viernes, 20 de mayo de 2022

MEMORIAS DEL CAMPO

El campo. ¿Quién lo conoce mejor? ¿Los que están sentados en un despacho o los que día tras día y noche tras noche están pendientes de su ganado y sus cultivos?
Nadie mejor que un agricultor o un ganadero, en el caso de hoy, para hablar del campo. Jonatan Rodríguez Seara, cabrero de Muñogalindo (Ávila) nos ha enviado un precioso relato que escribió el otro día.

Jonatan Rodríguez Seara y Bárbara González Navarro con sus cabras.
(c) Ganadería Caprina San Adrián T.C.

Jonatan y su mujer Bárbara, son propietarios de GANADERÍA CAPRINA SAN ADRIÁN T.C. 
Tienen algo más de 500 cabras de raza Serrana de Guadarrama, conocida oficialmente como Cabra del Guadarrama.
Se trata de una raza autóctona de las serranías de Madrid, Segovia y Ávila y que se encuentra en peligro de extinción. 
Es una cabra de aptitud mixta leche-carne que, con un adecuado manejo, alcanza producciones realmente notables en sistemas semiextensivos. 

Cabras de Guadarrama.
(c) Ganadería San Adrián T.C.

El pasado 15 de mayo, mientras en la capital muchos celebraban alegremente la festividad de San Isidro, patrón de los labradores, Jonatan estaba en el campo con sus cabras y mientras pastaban tranquilas, se puso a escribir el siguiente relato salido del corazón de alguien que ama el campo.
Transcribimos a continuación este relato tal y como su autor, Jonatan Rodríguez Seara, nos lo ha mandado, limitándonos simplemente a poner las fotografías que ilustran este bonito relato.

Cabras de Guadarrama en pastoreo.
(c) Ganadería San Adrián T.C.

MEMORIAS DEL CAMPO.
Por Jonatan Rodríguez Seara.

Salimos del duro invierno. Comienza el mes de Marzo y por el sur ya va
llegando, aunque no sea de manera oficial, la primavera.
Ya despuntando el verdor en las dehesas, en los campos bajos y más cálidos.
Ya el ganadero mira con ansia al cielo para que caiga ese bendito agua que le
permita a la primavera darle un respiro a él y a su ganado.

Vaca Avileña-Negra Ibérica en una dehesa extremeña durante la primavera.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Ha llegado esa bendición en forma de agua, para el 15 de Marzo, en zonas de
Andalucía y por la baja Extremadura. Se le llena la boca al ganado, porque la
primavera ha llegado con su agua que bien merecía.
Mientras por las Castillas tendrán que esperar otra quincena más, hay que
preguntar al mes de Abril ¿cómo va a ser?, y si las penas del invierno nos las
va a corregir.

Ovejas pastando en las cercanías de El Barco de Ávila.
La primavera tarda en llegar a la ribera del Tormes.
(c) Silvestre de la Calle García.

Ahora ya sí, día 10 de Abril, todas las zonas bajas del país disfrutan de un
esplendoroso verdín y un sinfín de flores y colores.
En pleno esplendor la encina, escoba, tomillos, retamas, espinos, jaras...
Con tremendo festín día tras día, el ganado cambia el pelo, tiran el gordo y
basto del invierno, dando paso al fino y corto del verano. 

Vaca Avileña-Negra Ibérica con el fino y lustroso pelaje de verano.
(c) Miguel Alba Vegas.

Pero a un animal hay que ayudar en esta tarea singular, que se llama esquilar.
Por estas fechas los esquiladores hace días que sus máquinas pusieron a
preparar para tan ardua tarea, que ya apenas gente nacional sabe realizar.
A las ovejas hay que esquilar “primero las estabuladas para que no pasen calor
de más, y así su leche puedan aguantar”, después esos rebaños ya escasos
por desgracia, que van a trashumar, para cuando los puertos vayan a pastar, la
lana nueva tengan para abrigar, y el resto de rebaños, la agenda de los
esquiladores, bastante apretada en estas fechas les marcará el día, que
dejarán su vellón atrás, dejando en muchos casos las corderas de recría , para
mediados del verano o simplemente se quedarán sin pelar.

