ANTONIO: JOVEN GANADERO SAYAGUÉS.
En la comarca zamorana de Sayago, que da nombre a una importante raza bovina, se encuentra la explotación de Antonio Vázquez Marino, joven ganadero e ingeniero técnico agrícola que mantiene ganado bovino de raza Sayaguesa y ovino de raza Churra, además de cerdos Ibéricos, burros Zamorano-Leoneses, cabras caballos, gallinas y perros.
Antonio (n.1987) reside en la localidad de Villar del Buey, en la comarca de Sayago, la cual se sitúa al noroeste de la provincia de Zamora estando conformada por extensas dehesas dedicadas al pastoreo y llanuras dedicadas fundamentalmente al cultivo de cereal.
Vaca Sayaguesas.
(c) Antonio Vázquez Marino.
El Proyecto de Fin de Carrera realizado por Antonio cuando estudiaba Ingeniería Técnica Agrícola en la Universidad de Salamanca, se basó en una explotación de ganado vacuno de raza Sayaguesa, por ser la raza bovina autóctona de su tierra y encontrarse en peligro de extinción.
Al terminar sus estudios, decidió poner en marcha esa explotación y desde hace 14 años, cuando apenas tenía 23 años, Antonio Vázquez Marino vive dedicado a la ganadería en su pueblo natal.
Antonio junto a sus vacas.
(c) Antonio Vázquez Marino.
La vaca Sayaguesa se caracteriza por su perfil cefálico ligeramente cóncavo, su gran formato y sus proporciones alargadas, presentando una capa negra con irisaciones rojizas que en algunos ejemplares llega a adquirir tonalidades castañas y teniendo como rasgo distintivo una orla blanca o parda alrededor del hocico.
Empleada durante siglos como animal de trabajo y para la producción de carne e incluso de leche, hoy en día se destina exclusivamente a la producción de carne de gran calidad siendo una raza en grave peligro de extinción y constituyendo un auténtico tesoro genético al ser una de las razas bovinas más antiguas de Europa siendo una de las más parecidas al uro, bovino salvaje extinguido en 1627 y que habitó en gran parte de Europa, Asia y el norte de África, descendiendo de él todas las razas bovinas domésticas.
Toro de raza Sayaguesa.
(c) Antonio Vázquez Marino.
La raza toma su nombre de la comarca de Sayago por ser la zona de origen y el centro del área de cría de la raza, de la cual hay censados alrededor de 2.240 animales de los cuales 1.660 son hembras reproductoras, encontrándose en la provincia de Zamora, fundamentalmente en la comarca de Sayago, 2.203 animales y 1.627 hembras reproductoras.
Antonio es propietario de alrededor de un centenar de cabezas de raza bovina Sayaguesa.
Vacas Sayaguesas de Antonio.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Y este es el sistema de explotación seguido por Antonio con sus vacas Sayaguesas.
Antonio junto a un toro de raza Sayaguesa.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Vacas en la dehesa.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Trasladando las vacas.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Cuando el campo no dispone de pastos o estos son escasos y tampoco hay otros recursos naturales disponibles, Antonio complementa la alimentación de los animales con pienso en forma de tacos para que sea más fácil su distribución y pueda ser consumido fácilmente por el ganado.
Vaca Sayaguesa comiendo pienso.
(c) Antonio Vázquez Marino.
La Sayaguesa no puede competir con otras razas especializadas en cuanto a cantidad de carne producida pero la calidad de la misma es inigualable. Sin embargo, lo más importante es el valor genético, histórico, cultural y social que tiene la raza, algo que Antonio, pese a su juventud, sabe perfectamente.
Toro de raza Sayaguesa.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Antonio tiene ovejas además de vacas y es que en la comarca de Sayago que, como dijimos anteriormente, ha sido siempre una comarca cerealista, el ganado ovino ha tenido siempre una gran importancia contando con un singular ecotipo de la raza Churra. Se trata de la oveja Churra Sayaguesa, caracterizada por su perfil cefálico recto o ligeramente cóncavo, proporciones medias, pequeño formato, lana larga y basta, color generalmente blanco con pigmentación negra alrededor del hocico, ojos y orejas así como en la parte distal de las extremidades. Los carneros suelen poseer enormes cuernos.
Rebaño de ovejas Churras.
(c) Antonio Vázquez Marino
Estas ovejas, mucho menores que las Churras de Tierra de Campos y otras comarcas castellanas, se han dedicado tradicionalmente a la producción de carne y lana, no siendo sometidas a ordeño salvo en casos excepcionales. La principal producción fue siempre el cordero criado por la madre en pastoreo, siendo comercializado cuando alcanzaba pesos de 25 kilos, a veces superando el peso de la propia madre, a los 5-6 meses de edad.
Estas ovejas fueron siempre manejadas de forma totalmente extensiva.
Ovejas Churras en el campo.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Las ovejas Churras Sayaguesas, no están reconocidas como raza independiente de la Churra genuina, debido fundamentalmente al cruzamiento realizado en los últimos años con sementales de otras zonas con el objetivo de obtener ovejas de mayor formato e incluso para cambiar la aptitud eminentemente cárnica de la oveja sayaguesa hacia la doble aptitud carne-leche.
