La labor realizada por los bomberos forestales es fundamental para la extinción de los terribles incendios, muchas veces lamentablemente provocados, que cada verano asolan los montes españoles realizando además estos grandes profesionales, que son auténticos héroes, importantes y muy necesarias labores de prevención de dichos incendios entre las que destaca la limpieza del monte, tarea realizada antaño por el ganado doméstico que actuaba como GANADO BOMBERO.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA.
Los incendios forestales en la península Ibérica son algo natural desde el cambio climático que se produjo tras la última glaciación y que se vio agudizado por la actividad humana y la reducción de la población de las diversas especies de herbívoros salvajes que mantenían grandes espacios abiertos con arbolado disperso a semejanza de los que hoy podemos encontrar en ciertas zonas del continente africano.
Caballos en un paisaje abierto con arbolado disperso.
Parrillas (Toledo)
(c) Hispano-Bretones Sur de Gredos.
Los incendios, surgidos por causas naturales como los rayos durante los periodos de sequía o por la actividad humana, no tenían mayor importancia en aquellas amplias extensiones de pasto sino que beneficiaban al terreno y a los propios herbívoros al fertilizarse el suelo con las cenizas dando lugar en años sucesivos a nutritivos pastizales.
Pero conforme los espacios abiertos iban convirtiéndose en densos bosques, estos incendios eran mucho más difíciles de controlar y llegaban a constituir un peligro para los animales e incluso las comunidades humanas de cazadores-recolectores.
LA APARICIÓN DEL GANADO.
En el neolítico se produce en la península Ibérica, como en otras regiones del mundo, un cambio radical al pasar el hombre de ser cazador y recolector a ganadero y agricultor, aclarando nuevamente al arbolado para obtener terrenos dedicados al pastoreo y el cultivo.
Choza y cercado de pastores.
El Hornillo, Guijo de Santa Bárbara (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
El ganado doméstico fue una pieza clave en esa transformación pues, una vez que el hombre talaba los árboles de mayor porte, el ganado se encargaba de controlar el crecimiento de arbustos y árboles manteniendo el terreno limpio durante varios años, reduciendo así el riesgo de incendios forestales de gran magnitud.
Ovejas pastando.
Arenas de San Pedro (Ávila)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
LA GESTIÓN FORESTAL Y LA GANADERÍA.
Desde tiempo inmemorial, el hombre de campo supo aprovechar todos los recursos disponibles pero sin agotarlos para que las generaciones futuras pudiesen disfrutar de ellos. El aprovechamiento de los recursos forestales, de la tierra de cultivo y de los pastizales se conjugó a la perfección desde épocas muy antiguas surgiendo así verdaderos sistemas agrosilvopastorales como la dehesa.
El ganado era clave para fertilizar el suelo tanto en los terrenos de pastoreo como en los agrícolas y al mismo tiempo era fundamental para el control de la vegetación natural evitando el crecimiento excesivo de árboles y arbustos aunque para que no dañase excesivamente el terreno era preciso controlarlo mediante el pastoreo racional y la realización de desplazamientos periódicos que permitiesen la regeneración del arbolado que interesase preservar.
De esta forma, tanto el hombre con las especies vegetales y animales silvestres se veían beneficiados en todo momento creándose un verdadero equilibrio entre gestión y conservación que se mantendría inalterable durante siglos e incluso milenios.
Para ello, el famoso GANADO BOMBERO, nombre que, lógicamente, no recibía en el pasado era fundamental siendo entendido por las gentes del medio rural de todos los tiempos sin necesidad de realizar complejos estudios ni gestiones rebuscadas.
EL GANADO BOMBERO.
Pero ¿Cómo puede el ganado apagar el fuego como los bomberos humanos? Naturalmente, los animales no apagan el fuego directamente porque, como es comprensible, son seres irracionales que huyen del fuego por considerarlo un peligro extremo para su existencia pero pueden contribuir poderosamente para evitar que esos incendios se produzcan y propaguen.
Alejandro Torralvo con sus cabras.
Obsérvese la limpieza del sotobosque.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
El ganado se alimenta de todo tipo de plantas, pero dependiendo de su especie se alimenta de una manera diferente consumiendo ciertas plantas o partes de las mismas por lo que la asociación de diversas especies ganaderas puede ser realmente beneficiosa para el medio ambiente en general y la reducción del riesgo de incendios forestales.
Las vacas tienden a alimentarse en terrenos abiertos, consumiendo las hierbas más altas y bastas. Su pisoteo y la costumbre de echarse cerca de los árboles existentes buscando sombra y refugio, contribuye negativamente a la regeneración del arbolado al destruir los pequeños arbolitos cuando nacen e incluso cuando ya han crecido un poco y se rascan contra ellos.
Esto no tiene por qué ser necesariamente perjudicial puesto que permite mantener los terrenos abiertos.