Aunque el esquileo se realiza mayoritariamente a máquina, todavía hay quienes esquilan a mano.
Orencio González y su hijo carlos esquilando a mano en Navalosa (Ávila).
(c) Leticia Pato Martín.

Y así pasa el mes de abril, ahora ya sí, la ansiada primavera ya está aquí, del
sur al norte casi todo lo cubre.
Muchas cosas buenas traen, y algunas no tan buenas. 
Ya trajeron los nuevos contratos de la venta de nuestra leche (nuestro sudor y sacrificio) para los siguientes meses, y como de costumbre con la excusa de que es primavera, 
las centrales lecheras quieren seguir inflando su cartera, gracias al amor de los ganaderos a sus animales y forma de vida, no sin darse cuenta que así hacen que el ganadero llegue al punto de repudiar, lo que más deseó desde pequeño, y puso más que su empeño, para no dejar perder el oficio de su vecino, padres o abuelos, y ahora está rezando día tras día:
¡Por favor Dios mío!, que nuestros hijos no se dediquen a este duro oficio.

Bárbara González Navarro ordeñando las cabras.
(c) Ganadería San Adrián T.C.

Ya que no hay peor vida que la del ganadero, siempre mal visto por el resto de
la sociedad, mal pagados nuestros productos y sin días para descansar.
Ya llega el mes de mayo, al contrario que en las zonas bajas, en las serranías y
puertos de montaña, que a la primavera más le cuesta llegar y ahora para
estas fechas empieza a asomar.

Cabras de Guadarrama disfrutando de la primavera en Muñogalindo (Ávila).
(c) Ganadería San Adrián T.C. 

En las zonas bajas la comida se seca cada día más, el ganadero pide agua al
cielo y reza a San Isidro, a ver si para el 15 mayo, una semana de abundantes
lluvias nos pudiera mandar, si así fuera, la primavera algo más nos pudiera
aguantar, aunque los que empiezan a segar, se tuvieran que esperar.

Los pastos de las dehesas se secan al llegar el calor.
(c) Miguel Alba Vegas.

Por estas fechas al ganado y ganadero de estirpe trashumante algo en el
instinto y la cabeza le empieza a rondar, el ganadero empieza a preparar ese
día tan especial, un día absurdo para muchos, pero un día marcado para él y
su gente. (Es el día del camino a comenzar), con otros ojos empieza a mirar a
esas varas repletas de cencerros que son los que el camino va a marcar, esos
cencerros que con gran esmero el ganadero empieza a preparar, ya que es un
orgullo pasar por los pueblos con su buen ganado bien adornado, para así la
atención de la gente poder llamar. 
A ver si hay suerte y alguien se encandila de ver el ganado pasar y a este oficio sin relevo generacional se quisiera dedicar.

Vacas de raza Avileña-Negra Ibérica ascendiendo el Puerto del Pico por la calzada romana.
(c) Silvestre de la Calle García.

A parte de engalanar los rebaños, los cencerros tienen su labor y misterio, su
labor, guiar al ganado por el campo, caminos o veredas, haciendo que entre los
animales sepan en todo momento a dónde tienen que marchar y si el ganado
por alguna circunstancia se hatajara o perdiera, por el sonido de los cencerros
más fácil son de encontrar. 
¿Su misterio?: hay que saber que cencerros son para qué tiempo y para qué y a qué animales se puede o no poner.

Vaca Avileña-Negra Ibérica con la zumba, el más grande de los cencerros.
(c) Silvestre de la Calle García.

Los primeros en comenzar la trashumancia son esos pastores y vaqueros que
huyen del calor extremo de la Andalucía hasta las serranías turolenses. Les
seguirán los extremeños con sus rebaños de merinas que en antaño vieron
el mundo conquistar y, hoy son muy escasos los que por las cañadas hasta los
puertos de León van a transitar.
Alguno más en camión si lo hará, siendo menos laborioso, más eficaz y sin tanta mano de obra para estas tareas hoy en día tan difícil de encontrar. Ya que las nuevas generaciones, sus manos, ropas y frente de estiércol, polvo y sudor no quieren manchar.
Vale más estar sucio con dinero limpio, que no limpio con dinero sucio o harto
de robar ¡pero de eso la sociedad ni oír hablar! ¡les da todo igual!...

