EL BURRO DE LOS QUINTOS
Con motivo del Carnaval, tienen lugar en muchos pueblos de España las populares fiestas de Los Quintos, jóvenes varones que, al alcanzar la mayoría de edad, marchaban del pueblo para realizar el Servicio Militar Obligatorio.
Antes de marcharse, los quintos solían hacer una cena con sus familiares y amigos con los productos que aportaban los vecinos del pueblo, generalmente huevos y chorizos, y que transportaban en cestas o cargaban sobre un burro debidamente aparejado y engalanado primorosamente.
Nos servirá de ejemplo para describir esta costumbre del burro de los quintos, el pueblecito extremeño de Guijo de Santa Bárbara, situado al noreste de la provincia de Cáceres y en el centro de la comarca de La Vera, en las estribaciones occidentales de la Sierra de Gredos.
La economía de este municipio ha girado siempre en torno a la ganadería complementada con la agricultura.
El burro era fundamental con animal de tiro, montura y carga siendo muy utilizado por la gente mayor y en aquellas casas en las que mujeres y niños tenían que trabajar a menudo con ellos, dado que eran animales más dóciles y manejables que los caballos y mulos.
También las familias con escasos recursos, mantenían con más facilidad a estos sobrios animales.
Pero ¿Para qué necesitan los quintos de Guijo de Santa Bárbara un burro en carnaval?
No vamos a describir pormenorizadamente la fiesta de los quintos porque ya lo hicimos en otro artículo o entrada de este mismo blog y que el lector que lo desee podrá leer pinchando en el enlace que encontrará al final del presente artículo.
Diego Leal Pobre, Abril Jiménez Pobre y David Jiménez Sánchez.
Quintos de 2023.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
En el presente artículo nos centraremos en el burro, que puede parecer poco importante pero que es un elemento fundamental para la correcta celebración del día de los quintos en Guijo de Santa Bárbara.
La presencia del burro el Día de los Quintos es, como ahora veremos, relativamente reciente pero no es un mero "elemento decorativo" en esta festividad sino que su utilización es imprescindible debido a diversos factores que iremos viendo.
El burro es debidamente preparado con su cabezón, aparejo o albarda y aguaderas, además de ser engalanado convenientemente por los quintos o por sus amigos y familiares.
Se le suele poner sobre la albarda, especialmente si está muy vieja, alguna manta de vivos colores mientras que el cabezón se adorna con cintas de tela de diversos colores o las cintas utilizadas para decorar el árbol de Navidad.
Además, porta el burro un sonoro cencerro de gran tamaño, a ser posible una de las zumbas que utilizan las vacas durante los recorridos trashumantes.
Con el burro debidamente preparado, los quintos salen desde la plaza de Los Corredores (Plaza del Ayuntamiento) para recorrer todo el pueblo pidiendo huevos y chorizos con los que después se organizará una cena o comida a la que asistirán todos los vecinos del pueblo.
Tradicionalmente, como solía haber 15 ó 20 quintos, no era necesario utilizar un burro para transportar todo lo recogido pues cada quinto llevaba una gran cesta y entre todos podían repartir el peso.
Sin embargo, hoy en día, lo normal es que sean menos de 5 quintos entre hombres y mujeres, por lo que es necesario llevar el burro.
Cada quinto lleva una cesta de mimbre en la que va recogiendo los huevos y chorizos que le da la gente y cuando la tiene llena, lo deposita todo en las aguaderas que lleva el burro sobre la albarda.
Antes de comenzar a cargar las cosas en el burro, es fundamental asegurarse que tanto el aparejo como las aguaderas están colocados convenientemente, debiendo estar el primero firmemente sujeto con la cincha y las aguaderas bien atadas. En caso contrario, la carga podría terminar volcando y teniendo en cuenta que se llevan sobre el burro muchas docenas de huevos, el lector puede imaginarse lo que eso supondría....
Cuando el burro va muy cargado, se descarga en casa de alguno de los quintos o de un familiar o directamente en un coche en determinados puntos ya que no todas las calles del pueblo son accesibles para los vehículos.
Los quintos van acompañados por sus familiares y amigos y por la ronda que con guitarras, bandurrias, laúdes, botellas, acordeones y otros instrumentos, van amenizando el recorrido tocando las jotas y rondeñas tradicionales.
Resuenan cantares como el siguiente:
Viva los quintos de hogaño
y los del año que viene,
viva su padre y su madre
y la novia si la tienen.
