EL GARAÑÓN

La reproducción tiene gran importancia en cualquier especie ganadera siendo fundamentales los cuidados prestados por el ganadero tanto a las hembras reproductoras como a los machos.
En el caso de los asnos domésticos o burros, es muy importante cuidar adecuadamente al macho reproductor de la especie, conocido como GARAÑÓN.

Garañón.
Navacepeda de Tormes (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

DENOMINACIÓN.
En numerosas especies domésticas, el macho y la hembra tienen nombres totalmente diferentes y no simplemente masculinizados o feminizados. Así, el ganado bovino el macho es el toro y la hembra la vaca, en el ovino el macho es el carnero y la hembra la oveja, en el caprino el macho es el macho cabrío y la hembra la cabra y en el ganado equino caballar el macho es el caballo y la hembra es la yegua. Pero en la especie asnal, ambos sexos tienen un nombre muy similar, siendo el macho el ASNO o BURRO y la hembra la ASNA o BURRA.

Burro junto a una casilla.
Navalosa (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

Las palabras ASNO y BURRO, que son completamente sinónimas, pueden utilizarse para designar a todos los machos adultos de la especie, pero suelen reservarse para designar a los machos utilizados para el trabajo, los cuales siempre son castrados para facilitar su manejo.

Alonso de la Calle Hidalgo arando con un burro castrado.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Familia de la Calle García.

El macho adulto entero o sin castrar utilizado para la reproducción es denominado GARAÑÓN para distinguirlo de los anteriormente citados burros de trabajo, siendo raro emplear la denominación de SEMENTAL por poder confundirse con el caballo que nunca, pese a ser similar al burro, es denominado garañón.

Garañón.
Navacepeda de Tormes (Ávila).
(c) Silvestre de la Calle García.

DE BORRIQUILLO A GARAÑÓN.
Los asnos o burros son animales bastante longevos por lo que su desarrollo es más lento que el de otras especies ganaderas siendo necesarios alrededor de 4 años desde el nacimiento hasta que los machos alcanzan la madurez sexual plena.

Garañón.
Navacepeda de Tormes (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.

Al igual que las yeguas, las burras domésticas pueden entrar en gestación en cualquier época del año pero tienen a presentar un comportamiento propio de sus ancestros salvajes, siendo animales poliéstricos de días largos, entrando en celo cuando los días comienzan a alargarse sensiblemente en los días de febrero-marzo, decreciendo su actividad sexual a finales de verano.

Burra con su cría.
(c) Miguel Alba Vegas.

La gestación en las burras dura entre 12 y 13 meses por lo que la paridera o época de parto y la cubrición o fecundación se solapan totalmente en el tiempo, entrando en celo a los 7-9 días del parto.
El parto de las burras suele ser sencillo y sumamente rápido pues el dicho popular "es más largo que el parto de la burra"  hace referencia al periodo de gestación y no al parto propiamente dicho que, en condiciones normales, dura unos pocos minutos.

Borriquillo recién nacido.
Casas del Puerto (Ávila)
(c) Alexis Hernández Llorente.

Poco tiempo después la cría, conocida como borrico, borriquillo, buche... es capaz de sostenerse sobre sus temblorosas patas comenzando a alimentarse de la dulce leche de su madre que constituirá su alimento básico durante los primeros 6 meses de vida aunque a las pocas semanas de nacer ya puede consumir alimento sólido.

Borriquillo mamando.
(c) Miguel Alba Vegas.

Si el garañón convive con las hembras, tolerará sin problema alguno la presencia de las crías pero cuando los jóvenes machos tienen aproximadamente 6 meses, comienza verlos como competidores y trata de expulsarlos de la manada e impedir que se acerquen a las burras llegando en ocasiones a propinarles terribles mordiscos incluso en la zona genital.

Manada de burros.
(c) Miguel Alba Vegas.

En ese momento, los jóvenes borricos son destetados y aquellos elegidos como futuros garañones, son convenientemente atendidos para que se desarrollen adecuadamente durante varios años pues aunque a los 12-24 meses ya pueden cubrir a las burras es conveniente esperar hasta los 4 años para que los testículos se desarrollen y desciendan correctamente.

Borrico de un año y medio.
Navacepeda de Tormes (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.

Cumplidos los 4 años, el garañón puede comenzar sin problema alguno su carrera reproductiva cubriendo burras y yeguas, como luego veremos, durante varios años e incluso décadas si está adecuadamente cuidado.

Garañón.
Navacepeda de Tormes (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.

MANEJO REPRODUCTIVO.
La reproducción de los burros está mucho menos estudiada que la de los caballos ya que tradicionalmente estos animales eran utilizados por los labradores más humildes y nunca por los reyes y grandes señores puesto que no eran aptos para la guerra sino que se empleaban fundamentalmente en labores agrícolas ligeras y en aquellas zonas demasiado pobres donde los bueyes no podían sobrevivir.

Burros en una zona montañosa.
Tornavacas (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Los ganaderos que posean varias burras y un garañón, pueden dejar a éste todo el año junto a ellas sin tener que preocuparse mucho más ya que el animal cubrirá a las burras cuando salgan en celo a los 7-9 días de haber parido o a lo largo de la primavera y el verano si no han parido este año.
Sin embargo, dado que los burros enteros suelen ser bastante difíciles de controlar, lo más habitual es mantenerlos separados de las burras durante buena parte del año y llevarlas cuando salen en celo para que se cubran.

Burros en Navarredonda de Gredos (Ávila)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

El cortejo en los asnos o burros es idéntico al que los caballos por lo que recomendamos al lector interesado que consulte el artículo sobre EL CABALLO SEMENTAL donde se incluye una secuencia fotográfica de este proceso.

