miércoles, 9 de octubre de 2024

LA OCA CHINA

Una de las aves domésticas más desconocidas es la denominada oca china que, procedente de Asia Oriental donde lleva criándose miles de años, llegó a Europa en el siglo XVIII y que cuya crianza es cada vez más habitual entre los avicultores españoles como ave ornamental e incluso con fines productivos.

Ocas chinas blancas y de color "salvaje".
(c) Aníbal Rodríguez Martín.

La oca china doméstica desciende del ánsar cisnal, ánsar cisne o ganso cisne (Anser cygnoides) que habita en estado salvaje durante la época de cría en áreas de Mongolia, el sur de Rusia y el noroeste de China y que migra en invierno a regiones de China como el delta del río Yangtsé.
En ocasiones, la oca china doméstica es denominada "oca africana" o "ganso africano", debido a que estas aves llegaban a Europa desde Asia por los barcos que hacían escala en la colonias europeas en el continente africano.
Se trata de un ave del orden de los anseriformes y de la familia de las anátidas, presentando una morfología más y alargada que el ganso común (Anser anser) antepasado de las ocas domésticas. Se caracteriza por su coloración parduzca y por presentar una protuberancia en la parte superior del pico.

Ocas chinas.
El ejemplar de la derecha recuerda a las aves salvajes.
(c) Aníbal Rodríguez Martín.

Otra característica singular de estas aves es su estridente canto, semejante al de las ocas comunes aunque aún más estridente y repetitivo.
En estado salvaje, este canto permite avisar al resto de aves de la bandada ante la presencia de cualquier depredador mientras que en estado doméstico, este canto puede servir como aviso de la presencia de intrusos o de cualquier amenaza.

Ocas chinas.
(c) Aníbal Rodríguez Martín.

Las aves domésticas son de mayor tamaño que las silvestres y además de presentar el plumaje parduzco propio de las aves salvajes, tan necesario para que las hembras puedan camuflarse en el medio natural, existen animales totalmente blancos gracias a la selección humana.
Existen numerosas razas de oca china y además se hibridan con facilidad con la oca común dando lugar a animales con características intermedias.

Ocas chinas.
(c) Aníbal Rodríguez Martín.

No se sabe a ciencia cierta el momento en el que fueron domesticadas estas aves, pero se crían en China desde tiempo inmemorial, habiendo pasado de allí a Japón.
En Europa comenzaron a criarse en el siglo XVIII como aves ornamentales, lo cual se sigue haciendo en muchos parques, jardines y zoológicos, aunque su cría en corrales familiares es cada vez más frecuente, destinándose a la producción de carne y también de huevos, además de utilizarse como animales de guardia por su estridente canto.
La carne de estas aves es muy sabrosa aunque resulta un poco más dura y seca que la de las ocas comunes al presentar menor cantidad de grasa.

Ocas chinas.
(c) Aníbal Rodríguez Martín.

La producción de huevos en las ocas chinas domésticas oscila entre las 40 y 100 unidades por temporada de puesta, la cual puede dividirse en dos ciclos de puesta.
Los huevos, de color blanco, pesan alrededor de 120 gramos y, aunque suelen destinarse a la incubación, pueden ser consumidos como los de otras aves similares.

Huevo de oca china.
(c) Aníbal Rodríguez Martín.

La incubación, que dura aproximadamente 28 días, puede ser realizada de forma por las propias ocas que buscarán un lugar tranquilo para poner sus huevos y luego incubarlos hasta que nazcan los ansarones o bien realizarse de forma artificial en incubadoras.
También pueden incubarse los huevos utilizando como nodrizas otras aves como gallinas y pavas las cuales son magníficas incubadoras.

Gallina sobre los polluelos de oca china.
(c) Aníbal Rodríguez Martín.

Las gallinas, especialmente las enanas o de razas antiguas, son excelentes madres y tras la eclosión de los huevos cuidarán con gran celo a los ansarones hasta que estén listos para independizarse.
De hecho, un buen método para el aficionado que quiera iniciarse en la cría de ocas chinas es comprar huevos fertilizados de la especie e incubarlos con este sistema tan tradicional.

Gallina con ansarones chinos.
(c) Aníbal Rodríguez Martín.

Las ocas chinas requieren pocos cuidados, siendo muy tolerantes al frío. 
Les gusta poder campar a sus anchas al aire libre y disponer de algún arroyo o estanque donde poder bañarse y complementar su alimentación que se basa fundamentalmente en el pasto si bien puede ser suplementada con cereales y pienso en la época de puesta para favorecer la producción de huevos o en el caso de aquellos animales que pretendan ser engordados para el consumo.

Ocas chinas en una pequeña charca tras las lluvias.
(c) Aníbal Rodríguez Martín.

Las ocas chinas se están convirtiendo en aves cada más populares en parques de animales, zoológicos y granjas familiares donde conviven sin problema alguno con otras aves de corral. 
Posiblemente, alguna vez haya visto el lector unas esbeltas aves con aspecto intermedio entre un cisne y una oca y con una protuberancia en el pico sin saber de qué animal se trataba. Ahora ya lo sabe: estaba ante LA OCA CHINA.

Ocas chinas.
(c) Aníbal Rodríguez Martín.

Bibliografía:
Sañudo Astiz, C  (2011) Atlas mundial de etnología zootécnica. Ed. Servet.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico forestal.

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