lunes, 25 de abril de 2022

LAS BERENGAS Y LOS BERRENGONES

La ganadería caprina ha tenido una gran importancia durante siglos e incluso podríamos decir que milenios en la Sierra de Gredos, especialmente en la abrupta vertiente sur tanto en la provincia de Ávila como en la de Cáceres.
Sin duda alguna, los primeros pobladores fueron cabreros trashumantes que subían a las zonas altas buscando los frescos pastos estivales para sus ganados.
Con el tiempo, se hicieron sedentarios y tuvieron que construir sencillas edificaciones que les sirviesen de albergue tanto a ellos como a sus animales.
Entre las construcciones destinadas a albergar el ganado, destacan las berengas y los berengones.

Berenga en Braguilla Cimera.
El Raso, Candeleda (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Estamos ante rústicas edificaciones construidas con materiales del entorno pero absolutamente funcionales y, que aún hoy en día, pueden cumplir perfectamente su objetivo que es mantener a las cabras encerradas durante la noche y protegerlas de la lluvia y de los depredadores.
Las cabras soportan muy bien el frío y las heladas pero detestan el viento y la lluvia por lo que estas edificaciones eran un refugio ideal para ellas.

Berengón de Las Majaíllas.
Finca "Pedro Gómez".
Madrigal de la Vera (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Analizaremos cada tipo de edificación pues presentan algunas diferencias notables.
Antes de proseguir, es preciso aclarar la terminología usada en este artículo para designar a las edificaciones que vamos a tratar.
A menudo se utilizan los términos berenga y berengón para hablar de dos tipos de edificaciones que tienen en común la cubierta vegetal. Estos términos son muy utilizados en el Valle del Bajo Tiétar abulense (Guisando, Arenas, Candeleda y el Raso) y en la Vera Alta cacereña (Madrigal y Villanueva).
Nosotros hemos optado por la siguiente división:
- Berenga: Cubierta sencilla a un agua que vierta hacia el exterior del corral.
- Berengón: Cubierta a dos aguas con una viga central.

Detalle de un berengón.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

En el resto de La Vera, en poblaciones como Losar de la Vera o Aldeanueva de la Vera así como en el Valle del Jerte, nos encontramos con términos como "chozones" o "majales".
El término "majal", nosotros preferimos reservarlo para designar corrales de piedra sin ningún tipo de cubierta mientras que el término "chozón" se emplearían para berengones de cubierta entera o prácticamente vegetal  aunque es un término que pueden generar cierta confusión con edificaciones de otras regiones españolas.

Chozón en Las Covachuelas.
Losar de la Vera (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Construcciones semejantes para encerrar al ganado encontramos en puntos tan dispares de la geografía española como Soria o Zamora.

Pasemos ya a describir cada tipo de construcción. 

1. BERENGA.
La berenga es un corral amplio de forma circular u ovalada, rara vez cuadrangular que tiene todo su perímetro interior o al menos una gran parte cubierta, dejando un amplio patio central descubierto.


Arriba: Vista exterior de la berenga.
Abajo: Interior de la berenga.
Braguilla Cimera.
El Raso, Candeleda (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

La cubierta está formada por una estructura de madera que consta de vigas en la parte interior del corral apoyadas sobre pilares de madera. Sobre esta viga se apoyan los tablones (también denominados rajones o rachones) que por su parte opuesta se apoya en un grueso muro de piedra de escasa altura.
La estructura debe tener bastante pendiente para evacuar correctamente el agua hacia el exterior del corral.
Sobre los tablones se coloca una gruesa capa de materia vegetal que puede ser escoba (Cytisus scoparius) o piorno serrano (Cytisus balansae) siendo más duradero el segundo.
Sobre las cubierta, en la parte de los vientos dominantes, se colocan grandes piedras para que la escoba o el piorno no se vuelen.

Vista exterior de la berenga y detalles de la cubierta.
Braguilla Cimera.
El Raso, Candeleda (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

El corral tiene una o dos entradas que permiten el acceso del ganado y que se cierran durante la noche con puertas de tablas.
El suelo se enlancha o enlosa con grandes lanchas o losas de piedra que permiten a las cabras dormir sobre suelo seco.

