LA AVILEÑA BOCIBLANCA
La Avileña-Negra Ibérica es, como ya hemos visto, una gran raza bovina que cuenta con diversas variedades, algunas no reconocidas oficialmente. Sin embargo, hoy hablaremos de una variedad que sí está reconocida oficialmente y que está en gravísimo peligro de extinción: LA AVILEÑA BOCIBLANCA.
Antes de nada, aclaremos el nombre de este bovino.
AVILEÑA es por pertenecer a esta raza. No significa que una raza sea exclusiva de una zona concreta por llevar el nombre de una provincia, comarca o pueblo pues la raza Avileña se extiende por gran parte de Castilla y León, Extremadura, Madrid, Castilla-La Mancha y otras Comunidades Autónomas españolas.
BOCIBLANCA, indica el color del bozo u hocico que en esta caso es de color blanco o pardo contrastando con el color más oscuro de la capa o coloración del resto del cuerpo.
Sin embargo, los ganaderos de muchas zonas no acepta el vocablo "bociblanca", puesto que tradicionalmente han utilizado la palabra BECIBLANCA, derivada de bezo y no de bozo.
Realmente esto no es un problema grave sino que son meras diferencias dialécticas para referirse a lo mismo.
Por ejemplo, en algunas zonas de Extremadura, donde el bovino que nos ocupa es conocido desde antiguo, reciben el nombre de BUCERAS, corrupción de la palabra bocera que viene a designar el color del bozo.
Pero describamos este bello animal y dejémonos de diferencias semánticas.
La Avileña Bociblanca es muy semejante a la Avileña "común". Se trata de un bovino de tamaño medio, perfil cefálico recto o ligeramente subcóncavo con capa negra o negra mal teñida (peceña).
Pueden aparecer pelos blancos en la ubre, bajo vientre y borlón de la cola.
Las pezuñas y las mucosas son de color negro o pizarroso apareciendo el morro contorneado por una orla completa o no de color blanco o parduzco.
En cuanto al formato es semejante al de la Avileña "común".
Avileña bociblanca.
Nótese el tono rojizo que en ocasiones presentan estos animales.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.
Tradicionalmente, según muchos autores, éste sería el tipo de bovino genuino asentado a las serranías del centro peninsular, aunque es muy posible que existiesen individuos bocinegros (con hocico negro) y que los bociblancos se criasen con mayor intensidad en ciertas comarcas, hasta el punto de que algunas poblaciones llegaron a considerarse como "razas" independientes.
Es el caso de la popular vaca BARQUEÑA criada en los alrededores de El Barco de Ávila, uno de los bovinos más apreciados de España en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX por sus extraordinarias cualidades como animal de labor, como productora de carne exquisita e incluso como productora de leche de gran calidad.
A comienzos del siglo XX, con el objetivo de mejorar la conformación de los animales y obtener mayor rendimiento cárnico, comenzaron a utilizarse como sementales mejorantes, toros de raza Negra Andaluza, conocida también en la época como Negra Campiñesa por criarse en las campiñas andaluzas.
Se trata de un bovino de gran tamaño, bocinegro, capa negra brillante y excelentes cualidades como productor de carne.
El cruzamiento con las antiguas Avileñas, con la que la Campiñesa estaba estrechamente emparentada, fue sumamente satisfactorio.
Fue D. Francisco Ramírez, ganadero de Villafranca de la Sierra (Ávila) el que primero importó este tipo de toros.
Sin embargo, algunos ganaderos se mantuvieron fieles al tipo antiguo durante bastantes años, siendo la ganadería más famosa de todas la de D. Regino Hernández de La Herguijuela (Ávila), quien en 1929 presentó en Sevilla excelentes ejemplares bociblancos.
El nuevo ganado era semejante al autóctono pero con mejor conformación aunque el carácter bociblanco se fue perdiendo paulatinamente si bien no del todo, quedando algunos ejemplares en Ávila, Segovia, Madrid, Toledo y Cáceres, provincia esta última donde el bovino bociblanco fue muy común en comarcas como La Vera, existiendo testimonios fotográficos muy antiguos de su presencia.
Toro Avileño Bociblanco en Guijo de Santa Bárbara (Cáceres) en 1925.
Propiedad de D. Cipriano Jiménez Pérez.
(c) Colección Familia de la Calle.
Con todo, fue la zona de El Barco de Ávila, donde con mayor intensidad se mantuvo siempre el ganado Avileño Bociblanco o Barqueño, siendo relativamente abundante hasta bien entrado el siglo XX cuando comenzaron a utilizarse de forma masiva sementales de capa negra primero y posteriormente de razas cárnicas especializadas como la Charolesa.
Vaca bociblanca con su ternero.
Aunque autóctonas de la Sierra de Gredos, aún muchas vacadas trashuman al sur de Extremadura durante el invierno.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.
