LA CAPILLA-REFUGIO DE NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES.

Guijo de Santa Bárbara es un pueblecito de montaña situado en el centro de la comarca de La Vera, al noreste de la provincia de Cáceres y en las estribaciones de la vertiente sur de la Sierra de Gredos.
El término municipal de esta localidad es sumamente abrupto por lo que se presta más al aprovechamiento ganadero que al agrícola aunque la primera actividad es complementada con la segunda.
Los ganaderos y agricultores guijeños tienen como patrona a Nuestra Señora de las Nieves que, desde la Capilla-Refugio situada a casi 1.500 metros de altitud, vela por ellos, sus ganados y sus cosechas.

Capilla-Refugio de Nuestra Señora de las Nieves.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

La Capilla-Refugio de Nuestra Señora de las Nieves es el templo católico situado a mayor altitud de la Diócesis de Plasencia y de la Comunidad Autónoma de Extremadura pues se erige en el paraje de Collao Alto a 1485 metros sobre el nivel del mar.
Además de ser una capilla cuenta con dependencias que sirven como refugio a los excursionistas, cazadores y sobre todo ganaderos que suelen frecuentar la zona.

Vacas pastando junto a la Capilla-Refugio.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Se trata de un sencillo edificio de planta rectangular dividido en tres secciones con entrada independiente:
- Izquierda: Dormitorio.
- Derecha: Cocina y almacén además de una pequeña sacristía.
- Central: Capilla.
El tejado, de gran inclinación está coronado en el vértice de la fachada principal por un pequeño campanil con una campana.

Vista general del edificio.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

La idea de construir este edificio fue del sacerdote D. Ascensio Gorostidi Altuna (1923-1966) que fue párroco de Guijo de Santa Bárbara entre 1951 y 1966.
El Padre Gorostidi, natural de la localidad guipuzkoana de Amezketa, había sido ordenado sacerdote unos meses antes en Madrid y gracias a la buena relación que mantenía con el obispo de Plasencia don Juan Pedro Zarranz y Pueyo, fue nombrado fue nombrado párroco de la Parroquia de Nuestra Señora del Socorro de Guijo de Santa Bárbara, incorporándose en febrero de 1951 y haciéndose cargo de ella hasta su fallecimiento.

Procesión de Nuestra Señora de las Angustias.
A la derecha de la Imagen, el P. Gorostidi con sotana y roquete.
(c) Colección Familia de la Calle.

Desde un principio, Don Ascensio se interesó mucho por la vida de sus feligreses, queriendo conocer a qué se dedicaban.
Pronto vio que la inmensa mayoría de los vecinos del pueblo eran agricultores y ganaderos, destacando un elevado porcentaje de familias dedicadas a la crianza de cabras destinadas a la producción de exquisito queso fresco y de suculentos cabritos que pronto hicieron las delicias del sacerdote que era un gran gourment.

Piara de cabras.
En la parte superior de la imagen, la Capilla-Refugio.
(c) Juan Antonio Rodríguez Vidal.

Al llegar el verano, las familias cabreras se trasladaban a vivir a la sierra donde permanecían desde finales de junio hasta septiembre, regresando posteriormente a las fincas situadas a media altura o al pueblo.
Durante su estancia en la sierra, los cabreros habitaban en las tradicionales chozas, construcciones consistentes en un muro circular de piedra seca y una techumbre cónica formada por un armazón de tres vigas ahorquilladas entre las que se colocaban rajones (troncos seccionados longitudinalmente) cubriendo toda la cubierta con una gruesa capa de escoba o piorno.

Choza de El Campanario.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Durante el periodo estival, las familias cabreras sólo bajaban al pueblo una vez por semana para vender el queso y subirse pan y otros alimentos. No bajaba toda la familia sino que solía hacerlo la mujer y alguno de los hijos, salvo en casos excepcionales en los que bajaban los hombres.
Esto suponía que no pudieran asistir a la iglesia con asiduidad, lo que preocupaba mucho a don Ascensio, el cual trató de buscar una solución al problema desde el principio.