Detalle del suelo de una berenga.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Para evacuar el agua de la lluvia que cae en el interior del corral o patio descubierto así como para sacar el estiércol cuando es necesario, se construye en la parte baja del muro un hueco o canaleta que se cierra con unas tablas.

Canaleta o desagüe de la berenga.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Para evitar la acumulación de agua, las berengas se construían en zonas de cierta pendiente y siempre al amparo de algún cerro para evitar los vientos dominantes.

Berenga de Braguilla Cimera.
El Raso, Candeleda (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Ocasionalmente, algunas berengas eran sumamente rudimentarias por ocuparse sólo durante los meses veraniegos, llegando en algunos caso a no tener cubierta de escobas, sirviendo para mantener al ganado controlado durante la noche.

Berenga de tipo sencillo en Aldeanueva de la Vera (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Aunque las berengas eran esencialmente para alojar a las cabras, podían construirse en su interior clavando tablas entre los pilares, pequeños apartados para encerrar otros animales como los burros e incluso para mantener separadas a algunas cabras más delicadas.

Apartado en un lateral de la berenga.
Las Covachuelas.
Losar de la Vera (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.


2. BERENGONES.
Se trata de edificaciones bastante más complejas, que se construían generalmente en las zonas donde el ganado pasaba gran parte del año aunque en ocasiones también se encontraban en los pastizales de altura.
La principal diferencia con las berengas es la cubierta a dos aguas. A partir de ahí, su tipología puede variar ampliamente, desde un sencillo cobertizo a un corral de grandes dimensiones semejante a los grandes corrales de berenga.

Berengón de Las Majaíllas.
Finca "Pedro Gómez".
Madrigal de la Vera (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

2.1. BERENGONES SIMPLES.
Se trata de edificaciones de reducidas dimensiones para un pequeño número de cabras o un animal mayor como puede ser el burro.
Presenta planta rectangular con paredes de piedra en tres de sus lados, permaneciendo abierto por el otro.
La cubierta consta de una viga central sujetada o no por pilares de madera dependiendo de las dimensiones del berengón, sobre la que se apoyan los tablones que apoyan por su lado opuesto en las paredes o bien en la pared y en una viga frontal sujetada por algún pilar de madera.

Berengón simple.
La Vega del Barbellido.
Guisando (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.


2.2. BERENGONES COMPLEJOS.
Se trata de edificaciones bastante sofisticadas. Suelen presentar forma circular u ovalada con un amplio corral central alrededor del cual se dispone la parte cubierta que consta de dos muros de piedra seca y una viga central sujetada por pilares de madera.
Sobre las paredes y la viga, se apoyan los tablones que posteriormente se cubren con la escoba o el piorno.
Para proteger las escobas del viento, se colocan piedras y palos sobre ellas.

Interior de un berengón.
Las Majaíllas.
Finca "Pedro Gómez".
Madrigal de la Vera (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

En la pared o muro que da hacia el interior del corral, se abren huecos cada cierto trecho para permitir la libre salida y entrada de las cabras, así como la entrada de luz y aire para ventilar el interior. 

Detalle del corral interior y puertas de acceso.
Berengón de Las Majaíllas.
Finca "Pedro Gómez".
Madrigal de la Vera (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.


En los berengones, las cabras estaban mucho más protegidas de las inclemencias meteorológicas que en las berengas, por lo que podían pasar sin problemas los lluviosos otoños y primaveras del sur de Gredos, saliendo al corral central en las noches más cálidas.
Durante la época de la paridera, los cabritos se quedaban encerrados en el berengón mientras las cabras estaban en el campo, permaneciendo así a salvo de los depredadores. Normalmente, se construía un apartado denominado "chivero" para tener a todos los cabritos encerrados y controlados allí.

Detalle del interior del berengón.
Las Majaíllas.
Finca "Pedro Gómez".
Madrigal de la Vera (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Los berengones, solían construirse también en zonas de cierto declive para facilitar la salida del agua. A menudo, se construía en el corral una tramo de berengón más simple sin pared interior y se aprovechaba para ubicar la canaleta de dasagüe.