Precisamente este es otro de los factores fundamentales para que los quintos utilicen un burro en lugar de un caballo o un mulo, ya que estos últimos animales son más ariscos y pueden espantarse con facilidad ante el alboroto de la gente y la música.
De vez en cuando, generalmente al pasar por la casa de alguno de los quintos o los familiares, todos los acompañantes para un momento para degustar un vaso de gloria, licor elaborado con mosto de uva y aguardiente que se acompaña con las perrunillas, exquisito dulce típico.
Naturalmente, el burro recibe también alguna "golosina" como puede ser un trozo de pan.
Pacientemente, el burro recorre las calles transportando la valiosa carga de los quintos quienes, cuando el burro ha sido descargado en alguno de los puntos del recorrido, aprovechan para montarse en él y hacerse algunas fotos para el recuerdo, lo que hacen también en lugares señalados como la Era del Llano, antigua era en perfecto estado de conservación situada en la parte alta del pueblo y en la que muchos burros trillaron durante siglos las parvas de cebada.
Terminado el recorrido, el burro es llevado nuevamente a la cuadra o al prado de su dueño hasta el año próximo.
Esto no supone ningún tipo de maltrato para el animal ni nada por el estilo puesto que hace simplemente lo mismo que cualquier otro día del año transportando pequeñas cargas y llevando durante algún breve trayecto sobre su lomo a un chaval de 60 ó 70 kilos.
Con el burro en el prado.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
EL ENCARGADO DEL BURRO.
Al tener que ir llamando a las casas y para pedir los huevos y chorizos a los vecinos y siendo generalmente pocos quintos, algún amigo o familiar debe ir pendiente en todo momento del burro para guiarlo del ramal por las calles, controlarlo ante la presencia de coches, evitar que se espante y vigilar que la carga se va colocando adecuadamente, estando pendiente además de si el animal va excesivamente cargado, si necesita beber y otras muchas cosas.
Y, desde hace bastantes años, los quintos guijeños piden a Silvestre de la Calle García, autor de estas líneas que les acompañe y se encargue del burro.
Ahí estoy yo año tras año con mi blusón negro, mi boina y el berrendo (gruesa manta de lana de franjas de vivos colores utilizada por los cabreros para protegerse del frío y la lluvia), acompañando a los quintos y llevando al burro.
El autor con la burra de los Quintos. 2023.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
CONSERVAR LA TRADICIÓN DE LOS QUINTOS.
Para los jóvenes guijeños que cumplen la mayoría de edad, aunque ya no exista el Servicio Militar Obligatorio y sean hombres o mujeres, la tradición de los quintos tiene un significado muy especial y tanto ellos como sus familias, viven los días de Carnaval con gran emoción y alegría ya que en el pueblo se sigue teniendo esa antigua visión de que cuando alguien "pide el chorizo" deja de ser un niño para convertirse en un adulto.
Los Quintos y sus padres.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Pero todo el pueblo se vuelca en conservar esta tradición, desde los amigos y familiares de los quintos hasta todos los vecinos que dan huevos y chorizos a los quintos, sin olvidarse de las personas que trabajar para preparar la comida o la cena para todo el pueblo, los músicos que acompañan a los quintos o el propio Ayuntamiento.
Todos los guijeños, en la medida de nuestras posibilidades, luchamos por conservar nuestras tradiciones.
Una foto clásica.
Quintos, ronda y burro al lado de la casa de tío Lute "El Colilla".
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Este año, la celebración de los Quintos ha tenido para mi madre y para mí un carácter muy especial puesto que como Sacristanes de la Parroquia de Nuestra Señora del Socorro hemos disfrutado mucho viendo a Abril, Diego y David, niños a los que preparamos en su día para realizar la Primera Comunión, siendo ya quintos.
Pero es que además, David Jiménez Sánchez sigue muy vinculado a la Parroquia, siendo el organista de la misma.
Para nosotros ha sido muy especial ver como nuestro "niño" de la Parroquia se ha convertido en todo un adulto y es que si hay personas buenas en este mundo, pocas habrá mejores que David siempre dispuesto a ayudar y a estar ahí cuando más se le necesita.
Mi madre y yo con David.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Quiero terminar dedicando este artículo a Abril, Diego y David, dándoles las gracias por conservar esta tradición guijeña y por permitirme un año más ser el encargado de...
EL BURRO DE LOS QUINTOS.
El autor con David, Abril y Diego.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Enlace de interés:
- ENTRE GALLOS Y BURROS: LOS QUINTOS.
Comentarios
Publicar un comentario