LAS FERIAS GANADERAS

Las ferias ganaderas fueron durante siglos eventos imprescindibles para la compraventa de ganado siendo muy esperadas por los ganaderos, quienes organizaban el ciclo de su explotación en base a la celebración de las ferias.
Hoy en día, aunque las costumbres a la hora de comprar y vender ganado han cambiado mucho, las ferias mantienen su importancia habiéndose transformado a la vez en un evento de carácter festivo y turístico de gran importancia.

Diego con sus Tudancas.
Feria del Camino.
Molledo (Cantabria).
(c) Diego Ceballos San Miguel.

FERIAS Y MERCADOS.
Las ferias ganaderas se celebra y celebran generalmente con una periodicidad anual, de forma que el calendario ganadero se ajusta en función de ese hecho fijando así las épocas de cubrición y paridera para que los animales estuviesen listos para ser vendidos en la feria. De ahí se deriva que en ciertas zonas del norte de España, estas ferias reciban el nombre de ferias de año.

Feria de Ruente (Cantabria)
(c) Miguel Alba Vegas.

En poblaciones donde la ganadería ha tenido siempre una gran importancia, no es rara la celebración de dos o más ferias anuales, a menudo dedicadas a diferentes especies, aunque siempre destacaba una feria por encima del resto. Un ejemplo de esto es la villa de El Barco de Ávila (Ávila) donde tenían lugar tradicionalmente varias ferias a lo largo del año siendo la de Octubre la más importante.

Feria de Octubre.
El Barco de Ávila (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

Finalmente, ya en tiempos más recientes, existe la costumbre de celebrar ferias cada dos o más años debido a que estos eventos tienen un carácter más festivo que ganadero aunque no pierdan del todo su esencia. Esto ocurre por ejemplo con la Feria Agropecuaria de Candeleda (Ávila), población en la que, pese a que la agricultura y la ganadería tienen una gran importancia, la feria no tiene lugar todos los años.

III Feria Agropecuaria de Candeleda (Ávila)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Se han celebrado siempre fuera de los núcleos de población, antiguamente en los ejidos o terrenos comunales situados alrededor de las poblaciones aprovechando praderas o zonas despejadas que a lo largo del año podían utilizarse para fines tan diversos como eras de trilla, descansaderos del ganado trashumante o para la práctica de ciertos deportes rurales como las carreras de gallos o de cintas.

Feria de Santiago.
Navarredonda de Gredos (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

Con el paso del  tiempo, especialmente donde la ganadería tenía mayor importancia, se construyeron recintos cerrados y a menudo techados conocidos como mercados de ganado o recintos feriales dedicados inicialmente de manera exclusiva a la venta de ganado y que hoy pueden utilizarse también para otros fines.

Óscar en el Mercado de Torrelavega (Cantabria).
(c) Óscar Prudencio González Real.

Las ferias podían y pueden ser locales, comarcales, regionales, nacionales e incluso internacionales como la importantísima Feria de Zafra (Badajoz), una de las más antiguas de toda España y pueden dedicarse a varias especies o a una sola especie o raza, recibiendo en este caso el nombre de ferias monográficas.

Feria de Ávila.
Dedicada exclusivamente a la raza Avileña-Negra Ibérica.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Su celebración se regía tradicionalmente, como luego explicaremos de manera más detallada, por el ciclo natural y productivo del ganado y de la estaciones, aunque hoy en día debido a la posibilidad de suplementar al ganado extensivo y a la explotación de ciertas especies o razas en sistemas intensivos, esto tiene menor importancia.

Vaca Avileña bociblanca.
(c) Esperanza de la Cruz Caselles y Julián García Gayo.

Los mercados, que al principio tenían carácter local y comarcal, solían celebrarse semanalmente como los actuales mercadillos y surgieron para abastecer de alimentos a la población, motivo por el cual se celebraban en las plazas de los núcleos de población, siendo rara la venta en ellos de animales vivos a excepción de aves, corderos, cochinillos, cabritos, conejos...para su sacrificio y consumo inmediatos.

Cochinillos.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Sin embargo, con el paso del tiempo, la venta de animales vivos de todo tipo comenzó a cobrar importancia, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XIX con la mejora de las vías de comunicación. Estos mercados ganaderos ya comenzaron a celebrarse fuera de las poblaciones y en los mismos lugares donde tenían lugar las ferias, motivo por el cual los términos feria y mercado se confunden en ocasiones.

Vaca Frisona.
Torrelavega (Cantabria).
(c) Óscar Prudencio González Real.