Ocasionalmente, cuando las hierbas escasean, las vacas pueden ramonear las hojas y brotes tiernos de los árboles aunque se encuentren a bastante altura debido a su gran alzada.
Las ovejas, se alimentan de manera similar a las vacas pero consumiendo las hierbas más cortas y finas, pastando a ras de tierra. Como las vacas, muy rara vez ramonean los árboles y arbustos y si lo hacen sólo alcanzan las ramas más bajas al ser animales de escasa alzada.
La alimentación de los caballos, burros y mulos podría situarse a medio camino entre la de las vacas y las ovejas ya que consumen fundamentalmente las hierbas cortas y duras en terrenos abiertos que son desdeñadas por vacas y ovejas. No suelen ramonear.
El ganado bombero por excelencia es sin lugar a dudas la cabra.
Este animal es poco dado a pastar, prefiriendo ramonear las hojas y brotes de árboles y arbustos tanto a nivel bajo cuando están a cuatro patas como a una altura similar a la de las vacas al ser capaces de levantarse y sostenerse con relativa facilidad sobre dos patas.
Por si fuera poco, las cabras son capaces de alimentarse en terrenos inaccesibles para otras especies debido a su gran agilidad siendo capaces de desenvolverse con soltura en pedregales y áreas de fuerte pendiente.
Rebaño de cabras en una zona de difícil acceso.
El Gasco, Nuñomoral (Cáceres)
(c) Silvestre de la Calle Hidalgo.
Es preciso mencionar también a los cerdos que, cuando son explotados de forma extensiva en grandes piaras mantienen el terreno absolutamente limpio de vegetación si no se les coloca un alambre en el hocico para evitar que hocen el suelo.
Y para tener terminar con el ganado bombero debemos mencionar, por raro que parezca, a las gallinas y otras aves de corral que cuando son mantenidas en libertad, llegan a ejercer una gran labor limpiadora por su costumbre de escarbar el terreno en busca de animalillos y para bañarse en el polvo.
Hoy en día, puede parecernos raro el considerar a las aves de corral como GANADO BOMBERO pero en épocas pasadas cuando muchas familias residían en cortijos, casas de campo o sencillos y humildes chozos en el campo, las aves mantenían los alrededores de estas construcciones totalmente limpias y libres del peligro de incendios.
Pavos junto a una casa de campo.
Alburquerque (Badajoz).
(c) Abel Pache Gómez.
Antiguamente, los pueblos y aldeas de gran parte de España y aún hoy en no pocos casos, estaban rodeados de las llamadas dehesas boyales o cotos concejiles y municipales, donde los vecinos podían tener una determinada cantidad de ganado a menudo sin coste alguno, sirviendo estos espacios de lugares para la recogida de leña para los hogares.
El pastoreo de ese ganado hacía que los citados terrenos se mantuviesen limpios y, en caso de producirse algún incendio en los montes más alejados, las llamas nunca alcanzasen las viviendas o pudieran ser sofocadas antes de que eso ocurriera.
POLÍTICA FORESTAL EN TIEMPOS MODERNOS.
Con el paso de los siglos, aquella gestión llevada a cabo durante milenios por los ganaderos manteniendo extensas zonas de pastizal con matorral y arbolado disperso, empezó a considerarse algo propio del pasado y comenzaron a hacerse repoblaciones por pensar que los montes eran improductivos si no tenían árboles.
En lugar de optar por las especies arbóreas de cada lugar, en muchas zonas se optó por buscar árboles de crecimiento rápido, especialmente en los siglos XIX y XX de forma que en pocos años pudieran utilizarse para la producción de resina, papel, madera...
Naturalmente, al plantar árboles, el terreno debía ser acotado al menos durante unos años al ganado, obligando a los ganaderos a emigrar a otros lugares o a concentrarse en terrenos poco aptos para el cultivo o para la plantación de árboles y en los que sólo el ganado, aunque a durísimas penas, podía sobrevivir aunque sin desarrollar satisfactoriamente sus cualidades productivas.
¡NECESITAMOS GANADO!
Los nuevos bosques en los que ni habitaban especies de herbívoros salvajes ni ganado doméstico, no tardaron en verse invadidos por un denso sotobosque aumentando así el riesgo sufrir incendios forestales y por si fuera poco, se dejó de recoger leña en el monte y hojas y matorrales para las camas del ya inexistente ganado.
Cada año, debían realizarse costosas intervenciones para tratar de controlar el crecimiento del matorral así como la construcción de vías e infraestructuras que permitiesen la extinción de posibles incendios forestales.
Se vio entonces que lo que se había realizado durante milenios, era lo más efectivo por lo que era necesario volver a mantener ganado en el monte que desarrollase labores de limpieza y control del matorral.
¿DÓNDE ESTÁ EL GANADO?
Cuando las Administraciones públicas se han dado cuenta de que se necesita más ganado en el monte, resulta que en muchos lugares no hay ganado ni ganaderos. ¿Por qué?
