31 DE OCTUBRE DE...1875
Guijo de Santa Bárbara es un pequeño pueblecito ganadero situado al noreste de la provincia de Cáceres y en las estribaciones occidentales de la vertiente sur de la Sierra de Gredos. Sus habitantes vivieron el 31 de octubre de 1875 uno de los hechos más trascendentales de su historia, algo que relataremos en el presente artículo.
Cabra Verata.
Ganadería de Alejandro Torralvo Gutiérrez.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Según la tradición oral, y ciertamente es muy posible que así fuese, Guijo surgió como un asentamiento temporal de pastores, principalmente cabreros, que desde las zonas bajas realizarían una trashumancia corta con su ganado para aprovechar los pastos estivales, regresando en otoño a zonas más bajas.
Para muchos, ya en época prerromana Guijo era un pueblo de cierta importancia y en él vino al mundo Viriato. Sin embargo, el pueblo como tal posiblemente surgiese a finales de la Edad Media ya que hasta el siglo XIV los osos eran muy abundantes como relata el propio rey Alfonso XI en el célebre Libro de Montería, no desapareciendo completamente al menos hasta la segunda mitad del siglo XVI. Es fácil entender que la presencia de osos dificultaría mucho la vida en la zona.
Lo que sí sabemos con total seguridad es que en 1468 Guijo, que era una aldea o barrio perteneciente a la Villa de Jarandilla, existía y estaba habitado por pastores que pidieron al Señor de Jarandilla que les señalase un coto de pastos para sus ganados independiente del de los vecinos de Jarandilla, algo que les fue concedido pero sin que en ningún caso supusiese su independencia jurisdiccional y civil respecto a Jarandilla, a quien pertenecía también Guijo en el ámbito religioso.
Existía, no obstante, un gran terreno dentro de la jurisdicción jarandillana que no era propiedad de la Villa citada sino que perteneció al Sexmo de Plasencia y posteriormente a la Comunidad de Pueblos de Plasencia. Se trataba del denominado Baldío de Jaranda, que ocupaba la parte más alta y escabrosa del amplio valle de la Garganta Jaranda.
Tras varios intentos fallidos, el 27 de agosto de 1816, Guijo se independizó de Jarandilla, tomando el nombre de Guijo de Santa Bárbara. Desde entonces, la población contó con su propio término municipal que estaba constituido por el Baldío de Jaranda, la gran Dehesa Boyal, perteneciente al Ayuntamiento o a Los Propios, que ocupaba la mayor parte del término y las pequeñas parcelas particulares pertenecientes a numerosos vecinos.
La situación económica de España en el siglo XIX era realmente catastrófica por lo que se optó por desamortizar numerosos terrenos que pertenecían a las llamadas manos muertas ya que no podían venderlos. Primeramente se expropiaron o desamortizaron los bienes eclesiásticos en 1836 mientras que dos décadas más tarde se desamortizaron los bienes comunales como el Baldío de Jaranda y la Dehesa Boyal.
Al ser desamortizado un terreno, pasaba a ser propiedad del Estado que era desde ese momento el encargado de venderlo en subasta pública.
Piara de cabras.
(c) Juan Antonio Rodríguez Vidal.
El Baldío de Jaranda, de unas 965 hectáreas según las medidas tomadas por los agrimensores de la época, fue subastado en 1859.
Dada su escabrosidad y poco terreno aprovechable, se tasó en 12.000 reales y fue capitalizada en 13.500 reales, precio con el que salió a subasta, siendo rematada por 45.100 reales y adquirida por Antonio Jiménez García, conocido popularmente como El Abuelo Viejo, que debería abonar la cantidad citada en 10 plazos.
Antonio Jiménez García era ya un importante terrateniente que había comprado numerosas fincas en Guijo, Jarandilla o Talayuela pero al ser ganadero trasterminante, le interesaba asegurarse la posibilidad de aprovechar siempre los pastos estivales del Baldío de Jaranda durante el Agostadero. Sin embargo, tras adquirir la propiedad, la dividió en 45 acciones, reservándose 4 y cediendo las 41 restantes a 22 vecinos de Guijo de Santa Bárbara.
La llamada Dehesa Boyal, más extensa que El Baldío de Jaranda, fue dividida en 5 lotes o partes para facilitar su venta:
- Los Guatechos: 484 hectáreas.
- Las Umbrías: 173 hectáreas.
- La Lanchuela: 274 hectáreas.
- Las Arguijuelas: 1200 hectáreas.
- El Cuchillar: 900 hectáreas.
Los tres primeros lotes o partes salieron a subasta el 6 de abril de 1865 con los siguientes precios:
- Los Guatechos: 15.000 reales.
- Las Umbrías: 6.500 reales.
- La Lanchuela: 9.540 reales.
Fueron adquiridos estos terrenos el 12 de abril de 1865 por José García de Aguilar y Domínguez que pagó 15.100 reales por el primero, 6.500 reales por el segundo y 9.540 reales por el tercero, debiendo pagar dichas cantidades en 10 plazos.
Los terrenos de Las Arguijuelas y El Cuchillar salieron a subasta al año siguiente, concretamente el día 21 de septiembre de 1866 por los siguientes precios:
- Las Arguijuelas: 19.125 reales.
