lunes, 2 de mayo de 2022

LA SERRANA NEGRA

La Serrana Negra es una raza bovina autóctona de la zona norte del Sistema Ibérico. Recibe su nombre del asentamiento en zonas de serranía y del color de su capa.
Con un glorioso pasado como animal de trabajo, hoy es una raza de aptitud cárnica en grave peligro de extinción.

Vaca Serra Negra.
(c) Iván Ureta.

CARACTERÍSTICAS.
Perfil cefálico recto o ligeramente cóncavo, tamaño medio con frecuentes variantes positivas ligadas a las mejoras de manejo, sublongilínea, con poca masa y mucho hueso.
La capa es negra o negra peceña (con irisaciones rojizas) y orla blanca alrededor del hocico, considerándose que cuanto más blanca sea dicha orla, más puro será el animal. Los terneros nacen rojos para ir tomando poco a poco el color de los adultos.

Macho y hembra (detrás) de raza Serrana Negra.
(c) Iván Ureta.

Presenta un apreciable dimorfismo sexual siendo los toros más grandes, potentes y pesados que las vacas. Los cuernos son más cortos y gruesos.
La papada, aunque presente en ambos sexos, es más manifiesta en el macho.

Novillo de raza Serrana Negra.
(c) Iván Ureta.

El formato, variable según el sistema de explotación, varía entre los 138 cm de alzada y 500-550 kilogramos de las vacas y los 142 cm de alzada y 900-950 kilogramos de los machos, si bien estas medidas, especialmente el peso, son fácilmente superados por el ganado que recibe un buen manejo alimentario.
Los bueyes o machos castrados, presentan un aspecto variable en función del momento de la castración, llegando a ser animales realmente grandes.

Yunta de bueyes.
(c) Iván Ureta.

ORIGEN E HISTORIA.
La raza Serrana Negra es un fiel representante del Tronco Ibérico, siendo por ello una raza muy primitiva, siendo considerada por muchos autores como descendiente directo del Uro (Bos taurus primigenius), bovino salvaje de gran tamaño que habitó en un amplio territorio de Europa, Asia y el norte de África.

La Serrana Negra es una raza primitiva.
(c) Iván Ureta.

Prueba de su primitivismo, aparte de su morfología claramente ambiental, es el hecho de que los terneros nazcan de color rojizo. Esta característica, es una herencia del Uro.
Al nacer rojos, los terneros de Uro podían camuflarse fácilmente entre la maleza y el pasto permaneciendo a salvo de los depredadores. 
En muchas razas actuales de capa negra, los terneros nacen también negros, lo que denota su mayor evolución.

Vaca con ternero.
(c) Iván Ureta.

Durante siglos, los bovinos fueron utilizados como animales de trabajo tanto para realizar labores agrícolas de todo tipo como para el transporte carretero. Aunque para este último fin se utilizaban fundamentalmente bueyes o machos castrados, las poblaciones de bovinos del tronco Ibérico estaban en contacto constante.
Poco a poco, los bovinos serían desplazados por las mulas como animales de trabajo y quedaron acantonados en áreas concretas, dando lugar a diferentes poblaciones que poco a poco dieron lugar a razas diferenciadas como la Sayaguesa, la Caldelá, la Morucha o la Avileña. A esta última estuvo estrechamente vinculada la raza Serrana Negra llegando a ser consideradas una misma raza durante bastante tiempo hasta que a finales del siglo XX, se separaron de forma definitiva.

Vacas Serranas Negras.
(c) Iván Urueta.

La historia de la raza es absolutamente espectacular.
Antes de nada, debemos conocer las características de su área de origen, la Comarca de Pinares, comarca natural que abarca el suroeste de Burgos y el noreste de Soria.
Se trata de una zona eminentemente boscosa con extensos bosques de pino silvestre de propiedad comunal. Sus habitantes, vieron desde la Edad Media una gran riqueza en la madera de los pinares, dedicándose fundamentalmente a la explotación forestal, fabricando todo tipo de aperos de labranza que luego vendían en las ferias de la Meseta así como a la preparación de madera para construcción de edificios y para la industria naval.

Arrastrando madera.
(c) Iván Urueta.

Ya a finales del siglo XV, los carreteros de Burgos y Soria tenían una gran importancia dentro del sector transportista ibérico. Su colaboración durante el Sitio de Baza en 1489 fue decisiva durante la Guerra de Granada.
Para reconocer la labor llevada a cabo por los carreteros, los Reyes Católicos crearon en 1497 la Cabaña Real de Carreteros, Trajineros, Cabañiles y sus Derramas, poderosa organización que a semejanza del Honrado Concejo de la Mesta, defendía los derechos de los carreteros del Reino.

Yunta de bueyes.
(c) Iván Ureta.