Teodora Leal y su hija Feli Pérez en su choza de Pimesaíllo.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

La solución era construir una ermita en algún paraje de la sierra para poder celebrar la Santa Misa algunos días del verano y que de esa forma los cabreros pudiesen asistir y no se sintiesen desamparados por parte de la Iglesia.
Sin embargo, había un pequeño problema ya que la sierra de Guijo de Santa Bárbara era, y sigue siendo, una propiedad privada conocida como Dehesa Sierra de Jaranda, la cual se encuentra dividida en acciones proindivisas que pertenecen a numerosos vecinos del pueblo, realizándose un aprovechamiento comunal de la misma y repartiendo los beneficios proporcionalmente a las acciones que cada propietario posea.
De hecho, la propia Parroquia de Nuestra Señora del Socorro, era propietaria de 4 acciones que había cedido en 1892 D. Antonio Jiménez García, más conocido como "El Agüelo Viejo".

Don Antonio Jiménez García.
(c) Retrato pintado por Francisco Martín Rivera.

La Dehesa Sierra de Jaranda estaba gestionada por una serie de apoderados con los que D. Ascensio debía hablar para exponer su idea de construir una ermita o capilla.
Para ello, solicitó una reunión con los mismos que tuvo lugar el 19 de marzo de 1963 y en la que el párroco expuso el deseo de "construir una capilla para aumentar la fe en Dios Nuestro Señor y para los pastores que viven durante el verano alejados de la Casa de Dios".
Don Ascensio solicitó un solar para tal fin en el paraje de Collao Alto y la conducción de agua hasta dicho lugar desde la Fuente de las Monaíllas.
Los apoderados accedieron a la petición del párroco, redactando un acuerdo de cesión que fue rubricado por ambas partes.


Documento de cesión del solar de la Capilla-Refugio.
Archivos de la Dehesa Sierra de Jaranda.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Se nombró una comisión para estudiar el terreno y decidir el emplazamiento exacto del edificio. Dicha comisión estuvo formada por:

- Constantino Jiménez.
- Felipe Santos.
- Juan García.
- Agapito Borja.
- Teodoro Pérez.
- Dionisio Castañares.
- Germán Rodríguez.
- Tomás Jiménez.
- Marcelino de la Calle.
- Rafael García. 
- D. Ascensio Gorostidi.

Teodoro Pérez y Juan García.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Es preciso indicar que antes de decidirse por Collao Alto, don Ascensio había recorrido toda la Sierra buscando emplazamientos posibles para la construcción del templo.
Acompañado por el guarda Aurelio Jiménez y por diversos ganaderos, visitó varios collados y regajos, gustándole especialmente el paraje de Las Cocinillas, situado a unos 2.000 metros de altitud, justo por debajo de la célebre Portilla de Jaranda, pero los ganaderos le hicieron desistir de tal idea por lo costoso que sería subir hasta allí los materiales necesarios.

Portilla de Jaranda, Las Cocinillas y Pimesaíllo.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Elegido el paraje de Collao Alto, los miembros de la comisión y el párroco reconocieron concienzudamente el terreno para elegir el emplazamiento exacto y la orientación del edificio.
Algunos miembros de la comisión, se mostraron muy reticentes con la idea de construir un edificio en uno de los collados más ventosos de la sierra, utilizando durante mucho tiempo como lugar para que acarrasen las ovejas durante el verano. Argumentaban que un fuerte vendaval podía hacer estragos en el tejado como así ocurrió en una ocasión.

Piara de cabras en Collao Alto.
(c) Juan Antonio Rodríguez Vidal.