Curiosamente, en épocas pasadas ocurría todo lo contrario, puesto que se consideraba que por su gran aislamiento, las Churras de Sayago eran las más puras de todas y tanto los sementales como las corderas criados en la zona eran comprados por ganaderos de otras zonas que no practicaban la recría y que al manejar adecuadamente estos rústicos animales, obtenían unos resultados productivos verdaderamente interesantes.
Ovejas Churras en la nieve.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Antonio guiando a las ovejas desde el coche.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Junto a las ovejas, Antonio tiene algunas cabras que son vitales en todo rebaño para amamantar a los corderos huérfanos, mellizos o rechazados por sus madres.
La leche de las cabras es utilizada también por Antonio para criar a algunos terneros, los cuales se crían incluso más sanos y fuertes que con la leche materna.
También cría Antonio cerdos Ibéricos, los cuales se mantuvieron siempre en la comarca de Sayago por ser una zona de extensas dehesas. Curiosamente, más al norte, en la comarca también zamorana de Aliste, se criaba una raza porcina completamente distinta, de capa blanca, y conocida como cerdo Alistano.
Cerdos en la dehesa.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Los cerdos criados en Sayago pertenecían tradicionalmente a la raza Ibérica si bien hoy en día, como ocurre en muchas otras zonas del área de cría de esto tipo de cerdos, es común el cruzamiento con verracos de raza Duroc para obtener cerdos Ibéricos 50% o bien el cruzamiento de cerdas Ibéricas puras con verracos 50% para obtener Ibéricos 75%. Estos cerdos cruzados son más precoces y proporcionan canales más magras que los Ibéricos puros.
Antonio cría a sus cerdos Ibéricos cruzados con Duroc de manera extensiva en la dehesa junto a las vacas, complementando su alimentación con pienso cuando es necesario.
Cerdos comiendo pienso.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Otra raza autóctona de Zamorana criada por Antonio, es el burro Zamorano-Leonés.
Estos grandes burros de gran tamaño, pelo largo y coloración oscura con el hocico blanco, eran muy comunes en las comarcas del norte de Zamora, especialmente en Aliste, si bien en Sayago, aunque en menor proporción, también los hubo siempre.
Antonio con sus burros Zamorano-Leoneses.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Utilizados tradicionalmente para el trabajo allí donde no había vacas o por las familias humildes que no podían mantener estos últimos animales, los burros son utilizados hoy fundamentalmente como animales de compañía por el simple placer de verlos y mantenerlos.
Pero Antonio colabora activamente en la conservación de la raza al mantener ejemplares reproductores.
Antonio junto a un buche y su madre.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Caballos.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Cuando Antonio tiene que realizar alguna tarea relacionada con el manejo del ganado en aquellas zonas en las que no se puede utilizar el coche, monta en su caballo y realiza cómoda y rápidamente las tareas.
Antonio a lomos de su caballo.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Sayago es tierra de lobos. Hasta hace unos años, estos carnívoros estaban prácticamente extinguidos al sur del río Duero, pero actualmente son abundantes en toda Castilla y León, atacando con gran frecuencia a las ovejas, las vacas, los cerdos...siendo fundamental para la protección del ganado la presencia de perros recios y fuertes como el Mastín Español. Estos perros no faltan en la ganadería de Antonio.
Mastín y ovejas churras.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Todos los ganaderos procuran llevar una vida lo más autosuficiente posible, aprovechando su trabajo en el campo para criar y también para cultivar si disponen de tiempo y tierra para ello, diversos animales y plantas.
Antonio ceba algunos cerdos y mantiene numerosas gallinas para el abastecimiento familiar.
Cerdos y gallinas.
(c) Antonio Vázquez Marino.
La ganadería es una actividad muy sacrificada y que no atraviesa precisamente por sus mejores momentos debido a los bajos precios recibidos por el productor, a los costes de producción siempre en constante aumento, la excesiva burocracia y a problemas derivados de las condiciones ambientales y de los propios animales que no pueden preverse puesto que en ganadería dos y dos no siempre son cuatro.
Antonio sabe muy bien todo esto y, aunque tiene y ha tenido que enfrentarse a muchas dificultades en los últimos años como todo ganadero y como cualquier persona, sigue luchando por su ganado.
Antonio durante la pandemia.
(c) Antonio Vázquez Marino.
El trabajo de cualquier ganadero es durísimo y merece el aplauso de todos los consumidores pero el de Antonio es aún más duro y meritorio al vivir en una zona de clima extremo y manteniendo razas en peligro de extinción.
Gracias a Antonio las vacas Sayaguesas siguen recorriendo los antiguos caminos de la comarca de Sayago como han hecho durante siglos mientras las ovejas Churras balan en las rastrojeras y los cerdos Ibéricos hozan en las dehesas esperando que caigan las bellotas de las encinas.
Vacas antiguas caminando hacia el futuro.
(c) Antonio Vázquez Marino.
Antonio Vázquez Marino es un ejemplo a seguir para todos los jóvenes del medio rural y para todos aquellos que hablan de esa famosa España vaciada que en realidad está llena de vida gracias a que gente como él salen de sus pueblos para formarse y regresar para combinar los conocimientos adquiridos con la milenaria sabiduría transmitida oralmente por los mayores para poder así continuar con actividades tradicionales como la ganadería.
Desde EL CUADERNO DE SILVESTRE expresamos nuestro más sincero agradecimiento a Antonio por la labor que está llevando a cabo y por haber colaborado activamente en la realización de este artículo.
Técnico forestal.
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