En el Reino de Castilla, hubo tres grandes agrupaciones carreteras: la de la Serranía de Cuenca, la de la Sierra de Gredos (ver enlace al final) y la de Burgos-Soria.
Sin lugar a dudas, la de Burgos-Soria fue la más importante de todas, llegando en 1752 a contar con 1.506 carreteros, 5.965 carretas y 17.250 bueyes.
Estos carreteros, que comenzaron su actividad como dijimos antes vendiendo en las ferias castellanas los aperos de labranza y otros objetos que ellos mismos fabricaban, fueron poco a poco dedicándose al transporte de todo tipo de mercancías desde los puntos de producción a los de consumo como eran las ciudades castellanas o los puertos marítimos del Cantábrico.

La riqueza maderera fue decisiva para el comienzo de la floreciente actividad carretera.
(c) Iván Urueta.

El paulatino crecimiento poblacional de las ciudades castellanas a partir del siglo XVI, la floreciente actividad ganadera con la producción de la finísima lana merina que debía ser llevada a los puertos del Cantábrico y la construcción de catedrales y grandes edificios hizo que los bueyes y en menor medida las vacas, fuesen fundamentales para realizar dichas actividades.
Hasta la abolición de los privilegios de la Cabaña Real de Carreteros en 1836 y la posterior aparición del ferrocarril, el transporte carretero fue insustituible.
Sin embargo, de todo esto hablaremos en un artículo independiente.

Yunta de vacas.
(c) Iván Ureta.

Desaparecido el transporte carretero de largo recorrido, los bueyes fueron desapareciendo poco a poco y fueron sustituidos para el trabajo en las zonas cerealistas por las yuntas de mulas.
Sólo en algunas regiones quedaron algunas yuntas para el arrastre de madera en los pinares hasta la aparición de la maquinaria forestal.
Las yuntas de vacas, dedicadas secularmente a la crianza y a la realización de trabajos más ligeros, acabaron poco a poco por dejar de emplearse.

Cargando cereal en una carreta.
(c) Iván Ureta.

IMPORTANCIA Y EXTENSIÓN.
La raza Serrana Negra tiene una importancia incalculable como todas las razas autóctonas.
Para empezar, constituye una reserva genética de primer orden al encontrarnos ante una raza sumamente primitiva.
En segundo lugar hay que destacar su importancia histórica y cultural al haber sido durante siglos el motor animal de Castilla.

Vacas descansando junto al carro.
(c) Iván Ureta.

Hace unos años, la raza se distribuía fundamentalmente por la comarca de Pinares, entre Burgos y Soria. Por ello, en ocasiones, la raza ha sido denominada Pinariega, Soriana....
Al no utilizarse para el trabajo, fue objeto de numerosos cruzamientos indiscriminados para mejorar sus producciones de leche (Frisona y Parda) o de carne (Charolés y Limusín) quedando el censo de ejemplares puros reducido a unos cuantos centenares de reproductoras.
Actualmente, tan sólo quedan 568 ejemplares repartidos en 24 explotaciones. 

Pequeño lote de animales.
(c) Iván Ureta.

EXPLOTACIÓN Y MANEJO.
El sistema de explotación de la raza Serrana Negra es ampliamente extensivo, permaneciendo la mayor parte del año en los pastizales, donde su alimentación es complementada con forrajes y piensos cuando el campo no dispone de alimento.

Cuando el campo no dispone de alimento, el ganado es suplementado.
(c) Iván Ureta.

Aunque es una raza sobria, rústica y sumamente resistente a las inclemencias meteorológicas, durante los inviernos más crudos puede ser estabulada.

Novillo estabulado.
(c) Iván Ureta.

La reproducción se realiza mediante monta natural permaneciendo los toros con las vacas en los pastaderos o separándolos cuando se quiere controlar la paridera. En ocasiones, se recurre a la inseminación artificial.

Toro y vaca de raza Serrana Negra.
(c) Iván Ureta.

APTITUDES Y TIPOS DE PRODUCCIÓN.
De lo dicho hasta ahora, podemos ver que la Serrana Negra fue durante siglos un animal de trabajo. Los machos castrados o bueyes, se utilizaban fundamentalmente para el transporte carretero de largo recorrido así como para el arrastre de madera y las labores agrícolas.

Yunta de bueyes.
(c) Iván Ureta.

Las vacas se empleaban para las labores agrícolas, el arrastre de madera y el transporte de corto recorrido, compatibilizando siempre el trabajo con la crianza de los terneros.
Ocasionalmente, estas vacas eran sometidas a ordeño y con su leche extraordinariamente rica en grasa, se preparaba excelente mantequilla. De hecho, ese es el origen de la renombrada mantequilla de Soria.

Ordeñando una vaca Serrana.
(c) Iván Ureta.

La producción cárnica, antaño marginal, es hoy la aptitud principal de la raza Serrana Negra.
Tradicionalmente, los dos tipos comerciales eran la ternera y el vacuno mayor.
La ternera era carne de inmejorable calidad, procedente de hembras muy jóvenes sacrificadas con 2-3 meses de vida y alimentadas exclusivamente con leche materna. Todas las terneras que no podían recriarse como reproductoras, eran sacrificadas lo antes posible para poder utilizar a las madres en el trabajo.
Los terneros, sin embargo, eran todos recriados para castrarlos y utilizarlos como bueyes, salvo los de mayor calidad que eran reservados como sementales.
El vacuno mayor procedía de bueyes y vacas de desvieje. Era una carne dura y seca que se destinaba a la elaboración de embutidos y cecina.