Canaleta o desagüe del berengón.
Las Majaíllas.
Finca "Pedro Gómez".
Madrigal de la Vera (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Ocasionalmente, aparecían tipos mixtos con un berengón en la parte más alta de la ladera y berenga alrededor de todo el corral.

Extraordinario ejemplo del tipo mixto.
Finca "La Regaera".
 Madrigal de la Vera (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

2.3. BERENGONES VEGETALES O CHOZONES.
Se trata de un tipo muy particular de berengón que está construido casi por completo con materiales vegetales, es decir, madera y escoba o piorno. Cuenta únicamente con un muro de piedra muy bajo para apoyar los tablones y que no estén en contacto con el suelo.
A diferenciar de los otros berengones, sólo tiene una viga central sujetada por poster de madera.

Berengón vegetal o chozón.
El Matón.
Tornavacas (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

3. EDIFICACIONES ASOCIADAS.
Berengas y berengones, no aparecían asilados en el monte. Al ser edificaciones para encerrar las cabras, aparecen junto a ellos las chozas de los cabreros, queseras,  las zahúrdas o cochineras para los cerdos, el gallinero....
Se trata siempre de edificaciones con muro de piedra y cubierta vegetal aunque pueden aparecer algunos edificios con cubierta de piedra y tierra.

3.1. CHOZAS o CHOZOS.
Sirven de morada al cabrero y a su familia.
Son construcciones circulares con un muro de piedra seca de 1-1,5 metros de altura y 0,5-0,75 m de grosor que presenta un único vano al exterior que sirve de puerta de acceso. 
Las piedras se colocan encajándolas unas con otras sin utilizar argamasa de ningún tipo. Esta técnica, que requiere grandes conocimientos, prácticamente no ha cambiado durante miles de años.

Detalle del muro ya semiderruido de una choza.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Sobre el muro, se colocan palos y tablones (rajones, rachones) formando una estructura cónica. 
Sobre esta estructura se van colocando capas de materia vegetal que puede ser escoba o piorno.
A menudo, en la parte superior o "corono" se coloca una capa de helecho y una gran piedra para evitar que entre agua y que se vuelen las escobas.

Estructura de madera y colocación de la capa de escobas.
Choza de Las Beceas.
Tornavacas (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Las dimensiones eran muy variables, desde pequeñas chozas con un diámetro interior de unos 2 metros y que solían ser más bien refugios temporales a otras que podían rondar los 5 metros. Dependiendo del diámetro, la cubierta adquirían también diferentes proporciones e inclinaciones.

Chozas de Las Covachuelas.
Losar de la Vera (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Delante de la choza solía construirse un pequeño cercado conocido como "estanza" o "rancho" que evitaba la entrada de animales y en el que se permanecía cuando estaba buen tiempo, utilizando el interior de la choza sólo para dormir.
Cuando el tiempo estaba malo, los cabreros vivían dentro del chozo.

Choza de El Melocotón.
Una de las últimas en estar habitadas en la Sierra de Gredos.
Sierra de Tornavacas (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

3.2. CASILLAS O CHOZOS RECTANGULARES.
Se suele admitir que este tipo de construcción surge en una etapa posterior a las chozas circulares por requerir unos mayores conocimientos de arquitectura a la hora de construir las esquinas.
Se trata de edificios de planta rectangular con muros de piedra seca y cubierta a dos aguas formada por una estructura de madera con una viga central sobre la que apoyan los tablones que luego se cubren con escobas o piornos.

Choza (delante) y Casilla (detrás).
Braguilla Cimera.
El Raso, Candeleda (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Estas casillas, conocidas como chozos, en algunos pueblos como Guijo de Santa Bárbara (Cáceres) para diferenciarlas de las chozas redondas, eran utilizadas como vivienda o almacén, e incluso para encerrar animales si eran de grandes dimensiones. Algunas de estas casilla contaban con divisiones internas de tabiques de madera para separar diversos espacios.
Uno de estos chozos, conocido como "Chozo de tía Juana", situado dentro del casco urbano de Guijo de Santa Bárbara (Cáceres) estuvo habitado de forma permanente por una familia hasta la segunda mitad del siglo XX. Lamentablemente, esta edificación ya no se conserva.