Los miembros de la comisión marcaron el solar y las obras comenzaron al poco tiempo, finalizando en la primavera de 1964.
Era común en la época colocar la bandera nacional cuando se terminaba una obra de tales características, pero D. Ascensio quiso poner la Ikurriña. Al comentar su idea al alcalde Rafael Blanco y al maestro Bibiano Jarones, estos le hicieron reconsiderar tal idea puesto que supondría problemas con las autoridades.
D. Ascensio dijo que España debía sentir agradecimiento hacia Euskadi porque:
"Euskadi es la vaca de la que mama España".
Sin embargo, el sacerdote reconsideró su idea y desistió de ello por no buscarse problemas con las autoridades civiles e incluso eclesiásticas.

Capilla-Refugio casi terminada.
(c) Valentín Soria.

Fue necesaria la colaboración de muchas personas para llevar a cabo la construcción de la Capilla-Refugio puesto que la Parroquia de Nuestra Señora del Socorro contaba con pocos recursos económicos. 
Todos los vecinos del pueblo aportaron algún donativo y también diversas personas de fuera del pueblo.
Además de eso, los ganaderos y agricultores del pueblo subieron materiales para la obra con sus caballerías realizando cada uno un viaje gratuito y cobrando el resto.

Caballos en Collao Alto.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Ya desde antes de empezar con la construcción del templo, el P. Gorostidi tuvo clara la advocación mariana a la que estaría dedicado.
Por encontrarse en un terreno de montaña en el que la nieve cae con mucha frecuencia durante el invierno, se dedicaría a Nuestra Señora de las Nieves.
La historia de esta advocación, tiene su origen en Roma en tiempos del Papa Liberio (352-366) cuando un matrimonio de patricios quiso construir un templo dedicado a la Madre de Dios pero al no saber dónde hacerlo, pidieron ayuda a la Virgen María para que les indicase el lugar con una señal y el 5 de agosto del año 358 el Monte Esquilino de Roma apareció nevado señalando el lugar donde debía edificarse el templo.
Sin embargo, no será hasta el pontificado de Sixto III (432-440) cuando se construirá la Basílica de Santa María la Mayor para conmemorar el Concilio de Éfeso en el año 431. Dicha basílica es conocida hoy como "la iglesia de los españoles".

Capilla-Refugio en invierno.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

La bella imagen de Nuestra Señora de las Nieves que se encuentra en la Capilla-Refugio de Guijo es una réplica casi exacta de la que se encuentra en la localidad madrileña de Navacerrada.
Se trata de una Virgen adulta y velada por llevar en sus brazos al Niño Jesús.

Aspecto original de la imagen.

Debido al frío e incluso a las heladas invernales que afectan a la imagen pese a estar en el interior del templo, la policromía de la imagen ha sido restaurada en varias ocasiones, algunas de ellas con escaso sentido de la estética.
La última restauración fue llevada a cabo en 2010 por la restauradora local María Antonia Rodríguez Díaz, recuperando prácticamente el aspecto original que tuvo la imagen en 1964.

María Antonia Rodríguez restaurando la policromía de la imagen.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Con el fin de mantener a la imagen en mejor estado de conservación, se colocó una urna de cristal.
Desde su restauración, la bellísima imagen puede ser admirada y venerada por todos los guijeños y personas que suben hasta la Capilla-Refugio.

Nuestra Señora de las Nieves.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

El 5 de agosto de 1964 fue un día grande para la localidad de Guijo de Santa Bárbara pues se inauguró solemnemente la Capilla-Refugio de Nuestra Señora de las Nieves, que pasaría a ser conocida simplemente como EL REFUGIO por los guijeños.
Se celebró la Santa Misa con la procesión correspondiente alrededor de la Capilla, asistiendo muchos vecinos del pueblo y de otras localidades vecinas así como numerosos sacerdotes y algunos familiares de Don Ascensio, para el que aquel día fue sin lugar a dudas el más feliz de su vida por ver finalizada su gran obra.

Fiesta de Nuestra Señora de las Nieves.
(c) Valentín Soria.

