LOS CORDEROS DE GONZALO "EL TROCHA".

Gonzalo Lorenzo Gómez (n.1984) es un ganadero de la localidad cacereña de Acehúche famosa por sus quesos de cabra con DOP Queso de Acehúche y por la celebración, el 20  de enero, de la fiesta de Las Carantoñas, declarada de Fiesta de Interés Turístico Nacional y en trámites para ser declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Gonzalo, miembro de la célebre familia ganadera de Los Trochas, mantiene en su explotación unas 40 vacas, unas 45 cabras y alrededor de 300 ovejas. Estas últimas, tienen la principal época de partos o paridera en los meses otoñales.

Corderos negros.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Las ovejas de Gonzalo pertenecen a un cruce entre ovejas Merinas autóctonas de la zona y carneros de raza Suffolk, originaria de Inglaterra, dando como lugar animales que conservan la rusticidad de la oveja Merina y las buenas cualidades carniceras de la raza Suffolk.

Oveja con su cordero.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Estas ovejas se destinan fundamentalmente a la cría de corderos para la producción de carne. Producen abundante lana de muy buena calidad al descender de ovejas de raza Merina pero, lamentablemente, este producto apenas tiene valor y su precio en el mercado no alcanza para cubrir los gastos del esquileo pero, para estar sanas, las ovejas deben ser esquiladas necesariamente al menos una vez al año, tarea que Gonzalo realiza personalmente en lugar de recurrir a cuadrillas de esquiladores.

Gonzalo esquilando una oveja.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

La producción de carne se centra en la comercialización de corderos de cara a la Navidad, época en la que adquieren mayor precio en el mercado.
Para ello, la paridera debe tener lugar en octubre o noviembre para que llegado el momento del sacrificio los corderos tengan entre 30-45 días (lechales) o entre 45-90 días (recentales).

Corderos listos para la venta.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Para que la paridera de las ovejas tenga lugar durante el otoño, deben cubrirse en primavera pues la gestación de éstas dura aproximadamente 5 meses. Gonzalo, elige de esta forma el momento oportuno para juntar a los carneros con las ovejas.

Carnero cornudo.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

5 meses y algunos días después del momento en que se sueltan los carneros, puesto que en ocasiones estos tardan un poco en encelarse, las ovejas comenzarán a parir y lo harán en un plazo relativamente corto. Aunque esto supone un gran trabajo para Gonzalo, es importante que la paridera sea lo más concretada posible con el objetivo de vender partidas de corderos con la misma edad y peso para facilitar la comercialización.

Oveja con cordero recién nacido.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Las ovejas de Gonzalo siguen un régimen de explotación extensivo, permaneciendo en el campo durante la temporada de paridera por lo que cada mañana, al amanecer, Gonzalo tiene que recorrer el campo para localizar a todas las ovejas que han parido durante la noche y comprobar que los corderillos están en perfecto estado.

Oveja con cordero recién nacido.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

En ocasiones es difícil localizar a las ovejas puesto que permanecen en una zona en la que crecen muchas retamas y si los corderos están tumbados entre el pasto es difícil verlos, aunque si una oveja se queda muy quieta en un punto es porque el cordero está cerca.

Ovejas entre las retamas.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Una vez que se ha asegurado del estado de los corderos, de la oveja y de que aquellos hayan mamado el calostro, secreción mamaria producida por las hembras de todos los mamíferos durante los 2-3 días posteriores al parto y que es vital para el desarrollo del recién nacido, Gonzalo coloca en en cuello de cada cordero un lazo con una cinta blanca y roja de las que se utilizan normalmente para señalizar.

Oveja con sus corderos ya con los lazos en el cuello.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Esta singularísima pero efectiva medida, ha sido tomada por Gonzalo para ahuyentar a los depredadores que atacan y matan a numerosos corderos, sobresaliendo entre ellos la zorra, pero también las grandes rapaces y otros mamíferos depredadores como los temibles meloncillos.

Zorra.
(c) Miguel Alba Vegas.

Al ver algo raro en el cuello de los corderos y que además se mueve y suena, los depredadores recelan y no se acercan. 
Incluso cuando, por causas naturales diversas, algún cordero muere, los carroñeros no se alimentan del pequeño cadáver ante el miedo que les produce el lazo del cuello.

Cordero con su madre.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

De esta forma, tan sencilla pero efectiva, Gonzalo consigue que la mayoría de los corderos sobrevivan hasta el momento de la venta. Estos se crían fuertes, sanos y felices correteando por el campo y alimentándose de la leche de sus madres, proporcionando así una carne totalmente natural, de gran calidad y sabor excepcional.

Corderos en el campo.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Cuando las ovejas son sometidas a un buen manejo, los partos dobles son frecuentes y los triples y cuádruples, aunque más raros, no son infrecuentes.
Llegado el momento, se dejarán aproximadamente el 10-15% de las corderas y algunos corderos para la reposición del rebaño y el resto serán vendidos.

Oveja con dos corderos.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Aunque lo deseable sería que todas las ovejas pariesen en otoño para vender los corderos en Navidad, siempre hay un porcentaje del 20-25% del total del rebaño que pare en primavera. Generalmente se trata de corderas que realizan su primer parto, ovejas que han abortado o perdido tempranamente a la cría e incluso ovejas que paren muy pronto en otoño y vuelven a quedarse preñadas.
Para ello, a mediados del otoño, se juntan los carneros con esas ovejas para evitar que se queden "vacías" u "horras" más tiempo.

Oveja con sus corderos en primavera.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Gracias a los grandes conocimientos que Gonzalo tiene del ganado ovino heredados de sus antepasados y al ingenioso método de colocar el lazo de cinta a los corderos recién nacidos, este joven ganadero extremeño que lucha por mantener viva una forma de vida ancestral y por mantener la cultura de su pueblo, produce gran cantidad de corderos que pueden considerarse 100% ecológicos y criados en un sistema totalmente acorde con el bienestar animal, siendo su carne un auténtico manjar.

Cordero junto a su madre.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

AGRADECIMIENTOS.
Quiero agradecer a GONZALO LORENZO GÓMEZ su inestimable colaboración y ayuda para poder realizar este artículo y por estar siempre dispuesto a ayudar enviándome fotografías, aportando sus grandes conocimientos y vivencias y difundiendo los artículos de EL CUADERNO DE SILVESTRE.
MUCHAS GRACIAS, GONZALO.
También dar las gracias al gran fotógrafo MIGUEL ALBA VEGAS por ceder desinteresadamente la magnífica fotografía de la zorra, esquivo animal que, pese a su gran abundancia, no es fácil de fotografiar.

Gonzalo Lorenzo Gómez.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico forestal.

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