EL SANEAMIENTO DEL GANADO BOVINO

Dentro del sector ganadero español, el ganado bovino tiene una gran relevancia tanto desde el punto de vista económico (producción de carne y leche), cultural (lidia) y medioambiental, además de tener una gran trascendencia histórica y constituir en el caso de las razas autóctonas un patrimonio de valor incalculable.
Por ello, la sanidad de este ganado preocupa tanto a ganaderos como a las autoridades sanitarias motivo por el cual se realizan periódicamente campañas de saneamiento obligatorio.

Saneamiento bovino.
Pascualcobo (Ávila)
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.

Desde tiempo inmemorial, los ganaderos se han preocupado por la salud de sus animales dado el gran valor que tenían para ellos, especialmente el ganado bovino.
Estos animales, utilizados fundamentalmente durante siglos como fuerza de trabajo, eran criados también para la producción de leche, carne, estiércol, piel y cuero...siendo empleados también en actividades culturales y/o festivas y religiosas.

Juan Manuel Yuste Apausa arando con su yunta de vacas.
Barajas (Ávila)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Los propios ganaderos tenían que saber solucionar los posibles problemas de tuviesen sus vacas y toros, curando las heridas físicas, administrando remedios caseros para ciertas dolencias, ayudando a las vacas durante el parto, cuidando a los terneros, protegiendo al ganado de los depredadores...

Vaca con ternero recién nacido.
Barajas (Ávila).
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Sin embargo, en algunas ocasiones las epidemias diezmaban el número de ganado sin que los ganaderos pudiesen hacer nada más que resignarse y volver a criar nuevos animales o dedicarse a la cría de otras especies.

Vacas en la dehesa.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Durante siglos, los veterinarios o albéitares, que eran más bien herradores, estaban al servicio de reyes y grandes señores para atender al más valioso de todos los animales domésticos: el caballo.
Utilizados para la guerra y como montura de grandes señores, los caballos tenían un gran valor y sus enfermedades más comunes eran conocidas desde la antigüedad y se conocían a la perfección todos los remedios para curarlas.

Vaquero a lomos de su caballo.
(c) David Mahillo González.

Pero con el paso del tiempo esto fue cambiando y surgió la figura del veterinario tal y como la conocemos actualmente, atendiendo a todo tipo de animales. 
Actualmente, podemos distinguir entre el veterinario de campo que se ocupa de las especies de ganado y el veterinario ordinario que se encarga fundamentalmente de mascotas.

Curando una cornada a una vaca.
(c) Ángel Martín Rodríguez.

Desde hace décadas, los veterinarios de campo realizan de manera oficial las campañas de saneamiento para controlar el estado sanitario del ganado y realizar un riguroso seguimientos de ciertas enfermedades como la tuberculosis.

Realizando el saneamiento.
Brozas (Cáceres)
(c) Pilar Domínguez Castellano.

La tuberculosis es una enfermedad que afecta tanto a la fauna silvestre como al ganado doméstico rumiante por lo que el contacto entre ambos tipos de animales, algo frecuente e incluso habitual en el caso del ganado extensivo, favorece el contagio de la enfermedad.

Vacas en la dehesa.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.

No queremos hacer un análisis técnico de la enfermedad para no aburrir al lector del presente artículo, especialmente si no está muy familiarizado con el sector ganadero ni la terminología veterinaria, por lo que optaremos por explicar de manera lo más resumida posible en qué consiste la realización del saneamiento.

Saneamiento bovino.
Pascualcobo (Ávila).
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.

Para realizar el saneamiento del ganado bovino, los animales son debidamente encerrados en corrales desde los que van entrando a un cepo o potro donde quedan más o menos inmovilizados y pueden ser fácilmente manejados por el personal veterinario con total seguridad.