Vaca con ternero
(c) Iván Ureta.

Actualmente, la producción de carne es mucho más importante, centrándose en el macho joven que tras ser destetado a los 5-7 meses, es sacrificado como ternero lechal o cebado para su comercialización como añojo. 
Existen diversos proyectos para comercializar también carne de buey.
La raza Serrana Negra cuenta con el logotipo RAZA AUTÓCTONA 100% para la comercialización de la carne de los individuos puros. 

Novillos.
(c) Iván Ureta.

SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS DE FUTURO.
Pese a que de todo lo dicho pudiera pensarse que el futuro de la raza es más negro que el color de su propia capa, una serie de entusiastas criadores y aficionados a la cultura rural, luchan por conservar la raza.

Yunta Serrana en Madrid.
(c) Iván Ureta.

La Asociación REAL CABAÑA DE CARRETEROS organiza diversas actividades a lo largo del año para dar a conocer esta singular raza y la cultura asociada a la misma.
Desde exhibiciones de arrastre de madera a rutas carreteriles de largo recorrido (Quintanar de la Sierra - Bilbao) o desde el transporte de piedra al transporte del pino o mayo para las fiestas de los pueblos, las vacas y bueyes Serranos siguen trabajando.

El mayo de Quintanar de la Sierra.
1 de mayo de 2022.
(c) Zacarías Izcara.

Pero para realizar tales trabajos, no se puede coger un bovino cerril (no domado) y uncirlo directamente, sino que requiere un largo proceso de doma y ha de estar en perfectas condiciones para trabajar, lo cual comienza por estar debidamente herrado con los "callos", unas herraduras especiales para los bueyes y vacas que, al tener la pezuña partida, no pueden ser herrados como los equinos.
Para este fin, existen en los pueblos carreteros los potros de herrar.

Buey en el potro.
(c) Zacarías Izcara. 

Estando en el potro, el buey o vaca es herrado con total facilidad y sin peligro alguno ni para el herrador ni para el animal. Antaño, en todos los pueblos había potros de herrar situados cerca de la fragua en la que se fabricaban los callos pues muchas veces, el herrero era también herrador.



Herrando un buey.
(c) Zacarías Izcara.

Ya herrado, el buey queda listo para trabajar durante unos días, siendo necesario cambiar los callos cuando están desgastados por el trabajo.
Los bueyes una vez domados, pese a su imponente tamaño, son animales sumamente dóciles y manejables, hasta el punto de poder ser manejados por un niño, lógicamente supervisado por un adulto.

Unciendo los bueyes.
(c) Zacarías Izcara.

Quienes aún siguen trabajando con los bueyes y vacas Serranos, lo hacen porque lo aprendieron de sus padres y abuelos y ahora les toca a ellos enseñárselo a sus hijos para conservar las tradiciones y la vieja raza de sus antepasados.
Es lo que hace Zacarías Izcara García con sus hijos Efrén, Cayo y Samuel Izcara Pérez.


(c) Zacarías Izcara. 

EPÍLOGO.
La intención de este artículo es dar a conocer una más de nuestras razas autóctonas. Sobre la Cabaña de Carreteros de Burgos y Soria escribiremos un artículo exclusivo otro día porque es un tema realmente amplio y apasionante, sobre el que se han escrito libros realmente extraordinarios y que os dejo en la bibliografía.
Quiero con este artículo rendir homenaje a todos aquellos viejos carreteros que con sus bueyes serranos recorrieron Castilla y también a los ganaderos, carreteros y defensores de la cultura rural que a día de hoy luchan por esta raza.

Yunta con carro de leña.
(c) Zacarías Izcara.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.

ENLACES DE INTERES:
Real Cabaña de Carreteros de Gredos:

Vídeo sobre la SERRANA NEGRA. Pastores de Iberia. Interesantísimo canal de YouTube:

Bibliografía:
- Cabaña Real de Carreteros (2011). En sierra viva. Los pueblos pinariegos burgaleses y sus montes.
- Palomar, J; y Merino, M (2010). Arrieros y carreteros.
- Sánchez Belda, A. (1984). Razas bovinas españolas.
- Sánchez Belda, A. (2002). Razas bovinas españolas.























2 comentarios:

  1. Excelente trabajo,cómo siempre,estaba viendo reflejadas ahí a mis vacas pasiegas,y me encantó ver al final que hay gente,y joven,implicada en su recuperación,y sus tradiciones,les ánimo a seguir,es nuestro patrimonio y no debemos perderlo no olvidarlo,y gracias a ti Silvestre por dar visibilidad a estas valiosas razas, impresionante historia de nuestra serrana negra.

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  2. Otra gozada de artículo Silvestre, y qué héroes los que mantienen éstas razas autóctonas

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