LA PARIDERA DE LAS CONEJAS

Se conoce con el nombre de paridera la época en la que las diferentes especies de mamíferos domésticos realizan el parto. La mayoría de las especies tienen una o varias parideras a lo largo del año perfectamente definidas, pero el caso de las conejas domésticas es verdaderamente insólito debido a que pueden parir muchas veces al año debido su cortísima gestación e intervalo entre partos.

Coneja con sus crías.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu
(c) Can Malacosta.

El conejo doméstico desciende directamente del conejo silvestre europeo (Oryctolagus cuniculus) hasta el punto de ser considerados como variedades de una única especie dado que las diferencias genéticas son inexistentes.
El conejo silvestre, originario de la península Ibérica, el suroeste de Francia y el norte de África es famoso por sus proverbiales cualidades reproductivas, teniendo un periodo de cría comprendido entre marzo y septiembre en el que cada coneja puede parir entre 3 y 6 camadas de 4-6 (máximo 12) crías o gazapos que nacen sordos, ciegos y cubiertos por una leve pelusa pero que en apenas un mes están listos para independizarse.

Conejillos domésticos similares a los silvestres.
El Barco de Ávila (Ávila)
(c) Carlos Sánchez Burdiel.

Los conejos silvestres fueron domesticados en época verdaderamente tardía respecto a otras especies pues fueron los romanos quienes comenzaron a criarlos en cautividad aunque hasta le Edad Media no se comenzaría a llevar a cabo una selección de la especie y hasta el siglo pasado, las cualidades reproductivas de los conejos silvestres y domésticos fueron prácticamente las mismas.

Antiguo conejo pardo español.
El Barco de Ávila (Ávila).
(c) Carlos Sánchez Burdiel.

Las conejas alcanzan la madurez sexual a una edad variable en función de la raza y el manejo, ocurriendo antes en las razas ligeras o en aquellas que han sido cuidadosamente seleccionadas así como en los híbridos comerciales que en las razas pesadas. 
A los 4-6 meses la mayoría están listas para ser cubiertas por el macho por primera vez aunque en las modernas granjas industriales la monta natural ha sido sustituida casi completamente por la inseminación artificial.

Coneja híbrida comercial de 4 meses.
(c) Beatriz Fernández Domínguez.

La gestación en las conejas, tanto domésticas como silvestres, dura 31 días con escasas variaciones de 1-2 días. Esto contrasta con la gestación del resto de especies ganaderas cuyas gestaciones oscilan entre los 115 días de la cerda y los 375 de la burra.

Coneja con sus crías.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu
(c) Can Malacosta.

Es preciso indicar que cuando las conejas no disponen de suficiente alimento o están sometidas a situaciones de estrés, se pueden producir abortos o reabsorciones embrionarias por lo que a los 14 días de la cubrición o inseminación, conviene realizar un diagnóstico de gestación mediante la palpación del abdomen de la coneja para comprobar que está preñada.

Conejo Gigante de España.
El Barco de Ávila (Ávila).
(c) Carlos Sánchez Burdiel.

Días antes del parto, la coneja construye un nido para alumbrar a sus retoños por lo que debe disponer en su jaula de un nidal oscuro y protegido donde con paja y heno o simplemente con el pelo arrancado por ella misma de su propio vientre, hará dicho nido.
Llegado el momento, parirá sin ninguna dificultad un número muy variable de crías que oscila entre las 6-7 de las razas más primitivas a las 9-10 de las razas más seleccionadas pudiendo los híbridos comerciales parir incluso más aunque esto no es deseable ya que cuando las camadas superan los 10 gazapos es difícil que todos puedan sobrevivir.

Conejillos recién nacidos en el nido.
La Calzada de Oropesa.
(c) Ángel Martín Rodríguez.

Tras el parto, la coneja amamantará a sus gazapos durante un periodo variable que oscila entre los 60 días en el sistema tradicional y los 25-28 en el sistema intensivo. 
La leche de coneja es muy rica en grasa y proteína permitiendo el rápido desarrollo de los conejillos que a los 10 días ya abren los ojos y que a partir de los 15-20 días comienzan a ingerir alimento sólido complementando así su dieta hasta el momento del destete.

Conejillos de 15 días en el nido.
La Calzada de Oropesa (Toledo).
(c) Ángel Martín Rodríguez.

La alimentación de la coneja durante la lactancia debe ser muy cuidadosa para que produzca suficiente leche para criar a sus gazapos y al mismo tiempo se recupere tras el parto pero evitando que engorde en exceso si no está preñada puesto que las conejas excesivamente gordas presentan problemas de fertilidad.

Coneja en su jaula.
La Calzada de Oropesa (Toledo).
(c) Ángel Martín Rodríguez.

Tras el destete, los gazapos pasarán a jaulas colectivas donde permanecerán hasta el momento de su comercialización o sacrificio que se realiza en el sistema intensivo a los 70 días de vida pudiendo alargarse esta cifra en los sistemas tradicionales y granjas familiares hasta que sea necesario.
Durante ese periodo, los conejillos se alimentarán de pienso, grano, forrajes desecados...