Burro y burra en Meruelo (Cantabria)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Los ganaderos que no disponen de semental propio, que en el caso del ganado asnal son la inmensa mayoría, suelen recurrir actualmente a la inseminación artificial. 
En el pasado, era común llevar a las burras al garañón de algún vecino o bien acudir a las paradas, locales de propiedad particular, municipal o estatal donde se mantenían sementales caballares y garañones para cubrir a las burras y yeguas.

Burra con su buche.
Navacepeda de Tormes (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.

SISTEMAS DE CRÍA.
A la hora de cubrir o inseminar a sus burras, los ganaderos pueden optar por dos sistemas fundamentales de cría.

Cría en pureza.
Se realiza cuando las burras pertenecientes a una determinada raza son cubiertas por un garañón de su misma raza con el objetivo de conservar y mejorar la misma. 
En España, por ejemplo, existen 6 razas asnales reconocidas oficialmente: Andaluza, Asno de las Encartaciones, Balear, Catalana, Majorera y Zamorano-Leonesa. Todas ellas están en peligro de extinción por lo que en la medida de lo posible se intenta inseminarlas o cubrirlas en pureza.

Asno Andaluz cubriendo a una burra.
Covaleda (Soria)
(c) César Rioja Andrés.

Cruzamiento.
Cuando se mantienen burras mestizas o cruzadas o simple no se quiere o no se puede cubrirlas o inseminarlas de un garañón de su raza, se recurre al cruzamiento. En épocas pasadas, cuando los burros eran muy apreciados para el trabajo, era muy común utilizar sementales de las razas Andaluza, Catalana y Zamorano-Leonesa para cubrir burras mestizas y obtener así ejemplares de mayor tamaño y mejor conformación para el trabajo.
La fama de estos garañones, así como la de los de raza Balear, trascendió nuestras fronteras y fueron exportados a países como Francia, Italia y Estados Unidos para mejorar las razas y poblaciones locales de burros.

Asno Andaluz cubriendo a una burra.
Covaleda (Soria)
(c) César Rioja Andrés.

LA HIBRIDACIÓN.
Dentro de la reproducción asnal y hablando del garañón, merece un capítulo separado la hibridación con las yeguas dando así lugar al MULO, el híbrido animal más conocido y apreciado del mundo y que constituye un auténtico ÉXITO de la ganadería mundial.

Mulo.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Silvestre de la Calle García.

Los burros son animales con un gran ardor genésico y no muestran reparo alguno en cubrir a las yeguas aunque no sean de la misma especie.
Es conveniente que las yeguas sean cubiertas por primera vez, especialmente si aún son jóvenes, por un caballo ya que la gestación y el parto son más sencillos de forma que si se presentan algunas dificultades, el ganadero no cubrirá a la yegua de un burro para evitar esos problemas.

Semental cubriendo a una yegua.
Ruente (Cantabria)
(c) Raquel Cayón Campuzano.

Si la gestación y la paridera de la yegua tienen lugar sin dificultad, ya en su segunda cubrición podrá ser cubierta sin problema alguno por el garañón. 
Normalmente, en la primera cubrición, las yeguas se muestran sumamente reacias a ser cubiertas por un garañón al no ser de su misma especie por lo que a menudo deben ser atadas y sujetadas convenientemente para evitar que den coces o se muevan en exceso impidiendo la cubrición.

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Garañón cubriendo a una yegua.
Covaleda (Soria)
(c) César Rioja Andrés.

En sucesivas cubriciones, las yeguas aceptarán con total normalidad al garañón hasta el punto de que muchos estiman que la yegua que es cubierta varios años seguidos por un garañón, se mostrará reacia a ser cubierta por un semental de su especie.
Aún así, en algunas ocasiones las yeguas son reacias a ser cubiertas por un garañón por lo que para encelarlas y que acepten a su pretendiente, se las suele atar donde puedan ver a un semental que las distraiga mientras que el garañón las cubra siendo a veces necesario ayudar a éste atando y apartando la cola de la yegua e incluso introduciendo el miembro del garañón en la vagina de la yegua.

Garañón cubriendo a una yegua con ayuda.
Covaleda (Soria)
(c) César Rioja Andrés.

A MODO DE EPÍLOGO.
Como podemos ver en este sencillo artículo, la reproducción de los burros es muy similar a la de los caballos pudiendo por ello aparearse ambas especies entre sí o ser inseminadas las hembras con semen de la especie contraria.
Lamentablemente, es cada vez menos frecuente la presencia de burros en nuestros campos y no digamos el apareamiento de burros y yeguas para la obtención de mulos aunque todavía es posible verlo en algunas zonas.

El autor con unos burros.
Meruelo (Cantabria).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

AGRADECIMIENTOS.
Quiero agradecer la colaboración de todos los fotógrafos y ganaderos que han participado en la realización de este artículo pero especialmente la de César Rioja Andrés, de Covaleda (Soria) por los extraordinarios vídeos de su garañón cubriendo burras y yeguas, en este último caso, para la obtención de preciosas mulas.

Futuro garañón.
Navacepeda de Tormes (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.


NOTA FINAL DEL AUTOR.
El asno o burro doméstico es un animal que ha marcado grandemente la vida en el medio rural por lo que en EL CUADERNO DE SILVESTRE se han publicad numerosos artículos relacionados con este animal. Recomendamos al lector interesado la lectura de los siguientes artículos:



Burros en Meruelo (Cantabria)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.

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