tratantes a la compra y engorde de potros para venderlos a carniceros o exportarlos al extranjero.

Yeguas Hispano-Bretonas con sus potros en la Feria de Navarredonda de Gredos (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

Respecto a los tratantes del porcino, podíamos decir algo parecido. Todas las familias del medio rural cebaban 1 ó 2 cerdos para la matanza. En ocasiones, disponían de cerdas de cría, pero la mayoría de las veces se limitaban a comprar en las ferias y mercados los cerditos pequeños para cebarlos durante el año y realizar la matanza en el invierno.
En otras ocasiones, los compraban ya grandes, incluso listos para realizar la matanza.

Cerda Ibérica con sus lechones.
(c) Javier Bernal.

El ganado bovino o vacuno gozaba de gran importancia, principalmente como animal de trabajo.
Los tratantes compraban becerros o novillos en las ferias y en ocasiones los castraban y domaban para venderlos ya como bueyes, obteniendo así un importante beneficio.

Becerro bardino, muy cotizados en las ferias de la Sierra de Gredos tanto para su uso como bueyes como para ser dejados como sementales.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Las terneras solían ser recriadas por los ganaderos para reponer las vacas viejas pero las que no se destinaban a tal fin, eran vendidas cuando aún eran pequeñas.
Esto era muy usual en Ávila y en toda Castilla en general. De ahí surge la famosa ternera blanca de Castilla, la carne más apreciada del mercado español.

Vaca con su ternero.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Al dejar de utilizarse como animales de trabajo, los tratantes pasaron a dedicarse a la compra de terneros para engordarlos y venderlos, surgiendo así los modernos cebaderos industriales.

Becerros en la feria de El Barco de Ávila (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.

Desde mediados del siglo XIX, aparecen las vacas lecheras de razas extranjeras, criadas fundamentalmente en el norte peninsular, destacando en especial Cantabria y su mercado de Torrelavega.
Con el desarrollo del ferrocarril y del transporte en camiones, este tipo de animales se convirtieron durante varias décadas en objeto de activísimo comercio.
Gracias a los vaqueros pasiegos y a los tratantes, las vacas lecheras se extendieron por toda España, particularmente las de raza Frisona.

Vaca Frisona.
(c) Silvestre de la Calle García.

Ovejas y cabras, eran también compradas y vendidas por tratantes especializados que se dedicaban tanto a la compra de cabritos y corderos como de ganado de desecho y desvieje para vendérselo a carniceros.

Corderos en la feria de Trujillo (Cáceres)
(c) Silvestre de la Calle García.

La compraventa de ganado reproductor de estas especies era menos habitual aunque en el sur peninsular fueron muy comunes los tratantes de cabras, principalmente en provincias como Málaga o Granada. Dichos tratantes, salían de sus pueblos de origen con rebaños de cabras lecheras y recorrían pueblos y ciudades vendiendo la leche y las cabras y cuando se quedaban sin animales, regresaban a su tierra y organizaban una nueva expedición.


Cabras Murciano-Granadinas en el Mercado de Talavera de la Reina (Toledo)
(c) Silvestre de la Calle García.

Los tratantes de aves, fueron más raros aunque desde el siglo XVI era frecuente en invierno la figura del "pavero" en pueblos y ciudades. Estos tratantes iban a las dehesas y adquirían bandadas de pavos, conduciéndolas a pie por los caminos hasta los centros de venta.

Bandada de pavos.
(c) Mariano Martín Ayuso.

En algunos lugares, existían tratantes de gallinas que transportaban estas aves en carros.
Sin embargo, sería ya a mediados del siglo XX cuando comenzaría a realizarse la venta de estas aves en camiones que recorrían los pueblos de toda España vendiendo gallinas, patos, pavos y otras aves.

Pollitas de raza Castellana Negra.
(c) Mariano Martín Ayuso.

Tradicionalmente, las ferias ganaderas se celebraban en fechas señaladas e importantes del ciclo ganadero: antes y después de realizar los movimientos trashumantes, al bajar el ganado de los pastos de montaña en otoño, antes de las matanzas, tras la recogida de las cosechas para facilitar el pago a los ganaderos, antes del invierno para desprenderse del ganado viejo o improductivo.....

Cabras en el mercado de Talavera de la Reina (Toledo).
(c) Silvestre de la Calle García.

Como dijimos antes, mucho ha cambiado el oficio del tratante. Aunque se siguen realizando ferias por toda España, ya la mayoría de las transacciones se realizan en la propia explotación donde acude el tratante previa llamada del ganadero.
Sin embargo, cada vez es más frecuente la venta directa sin intermediarios. El ganadero vende directamente el ganado a otros criadores o a los propios mataderos sin necesidad de tratantes.

Terneros de raza Pirenaica.
(c) Leire Amundarain.

Aún así, las ferias ganaderas siguen teniendo gran vigencia en España aunque han pasado a ser más bien exposiciones de ganado de una o varias especies e incluso dedicadas a una sola raza y como lugares de compra venta de material y productos ganaderos y de artesanía, además de tener lugar ciertas prácticas de la cultura ganadera popular.
En ocasiones, en estas ferias se exponen animales para la venta directa aunque se suele realizar mediante subastas.

Subasta de ganado Avileño en Navarredonda de Gredos (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.

Atrás queda ya la clásica imagen del tratante en la feria vestido con su amplio blusón de paño de Béjar y la vara de fresno en la mano, mirando y remirando los animales y regateando con el ganadero hasta realizar "el trato" que quedaba firmado y sellado con la palabra y el apretón de manos, sin necesidad de papeles de ningún tipo.

Tratante con un burro.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Quien escribe esto, nació y vivió hasta los 12 años en una casa ganadera y conoce bien lo que aquí se describe.
Recuerdo a mi abuelo Juan, vaquero de los de toda la vida. Ya no se llevaba el ganado a las ferias, sino que los tratantes iban al corral para ver los chotos y realizar allí el trato.
No solía haber mucho regateo. Mi abuelo daba un precio y raro era que los tratantes con los que habitualmente trabajaba, regateasen mucho para llevarse los chotos (terneros) o las vacas viejas.

Juan García García, vaquero de Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Fdo: Silvestre de la Calle García. 

2 comentarios:

  1. recuerdo un trato de tu abuelo Juan que habiendo desatado el choto y llegando a la charca de la fuentefria, se dio media vuelta y pa el corral y cuando llegamos a lo de tio Ramiro se cerro el trato y vuelta parriba y se cargo el choto en las escuelillas..un saludo Silvestre

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  2. Muy interesante, se lo acabo se leer a mi padre, fue la tercera generación de tratantes de gabado equino en Barco y Piedrahíta.
    Un saludo y gracias.

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