Actualmente, aún pueden verse ejemplares de Avileña Bociblanca en las zonas citadas, aunque son muy escasos.
Sin embargo, no todos los bovinos negros con hocico blanco son auténticos Avileños pues existen numerosas razas emparentadas que presentan este carácter:
Caldelá (Ourense), Sayaguesa (Zamora), Serrana Negra (Sistema Ibérico), Serrana de Teruel (esta última de capas más acastañadas)....
La Serrana Negra junto con la Serrana de Teruel, formaron tradicionalmente parte de las llamadas vacas "Serranas" que en 1979 fueron agrupadas bajo el término raza Negra Ibérica.
Durante mucho tiempo, la utilización de toros procedentes de Ávila, o sea, de raza Avileña, como mejorantes de estas vacas "Serranas", hizo que las diferencias entre ambas fuesen mínimas, por lo que se decidió agrupar todos estos bovinos bajo la denominación de raza AVILEÑA-NEGRA IBÉRICA.
Yunta de vacas Serranas.
(c) Adrián Pablo Olalla.
Al ser una misma raza, el intercambio de sementales era constante por lo que mientras algunos ganaderos del Sistema Ibérica llevaba allí sementales de Ávila con el fin de mejorar la producción cárnica, otros ganaderos hacían lo contrario con el fin de mantener el carácter bociblanco que era mucho más común en el ganado "serrano" que en el "avileño", si bien nunca se llegó a perder como quieren hacer ver algunos.
Vacas bociblancas siempre ha habido en Ávila, particularmente en la Sierra de Gredos.
En la raza Serrana Negra el orlado del morro es mucho más blanco que en la Avileña y la capa es absolutamente negra.
(c) Adrián Pablo Olalla.
Pero en 1997, las razas vuelven a separarse de manera oficial. Por un lado queda la Avileña-Negra Ibérica y por otro la Serrana Negra, exigiéndose en el caso de esta última el carácter bociblanco para poder ser considerada como pura. Se segregó también la población de las serranías turolenses, dando lugar a la llamada Serrana de Teruel.
Por su parte, la Avileña, se subdividía en Avileña-Negra Ibérica considerada como raza de fomento y Avileña-Negra Ibérica variedad Bociblanca como raza en peligro de extinción.
Avileña Bociblanca en Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
Magnífico ejemplar de la ganadería "Los Serranos" del citado pueblo.
(c) Silvestre de la Calle García.
Actualmente, se lucha por conservar la raza Avileña Bociblanca en pureza. Existen ejemplares que jamás han recibido influencia de toros de otras razas o poblaciones bociblancas aunque, es cierto, que también existen otros que no son totalmente puros.
Los ganaderos luchan por conservar y mantener esos ejemplares puros, cubriendo o inseminando a las hembras de toros puros evitando en todo momento la consanguinidad de los animales.
Respecto a las utilidades de la raza Avileña Bociblanca, son las mismas que las de la Avileña.
Actualmente es una raza dedicada a la producción de carne en medios difíciles presentando si cabe una rusticidad aún mayor al ser los individuos puros de esta variedad más "primitivos".
Generalmente, estos individuos han permanecido acantonados en zonas montañosas de medio difícil por lo que a menudo son ligeramente menores y sus rendimientos son también más bajos aunque con un manejo adecuado, esto es verdaderamente imperceptible.
Avileña Bociblanca en la Sierra de Gredos (Ávila)
El ternero Avileño bociblanco nace de color rojizo para tomar poco a poco la tonalidad de los adultos.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.
En el pasado, era utilizada como animal de trabajo, siendo una de las mejores razas ibéricas para este fin por su fortaleza, rusticidad y sobriedad.
En zonas donde era especialmente abundante como en la Sierra de Gredos o el noreste de Extremadura se utilizaba para realizar todo tipo de trabajos desde la labranza al arrastre de piedra y madera.
Preciosa imagen de una yunta de Avileñas Bociblancas arrastrando el rulo de piedra utilizado antaño para allanar los caminos.
Junto a las vacas, sus propietarios Isabel López y Juan Manuel Yuste en Barajas de Gredos (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.
También era una excelente lechera, hasta el punto de que se pensó a mediados del siglo XIX en comenzar su selección para obtener un bovino lechero ideal para las zonas frías del centro de España. Destacadas eran las vacas BARQUEÑAS al igual que fueron las míticas SORIANAS (Serrana Negra) por la producción de leche de gran contenido graso que era ideal para la elaboración de quesos y mantequilla.
Animamos al lector a leer o releer el artículo dedicado a LA LECHE GORDA en este mismo blog.
Vaca Avileña Bociblanca con ternero recién nacido (cruzado de Charolés)
Véase el buen desarrollo de la ubre.
(c) Silvestre de la Calle García.