Conejillos alimentándose de pienso.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu
(c) Can Malacosta.

La nueva cubrición o inseminación se realiza 45 días después del parto en el sistema tradicional y el día posterior al parto en el sistema intensivo. Existen diversos sistemas intermedios en los que este proceso se realiza entre los 4-5 y los 21 días tras el parto. Todo dependerá de los intereses del ganadero o cunicultor.
Consecuentemente, el intervalo de partos varía entre los 76 días del sistema tradicional y los 32 del sistema intensivo con los tipos intermedios indicados anteriormente.
En caso de realizar monta natural deberá llevarse la hembra a la jaula del macho y nunca hacer lo contrario pues la coneja sentiría que el macho invade su territorio y defendería enérgicamente a sus crías.

Pareja de conejos.
La Calzada de Oropesa (Toledo).
(c) Ángel Martín Rodríguez.

Dependiendo del sistema llevado a cabo, una coneja podrá parir entre 4 y 5 veces al año en el sistema tradicional y hasta 12 veces en el sistema intensivo. Actualmente, y teniendo en cuenta el bienestar animal de los animales, se tiende a seguir sistemas menos intensivos cubriendo o inseminando a los conejas entre los 9 y los 21 días tras el parto para que, tras los consabidos 31 días de gestación, el nuevo parto se produzca entre los 40 y los 52 días tras el parto anterior. De esa forma, y destetando a los gazapos con 28 días, la coneja podrá descansar entre 12 y 24 días.

Coneja en su jaula.
La Calzada de Oropesa (Toledo).
(c) Ángel Martín Rodríguez.

Con un buen manejo, las conejas pueden parir entre 10 y 14 veces seguidas si bien en el caso del sistema intensivo es frecuente que sufran diversos problemas de salud y que tengan que ser retiradas y sacrificadas mucho antes por lo que se reduce la rentabilidad de la explotación al tener que criar numerosas hembras para reposición.

Coneja con sus conejillos.
El Barco de Ávila (Ávila).
(c) Carlos Sánchez Burdiel.

CONCLUSIONES FINALES.
La cunicultura o cría de conejos es una actividad verdaderamente interesante tanto desde el punto de vista industrial como familiar debido a la grandes cualidades reproductivas del conejo y a su fácil mantenimiento.
Tradicionalmente, la cría de conejos fue muy habitual en el medio rural español siendo una forma muy habitual de consumir carne de calidad con poco trabajo y gastos nulos.

Conejillos.
La Calzada de Oropesa (Toledo).
(c) Ángel Martín Rodríguez.

Además de ser una especie fácil de criar, es un animal "muy nuestro" por ser plenamente autóctono de la península Ibérica. De hecho, contamos con dos razas autóctonas oficialmente reconocidas: el Antiguo Conejo Pardo Español, muy similar al conejo silvestre pero ligeramente más grande y prolífico y el Conejo Gigante de España, conejo de gran tamaño y realmente majestuoso que recuerda al anterior pero que es mucho mayor. Ambas razas producen carne de gran calidad.

Antiguo Conejo Pardo Español.
El Barco de Ávila (Ávila).
(c) Carlos Sánchez Burdiel.

Contamos con al menos una raza más que está descrita pero no reconocida oficialmente. Se trata del Conill Pàges d´Eivissa, raza de tipo ligero y bonito pelaje manchado criada desde tiempo inmemorial es las casas ibicencas.

Coneja con sus crías.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu
(c) Can Malacosta.

En vista de todo lo anterior, animamos a los lectores a consumir carne de conejo e incluso a criar sus propios conejos. Con un par de hembras y un macho y siguiendo el sistema tradicional de cría realizando las conejas 4-5 partos al año, se dispondrá de suficiente carne de conejo para el consumo familiar disfrutando así de un auténtico manjar.
Para que nos hagamos una idea y poniendo lo que decimos en cifras, unas coneja puede parir entre 6 y 10 crías por parto por lo que puede producir, en sistema tradicional y si hay suerte, de 24 a 50 crías que con poco más de 2 meses de vida estarán listas para su sacrificio con unos 2 kilos de peso. Teniendo 2 conejas, esta cifra se duplica. 
¿Resultado? Una despensa viviente gracias a nuestras conejas.

Conejos.
Alburquerque (Badajoz).
(c) Abel Pache Gómez.

NOTA FINAL DEL AUTOR.
Hace bastante tiempo se publicó en este mismo blog el artículo titulado EL CONEJO: EL GRAN OLVIDADO DE CORRALES Y COCINAS cuya lectura se recomienda a aquellos lectores que quieran conocer más detalles sobre este animal doméstico.

Antiguo Conejo Pardo Español.
El Barco de Ávila (Ávila).
(c) Carlos Sánchez Burdiel.

Dedicatoria:
A los cunicultores Marc Ferrer Subirana (Can Malacosta), Carlos Sánchez Burdiel, Ángel Martín Rodríguez, Beatriz Fernández Domínguez y Abel Pache Gómez por su inestimable colaboración a la hora de realizar este artículo.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.

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