EL CABALLO SEMENTAL
Para la reproducción de cualquier especie ganadera se necesitan dos elementos fundamentales cuya suma da lugar a una nueva vida.
Por un lado se necesitan hembras adultas que hayan alcanzado la madurez sexual y por otro se necesitan machos de la misma condición.
En el caso del ganado equino caballar, tan importantes son las yeguas como EL CABALLO SEMENTAL.
DENOMINACIÓN.
El caballo es una de esas especies en las que el macho y la hembra tienen nombres propios sin que sea el masculino o femenino del otro respectivamente.
Encontramos ejemplos similares en el toro y la vaca, el carnero y la oveja, el macho cabrío y la cabra....
En el caso de esta especie llamamos CABALLO al macho adulto y YEGUA a la hembra adulta.
Caballo, yeguas y potrillo.
Puerto de Sejos (Cantabria)
(c) Raquel Cayón Campuzano.
La palabra CABALLO puede utilizarse para denominar a todos los machos adultos de la especie pero suele reservarse para aquellos ejemplares utilizados como montura, tiro o trabajo agrícola.
Los caballos de montura pueden o no castrarse mientras que los utilizados para el trabajo son siempre sometidos a la castración para hacerlos más dóciles y facilitar así su manejo.
La palabra SEMENTAL se puede utilizar para designar al macho reproductor de cualquier especie aunque suele utilizarse para referirse al caballo. Se puede utilizar también la denominación de CABALLO SEMENTAL para facilitar la identificación.
No deben confundirse los términos SEMENTAL y GARAÑÓN pues el primero se refiere siempre al caballo y el segundo es utilizado para referirse al asno o burro adulto utilizado para la reproducción, utilizándose la expresión BURRA GARAÑONA para referirse a aquella destinada a la producción de garañones.
DE POTRILLO A SEMENTAL.
Los caballos son animales bastante longevos y que tardan algo más que otras especies ganaderas en alcanzar el desarrollo biológico y sexual.
Veremos a continuación el proceso que sigue la cría, potrillo o potro desde su nacimiento hasta que se convierte en un soberbio semental.
Las yeguas son animales poliéstricos de días largos lo que significa que entran en celo cuando los días son sensiblemente más largos (febrero-marzo) y su actividad sexual comienza a decrecer conforme aquellos se van acortando (julio-agosto).
Se da la circunstancia, que la gestación de las yeguas dura alrededor de 11 meses por lo que la época de partos o paridera y la de cubrición coinciden en el tiempo.
Yegua pariendo.
Ruente (Cantabria)
(c) Raquel Cayón Campuzano.
Las yeguas suelen parir de noche y el parto es sumamente rápido ya que es un momento en el que el animal es verdaderamente vulnerable ante el ataque de depredadores como el lobo.
Se da el caso de muchas yeguas que "se aguantan" y no paren hasta que se sienten seguras aunque si son conscientes de que no hay amenaza alguna parirán sin problemas a pleno día.
Yegua con su potrillo recién nacido.
Ruente (Cantabria)
(c) Raquel Cayón Campuzano.
A los pocos minutos de nacer, el potrillo ya se mantiene en pie y comienza a mamar el nutritivo calostro mientras que a las pocas horas ya es capaz de seguir a la yegua.
Potrillo mamando.
Ruente (Cantabria)
(c) Raquel Cayón Campuzano.
Yeguas y potrillos.
Ruente (Cantabria)
(c) Raquel Cayón Campuzano.
Pasado ese tiempo, los potrillos serán destetados. En el caso de las yeguas de aptitud cárnica, muchos potrillos serán vendidos directamente como lechales o pasarán por un periodo previo de cebo para luego ser destinados a la producción de carne.
En el caso de los ejemplares destinados a la reposición de efectivos o en el caso de los potros de yeguas de silla, serán recriados convenientemente.
Potros destetados.
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.
Los potros machos seleccionados como futuros sementales recibirán un manejo especial y esmerado.
Los potros alcanzan pronto la madurez sexual y aunque con 18-30 meses dependiendo de la raza, antes en las ligeras que en las pesadas, no es conveniente que cubran a las yeguas hasta que alcancen su pleno desarrollo hacia los 4 años de edad.
Durante este periodo, el ganadero deberá domar y amansar al futuro semental para facilitar su manejo cuando llegue el momento.
Es importante también valorar el crecimiento del animal, su morfología y, por encima de todo, el correcto desarrollo y disposición de los testículos.
Potro de dos años.
Ruente (Cantabria)
(c) Raquel Cayón Campuzano.
Cuando las yeguas cubiertas por el semental traigan al mundo las primeras crías del mismo, el ganadero valorará la facilidad de parto, el tamaño de las crías, su morfología, su velocidad de crecimiento y todos los parámetros que estime oportuno y, si son superados, el semental podrá desarrollar sus funciones durante muchos años.
MANEJO REPRODUCTIVO.
