NACIDOS ENTRE AZPIGORRIS
Al hablar de la ganadería en Euskadi nos viene a la mente la primitiva oveja Latxa, considerada por muchos como la raza más antigua de Europa. Pero la biodiversidad ganadera de Euskadi es realmente sorprendente contando con razas autóctonas de todas las especies desde los perros y las gallinas y ocas a caballos y asnos sin olvidarnos por supuesto de los cerdos, las ovejas, las vacas y por supuesto las cabras.
La cabra Azpigorri es autóctona del país Vasco y entre cabras de esta raza nacieron nuestros jovencísimos protagonistas de hoy: Oinatz Menoyo Ealo, Udane Menoyo Ealo (ambos de 7 años) y Elaia Seone Menoyo que apenas tiene 1 año.
Los padres de estos niños son de sobra conocidos por los lectores de EL CUADERNO DE SILVESTRE pues se trata de los hermanos Ibai Menoyo Aguirre (n.1984) y Enara Menoyo Aguirre (n.1988) quienes junto a Joritz Arbaiza Ganadutegia fueron protagonistas del artículo JÓVENES CABREROS DE EUSKADI que se publicó en este mismo blog (ver enlace al final).
Ibai y Enara son naturales de Arrigoriaga donde sigue viviendo Enara mientras que Ibai reside actualmente en Lemoa.
Ambos dirigen una explotación ganadera que se encuentra en la localidad de Zaratamo en la que cuentan con medio centenar de ejemplares de raza Azpigorri de inmejorable calidad.
La cabra Azpigorri se caracteriza por su perfil cefálico subcóncavo, formato medio a pequeño y proporciones medias o sublongilíneas.
Ambos sexos presentan cuernos en forma de arco con las puntas abiertas hacia afuera en los machos.
La coloración es negra con degradaciones rojizas en la cabeza, la parte inferior del tronco y las extremidades.
Manejada generalmente de forma extensiva para la producción de cabritos lechales de gran calidad y pudiendo ordeñarse en algunas ocasiones, se trata de una raza catalogada en peligro de extinción.
Para más información, consultar el artículo de este mismo blog dedicado a la raza (ver enlace al final).
Cabra Azpigorri.
(c) Familia Menoyo.
El 1 de enero de 2016 a las 00:09 vino al mundo Oinatz y a las 00:13 lo hacía Udane, siendo así los primeros niños nacidos ese año en la provincia de Bizkaia.
A día de hoy, con 7 añitos, son "dos guindillas" como cuenta alguien que les conoce a la perfección.
Cuando nacieron estos pequeños, su padre y su tía ya eran ganaderos y criadores de raza Azpigorri habiendo conseguido en 2015 el primer premio en las categorrías de mejor lote de cabras y mejor chivo en Garrastatxu. Según los propios Ibai y Enara, aquel fue el momento más especial de sus vidas.
Desde entonces, las cabras de estos hermanos han conseguido numerosos premios.
Elaia Seoane Menoyo vino al mundo el 28 de mayo de 2022. Tanto ella como sus primos pueden presumir diciendo que son niños NACIDOS ENTRE AZPIGORRIS a quienes sus padres les están inculcando el amor por esta raza caprina y la importancia que tiene defenderla y conservarla para que nunca desaparezca de los montes y caseríos de Euskadi.
Pese a su impresionante aspecto, las cabras Azpigorri son sumamente dóciles cuando están sometidas a un buen manejo y hasta los chivos reciben encantados las muestras de cariño de Oinatz y Udane que van siempre que pueden con su padre a Zaratamo.
Les encanta acompañar a su padre cuando da de comer a las cabras o cuando las lleva al monte.
Todo esto podría parecer un juego pero así han aprendido el oficio de cabreros todos los niños de la península Ibérica acompañando desde los 5 ó 6 años a sus padres o abuelos con las cabras para, en muchos casos y en épocas ya afortunadamente lejanas, hacerse cargo del rebaño con 7 u 8 mientras el padre cultivaba la tierra o se iba a trabajar.
Además de cabras, en la explotación hay otros muchos animales, destacando entre ellos Rubia, una yegua poni que es muy querida por todos.
Estos pequeños caballos que realmente podríamos considerar como los verdaderos y primitivos caballos domésticos descendientes directos de los que poblaban Europa y Asia en épocas remotas, quedaron relegados a regiones aisladas donde no podían criarse caballos más seleccionados, siendo tremendamente fuertes teniendo en cuenta su tamaño y muy resistentes y sobrios, utilizándose para la realización de todo tipo de trabajos.
Hoy en día, son fundamentalmente animales de compañía o se utilizan en la hípica infantil.
Un poni como Rubia viene muy bien en una explotación ganadera como la de Ibai y Enara pues permite a los niños que se vayan familiarizando con el apasionante mundo del caballo y sepan que estos animales necesitan una serie de cuidados.
Cuando sean mayores, Udane y Oinatz estarán suficientemente preparados para tener sus propios caballos pues ya sabrán cómo cuidar de ellos y tenían experiencia para montar en ellos.
