LA COLOMBIA: UNA VACA DE 16 AÑOS.

Cantabria es tierra de vacas y de vaqueros como ya dijimos en este mismo blog en un artículo titulado LAS VACAS DE CANTABRIA
En Cantabria, las vacas son algo más que simples animales domésticos sino que forman parte de la familia con la que antaño, y aún hoy en muchos casos, compartían la vivienda, ocupando las vacas la planta baja y la familia la planta superior. 
Oscar Prudencio González Real nos cuenta la historia de una de las vacas de la ganadería familiar: La Colombia, de 16 años de edad.

La Colombia.
(c) Óscar Prudencio González Real.

La Colombia recibe su nombre por su color semejante al café. Al ser Colombia uno de los principales países productores de café, sus dueños decidieron bautizar a este vaca con tan singular nombre hace ya 16 años.

La Colombia.
(c) Óscar Prudencio González Real.

La Colombia es hija de una vaca mixta y de un toro de raza Limusina. Las vacas mixtas de Cantabria tradicionalmente eran hijas de toro Ratino (Pardo) o Pinto (Frisón), razas lecheras introducidas en Cantabria en el siglo XIX, y vacas de razas locales como la Tudanca o la Pasiega. El objetivo de estos cruzamientos era obtener vacas rústicas de buena producción lechera.

Óscar junto a un lote de vacas Ratinas.
(c) Óscar Prudencio González Real.

Posteriormente, se empezaron a realizar cruzamientos de vacas lecheras puras de raza Ratina o Pinta con toros de razas de aptitud cárnica para mejorar la rentabilidad de las pequeñas explotaciones que no practicaban la recría.  El caso de Colombia es un poco más especial porque su madre era una vaca de raza Normanda y su padre era un toro de raza Limusina, ambas razas autóctonas de Francia, siendo la primera criada por su doble aptitud leche-carne y la segunda por su aptitud cárnica.

Toro Limusín.
(c) Óscar Prudencio González Real.

Colombia vive en una pequeña explotación ganadera familiar situada entre Los Corrales de Buelna y Entrambasmestas en el Valle de Luena, integrada por unas 22 cabezas entre vacas reproductoras, el semental, los terneros y los animales de reposición.

Vacas en pastoreo.
(c) Óscar Prudencio González Real.

El manejo es el propio de este tipo de explotaciones propias del norte peninsular permaneciendo las vacas en pastoreo en prados particulares durante la mayor parte del año y siendo amarradas en cuadras tradicionales en el invierno donde son alimentadas con hierba seca segada durante el verano en los prados reservados para ello.

Colombia pastando.
(c) Óscar Prudencio González Real.

El manejo reproductivo en esta explotación es sencillo. Las novillas se cubren por primera vez hacia los 15 meses teniendo lugar el primer parto en torno a los 24 meses. Para poder realizar esto es necesario que desde el destete las terneras sean cuidadas con gran esmero para que alcancen un tamaño y peso adecuados en el momento de ser cubiertas ya que durante la gestación su crecimiento se ralentiza bastante y deben llegar al parto lo suficientemente grandes como para no tener problemas.

Óscar con una hembra joven.
(c) Óscar Prudencio González Real.

El que la mayoría de las novillas realicen su primer parto hacia los 2 años, dice mucho del manejo al que se encuentran sometidas.
Lo habitual es que en las explotaciones de ganado bovino lechero mantenido en estabulación o semiestabulación, dado que los animales reciben una cuidada alimentación, el primer parto tenga lugar siempre a los 2 años pero en las explotaciones de ganado bovino de aptitud cárnica mantenido en régimen extensivo, el parto suele retrasarse hasta los 30 meses e incluso superar los 36 en el caso de ciertas razas rústicas.

Vaca con su ternero.
(c) Óscar Prudencio González Real.

El intervalo entre partos oscila entre los 12 y los 14 meses en la mayoría de los casos si bien en el caso de las vacas de aptitud cárnica puede reducirse a 11 e incluso 10 meses debido a la menor presión y gasto energético al que se encuentran sometidas ya que la elevada producción de leche puede ser un problema para que las vacas, como las hembras de otras especies, queden preñadas al tener demasiado gasto energético.

Vacas con sus terneros.
(c) Óscar Prudencio González Real.

La vida productiva de las vacas varía mucho según su aptitud productiva. Las vacas lecheras de alto rendimiento no suelen vivir más de 7 u 8 años, realizando entre 4 y 5 partos pero las vacas de aptitud cárnica pueden superar los 10 ó 12 años y realizar 8 ó 10 partos, no siendo infrecuente que algunas superen los 15 años. La tendencia actual en muchas explotaciones es retirar a las vacas a edades relativamente tempranas dado el buen valor que tiene en el mercado gourmet la carne de vaca vieja. No obstante, las buenas vacas son retenidas hasta edades avanzadas y a menudo se mantienen en la explotación aunque ya no se reproduzcan, dejándolas morir de viejas.

Vaca con su ternero.
(c) Óscar Prudencio González Real.

Todo lo que relatamos, ilustra la vida de Colombia. Su cuidador la define como una vaca "noble, muy lechera y muy buena criadora. Parió por primera vez a los dos años y desde entonces no ha fallado nunca, pariendo un año un ternero, al siguiente una ternera y así sucesivamente. Sus terneros son sin duda alguna los mejores y los que mejor se venden por su buena conformación cárnica al ser bastante aculonados. Solamente en 2023 tuvo un pequeño problema porque le costó bastante echar un ternero."

Ternera de Colombia.
(c) Óscar Prudencio González Real.

Vacas como La Colombia no son raras en explotaciones de toda España en general y de Cantabria en particular donde estos animales reciben un cuidado esmeradísimo. Pero sea como fuere, estas historias merecen ser contadas para que se vea el esfuerzo que hacen los ganaderos por mantener sanos a sus animales, los cuales no son un simple número para ellos. Por si fuera poco, esta vaca es cuidada por un joven que este año cumplirá 30 años, lo que demuestra que, pese a la difícil situación que atraviesa el sector ganadero, hay jóvenes que no pierden la ilusión por continuar con el legado de sus antepasados.

La Colombia.
(c) Óscar Prudencio González Real.

NOTA FINAL DEL AUTOR.
Es para mí un placer poder publicar un artículo de estas características y tengo que agradecer a Óscar Prudencio, fiel lector y gran colaborador del blog, su inestimable ayuda pese a sus numerosísimas obligaciones.

Óscar y la Colombia
(c) Óscar Prudencio González Real.

Fdo: Silvestre de la Calle García.

Comentarios

Entradas populares