Vacas encerradas para el saneamiento.
Acehúche (Cáceres)
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Acto seguido, se afeita una pequeña parte del pelo de la vaca, y se le inocula la tuberculina en la piel para comprobar la reacción pasadas 72 horas.
Tras esas 72 horas se procede a la inspección del punto en el que se inoculó la tuberculina, midiendo la inflamación con un cutímetro. Si es superior a 4 mm, el animal será considerado positivo. 
Cuando un animal se considera positivo y además presenta una herida visible o escara en el pliegue cutáneo, debe ser retirado lo antes posible para ser enviado al matadero, pasando su carne a la cadena alimentaria puesto que es APTA para el consumo humano.

Vacas encerradas en un corral.
Montehermoso (Cáceres).
(c) Alexis Ávila Pulido.

El saneamiento deberá ser repetido 3 meses más tarde para comprobar que no hay nuevos animales positivos y en caso de que así sea, se tendrá que continuar el ciclo.
Si tras el primer saneamiento todas las vacas están sanas y no se va a realizar con ellas ningún movimiento trashumante, no será preciso realizar un nuevo saneamiento hasta el año siguiente, pero los ganaderos trashumantes deberán realizar al menos dos saneamientos para obtener la preceptiva guía para la movilización del ganado, especialmente si los animales recorren diferentes comunidades autónomas. 

Vacas trashumantes.
Puerto de Tornavacas (Cáceres-Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

Al hablar de saneamientos, es fundamental conocer el testimonio de los ganaderos españoles que deben realizar de manera obligatoria esta práctica. Todos los ganaderos españoles coinciden a grandes rasgos en lo que supone el saneamiento para ellos, motivo por el cual incluiremos los testimonios de dos ganaderos que nos servirán como perfecto ejemplo.
Nos referimos a Esperanza de la Cruz Caselles y a Gonzalo Lorenzo Gómez.

Esperanza (izda.) y Gonzalo (dcha.)

Esperanza de la Cruz Caselles es una ganadera natural de la localidad abulense de San Miguel de Serrezuela pero mantiene su ganado en la vecina localidad de Pascualcobo. Dedicada durante muchos años a la cría de ganado caprino lechero de raza Del Guadarrama, siempre mantuvo vacas y hoy se dedica fundamentalmente a la explotación de ganado vacuno de raza Avileña-Negra Ibérica, sobresaliendo sus ejemplares de la variedad Bociblanca de dicha raza, considerados como los más puros y genuinos representantes del ganado bovino de las serranías centrales de la península Ibérica.

Esperanza con sus vacas.
Pascualcobo (Ávila).
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.

Esta ganadera nos cuenta lo siguiente:
"Los días antes del saneamiento para nosotros los ganaderos suponen mucho estrés. Dos o tres días antes hay que empezar a juntar vacas para meterlas en los corrales porque aquí los prados son pequeños y tenemos que tenerlas muy repartidas. 

Moviendo las vacas.
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.

Es un lío porque hay que meterlas en los corrales y como normalmente no están juntas, se pegan. No hay más remedio que hacerlo así porque no tenemos sitio para tener todas las vacas juntas. 

Vacas en un corral.
Pascualcobo (Ávila).
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.

La noche anterior es un estrés porque estás pensando si las vacas se quedarán donde las has dejado porque se saltan, se pegan. Nosotros no hemos tenido muchos problemas con eso, pero puede pasar.

Vacas listas para el saneamiento.
Pascualcobo (Ávila).
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.

El día del saneamiento, el primer día, dentro de lo que cabe no es mala cosa porque las pelan y las pinchan.
El dilema es el segundo día cuando hay que hacer la lectura. Desde el primer día hasta el día de la lectura, traes un cuece cuece de si saldrá alguna, si no saldrá, si estará, si no estará...
Nosotros por desgracia, que ya lo hemos pasado ya porque nos marcaron y nos mataron una tanda de vacas, pues es un cuece cuece muy grande.
Yo no lo paso tan mal entre comillas, pero mi marido lo pasa fatal y está hasta casi sin dormir esas noches.