Creó D. Ascensio una asociación con la idea de publicar cada año un pequeño boletín en el que pudiesen publicarse artículos de interés.
En el primer número aparecieron los nombres de los socios, siendo presidente de honor el Ilustrísimo obispo de Plasencia D. Juan Pedro Zarranz y Pueyo.


Portada del Boletín y lista de socios.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Tras la inauguración oficial del Refugio y la consagración de la Capilla, don Ascensio celebró allí numerosas Misas a las que asistían los vecinos que lo deseaban o los cabreros que tenían su ganado cerca de allí. Cada vez que se celebraba Misa, aunque fuese en pleno invierno, se realizaba una procesión alrededor de la Capilla.

Una de las últimas Misas celebradas por D. Ascensio en el Refugio.
(c) Valentín Soria.

Pero poco pudo disfrutar D. Ascensio de su gran obra, pues en 1966 falleció debido a un problema gastrointestinal.
La muerte de este sacerdote fue muy llorada en Guijo pues era una persona muy querida y que llevó a cabo una gran labor social cuando a finales de los años 50 y principios de los 60 sucesivas tormentas ocasionaron la pérdida de las cosechas de tabaco, principal medio de vida de muchos guijeños. Muchas fueron las familias que quedaron prácticamente arruinadas y don Ascensio se preocupó de encontrar trabajo para dichas familias en la fábrica La Bellota de Legazpia.

D. Ascensio posa sonriente con la Capilla-Refugio al fondo.
(c) Valentín Soria.

El fallecimiento del constructor de la Capilla-Refugio no supuso el fin de todo lo que había comenzado con gran ilusión, sino que los sucesivos párrocos que ha habido en Guijo desde D. Esteban Díaz (1966-1972) hasta el párroco actual D. Francisco Torres Ruiz (2018 - ) se han preocupado de mantener vivos el culto y la devoción a Nuestra Señora de las Nieves, celebrando año tras año la Santa Misa en la Capilla.

Silvestre de la Calle García (Sacristán) y D. Francisco Torres Ruiz (Párroco).
5 de agosto de 2022.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Desde un principio, los vecinos tuvieron gran devoción a Nuestra Señora de las Nieves, considerándola como patrona de los agricultores y ganaderos de Guijo de Santa Bárbara hasta el punto de que la Cooperativa del Campo del municipio, antigua Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos, lleva el nombre de esta advocación mariana.

Feligreses frente al Refugio.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Los jóvenes del pueblo se preocuparon siempre mucho del mantenimiento de las instalaciones, contando el Refugio en un principio con literas para dormir. También fue iniciativa de los jóvenes la plantación de árboles en el entorno del Refugio pero debido al viento que sopla con fuerza en aquel paraje, como ya dijimos antes, no prosperaron.

Imagen invernal del Refugio. 1970.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

El día 4 de agosto, víspera de la fiesta, muchos jóvenes conservan la tradición de subir a dormir al Refugio.
El día 5, al amanecer, los jóvenes tocan la campana mientras el resto de gente del pueblo va subiendo a pie o en caballería por los distintos caminos que desde el pueblo conducen a la ermita. La ascensión, andando a paso normal, puede durar entre 1,5 y 2 horas.
Desde hace unos años, parte del recorrido puede realizarse en coche hasta el paraje de La Cuerda desde donde se llega a la Capilla en menos de una hora.

Camino del Refugio.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Hacia las 10 de la mañana se reza en el interior del templo el Santo Rosario y a continuación se celebra la Santa Misa tras la cual tiene lugar la procesión. Al terminar, se realiza la subasta de brazos y cintas para introducir la imagen en el templo hasta el año siguiente.
Como muchos devotos de Nuestra Señora de las Nieves son ya de edades muy avanzadas y no pueden subir hasta la Capilla-Refugio, por la tarde se celebra una Misa en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Socorro colocando uno de los dos cuadros con la imagen de la Virgen de las Nieves que los fotógrafos locales Reyes Jiménez del Río y Alonso de la Calle Hidalgo regalaron en su día a la Parroquia y que durante el resto año se encuentran expuestos en la sacristía y en el despacho parroquial.