- El Cuchillar: 17.347 reales.
Ambos terrenos fueron adquiridos por Antonio Modesto Jiménez Santos, hijo de Antonio Jiménez García y yerno de José García de Aguilar y Domínguez, pagando 40.100 reales por la primera propiedad y 40.000 reales por la segunda, debiendo realizar dichos pagos en 10 plazos.
Antonio Modesto Jiménez Santos y su suegro eran también importantes ganaderos pero, al igual que El Abuelo Viejo, no querían ser propietarios exclusivos de los terrenos que habían adquirido por lo que decidieron unir los 5 terrenos que habían adquirido y formar una sola propiedad denominada DEHESA SIERRA DE JARANDA la cual dividieron en 222 acciones que cedieron a un total de 96 vecinos de Guijo algunos de los cuales, eran ya accionistas de El Baldío.
Redactaron la Escritura de Cesión de los terrenos el 30 de enero de 1867 aunque el documento no estuvo terminado hasta el 7 de octubre. Al haber fallecido repentinamente José García de Aguilar y Domínguez el 21 de julio de 1867, fue su hija Juana García de Aguilar y Martín, esposa de Antonio Modesto, la que se encargó de firmar en representación de su difunto padre.
Así, la mayor parte del término municipal de Guijo de Santa Bárbara quedó dividido en dos grandes fincas:
- El Baldío de Jaranda.
- La Dehesa Sierra de Jaranda.
Ya en 1867, los accionistas del Baldío habían terminado de realizar al Estado los pagos correspondientes por lo que eran propietarios absolutos de su finca pero los accionistas de la Dehesa Sierra de Jaranda tardarían varios años en realizar los pagos. Los plazos de la compra de Los Guatechos, Las Umbrías y la Lanchuela terminaron de pagarse el 28 de julio de 1874 mientras que los plazos de la compra de Las Arguijuelas y El Cuchillar, terminaron de pagarse el 18 de octubre de 1875.
Desde ese momento, los accionistas tanto del Baldío como de la Sierra, que eran la mayoría de vecinos del pueblo, pudieron respirar con tranquilidad al ser propietarios absolutos de los terrenos, asegurándose así el aprovechamiento de recursos fundamentales para su subsistencia como el pasto para alimentar a su numerosa cabaña ganadera y el aprovechamiento maderero de los extensos robledales.
Al ser un acontecimiento tan importante, se decidió celebrarlo debidamente, organizando los accionistas de la Dehesa Sierra de Jaranda una comida para todos los vecinos de Guijo de Santa Bárbara. Fueron necesarios algunos días para realizar todos los preparativos y por fin el día 31 DE OCTUBRE DE 1875 tuvo lugar la comida para la cual se sacrificaron 6 CABRAS GORDAS suponiendo un gasto para los propietarios de la Dehesa de 306 reales.
Cabras Veratas.
Ganadería de Alejandro Torralvo Gutiérrez.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Aunque no se nos ofrece más información escrita, sabemos perfectamente por la tradición oral cómo eran las comidas organizadas para las celebraciones en la época como por ejemplo las bodas. Solían tener lugar con motivo de las bodas y en ellas se servía como plato principal carne de cabra en salsa, nombre con el que es conocida en Guijo de Santa Bárbara la tradicional caldereta.
Preparando la caldereta de cabra.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Y es que no había en la época mejor manera para celebrar una noticia tan importante que reunir a todo el pueblo para hacer una comida de convivencia degustando la exquisita carne de cabra que era la más consumida de forma fresca en aquellos años, aunque su consumo se limitaba a un cachillo para dar sustancia y sabor al caldo del cocido que se comía todos los días al mediodía y que no solía llevar más que garbanzos, tocino, un trozo de morcilla de verano y carne de cabra salvo en aquellos días en los que el cabrero regresaba del campo con un rico lagarto en el morral.
Otras carne como el pollo quedaban reservadas para la Nochebuena mientras que la carne de ternera o vaca se consumía sólo en ocasiones muy especiales y más aún desde que en 1866 se matara la última Vaca de Santa Bárbara.
Plato de cocido.
(c) Silvestre de la Calle García.
Lo verdaderamente importante de esta historia es que desde el 31 de octubre de 1875, hace hoy 150 años, los guijeños pudieron decir con orgullo que ya eran un pueblo pleno con su parroquia, su jurisdicción y su Sierra.
Ciertamente, en aquel momento, la sierra de Guijo estaba dividida en dos grandes fincas conocidas como El Baldío y La Sierra las cuales se unieron en 1896 para conformar la actual Dehesa Sierra de Jaranda, pero ya hace 150 años los guijeños pudieron celebrar con alegría que eran propietarios de esa sierra que durante siglos había dado de comer a tantas generaciones de guijeños y que sigue siendo el pilar fundamental para la economía local.
De la Calle García, S y De la Calle Hidalgo, A (2018). La Dehesa Sierra de Jaranda.
Fdo: Silvestre de la Calle García.
Cronista Oficial de la Villa de Guijo de Santa Bárbara.














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