Un hecho importante que contribuyó a la celebración de los mercados semanales de ganado en todo el país, fue la introducción del ganado bovino lechero especializado que, al manejarse de una manera más intensiva, no dependía tanto del ciclo natural de las estaciones, pudiendo los ganaderos ofertar terneros, novillas y vacas de primer parto en cualquier época del año, existiendo una creciente demanda que llegaba a exceder claramente la orferta. Sin lugar a dudas los mercados más importantes de toda España dedicados fundamentalmente a la venta de ganado lechero de raza Frisona, Pinta o Suiza (3 nombres para la misma raza) eran los de Torrelavega (Cantabria) y Talavera de la Reina (Toledo).

Vacas Frisonas en el Mercado de Torrelavega (Cantabria).
(c) Óscar Prudencio González Real.

ORIGEN E HISTORIA.
El origen de las ferias de ganado es prácticamente tan antiguo como la propia ganadería ya que los ganaderos tendrían que deshacerse de ciertos que no podían mantener y que habían llegado a su plenitud en algunos casos o al final de su vida útil en otros pero que no podían ser consumidos por ellos mismos o sus familias.
También sería necesario en muchos casos el intercambio de sementales con otros ganaderos para evitar la consanguinidad de los rebaños.

Carnero de raza Latxa.
(c) José Antonio Uriarte.

Pero, posiblemente, las ferias surgieron con la división del trabajo al surgir diferentes profesionales, desde artesanos a guerreros, no dedicados de manera profesional a la cría de ganado. Esto haría que los ganaderos criasen más ganado del estrictamente necesario para su abastecimiento con el fin de vendérselo a otras personas.

José Miguel Jiménez Díaz labrando con un caballo.
Los agricultores dependían muchas veces de los ganaderos para adquirir animales de labor.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

¿Cómo podían fijar una fecha concreta en épocas tan lejanas para celebrar una feria? Nada más fácil para comunidades primitivas que tenían un gran conocimiento astronómico y que se concentraban con motivo de los solsticios y equinoccios para llevar a cabo diversos rituales religiosos. Momentos así, conocidos por todos, eran muy fáciles para intercambiar todo tipo de productos.

Verraco de Villanueva del Campillo (Ávila)
¿Señaló el verraco más grande del mundo un lugar de concentración de ganado?
(c) Silvestre de la Calle García.

El ganado primitivo, que seguían un ciclo similar al de los animales salvajes al ser manejado de forma extensiva y habiendo sido aún poco seleccionado, ajustaba su comportamiento según las estaciones por lo que precisamente en esos cambios de estación era cuando estaba en mejores condiciones para su aprovechamiento y consiguiente venta o intercambio.

Vaca tudanca con su jato en el puerto.
(c) Carlos Fidel Vejo.

Todo esto puede parecernos extraño, pero pensemos que aún hoy en día, algunas ferias ganaderas de gran importancia se celebran en fechas próximas al solsticio de invierno (21 de diciembre), equinoccio de primavera (21 de marzo), solsticio de verano (21 de junio) y equinoccio de otoño (21 de septiembre).
Estas fechas vienen a su vez a coincidir, aproximadamente, con grandes festividades cristianas como Santo Tomás, San José, San Juan Bautista o San Mateo respectivamente.

Vacas Tudancas y jatos.
Estos jatos están listos para la venta en el otoño.
(c) Diego Ceballos San Miguel.

Y es que tras la expansión del Cristianismo, se intentó cristianizar todo ritual o celebración pagana haciéndola coincidir con la festividad de algún Santo de gran importancia y las ferias ganaderas no fueron la excepción. San Marcos (25 de abril), Santiago Apóstol (25 de junio), Todos los Santos (1 de noviembre), San Andrés (30 de noviembre) ... son fechas muy populares para la celebración de ferias.

Feria de Santiago.
Navarredonda de Gredos (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.

Si nos fijamos, aún hoy se celebran ferias en las fechas más idóneas teniendo en cuenta el ciclo ganadero que para el ganado extensivo se sigue rigiendo en gran medida por las estaciones y la disponibilidad de pastos.
Durante siglos, muchas ferias se organizaban justo antes de comenzar los largos desplazamientos trashumantes, valorando los ganaderos qué animales serían capaces de aguantar el recorrido y cuáles no serían capaces por su juventud, vejez o malas condiciones físicas, aprovechando para realizar las ventas.

Rebaño de ovejas Merinas trashumantes.
(c) Silvestre de la Calle García.

