EL TERNERO DE SOFÍA.

Sofía podría ser el nombre de la alegre ganadera que aparece en la fotografía de portada de este artículo, pero ella es Pilar Domínguez Castellano, una importante ganadera de la localidad cacereña de Brozas y Sofía es una de sus vacas que posee, sin lugar a dudas la más especial para ella, la cual parió un ternero el pasado 13 de noviembre.
Hasta aquí todo normal, pero lo sorprendente de la historia es que Sofía es una vaca Suiza, nombre con el que se conoce en Extremadura a la raza Frisona, de 14 años y medio de edad y que llevaba más de 6 años sin parir.

Sofía y su ternero con su dueña Pilar.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Pilar Domínguez Castellano (n.1977) es una ganadera dedicada fundamentalmente a la explotación de ganado bovino de aptitud cárnica de raza Limusina y de ovino, también de aptitud cárnica, de la raza Ile de France además de tener lotes de raza Merino Precoz y Suffolk.

Oveja Ile de France con sus corderos.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Además de todo eso, Pilar tiene dos vacas Suizas (Frisonas) puras llamadas Sofía y Morena y una mestiza llamada Mora. Aunque se trata de vacas de especializadas en la producción de leche y es el motivo por el que Pilar las mantiene en su explotación, no las somete a ordeño sino que las utiliza como vacas nodrizas tal y como se explicará en este artículo.

Mora amantando a dos terneros.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Alegre, trabajadora y una gran luchadora como también lo fue su madre, Pilar es un claro ejemplo de mujer rural, figurando además entre las principales y más fieles lectoras y colaboradoras de EL CUADERNO DE SILVESTRE desde hace mucho tiempo.

Pilar con sus vacas.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

La historia de Pilar y sus vacas Suizas, comenzó hace alrededor de 6 años.
En Extremadura fue muy frecuente durante décadas que las familias vaqueras tuviesen entre su ganado 1 ó 2 vacas Suizas para el abastecimiento de leche, a las cuales se cuidaba con especial mimo. 
Sin embargo, con la mejora de los sistemas de refrigeración y transporte y la modernización de las ganaderías al instalar equipos mecánicos de ordeño, poco a poco fue desapareciendo esta costumbre mientras surgían explotaciones lecheras de varias decenas e incluso centenares de vacas que vendían la leche tanto al mercado como directamente a los vecinos, aunque las normativas sanitarias acabaron por terminar con esta última costumbre, forzando a la gente a consumir leche tratada y envasada debidamente.

Ordeñando manualmente una vaca.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Pilar no mantenía vacas lecheras en su explotación pero cuando alguna vaca moría durante el parto o por otra circunstancia, rechazaba a su ternero, tenía mellizos o se quedaba sin leche y no podía amamantar a su ternero, Pilar acudía a una explotación de vacas lecheras situada cerca de la suya pues Brozas fue uno de los pueblos cacereños con mayor número de explotaciones de vacuno lechero de la provincia de Cáceres.  Allí, Pilar compraba leche y criaba a los terneros con biberones o cubos.
Pero poco a poco las explotaciones lecheras fueron desapareciendo de Brozas ante la dureza del oficio y la falta de rentabilidad. Hace 6 años, la explotación a la que Pilar acudía regularmente, cerró sus puertas y el propietario ofreció a Pilar la posibilidad de quedarse con una vieja vaca que iba a ir al matadero en cuanto dejase de dar leche, puesto que tenía ya 8 años y no estaba preñada. Esa vaca era Sofía.

Sofía.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Normalmente, en las explotaciones lecheras, las vacas paren por primera vez hacia los 2 años de edad. Horas después del parto, son separadas del ternero que es criado con leche en polvo reconstituida y lactoreemplazantes hasta que está listo para su sacrificio a edades variables.
Las vacas son cubiertas por el toro o inseminadas 3 meses después del parto para que tras 9 meses de gestación, vuelvan a parir un año después siendo mientras tanto ordeñadas durante 10 meses tras el parto, suprimiendo el ordeño 2 meses antes del siguiente parto para dar descanso al sistema mamario  y al propio animal. 
La producción lechera aumenta hasta la tercera lactación cuando el animal tiene unos 5 años y a partir de entonces comienza a decrecer paulatinamente siendo muchas las granjas que a partir de la quinta lactación (7 años de vida) comienzan a retirar a las vacas menos productivas.