Por ahora, cuidan y miman a Rubia que es para ellos como un perro grande al que acarician y abrazan.
Udane abrazando a Rubia.
(c) Familia Menoyo.
De vez en cuando montan también en caballos grandes y pasean por los bellos parajes que rodean la explotación en la que pastan las azpigorris. Montar a caballo es una actividad sumamente gratificante para cualquier persona pero especialmente para los niños pues les ayuda en muchos aspectos de su vida cotidiana.
En una explotación dedicada al manejo de ganado caprino en pastoreo, los perros son animales imprescindibles para conducir el ganado cuando pasta en zonas abiertas y para defenderlo de posibles depredadores.
Recientemente, se ha incorporado a la explotación un pequeño cachorro de Euskal Artzain Tkaxurra (perro de pastor vasco), raza canina autóctona de Euskadi empleada tradicionalmente para el manejo de ovejas y cabras.
Además de eso, tienen desde hace varios años unos curiosos e inquietos perros de pequeño tamaño de la raza Gos Rater Valencià (perro ratonero valenciano) originaria del levante español y empleada tradicionalmente para la caza de roedores y otros pequeños animales.
Y eso es lo que hacen en la explotación de Ibai y Enara: mantener el almacén de pienso y forraje libre de ratones siendo incluso más eficaces que los propios gatos.
Sobre estos perros se publicó un artículo en el blog para el cual fue decisiva la colaboración de Ibai (ver enlace).
Tradicionalmente, la caza de roedores en las áreas rurales y caseríos de Euskadi era una tarea encomendada a los gatos.
Estos animales deambulaban por las viviendas y cuadras en busca de los temibles roedores que causaban estragos en las despensas y almacenes y que a la vez les servían de alimento puesto que, según la costumbre generalizada en el medio rural, los gatos no debían recibir comida para mantener su instinto cazador, dándoles en el mejor de los casos un poco de pan y leche.
Hoy en día, los gatos son más bien animales de compañía que se muestran mimosos con sus dueños y especialmente con los niños.
Con este manejo, los gatos no suelen manifestar mucho su instinto cazador pero si hay algún ratón o rata en los almacenes del pienso, ya se encargarán los perros rateros valencianos de acabar con ella.
Mientras tanto, Udane abrazará a sus gatos como si fuesen muñecos de peluche.
Al tener ya 7 años, Oinatz y Udane han ido muchísimas veces a la explotación de su padre y su tía pero ahora lo hace acompañados de su prima Elaia que ya camina entre las cabras sin miedo alguno imitando lo que hacen sus primos.
Ni siquiera tiene medio de Rubia, que es mucho más grande que ella. Sin embargo, hay que ser tener en cuenta que los animales pueden tener reacciones imprevisibles por lo que cuando Elaia se acerca a Rubia, siempre lo hace con sus primos Oinatz y Udane y bajo la vigilancia de los mayores.
Por el momento, tanto a Oinatz como a Udane, les encantan los animales. Con su vara en la mano, Oinatz va al monte con las cabras si bien tiene claro que cuando sea mayor quiere ser futbolista. ¿Quién sabe si compaginará ambas profesiones y dentro de unos años veamos jugando en el Athletic Club de Bilbao a un cabrero de Zaratamo?
Udane, por su parte, quiere ser profesora y peluquera pero también es posible que compagine una de estas profesiones o incluso las dos con la de cabrera y por las tardes, después del colegio vaya a las cabras e incluso lleve de excursión a sus alumnos para que puedan ver de cerca una cabra, mientras que si es peluquera, más de un día cuando de cita a sus clientes para cortarse el pelo tenga que decirles que ya no tiene hueco ese día por tener que ir a las cabras.
Elaia es demasiado pequeña para saber lo que quiere ser de mayor pero posiblemente siga el mismo camino de sus primos y decida lo que decida, las cabras, los ponis y demás animales ocuparán un puesto importante en su vida.
Desde EL CUADERNO DE SILVESTRE aplaudimos la iniciativa de Ibai y Enara al apostar por la cría de una raza caprina autóctona en peligro de extinción e inculcar su pasión a sus hijos para que continúen siendo cabreros en los bellos montes de Euskadi.
Nota final del autor.
Aunque tengo muy buena relación con Ibai desde hace ya mucho tiempo, no tenemos la suerte de conocernos en persona pese a que es uno de los principales colaboradores de EL CUADERNO DE SILVESTRE.
Siempre está dispuesto a ayudarme en lo que necesite para hablar sobre ganadería de Euskadi y lo mismo puedo decir de Enara.
A ellos, a toda su familia y sobre todo a OINATZ, UDANE Y ELAIA va dedicado este artículo como sencillo pero sincero homenaje.
Fdo: Silvestre de la Calle García.
ENLACES DE INTERÉS:
- JÓVENES CABREROS DE EUSKADI.
- LA CABRA AZPIGORRI.
- EL GOS RATER VALENCIÀ.
Comentarios
Publicar un comentario