Rebaño de ovejas trashumantes.
(c) Miguel Alba Vegas.

Rebaños de ovejas y hatajos de vacas, desarrollaran el largo caminar, desde los
pastos cálidos de invierno a los frescos del verano en los puertos y serranías,
buscándose su alimento y haciendo de las cuerdas sus tumbaderos, donde las
frescas brisas veraniegas de los altos les acaricien la cara hasta que entre el
otoño y llegue el frío y ahí no les deje estar.

Vacas en un puerto de Cantabria.
(c) Ganadería Almirante.

Todas volverán a sus casas de invierno, todas y algunas más, gracias a algún parto fuera de fecha aunque se intentan programar para que los partos no sean en este periodo estival, ya que los depredadores al acecho están y no es gusto de ningún ganadero que su ganado sea el merendero de estas criaturas, que nuestros antepasados quisieron esquilmar, ya que el lobo, meloncillo, buitre, oso o raposo son los culpables de muchas bajas en el ganado que pasta en los montes y que el ganadero está obligado a guardar. 
Pero a estos depredadores.... ¿Quién está obligado a controlar?

El lobo. Un gran peligro para el ganado.
(c) Javier Bernal Corral.

Las piaras de cabras ya son otro cantar, ya rara era la piara y el cabrero que se
decidieran por trashumar, ya que se decidían más por trasterminar, cambiar los
pastos del invierno de las dehesas y montes bajos por las zonas altas más
cercanas.

Cabras trashumantes en la comarca cacereña de La Vera.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Era yo un niño que con ese tiempo de ver los rebaños pasar, soñaba al ver el
mes de junio llegar, y con él la flor del piorno y después la del cambrión, que de
un intenso amarillo las laderas de las sierras que gustosamente visten, ¡y sí!
muy buena es la flor para la leche de nuestras cabras, pero sin duda, la vainilla
a la que da paso la flor, es lo mejor.

Cabras de raza Guisandera comiendo flor de piorno.
(c) Silvestre de la Calle García.

Si antaño era algo frecuente ver las piaras de cabras pasar por los pueblos,
hoy sin duda es algo excepcional, ya que son minoritarios los rebaños que de
forma tradicional salen a pastar. Las horas del día, debajo del sol o del
paraguas, son muy duras, y nadie ya se quiere sacrificar, y por otras causas
que ahora voy a nombrar:
El sector lácteo es el más perjudicado dentro del sector primario, ya que es apaleado, humillado y abandonado por quienes un día fueron votados y no saben gestionar y menos defender el puesto para el cual fueron seleccionados, haciendo cumplir sus leyes para que la escasa rentabilidad se viera crecer y no dejar el censo de ganaderos decaer.

Sala de ordeño para cabras.
(c) Ganadería Caprina San Adrián T.C.

Mejor ni hablar, aunque por nombrar mil y un problema más que hacen que estos oficios tengan mínimos beneficios, entre otros el suplicio del saneamiento de la tuberculosis que tantas piaras de cabras y hatajos de vacas han aniquilado y a sus propietarios los han arruinados de por vida.

Vacas Tudancas concentradas para hacer el saneamiento.
(c) Miguel Alba.

Y así pasan el verano las partidas de ganado que optan por su casa mudar,
ellos y sus perros que no se pueden dejar de nombrar, esos mastines
leoneses, españoles, castellanos o extremeños, ¡que los llamen como quieran!
(Menos M E O, MASTIN ESPAÑOL OFICIAL), que no te engañen esos
perros no son mastines y menos perros funcionales, ya que un perro que no
puede seguir a su rebaño, ¿Para qué vale?

Mastines cuidando las vacas en el puerto.
(c) Ganadería Almirante.