Vacas Frisonas.
(c) Germán Gutiérrez Martín.

Este fue el caso de Sofía. Tras haber hecho varios partos, su producción había disminuido bastante y como su dueño ya tenía pensado dejar la explotación, ni siquiera se preocupó de inseminarla decidiendo que cuando dejase de dar leche, la enviaría al matadero por ser ya bastante vieja.
Sin embargo, le daba mucha pena hacerlo porque se trataba de una buena vaca y ofreció a Pilar la posibilidad de quedársela para utilizarla para criar terneros. Pilar no lo dudó y se llevó a Sofía a casa.

Sofía.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Como Sofía estaba dando leche y Pilar quería evitarse el trabajo de ordeñarla dos veces diarias, la dejó en un corral junto a dos terneros para ver si estos comenzaban a mamar. La ganadera no estaba muy segura de esto, puesto que Sofía al ser una vaca de ordeño, nunca había dado de mamar a un ternero pero para su sorpresa, los aceptó desde el primer momento.

Sofía con dos terneros.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Desde entonces, y de manera ininterrumpida durante 6 años, Sofía no ha dejado de dar leche y ha criado a numerosos terneros como si fuesen sus propios hijos. De hecho, cualquier ternero se criaba con Sofía mejor que con su propia madre.

Sofía con dos terneros ya grandes.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Al principio, Sofía realizaba estos menesteres sola o en compañía de Mora, una ternera mestiza que Pilar crió con gran cariño. Mora alimentaba a su ternero y Sofía criaba a dos e incluso tres terneros sin ningún tipo de problema.

Mora y Sofía.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Pilar cuidaba siempre a Sofía con gran esmero siendo consciente que tener a una vaca produciendo leche de manera ininterrumpida durante tanto tiempo era algo que a la larga podía provocar problemas de salud y de excesivo desgaste al animal por lo que intentó en repetidas ocasiones que se quedase preñada aunque debido a su edad, bastante avanzada para una Suiza, era algo complicado y que nunca pasaba.
Como tenía miedo a perder tan extraordinario animal, compró otra vaca también bastante vieja ya pero algo menos que Sofía a la que puso por nombre Morena.

Morena con un ternero.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Pilar terminó por olvidarse de la idea de que Sofía y Morena pariesen porque eran demasiado viejas y se decidió a comprar una ternera Frisona a la que llamó Almudena. 

Almudena.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Sofía y Morena, que desde el primer momento se hermanaron y permanecían siempre juntas, estuvieron durante el invierno y la primavera de 2024 en compañía de un novillo de raza Limusina llamado Mareao.
Pilar sólo quería que el novillo estuviese acompañado al no estar con el resto de vacas de su raza, pero vio que prestaba "demasiada atención" a las viejas Suizas y a otras vacas más jóvenes que estaban con ellas. Se le solía ver mucho junto a Morena.

Mareao y Morena.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Ya a finales de la extraordinaria primavera pasada que llenaba los campos brocenses de verdor, Pilar se fijó en lo gordísimas que estaban las dos Suizas y empezó a darse cuenta que no era una gordura normal debido al abundante pasto. Por si fuera poco, le empezó a sorprender la actitud de Sofía hacia los terneros que pasó de ser siempre dulce con ellos a no querer amamantarlos complacientemente.

Sofia y Morena.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Pilar llamó el veterinario para que examinase a las dos vacas y su sorpresa fue mayúscula cuando le dijo que Morena estaba preñada y que pariría posiblemente hacia el mes de agosto, como efectivamente fue, pues el pasado 11 de agosto, poco antes de la medianoche, Morena parió una ternera prácticamente negra a la que Pilar llamó Morenita.

Morena y Morenita.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Pero volvamos al momento en el que, tras examinar a Morena, el veterinario examinó a Sofía. Lo que dijo, sorprendió a Pilar de tal manera que no pudo contenerse y empezar a llorar:

- Está preñada. Parirá a finales de octubre o primeros de noviembre.

Tras más de 6 años sin estar preñada y dando leche de manera ininterrumpida, la vieja Sofía estaba preñada. Desde ese momento, Pilar empezó a cuidarla con mayor esmero, si es que eso era posible, y poco después la secó para que no diese más leche y descansase hasta el parto.