Así, antes de emprender la trashumancia hacia las montañas en primavera, los pastores vendían los corderos más jóvenes o las ovejas muy viejas y las machorras (que no habían parido) aunque en el caso de estas últimas, intentaban venderlas antes de comenzar la trashumancia otoñal cuando estaban más gordas.

Ovejas Merinas.
(c) Silvestre de la Calle Hidalgo.

Con el ganado que habitaba en las zonas de montaña y que en verano subía a los pastos de montaña, agostaderos o puertos, ocurría algo similar. Se aprovechaba para vender el ganado en las ferias otoñales y antes de la estabulación invernal para que los animales estuviesen lo más gordos posible y no supusiesen una carga extra durante el invierno.

Vacas Casinas.
(c) Carlos Fidel Vejo.

Durante milenios, las ferias se celebraron de manera espontánea en esas fechas por los ganaderos no siendo hasta la Edad Media cuando comenzaron a regularse mediante leyes y ordenanzas dictadas por reyes, nobles y concejos, señalando fechas fijas que coincidían con las tradicionales puesto que los ciclos ganaderos seguían siendo similares y no podían cambiarse fácilmente.

Feria de Octubre de El Barco de Ávila (Ávila).
Tradicionalmente celebrada a comienzos de octubre, hoy se hace a mediados de dicho mes.
(c) Miguel Alba Vegas.

Los grandes cambios empezarán a producirse en la segunda mitad del siglo XIX ante la mejora de las vías y sistemas de comunicación ya que el ganado podía transportarse fácilmente por ferrocarril primero y por carretera después a grandes distancias y no a pie como hasta entonces surgiendo así los mercados ganaderos y aumentando al mismo tiempo el número de cabezas de ganado en las ferias.

Mulas junto a un camión.
Navarredonda de Gredos (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

Hasta bien entrado el siglo XX, las ferias siguieron celebrándose con total normalidad pero en la segunda mitad del siglo citado, el progresivo éxodo rural y la disminución de la cabaña ganadera por un lado y los diversos trámites burocráticos y sanitarios por otro, hicieron que las ferias se fuesen dejando de celebrar poco a poco. Además, los ganaderos comenzaron a realizar la compraventa de ganado directamente en las explotaciones.

Pilar con sus vacas en su explotación.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Los mercados prácticamente desaparecieron mientras que las ferias más importantes se siguieron celebrando pero con algunos cambios como la realización de exhibiciones y concursos que animasen a los ganaderos a participar y la realización de actividades diversas para atraer a todo tipo de públicos y dar un carácter mucho más festivo del tradicional a las ferias.

Feria de Octubre.
El Barco de Ávila (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

Hablar de compraventa de ganado equivale a hablar de los tratantes, profesionales dedicados a recorrer ferias y mercados comprando y vendiendo ganado sin necesidad de tener ganado propio.
Eran fácilmente reconocibles en cualquier feria por vestir con amplios blusones negros en cuyos grandes bolsillos guardaban el dinero en abultadas carteras y llevar una vara en la mano para arrear al ganado.

Pastor con blusón negro como el de los tratantes.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

A pie al principio y llegando a recorrer cientos de kilómetros y en tren o en camión después, los tratantes acudían a las ferias y mercados para vender el ganado que llevaban e invertir el dinero obtenido en la compra de más ganado que venderían a un precio superior un tiempo más tarde y generalmente en una feria o mercado distinto al de compra, existiendo tratantes que una vez comprado el ganado lo vendían de forma ambulante yendo de pueblo en pueblo hasta que vendían todos los animales y comenzaban un nuevo recorrido.

Yeguas en la feria de Ruente (Cantabria)
(c) Miguel Alba Vegas.

Generalmente se especializaban en una especie o tipo de animal, siendo especialmente famosos los tratantes gitanos que eran expertos en el trato de caballerías o bestias. No se quedaban atrás los gallegos y leoneses que también compraban y vendían bestias además de bovinos mientras que en el sur de España eran frecuentes los tratantes especializados en la compraventa de cabras, cerdos y hasta aves de corral.

Tratante de ganados revisando unas mulas.
Feria de Santiago.
Navarredonda de Gredos (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

En las ferias y mercados, los tratantes prácticamente han desaparecido aunque aún quedan algunos que acuden especialmente a los mercados semanales para comprar pequeñas partidas de animales.
Sin embargo, estos profesionales siguen plenamente activos comprando en directamente en las explotaciones para luego vender los animales a mataderos, en ocasiones tras un periodo variable de engorde o cebo como ocurre con los corderos y terneros.

Cebadero de terneros.
(c) Silvestre de la Calle García.