Celebración de la fiesta.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Tras los actos religiosos, se realizan en las proximidades de la Capilla-Refugio juegos populares destinados a los niños y no tan niños: carreras de sacos, lanzamiento de huevos, tiro de la soga....

Juegos tradicionales.
(c) Silvestre de la Calle García.

Tras un agradable rato de convivencia en el que la gente aprovecha para comer algo y conversar animadamente, se emprende el regreso al pueblo por el mismo camino o bien bajando por la trocha del Campanario y el Camino de Castilla, aprovechando para darse un refrescante baño en el Charco del Trabuquete.

Charco del Trabuquete.
(c) Silvestre de la Calle García.

La fiesta de Nuestra Señora de las Nieves, o Día del Refugio como también se dice, se ha convertido en una fiesta de gran importancia para todos los guijeños ocupando junto a las festividades de Nuestra Señora del Socorro (15 de Agosto), Nuestra Señora de las Angustias (8 de septiembre y Santa Bárbara (4 y 5 de diciembre) una fecha clave en el calendario litúrgico del pueblo.
Con gran alegría celebraron los guijeños el 5 de agosto de 2014 el 50 Aniversario de esta fiesta.

50 aniversario de la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Respecto al edificio de la Capilla-Refugio debemos decir que sigue manteniendo su estructura original aunque la cubierta, que durante varias décadas fue de color plateado brillante fue recubierta con escoba a semejanza de las chozas para dar un mejor aspecto externo al edificio. Esta mejora fue realizada con fondos de la Reserva de Caza La Sierra.



Capilla-Refugio con la cubierta de escobas.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Las cubiertas vegetales requieren constantes reparaciones para mantenerse en buen estado, siendo necesario colocar material nuevo cada varios años sobre el ya existente.
Por este motivo, recientemente se decidió sustituir la cubierta vegetal por una más resistente a las inclemencias meteorológicas.

La nueva cubierta de la Capilla-Refugio.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

A MODO DE EPÍLOGO.
La Capilla-Refugio de Nuestra Señora de las Nieves es un edificio de gran importancia para el pueblo de Guijo de Santa Bárbara.
Pese a no ser un gran monumento arquitectónico cumple plenamente las funciones para las que fue ideado y diseñado por D. Ascensio al servir por un lado para aumentar y mantener viva la fe en Dios de los guijeños y por otro como refugio seguro para los ganaderos, senderistas y cazadores que frecuentan la zona.
Sin duda alguna los guijeños debemos estar agradecidos a D. Ascensio por haber hecho este legado a nuestro pueblo.

Capilla-Refugio de Nuestra Señora de las Nieves.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.


Agradecimiento:
A Alonso de la Calle Hidalgo, administrador de la Dehesa Sierra de Jaranda, naturalista y fotógrafo por su inestimable colaboración a la hora de realizar este artículo y por ser una de las personas que más veces visita la Capilla-Refugio de Nuestra Señora de las Nieves al cabo del año preocupándose siempre del estado de las instalaciones y de la Capilla.

Alonso de la Calle Hidalgo junto a la imagen de Nuestra Señora de las Nieves.

Bibliografía y fuentes consultadas:
- De la Calle García, S. y De la Calle Hidalgo, A. (2018). La Dehesa Sierra de Jaranda.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Sacristán de la Parroquia de Nuestra Señora del Socorro.

Comentarios

  1. Desde muy pequeña,he veraneado en ese precioso pueblo,hace ya muchos años ,soy de Navalmoral de la Mata,y en mi memoria tengo guardado con muchísimo cariño a sus gentes y lugares

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  2. Me encantó ésta publicación,conocer de mis raíces y por eso creo he heredado ciertas costumbres aunque ya sea poblarina

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