Berenga, Choza y Casilla.
Braguilla Cimera.
El Raso, Candeleda (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

3.3. QUESERAS.
Se trata de pequeñas chocitas construidas cerca del agua o sobre el mismo curso de un pequeño arroyo en las que se elaboraba y conservaba el queso para que se mantuviese fresco hasta la venta.

Quesera en Braguilla Cimera.
El Raso, Candeleda (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

3.4 ZAHÚRDA.
Son pequeñas construcciones para los cerdos. Suele ser una pequeña choza cuya cubierta puede ser vegetal o de piedra y tierra.
Cuentan con un pequeño corral descubierto.

Zahúrda de Las Majaíllas.
Finca "Pedro Gómez".
Madrigal de la Vera (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

3.5. GALLINERO.
Pequeña choza para las gallinas. Podía ser enteramente vegetal con palos y cubierta de escobas o bien tener un pequeño muro de piedra como chozas y zahúrdas. Tenía una pequeña puerta para poder coger los huevos puestos por las gallinas y un agujero que permitía la entrada y salida de las gallinas sin necesidad de tener la puerta abierta.

Gallinero de Las Majaíllas.
Finca "Pedro Gómez".
Madrigal de la Vera (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

3.6. CONSTRUCCIONES ENTERAMENTE DE PIEDRA.
Asociadas a las berengas y berengones aparecen a veces pequeñas construcciones de piedra como hornos para cocer el pan, gallineros, zahúrdas...
Su construcción difiere un poco de las de todas las construcciones anteriores pues, aunque cuenta con un muro de piedra, la cubierta no es de materiales vegetales sino de piedras colocadas para formar el techo, pudiendo dar lugar a una cúpula o falsa bóveda en los edificios circulares.
Estas construcciones, las estudiaremos detalladamente en otro artículo.

Horno para cocer el pan.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

ORIGEN, HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE BERENGAS Y BERENGONES.

Inicialmente, lo más probable es que los primeros ganaderos trashumantes que llegaron a estas montañas hace miles de años, construyesen pequeños y rudimentarios chozos enteramente vegetales.
El ganado permanecería al raso, durmiendo en los alrededores del chozo.

Choza vegetal.
El Tiemblo (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

En una etapa posterior, construirían chozas con muro de piedra para que fuesen más duraderas. Estas chozas serían ya similares a las actuales y puede que se comenzasen a construir hace varios milenios.
Al construirse fácilmente y con materiales del entorno y viendo que eran un buen refugio para los meses veraniegos, la técnica constructiva no se modificó.

Choza de El Postuero.
Navalperal de Tormes (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Para mantener al ganado más controlado, comenzaron a construirse cerca de las chozas corrales con paredes de piedra de escasa altura que son conocidos como "majales".
Durante los meses veraniegos, en los que no suele llover o sólo de manera esporádica, las cabras no precisaban ningún tipo de refugio, por lo que estos majales cumplían perfectamente su función.

Choza y majales de Majacimera.
Sierra de Tornavacas (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Poco a poco, los cabreros se fueron volviendo más sedentarios y ya tuvieron que construir un albergue para proteger a las cabras de las lluvias de otoño y primavera. Es en ese momento cuando aparecen las berengas.
Lamentablemente, es imposible saber cuándo fue esto.

Berenga en Aldeanueva de la Vera (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Sin embargo, en algún momento, los cabreros decidieron que no era necesario realizar largos desplazamientos puesto que la nieve cubría sólo las zonas altas, mientras que en las zonas medias, había suficiente pasto para que las cabras se alimentasen en invierno.
Pero las constantes lluvias y vendavales, obligaron a buscar una solución para resguardar a las cabras y sobre todo a los chivos o cabritos recién nacidos. Surgen así los berengones.

Berengón de Las Covachuelas .
Losar de la Vera.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Los berengones se fueron sofisticando y dieron lugar en algunos pueblos de la zona a los denominados corrales con planta baja para alojar al ganado y desván bajo la cubierta para almacenar el heno y la paja para alimentar a los animales en invierno e incluso para servir de refugio eventual al ganadero.
Hoy en día, en la Sierra de Gredos, sólo encontramos estos corrales en la localidad abulense de Navalosa.