Vacas bebiendo.
Pascualcobo (Ávila).
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.

Viene el día de la lectura y estás con el cuece cuece que he dicho antes. Nosotros gracias a Dios las hemos hecho hace unos días y ha salido todo bien.
El dilema de que te salga alguna positiva y te la marquen pues es una historia muy seria porque ya no es en sí que te maten un animal y lo pierdas. El lío es que cada 3 meses pero todo el ganado y no sólo el animal positivo que podían decir: se queda 45 días, se repite y si es positiva otra vez se quita. 
Pero no. Hay que hacerlo así y no queda otra."

Esperanza con una de sus vacas.
Pascualcobo (Ávila).
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.


Gonzalo Lorenzo Gómez, es un ganadero natural y vecino de la localidad cacereña de Acehúche, población famosa por sus exquisitos quesos de cabra y por la singular fiesta de Las Carantoñas declarada de Interés Turístico Nacional. 
Gonzalo, perteneciente a la importante familia ganadera de Los Trochas, se dedica fundamentalmente a la cría de ganado ovino pero también mantiene ganado caprino y bovino.

Gonzalo con sus vacas.
Acehúche (Cáceres)
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

"Para nosotros los ganaderos el saneamiento es un gran trastorno. Mis vacas, por ejemplo, pastan en una Comunidad que está calificada como positiva por lo que cada 3 meses nos obligan a llevar las vacas a una manga municipal, no pudiendo sanearlas cada ganadero en nuestra manga.

Gonzalo con las vacas camino de la manga municipal.
Acehúche (Cáceres).
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Eso supone que cada ganadero tiene que esperar su turno pues hasta que un compañero no acabe, otro no puede meter sus vacas.
Para los animales es también un estrés, especialmente para las vacas preñadas y paridas porque están encerradas y se pegan unas con otras.

Vacas esperando en un corral para ser saneadas.
Acehúche (Cáceres)
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Luego hay que tener en cuenta la incertidumbre de esos días: ¿Qué pasará? ¿Saldrán malas o buenas?...
Si te las matan, es un gran palo. Te matan un animal, 2, 3, 4... los que te salgan y eso supone unas pérdidas porque te pagan algo pero no lo que vale realmente la vaca y si te salen terneros que pesan poco pues son todo pérdidas." 

Vaca esperando para ser leída.
Acehúche (Cáceres).
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Como vemos, la tuberculosis es una enfermedad de la cual se lleva a cabo un riguroso control pero que no se consigue erradicar en el campo español aunque las campañas periódicas de saneamiento llevan décadas realizándose.
¿Cómo es esto posible?

Vacas en Extremadura.
(c) David Mahillo González.

Pese a que el ganado bovino es sometido a riguroso control sanitario, convive en el campo con la fauna salvaje, particularmente con herbívoros como el ciervo, el gamo, el corzo, la cabra montés, el jabalí... además de otros animales que como el tejón y el meloncillo pueden ser transmisores de la enfermedad.

Cierva.
(c) Miguel Alba Vegas.

Si no se realizan controles rigurosos de la fauna salvaje y no se cercan convenientemente los terrenos cinegéticos gestionados por la administración pública, la erradicación de la enfermedad será siempre imposible.
Los ganaderos que, por voluntad propia, mantengan en sus fincas especies cinegéticas o que pasten en fincas arrendadas en las que se compagine el aprovechamiento cinegético con el de los pastos, deberán tener presente que se exponen al riesgo del contagio de su ganado.

Vacas Berrendas en Negro en la dehesa.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Pero los ganaderos también tienen derecho a pedir una flexibilización a la hora de realizar los saneamientos. Es preciso tener en cuentan las diferencias entre la ganadería extensiva de gran parte de España y la ganadería intensiva de la mayor parte de Europa.
Movilizar y concentrar al ganado extensivo es en ocasiones verdaderamente complicado llegando a poner en peligro tanto a los propios animales como a los ganaderos y veterinarios.