Y qué decir de ese otro gran trabajador incansable y fiel compañero que de los
pies del ganadero inmóvil permanece a la espera de una orden que cumplirá
según su entendimiento, siendo algunas veces los juegos como causa de una
distracción que hace entorpecer la labor del pastoreo.

El Carea. Compañero insustituible del ganadero.
(c) Javier Bernal Corral.

Ya llega agosto, y agosto en todos lados igual, poca comida en el campo, todo
seco, tardes más cortas y de la mano del ganadero queda sujetar el ganado en
buenas condiciones, hasta la otoñada ver llegar, y de vuelta, el camino volver a
retomar.

Vacas regresando a las dehesas de invierno.
(c) Silvestre de la Calle García

Autor: Jonatan Rodríguez Seara.

15 de Mayo de 2022.

Poco puedo añadir yo a este relato de Jonatan. Lo que habéis leído, queridos lectores, no es ficción. Es la pura realidad de lo que día tras día ocurre en el campo español. En las manos de todos está luchar para cambiar esta situación. 
No sólo es cosa de Jonatan y de su esposa Bárbara que luchan por vivir como cabreros y labrar un futuro a su hija Leyre Daniela mientras conservan una raza autóctona en peligro de extinción: la Cabra de Guadarrama.
Todos debemos aportar nuestro granito de arena para que los poderosos se dignen a hacer algo.

Cabras de Guadarrama.
(c) Ganadería San Adrián T.C.

Otro ejemplo de lucha por el medio rural es Marcos Rodríguez de la Calle, estudiante de 1º de Periodismo en la Universidad de Extremadura. 
Nacido en Navalmoral de la Mata pero vecino de Guijo de Santa Bárbara (Cáceres), Marcos ha escrito recientemente un magnífico artículo tratando el tema de la despoblación del medio rural, tomando como ejemplo el pueblo citado anteriormente, un pequeño municipio de 380 habitantes situado en la comarca cacereña de La Vera.

Piara de cabras de aptitud lechera pastando.
Al fondo, Guijo de Santa Bárbara (Cáceres).
(c) Silvestre de la Calle García.

La economía de este pueblo ha girado tradicionalmente en torno a la ganadería y la agricultura pero los constantes problemas que comenta Jonatan Rodríguez Seara en su escrito, han afectado grandemente a este municipio famoso durante siglos por su cabaña lechera que llegó a contar en algunos momentos con casi 4000 cabras lecheras repartidas en unas 50 explotaciones frente a las poco más de 400 en 2 explotaciones que tiene actualmente.
Peor ha sido la evolución del ganado vacuno lechero. Si en 1980 había unas 30 explotaciones con vacas lecheras, actualmente no queda ninguna.

Ángel de la Calle Vicente ordeñando a una de las últimas vacas lecheras que recorrieron los caminos guijeños.
(c)Alonso de la Calle Hidalgo.

Marcos Rodríguez de la Calle ha entrevistado para su artículo a jóvenes del pueblo, al matrimonio más anciano del lugar y a un técnico forestal especializado en ganadería extensiva para conocer la evolución de este municipio y analizar las posibles soluciones para el problema de la despoblación.
Ciertamente, debemos lamentarnos por la penosa situación del campo, pero debemos tratar de buscar soluciones.

Marcos Rodríguez de la Calle, estudiante de 1º de Periodismo.
(c) Marcos Rodríguez de la Calle.


Luchemos entre todos por el campo. La agricultura y la ganadería son la base del sistema productivo y si construimos un edificio sin buenos cimientos....¿qué pasará?
Queridos lectores. 
Ya lo vimos cuando hace dos años nos tocó estar encerrados en casa como si fuésemos cabras estabuladas (esperos que no nos vuelva a tocar lo mismo en breve...). 
Si el sector primario se paraliza, y el del transporte porque ambos van relacionados, se paraliza todo.
Dependemos de los agricultores y ganaderos para que no falte el alimento en nuestras mesas diariamente. Pensemos en ello cada vez que nos sentemos a comer en nuestras casas.

Vaca Parda de Montaña con su ternero.
(c) José Molleda.

ENLACES DE INTERÉS:

Artículo escrito por Marcos Rodríguez de la Calle.


Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.


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