Vaca Tudanca.
(c) Diego Ceballos San Miguel.
Ya en numerosos artículos publicados en EL CUADERNO DE SILVESTRE hemos abordado el tema de la falta del ganado en nuestros montes, recomendando al lector que consulte los artículos HACE FALTA MÁS GANADO (26-8-2022) o LA GANADERÍA ESPAÑOLA EN PELIGRO (31-5-2023), pero a grandes rasgos podemos resumir los motivos por los que a nuestro juicio hay tan poco ganado, o ningún según la zona, en nuestros montes.
Cabras en Pozanco (Ávila)
(c) Miguel Alba Vegas.
En primer lugar, debemos anotar aquellas famosas políticas forestales "antiganaderas" que obligaron a los ganaderos a asentarse primero en zonas inhóspitas cual indios en las reservas donde el ganado a duras penas podía sobrevivir. Muchos terminaron por malvender el ganado y emigrar a las ciudades en busca de una "vida mejor".
Flora Sánchez con sus hijos y las cabras en Pimesaíllo.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres).
(c) Familia Torralvo.
Los que se quedaron, en muchos casos optaron por cambiar el tipo de ganado que criaban e introducir, a veces con el fomento de la propia Administración, especies o razas no autóctonas pero más productivas aunque debían ser explotadas siguiendo sistemas menos extensivos por lo que no realizaban la beneficiosa labor del ganado autóctono de antaño en el monte.
Vaca Frisona.
Brozas (Cáceres)
(c) Pilar Domínguez Castellano.
Lógicamente aún queda mucho ganado, tanto de razas autóctonas como introducidas, explotado de manera extensiva, que realiza una importante labor como GANADO BOMBERO aunque cada día los ganaderos encuentran más y más trabas para mantener su ganado como la falta de rentabilidad de las explotaciones ante los bajos precios en origen y los cada vez más elevados costes de producción, las rigurosas normativas sanitarias, la excesiva burocracia y tantos y tantos problemas ya tratados en artículos de este mismo blog.
Cabras alimentándose en un camino.
Casas de Millán (Cáceres)
(c) Dionisio Prieto Cuarto.
¿CÓMO TRABAJA EL GANADO BOMBERO?
Los bomberos forestales desarrollan un arduo y peligroso trabajo durante la temporada veraniega pues, debido a la sequía, el riesgo de producirse incendios forestales aumenta ostensiblemente, aunque en aquellas zonas donde no hay ganado, deben realizar durante todo el año labores de prevención.
Incendio forestal.
(c) Miguel Alba Vegas.
Por su parte, el llamado GANADO BOMBERO desarrolla su actividad a lo largo de todo el año y especialmente en los meses primaverales cuando tras las lluvias de otoño y primavera y al pasar los rigores invernales, el campo se llena de hierba y se muestra en todo su esplendor.
Oveja con sus corderos en un pastizal.
Acehúche (Cáceres)
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.
Es precisamente en esas primaveras de pasto abundantísimo, cuando el ganado apaga más incendios al consumir materia vegetal fresca que de otro modo se secaría al llegar el verano constituyendo un combustible altamente inflamable.
Cabras alimentándose de matorral.
(c) Juan Antonio Rodríguez Vidal.
CONCLUSIONES.
Es más que evidente que el ganado es fundamental para la prevención de incendios forestales y en muchos lugares ya se mantiene o se contratan los servicios de ganado bombero cuando es algo de durante siglos y milenios hizo de manera totalmente gratuita el ganado de los ganaderos puesto que literalmente le iba la vida en ello al depender de lo que comía para sobrevivir y producir.
Volvamos una vez más los ojos a los tiempos de nuestros abuelos y recordemos que...DEL VIEJO, EL CONSEJO.
Si el lector quiere ver auténtico GANADO BOMBERO trabajando, sólo tiene que ir a la localidad abulense de Navalosa y encontrará a TÍA JUANA, cabrera de casi 93 años, con sus cabras cerca de la carretera.
Tía Juana con sus cabras limpiando la cuneta de la carretera.
Navalosa (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle Hidalgo.
Existen numerosos e interesantes programas y actividades que implican al GANADO BOMBERO pudiendo destacar la actividad COMO CABRAS que puede consultarse en el siguiente enlace externo:
Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.
Antes el ganado tenía que pagar los pastos que se comía. Ahora tendremos que pagarle al ganadero, si queremos que se coma el pasto y asi evitar incendios. En otras zonas ya lo han hecho, siempre saldrá mas barato y es mas eficaz que hacerlo con máquinas.
ResponderEliminarEn el Soto de Ávila dejan crecer la hierba para hacer un solo corte y que salga mas barato. El año que se retrasen en el corte porque venga una ola de calor el fuego llegara a las casas. Si el ganado se encarga de ello, cuando llegan los calores, apenas hay hierba y un fuego es menos peligroso