EL TRATO.
La palabra tratante viene de trato que era el acto de comprar y vender un animal pudiendo ser realizado entre ganaderos o entre ganaderos y tratantes.
El vendedor decía un precio, generalmente mucho más alto que el real, y el comprador decía otro, muchísimo más bajo del real. 

Toro Charolés.
Feria de Octubre.
(c) El Barco de Ávila.
(c) Silvestre de la Calle García.

Comenzaba entonces un regateo que podía durar horas y en el que a menudo intervenía una tercera persona tratando de mediar entre los dos. Al final, comprador y vendedor se ponían de acuerdo o no. En no pocas ocasiones y tras estar horas negociando, ambas partes no llegaban a un acuerdo satisfactorio aunque otras personas intentasen mediar en el trato.

Toro Avileño.
Feria de Ávila.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Si se ponían de acuerdo, se cerraba el trato con un apretón de manos que era válido como un contrato firmado. Desde ese momento, no había posibilidad de echarse atrás.
Con el trato cerrado, el vendedor solía invitar a un pequeño ágape o alboroque al comprador y a los que hubiesen intervenido en la venta.

Cerrando el trato.
(c) Silvestre de la Calle García.

Hoy en día pueden realizarse todavía tratos en las ferias o en las propias explotaciones pero lo habitual es vender el ganado para carne o vida según los precios de las lonjas agropecuarias mientras que el ganado selecto suele venderse en subastas. 

Subasta de ganado.
Feria de Santiago.
Navarredonda de Gredos (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

LAS FERIAS EN LA ACTUALIDAD.
Con todo lo dicho hasta ahora, podemos hacernos una idea de cómo se celebran las ferias en la actualidad.
Las fechas siguen siendo aproximadamente las tradicionales, aunque en muchas ocasiones y para que pueda asistir el público no ganadero, se fija la fecha el fin de semana más próximo a la fecha original.

Feria de San Miguel.
El Ventorro Zamarro, Puerto Castilla (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Todo ganadero que quiera llevar ganado a una feria deberá cumplir una serie de requisitos administrativos y sanitarios para poder movilizar al ganado. En primer lugar, el ganado deberá ser saneado por un veterinario para comprobar que no sufre ninguna enfermedad transmisible. Si el resultado es negativo, el animal podrá ser llevado a la feria aunque el ganadero deberá pagar previamente las correspondientes tasas y aportar la documentación requerida para que la Administración expida la guía de desplazamiento.

Camión para el transporte de ganado.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

En algunas ferias se realiza venta libre del ganado como antaño pero en la mayoría el ganado es expuesto durante los días que dura la feria para proceder el último día a su subasta. Se pone entonces un precio base o de salida y los ganaderos interesados pujan siempre al alza, es decir, al contrario que en los tratos de antaño. 
La ventaja de este sistema es que si dos o más ganaderos se encaprichan de un animal, su precio puede dispararse y multiplicarse varias veces respecto al precio de salida.

Toro Avileño expuesto para ser subastado.
Feria de Ávila.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Muchas veces se presenta en las ferias ganado de exposición que es llevado únicamente para que sea visto por otros ganaderos que, en caso de estar interesados en comprar el animal o en comprar otros de esa ganadería, pueden contactar con el ganadero en la propia feria para visitar la explotación y cerrar el trato en privado.

Vaca Fleckvieh.
Feria de Octubre.
El Barco de Ávila (Ávila).
(c) Miguel Alba Vegas.

También son muy frecuentes los concursos morfológicos de una o varias razas y especies. Cada raza es valorada por jueces expertos y especializados en la raza en cuestión, existiendo diferentes categorías y premios.
Estos concursos son el mejor escaparate que existe para cualquier ganadería.

Concurso de raza caprina Verata.
IV Feria Agroganadera de Candeleda (Ávila). 2025
(c) Aitor Machaco.

Los premios en estas ferias, en muchas ocasiones no generan beneficio económico alguno para el ganadero pero suponen un gran reconocimiento a su labor, especialmente cuando se trata de razas selectas de gran efectivo o de razas en grave peligro de extinción.

Jesús Carreras Delgado.
III Feria Agroganadera de Candeleda (Ávila). 2023
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Paralelamente, y como ya se ha dicho, se organizan en estas ferias las más diversas actividades para atraer a todo tipo de públicos.
Además de la correspondiente barra para sofocar la sed de los asistentes, son muy populares los puestos de material ganadero, de artesanía y de productos típicos de la zona.