Dentro de las especies ganaderas, el manejo reproductivo del caballo es, sin lugar a dudas, el mejor conocido desde la más remota antigüedad pues de estos animales dependía el éxito de los ejércitos, por lo que los reyes y nobles prestaban especial cuidado a sus yeguas y sementales.
Hoy en día, se siguen realizando muchísimos estudios y prestando gran atención a la reproducción de este noble animal.
Los ganaderos que poseen semental propio, pueden dejarlo todo el año con las yeguas prestando especial atención a su alimentación durante las semanas previas a la época de paridera y cubriciones vigilando que esté fuerte y sano pero que no engorde en exceso.
En muchas yeguadas manejadas de forma extensiva e incluso en semilibertad, el semental permanece todo el año junto a las yeguas y los potrillos del año, expulsando a los machos jóvenes cuando alcanzan la madurez.
Semental con las yeguas y los potrillos.
Navalperal de Tormes (Ávila)
(c) Francisco Moreno Blanco.
Sin embargo, el semental será cauteloso y olfateará a las yeguas a cierta distancia estando atento a todos sus movimientos pues una yegua que no esté en celo, mostrará su rechazo amenazando con cocear al semental, inclinando las orejas hacia atrás e incluso mordiendo.
Semental tratando de cortejar a una yegua.
Navalperal de Tormes (Ávila).
(c) Francisco Moreno Blanco.
Cuando la yegua esté verdaderamente dispuesta a aceptar al semental, se quedará quieta ante su presencia y orinará para mostrar su estado, manteniendo la cola leventemente apartada.
En ese momento, el semental la cubrirá repitiendo la monta varias veces hasta que la yegua se lo permita.
Monta del semental a la yegua.
Ruente (Cantabria)
(c) Raquel Cayón Campuzano.
En la época de cubrición, incluso los dueños deben tener cuidado con los sementales ya que tienden a volverse muy agresivos cuando son manejados de forma extensiva.
Caballos peleando.
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.
Con el fin de llevar un control riguroso de la reproducción, algunos ganaderos prefieren mantener al semental en estabulación y llevar a las yeguas para que se cubran donde se encuentre el semental y nunca al contrario, puesto que las yeguas lo considerarían una amenaza.
Como las yeguas suelen haber parido pocos días antes de la nueva cubrición, en ocasiones es necesario inmovilizarlas para que el semental pueda cubrirlas sin peligro alguno.
David Campuzano con un semental.
Ruente (Cantabria)
(c) Raquel Cayón Campuzano.
Hoy en día, los ganaderos que no disponen de semental propio, pueden realizar la inseminación artificial de sus yeguas o bien optar por la solución tradicional y acudir a las paradas de sementales de propiedad estatal (Ejército) o particular con el fin de cubrir a sus yeguas del semental deseado satisfaciendo los gastos correspondientes por los servicios prestados por el animal.
En el pasado, era también muy común el asociacionismo entre varios ganaderos para comprar y mantener entre todos un semental.
Como en otras especies, el ganadero establecerá unos criterios productivos a la hora de cubrir o inseminar a sus yeguas en función de si pretenden producir ejemplares selectos para la reproducción, animales para la producción de carne, animales de silla...
Para ello, existen dos sistemas fundamentales.
Cría en pureza.
El semental y la yegua serán de la misma raza y, a ser posiblemente, debidamente seleccionados para conseguir la mejora y/o conservación de la raza en cuestión.
Esto es importante tanto en las razas selectas de gran efectivo como en las razas amenazadas.
El semental y la yegua serán de razas diferentes, pudiendo realizarse cruzamientos de dos tipos.
- Cruzamiento simple.
Se realiza cuando se quiere obtener un animal que combine las cualidades de las razas de sus progenitores o bien mejorar las cualidades de la raza o población a la que pertenece la yegua, utilizándose en ese caso sementales de razas concretas y seleccionadas que se denominan mejorantes.
Este tipo de cruzamiento se realiza tanto en razas de silla como en razas de trabajo o de carne.
La descendencia obtenida puede cruzarse con ejemplares del mismo cruce para obtener una nueva raza o bien no destinarse a la reproducción, pudiendo destinarse al matadero en el caso del ganado de carne.
Pueden incluso emplearse yeguas del conjunto mestizo, es decir, cruzadas, en cuyo caso la descendencia no se destinará a la reproducción.
- Cruzamiento por absorción.
Muy popular durante décadas e incluso siglos en España.
Se emplean sementales de razas seleccionadas que cubren a yeguas de otra raza o del conjunto mestizo. Los machos cruzados se castran o se destinan al sacrificio mientras que las hembras son recriadas como futuras reproductoras, cruzándose nuevamente con sementales de la misma raza que su padre, repitiendo el proceso durante varias generaciones hasta obtener una población similar a la raza paternal.
Así se obtuvo en España la famosa raza Hispano-Bretona, base de la cabaña equina caballar pesada española.
LA HIBRIDACIÓN.
Todos los équidos se hibridan entre sí.