Corral de Navalosa (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Con la aparición de las tejas, muchos berengones de las zonas más accesibles, se transformaron en majadas techadas como las que se han conservado hasta nuestros días.
Sin embargo, la prueba de que estas majadas o corrales, como también son conocidos, fueron de cubierta vegetal, la encontramos en Guijo de Santa Bárbara (Cáceres), donde los más viejos del lugar se siguen refiriendo a los corrales como "enramadas" en alusión a que en otro tiempo estaban cubiertas por ramas.

Cabras junto a una majada o corral de tejas.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

El último paso en la evolución han sido las modernas naves de ladrillo o bloques de hormigón y tejado de tejas o techo de chapa metálica que quedan ya totalmente fuera de este estudio.

Majada de bloques y teja y estrcutura metálica y chapa.
El Raso, Candeleda (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.


ESTADO ACTUAL Y CONSERVACIÓN.
La berengas y berengones prácticamente han caído en desuso. En primer lugar, cada vez hay menos cabras y permanecen en las zonas medias y bajas de la sierra.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que las berengas y los berengones requieren un gran mantenimiento para que no se deterioren y el manejo del ganado es complicado en este tipo de construcciones al no poder utilizar maquinaria de ningún tipo.

Cabras de raza Guisandera en el que posiblemente haya sido uno de los últimos berengones en uso.
La Lancha.
Guisando (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Actualmente, conscientes del valor tan importante de estas construcciones desde el punto de vista histórico y cultural, varias berengas y berengones así como las construcciones asociadas a ellos, han sido restaurados por iniciativa pública y privada.
Este es por ejemplo el caso del bellísimo conjunto de Braguilla Cimera, en el Raso, Candeleda (Ávila), situado a corta distancia del Castro Vettón del Collado del Freíllo o "Castro celta del Raso" como es conocido por los naturales.

Conjunto de Braguilla Cimera, Bragacimera o La Braguilla.
El Raso, Candeleda (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

En este enclave, encontramos una magnífica berenga, varios chozos, casillas y otras edificaciones.
Hace unos años el maestro, fotógrafo e investigador Alonso de la Calle Hidalgo, de Guijo de Santa Bárbara (Cáceres), realizó un interesante reportaje fotográfico en Braguilla Cimera. 
Con las cabras de Jaime Garro y con la colaboración de Silvestre de la Calle García, autor de este texto, se realizó una recreación histórica de la vida de los cabreros.



Distintas imágenes del reportaje fotográfico mencionado.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

En fincas particulares de la provincia de Cáceres, se han reconstruido también algunas berengas y berengones como por ejemplo en el paraje de Las Majaíllas y en el paraje de La Palanca, ambos en Madrigal de La Vera.


Arriba: Berengón de Las Majaíllas.
Abajo: Berenga y berengón de La Palanca.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Las berengas y berengones se extienden actualmente por toda la vertiente sur de la Sierra de Gredos desde Guisando (Ávila) al Valle del Jerte (Cáceres), si bien en épocas pasadas estas construcciones debieron ser frecuentes en ambas vertientes.
Encontramos buenos ejemplos de estas construcciones en Candeleda y el Raso, Madrigal de La Vera, Losar de la Vera (donde son conocidos como bardos o corrales de barda(), Aldeanueva de La Vera o Tornavacas, donde los berengones son conocidos como chozones.

Cabrero con la indumentaria tradicional junto a una berenga.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo. 

Estas edificaciones ancestrales forman parte de nuestro patrimonio histórico y cultural y deben ser preservadas para las generaciones futuras.
Ejemplos como los ya citados de berengas y berengones reconstruidos en algunas fincas y pueblos de la zona, deben servir tanto a los propietarios de estas edificaciones como a la Administración para proteger estas edificaciones ganaderas.

Recreación de la vida del cabrero en Braguilla Cimera.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.

Enlaces de interés.
Artículos de este blog relacionados con las cubiertas vegetales.

- Las chozas de Gredos:

- Los corrales de Navalosa:













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