Dionisio Galán Fraile, afinador de campanillos.
III Feria Agroganadera de Candeleda (Ávila). 2023
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Tampoco faltan las demostraciones en vivo de oficios tradicionales relacionados con la ganadería: esquileo de ovejas, ordeño de cabras, elaboración de quesos, trilla y arrastre con bueyes o caballerías...
Muchas veces, estas demostraciones se convierten en talleres que atraen tanto a los niños que no conocen la actividad como a los mayores que la realizaron en su infancia.

Aitor ordeñando una cabra.
IV Feria Agroganadera de Candeleda (Ávila). 2025
(c) Aitor Machaco.

Es común la realización de conferencias y charlas destinadas tanto a los ganaderos como al público en general. La temática de las mismas suele relacionarse con la propia feria o con las razas expuestas. 
Precisamente, en 2025, el autor de este artículo ha impartido tres conferencias en las ferias ganaderas de Ávila, el Ventoro Zamarro y El Barco de Ávila tal y como se explica en el artículo LA AVILEÑA-NEGRA IBÉRICA: CONFERENCIA Y DOCUMENTAL.

Conferencia en el Espacio Cultural de El Barco de Ávila (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Muy populares son los conciertos de música de todo tipo, siendo especialmente valorados por el público los de música tradicional con solistas o grupos que llevan en su repertorio canciones de temática ganadera o pastoril como ocurre por ejemplo Sergio y Nando Agüeros, Hermanos Cosío, Güeyos, o las Pandereteras de Ruente en Cantabria y Mayalde o Nuevo Mester de Juglaría en tierras castellano-leonesas donde tampoco pueden faltar los grupos muchas veces locales de gaitillas. 

Pandereteras de Ruente.

Con todo esto, y aunque el sector ganadero pasa por una grave crisis desde hace tiempo, las ferias se van celebrando año tras año, acudiendo a ellas los ganaderos como antaño y también todo tipo de público.

Juan Manuel Yuste Apausa (izda.), ganadero y Silvestre de la Calle García (dcha.), escritor.
Feria de Ávila.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Aunque para la organización de estas ferias es fundamental la colaboración de la Administración, especialmente del Ministerio de Agricultura y de las Consejerías, sería imposible organizarlas sin la colaboración de los Ayuntamientos, Asociaciones y, por supuesto, de los propios ganaderos, que están ahí día tras día y para los que en ocasiones, las ferias suponen un trabajo extra para que otros puedan disfrutar de una jornada festiva.

Ganaderos y autoridades.
III Feria Agroganadera de Candeleda (Ávila). 2023.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

NOTA FINAL DEL AUTOR.
Hace ya unos meses que el jovencísimo ganadero AITOR MACHACO de Candeleda (Ávila) me propuso escribir este artículo sobre las ferias ganaderas pero, por diversas circunstancias, no ha sido posible hacerlo hasta ahora, momento en el que muchos lugares está terminantemente prohibida la celebración de ferias debido a las diversas enfermedades que afectan al ganado español. Ya sabe el lector que hasta las gallinas están confinadas como nosotros lo estuvimos hace unos años...

Aitor Machaco.
IV Feria Agroganadera de Candeleda (Ávila) 2025.

Cuando comentaba con una ganadera colaboradora de EL CUADERNO DE SILVESTRE, cuyo nombre mantendremos en el anonimato, me decía:

PUES NO ES MUCHA ÉPOCA DE FERIAS JAJAJA

Sin embargo, quizás justamente por ese hecho de que no se puedan celebrar ferias en este momento, este artículo tenga aún más valor para que no nos olvidemos de ellas y cuando todo vuelva a la normalidad, podamos volver a celebrar LAS FERIAS GANADERAS.

El autor en la Feria de San Miguel.
El Ventorro Zamarro, Puerto Castilla (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

NOTA FINAL DEL AUTOR.
El tema de la compraventa de ganado a lo largo de la historia es verdaderamente amplio y apasionante, dando de sí para escribir varias artículos. Quizás, el que hoy ofrezco al lector, haya quedado demasiado "abigarrado"  y algunos conceptos no queden del todo claro, pero ya sabéis que en EL CUADERNO DE SILVESTRE se seguirán publicando periódicamente artículos entre los que no faltarán los de esta temática pues os adelanto que ya se están preparando algunos sobre la vida de ganaderos y tratantes que nos contarán mucho sobre su oficio y la compraventa de ganado en ferias y mercados así como la participación en concursos.

Los hermanos Ibai y Enara Menoyo.
(c) Familia Menoyo.

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El autor en la III Feria Agroganadera de Candeleda.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico forestal.

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