La descendencia resultante de estos cruces es absolutamente estéril en el caso de los machos y teóricamente estéril en el caso de las hembras, aunque algunas pueden llegar a ovular, quedarse preñadas y parir, aunque es algo sumamente raro.
Los caballos y yeguas pueden cruzarse con diversas especies como burros o cebras.
El híbrido equino más conocido es el mulo o mula, nacido de la unión de un burro y una yegua mientras que en el caso contrario, es decir cuando se unen un caballo y una yegua, nace un burdégano.
La producción de estos últimos animales, es actualmente meramente anecdótica y siempre fue menor que la de mulos debido a que los sementales son reacios a cubrir a las burras.
A MODO DE EPÍLOGO.
La imagen del semental en el campo rodeado de las yeguas y potrillos es realmente espectacular.
Es el rey y señor de la manada pues, aunque la yegua más vieja es "la que manda", el semental con su altivo porte sobresale sobre el resto de integrantes de la manada a la que defenderá de otros sementales y de cualquier animal o persona que considere como una amenaza, desde el lobo a toda persona distinta a su dueño.
Las yeguas y el semental.
Tornavacas (Cáceres)
(c) Jesús Lucas Sánchez.
Pero los sementales reconocen perfectamente a su dueño y, aunque en época de celo pueden mostrarse como animales ariscos, celosos y territoriales, durante el resto del año son dóciles y manejables acudiendo a la llamada del ganadero sabiendo que le dará alguna golosina como un trozo de pan, algo de grano o un poco de sal puesto que el ganadero es consciente que para que su explotación funcione adecuadamente es fundamental la labor de EL CABALLO SEMENTAL.
NOTA FINAL DEL AUTOR.
Quiero dar las gracias a todos los ganaderos y fotógrafos que han hecho posible la realización de este artículo.
Existe mucha bibliografía sobre la reproducción del ganado caballar aunque yo os recomiendo acudir, como he hecho yo mismo, al libro RAZAS GANADERAS ESPAÑOLAS CABALLARES escrito por Antonio Sánchez Belda y perteneciente a la colección FEAGAS.
Caballos pastando.
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.
Pero muchas veces hay cosas que no están en los libros y los mayores conocedores de los caballos, las yeguas, los sementales...son los ganaderos que día a día y generación tras generación están cuidando y seleccionando estos nobles animales que no son mantenidos por capricho sino como una fuente de ingresos principal o complementaria de otros tipos de ganado o actividades económicas.
Semental.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.
Imposible sería mencionar a todos los ganaderos que han aportado sus conocimientos y vivencias para realizar este artículo pero no puedo dejar de mencionar a la familia CAYÓN CAMPUZANO de Ruente (Cantabria) que llevan años colaborando cuando se publica en el blog algún artículo de caballos.
Esta familia lleva varias décadas criando ganado equino de aptitud cárnica en los puertos cántabros siendo hoy en día propietarios de una excelente cabaña de ganado equino de raza Hispano-Bretona.
A la saga de los CAMPUZANO pertenece David, entusiasta ganadero que selecciona y mantiene excelentes yeguas de raza Hispano-Bretona, raza en peligro de extinción debido a que, como otros caballos ibéricos, perdió interés como animal de trabajo y raza mulatera aunque en el pasado se está recuperando gracias al interés de la producción de carne de potro. No obstante, el lobo frena la expansión de la raza en la cornisa Cantábrica.
David Campuzano con sus yeguas.
ESPERANZA (Cuca) CAMPUZANO es la responsable del Libro Genealógico de la raza Hispano-Bretona y una de las mayores conocedoras de la misma, luchando por dar a conocer esta importante población caballar española.
Y una de las que más lucha por la raza Hispano-Bretona en Cantabria y que colabora activamente con EL CUADERNO DE SILVESTRE, es RAQUEL CAYÓN CAMPUZANO, ganadera y panderetera, que domina como pocos todo lo relacionado con la ganadería equina y el manejo de las yeguas y los sementales.
Y no puedo terminar sin mencionar a mi abuelo Juan García García (1927-2012) de quien aprendí mucho sobre burros, mulos y sobre todo yeguas pues mi abuelo fue uno de esos ganaderos y labradores que hasta el final de su vida laboral trabajó en el campo con la ayuda de su fiel yegua.
Mi abuelo Juan con su yegua cargada de tabaco.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
A todos ellos les doy las gracias terminando este artículo con una foto mía a lomos de Estrella, una de las últimas yeguas que tuvimos en casa.
Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico forestal.
Cronista oficial de la Villa de Guijo de Santa Bárbara.
ENLACES DE INTERÉS:
- LA PARIDERA DE LAS YEGUAS.
- EL CABALLO HISAPNO-BRETÓN.
- EL CABALLO EN LA SIERRA DE GREDOS.
Interesante artículo…, que lástima que cada vez haya menos equinos en nuestro medio rural, siempre han aportado un plus en nuestros pueblos!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias. La verdad es que cada vez hay menos equinos de trabajo pero aún quedan equinos de carne y silla y en ellos se basa este artículo.
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