Vacas cruzando un pueblo.
(c) Dionisio Prieto Cuarto.

Los ganaderos tienen derecho a recibir indemnizaciones realmente justas por los animales eliminados al destinarse al consumo humano siendo necesaria una valoración del animal en función de diversos factores como la edad pues no se puede pagar de la misma manera una novilla o una vaca joven que otra que ya está próxima al final de su vida productiva puesto que la pérdida económica es mucho mayor en el primer caso.

Novillas.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Y es que los problemas derivados del saneamiento no hacen sino agravar la dura situación que atraviesan los ganaderos españoles debido a la cada vez más rigurosa burocracia, al estancamiento de los precios percibidos a la hora de comercializar sus productos (terneros y leche en el caso del ganado vacuno), el aumento de los costes de producción reduciendo a límites mínimos la rentabilidad de las explotaciones, los cada vez más abundantes y constantes ataques de animales salvajes como el lobo, la usurpación de las vías pecuarias y un largo etcétera que harán fácil comprender el motivo por el que los ganaderos no pegan ojo y están con el cuece cuece los días previos al temido saneamiento.

Vacas pastando.
(c) Alexis Ávila Pulido.

CONCLUSIÓN FINAL.
El presente artículo dedicado al saneamiento de tuberculosis del ganado bovino, no pretende ser una publicación de carácter científico, por lo que el autor pide a los expertos, veterinarios y ganaderos perdón por los posibles errores cometidos en el mismo.
El objetivo es dar a conocer lo que supone la realización de las campañas obligatorias de saneamiento bovino para los ganaderos españoles para que el consumidor sea consciente del esfuerzo que llevan a cabo los vaqueros para que todos podamos disfrutar en nuestra mesa de productos de calidad.

Chuletón de Avileño.
(c) Isabel López Arrabé.


NOTA FINAL DEL AUTOR.
Como muchos de los lectores habituales ya saben, nací y me crie en una casa ganadera. Mis abuelos maternos Juan García García (1927-2012) y Marcelina de la Calle Vicente (1930-2009) fueron ganaderos durante gran parte de su vida, vendiendo sus últimas vacas en junio de 2000 cuando yo contaba con 11 años, por lo que durante mi infancia fui vaquerillo en Guijo de Santa Bárbara (Cáceres).

Con una de las vacas de mis abuelos.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres). 1993.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Recuerdo perfectamente lo que suponía el saneamiento en nuestra casa. Como no teníamos potro para inmovilizar a los animales, teníamos que llevar el ganado a la Plaza de toros del pueblo, donde acudían numerosos vaqueros en situación parecida a la de mi abuelo. Yo tenía que acompañar a mi abuelo para llevar las vacas hasta la Plaza cruzando todo el pueblo y como no estaban acostumbradas a realizar ese camino, era una tarea verdaderamente difícil.
Días más tarde, había que repetir el mismo proceso.
En casa se vivían esos días con gran ajetreo e incertidumbre y recuerdo cómo mi abuela no paraba de rezar el Rosario para que las vacas saliesen buenas, dando gracias a Dios en caso de que así fuese.

Con una ternera de mis abuelos.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres). 1999.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

DEDICATORIA.
Quiero dedicar este artículo a todas las personas que han colaborado en la redacción del mismo, mencionando de una manera especial a Esperanza de la Cruz Caselles y a Gonzalo Lorenzo Gómez.
También lo quiero dedicar a la memoria de mis abuelos Juan y Marce, vaqueros.

Mis abuelos Marce y Juan.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico forestal.
Cronista Oficial de la Villa de Guijo de Santa Bárbara.

Comentarios

  1. LUCRECIA LORENZO GÓMEZ13 de marzo de 2025, 21:28

    Que maravilla de artículo Silvestre👏👏

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    1. Muchísimas gracias, Lucre. El mérito es en gran parte de Gonzalo.

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