Sofía en el otoño.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Durante las últimas semanas, Pilar ha estado constantemente vigilando a Sofía, la cual, pese a estar cada día más gorda, comía y se movía con total normalidad, sin rapidez alguna teniendo en cuenta el temperamento tranquilo que a veces roza la pasividad, de la raza Frisona.

Sofía caminando en busca de su dueña.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Para tenerla controlada día y noche, Pilar instaló cámaras en el corral en el que permanecía Sofía, pudiendo verla en todo momento.

Sofía junto a una de las cámaras.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Sofía seguía tranquila. Comía, bebía, se movía con soltura y además tenía la ubre cada día más grande pero blanda, algo que indica que el parto se acerca pero no es inminente. Tampoco presentaba en la zona superior de la pelvis, junto a la cola, dos pequeños hoyos que indican que en 24 horas o poco más se producirá el parto.

Sofía comiendo tranquila.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Pero a los pocos días, todo cambió drásticamente.
Sofía se movía con mucha dificultad, tenía la ubre muy cargada y dura, los hoyuelos en la zona cercana a la cola... no cabía duda que el momento final estaba cerca.

Sofía comiendo ya con la ubre muy cargada.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Mientras la daba de comer, Pilar observó que la vaca comenzaba a expulsar mucosidad por la vagina, lo que indicaba que había llegado el momento del parto aunque podía prolongarse durante horas, siendo mejor dejar a la vaca tranquila para que intentase parir por sí misma.

Mucosidad típica generada por las vacas antes de parir.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Era un día soleado y tranquilo aunque Pilar, que llevaba días revisando constantemente la predicción meteorológica además de ser perfecta conocedora de los cambios de tiempo como buena ganadera, sabía que el tiempo podía cambiar en cualquier momento como así fue.
Por la tarde decidió ir a ver a Sofía y vio que ya estaba expulsando mucha mucosidad y suciedad y orinando constantemente. Además, apenas se movía.

Sofía horas antes del parto.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Ayudada por Miguel, su pareja, Pilar decidió llevar a Sofía hasta una nave cercana para que pariese en un lugar cálido y resguardado, instalando cámaras para poder controlarla desde casa.
El parto no se hizo esperar. Pilar era consciente de las muchas complicaciones que podía acarrear el parto en una vaca tan vieja, que llevaba tantos años sin parir y que además sufría una lesión en la cadera desde hacía tiempo por lo que necesitó bastante ayuda pero finalmente parió un precioso ternero. A Pilar le hubiese gustado que fuese una ternera pero lo importante es que Sofía había parido y que tanto ella como el ternero estaban en perfecto estado.
El reloj aún no había dado las 12 del día 13 de diciembre de 2024, día que quedará para siempre grabado en la memoria de Pilar como uno de los más felices de su vida.

Sofía con su ternero recién nacido.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Pilar publicó la noticia en las redes sociales y recibió multitud de felicitaciones pues todos los que la conocen saben que era un momento muy esperado y especial para ella.
El tiempo era demasiado frío y lluvioso por lo que Pilar dejó a Sofía y a su ternero durante varios días en la nave hasta que al mejorar el tiempo, pudo sacarlos nuevamente al campo.

Sofía con su ternero.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Y ahí tenemos a la vieja Sofía que, como cualquier vaca lechera, parió y empezó a dar leche para ser ordeñada durante 10 meses, descansar 2, volver a parir y repetir el ciclo varios años hasta que decidieron que ya había llegado el momento de enviarla al matadero, momento en el que llegó Pilar y se la llevó a su casa donde ha estado dando leche de manera ininterrumpida durante 6 largos años y criar numerosos terneros, volviendo a parir nuevamente a sus 14 años y medio y estando en perfecto estado.

Sofía con su ternero.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

No sé si dentro de un año podré escribir un publicar en EL CUADERNO DE SILVESTRE un artículo similar a este contando que Sofía ha vuelto a parir y que la cría es una ternera, pero lo importante es que se ha podido escribir este emotivo artículo que dedico con todo mi cariño a mi Compi PILAR DOMÍNGUEZ CASTELLANO, siendo muy consciente que recordará siempre todo lo que aquí se ha contado y siempre con esa sonrisa que la caracteriza.

Pilar con Sofía y el ternero.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.

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