Sirva este artículo para dar a conocer esta variedad de la raza Avileña y que sea también un sincero homenaje para sus criadores.
No puedo terminar este artículo sin mencionar al gran ganadero Manuel Yuste, de Barajas de Gredos, con el que tuve la suerte de compartir muchos ratos charlando sobre la raza Avileña en el corral de su casa.
Tío Manolo era posiblemente uno de los mayores conocedores de la raza Avileña.
Sea este artículo un homenaje a título póstumo para este viejo vaquero de la Sierra de Gredos.
Don Manuel Yuste García, ganadero y carretero posando junto a la yunta bociblanca de su hijo Juan Manuel en el Puerto del Pico (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.
Con este artículo pretendemos dar a conocer el antiguo y genuino bovino que pobló las serranías y dehesas del centro peninsular, siendo particularmente abundante en las provincias de Ávila, Segovia, Cáceres, Toledo y Madrid principalmente hasta que paulatinamente fue desplazado por el ganado bocinegro primero y por otras razas españolas o extranjeras después.
Conservar la Avileña Bociblanca es conservar un pedacito de nuestra historia, nuestras tradiciones y la herencia que nos dejaron nuestros antepasados.
Isabel López Arrabé con una yunta de vacas Bociblancas.
(c) Silvestre de la Calle García.
Hasta la época de mi tatarabuelo Cipriano Jiménez Pérez (1863-1927) eran los bovinos mayoritarios en mi pueblo, siendo criados por mis tatarabuelos, sus padres, sus abuelos....
Algunos ganaderos de mi familia que criaron estos bovinos fueron:
- Santiago de la Calle Castañares. (1801 -1896)
- Antonio Jiménez García. (1810 - 1898)
- José García de Aguilar y Domínguez. (1797 -1867)
- Benito García de Aguilar y Martín. (1822 - 1908)
- Juan Burcio García. (1873 - 1947)
- Eugenio Jiménez Ovejero. (1792 - 1872)
- Antonio Jiménez Castañares. (1825 - 1882)
- Cipriano Jiménez Pérez. (1863 - 1927)
- Francisco Jiménez Ovejero. (1897 - 1883)
- Alonso Jiménez Esteban. (1835 - 1882)
- Andrés de la Calle García. (1866 - 1943)
Antonio Jiménez García y Josefa Santos García.
Tatarabuelos de mi abuelo Antonio Leandro de la Calle Jiménez.
Ganaderos de raza Avileña Bociblanca.
Destacable fue sin lugar a dudas las ganadería de D. Emilio de la Calle Esteban (1886-1960) primo hermano de mis bisabuelos Ángel y Alonso de la Calle Jiménez, de mi tatarabuela María Visitación de la Calle Jiménez y de mi bisabuela Marceliana Jiménez Esteban.
Las vacas de "Tío Minuto" presentaban una capa mulata (negra con degradaciones rojizas) y eran sin lugar a dudas las mejores de Guijo de Santa Bárbara en los años 30 y 40 según cuentan los ganaderos que las conocieron como mi abuelo Antonio Leandro de la Calle Jiménez (nacido en 1924).
Emilio de la Calle Esteban (Tío Minuto) y su esposa Amparo Rodríguez.
(c) Colección Emilio García de la Calle.
Por todo ello, las vacas Avileñas Bociblancas significan mucho para mí pues forman parte del pasado ganadero de mi familia.
El autor con la yunta bociblanca de Juan Manuel e Isabel en Barajas de Gredos (Ávila)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico forestal.
Bibliografía y fuentes consultadas:
- Sánchez Belda, A. (1981). Catálogo de Razas Autóctonas. I. (Madrid). Ministerio de Agricultura.
- Sánchez Belda, A. (1983) La raza bovina Avileña-Negra Ibérica. (Madrid) Ministerio de Agricultura.
- Sánchez Belda, A. (1984) Razas Bovinas Españolas. (Madrid) Publicaciones de Extensión Agraria.
- Sánchez Belda, A. (2002) Razas Españolas Ganaderas Bovinas. (Madrid) Colección FEAGAS.
- Yanes García, J.E. (2000) Catálogo de Razas autóctonas de Castilla y León - Región Norte de Portugal. I. Especies Bovina y equina. (Salamanca) Fundación Rei Alfonso Henriques.
Agradecimientos:
- Juan Manuel Yuste Apausa.
- Isabel López Arrabé.
- Adrián Pablo Olalla.
- Miguel Alba.
- Alonso de la Calle Hidalgo.
- Emilio García de la Calle.
una gozada leer estos articulos Silvestre...
ResponderEliminarEnhorabuena por el artículo que rescata del olvido una raza de trabajo que ayudó a muchas familias a subsistir... mis abuelos tuvieron una yunta de beciblancas... una gran raza en extinción..
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