A MI ABUELA
EL CUADERNO DE SILVESTRE exige una gran dedicación y trabajo. Detrás de cada artículo hay muchas horas de investigación consultando libros y archivos, hablando con expertos de cada materia a tratar, recopilando fotografías para acompañar al texto y hacer más amena la lectura...
Como bien sabe el lector, el lema del blog es DEL VIEJO, EL CONSEJO, título de un bello poema de José María Gabriel y Galán (1870-1905) y eso es precisamente lo que hago yo en muchas ocasiones por lo que en este DÍA DE LOS ABUELOS, quiero dedicar unas palabras a mi abuela Visitación Hidalgo Burcio.
Mi abuela Visitación nació el 14 de diciembre de 1929 en Navalmoral de la Mata (Cáceres) siendo hija de Constantino Hidalgo del Monte (1896-1966) natural de Navalmoral de la Mata y de Benigna Burcio de la Calle (1904-1992) natural de Guijo de Santa Bárbara (Cáceres).
Sus abuelos paternos Claudio Hidalgo Sánchez y Eustaquia del Monte Luengo habían fallecido tiempo atrás y su abuela materna Visitación de la Calle Jiménez había fallecido en febrero de ese mismo año por lo que sólo vivía su abuelo Juan Burcio García de Aguilar que por aquel entonces residía en Majadas (Cáceres) donde arrendaba dehesas para sus numerosas vacas trashumantes.
En 1937, en plena Guerra Civil y tras el bombardeo que arrasó Navalmoral, la familia de mi abuela prefirió trasladarse a Guijo de Santa Bárbara, pueblo natal de mi bisabuela. Atrás dejaron una confortable vida y un próspero negocio pues mi bisabuelo era carnicero en Navalmoral.
Al llegar a Guijo se establecieron en una casa que mi bisabuela poseía en la Plaza de la Fuente y que había pertenecido a su bisabuelo Benito García de Aguilar y Martín (1822-1908), sacristán de la Parroquia de Nuestra Señora del Socorro e importante ganadero.
Años más tarde se trasladaron a una espaciosa vivienda con un precioso huerto en la Calle del Tejar.
Mi abuela, que ya en Navalmoral había asistido al colegio de las Religiosas de la Sagrada Familia de Burdeos, pudo asistir a la escuela en Guijo de Santa Bárbara donde siempre fue una alumna muy aventajada y querida por su maestra Doña Justa León Blasco.
Por aquellos años, mi bisabuelo montó una carnicería en Guijo de Santa Bárbara y, aunque en principio compraba a los cabreros locales las llamadas cabras carniceras para abastecer la carnicería, después compró sus propias cabras, trashumando durante algunas primaveras a dehesas del Campo Arañuelo en poblaciones como Majadas y Navalmoral.
Mi bisabuelo tenía las cabras a medias con Cipriano Sánchez "El Pispís" que se encargaba del cuidado de las cabras mientras que mi bisabuelo atendía a las clientas en la carnicería donde la única carne que se comercializaba era la de las cabras que él mismo sacrificaba. Además de la carne, se vendían los callos y patas de las cabras, que eran muy demandados, así como las morcillas frescas elaboradas por mi bisabuela con la sangre de las cabras y otros ingredientes que se embutían en las tripas que mi abuela lavaba todos los días junto a Eduarda, la mujer de Cipriano, en las frías aguas del Cauce de Buenos Ajos.
Con el tiempo, mi bisabuelo vendió las cabras y cerró la carnicería para dedicarse a la cría de vacas suizas.
Mi abuela ayudó en todo momento a sus padres siendo en aquella época cuando se hizo novia de mi abuelo Antonio Leandro de la Calle Jiménez (1924-2022) con quien contrajo matrimonio el 12 de abril de 1951 teniendo cuatro hijos llamados Alonso, Inmaculada, María Antonia y Raquel.
Mi abuelo era cartero rural pero complementaba la economía familiar con la agricultura y la ganadería siendo propietario de vacas "negras" que luego cambió por suizas y pardas. Mi abuela Visitación que se hacía cargo de las labores domésticas, del cuidado de los niños y de las dos abuelas (su madre y su suegra), ayudaba a mi abuelo en las tareas del campo como recoger el heno, sembrar y recoger las patatas, coger castañas y aceitunas, plantar, colgar y deshojar el tabaco y un largo etcétera.
Con el tiempo, poco antes de jubilarse mi abuelo, decidieron vender las vacas coincidiendo en el momento en el que empezamos a llegar los 8 nietos: Jara, Álvaro, Silvestre, Rocío, Alejandro, Luis, Pablo y Marcos.
Al séquito de nietos se añadió posteriormente Héctor, el primer y único bisnieto de mi abuela por el momento.
LA FAMILIA DE LA CALLE.
A sus 95 años camino de 96 en el presente año, mi abuela lleva una vida sencilla e independiente. Vive sola en su casa, hace las tareas domésticas, sale a comprar, a pasear, reza diariamente el Santo Rosario como buena devota que es y acude a Misa siempre que la hay para comulgar siempre de rodillas y pasa gran parte de su tiempo libre entretenida con la lectura de libros históricos y novelas. Su único problema según siempre dice, es la oreja....
Rezando ante el Santísimo en el Monumento.
Semana Santa 2025.
(c) Silvestre de la Calle García.
A día de hoy, mi abuela es la mujer más vieja del pueblo. Llegar hasta eso no ha sido fácil ya que a lo largo de su vida ha tenido que trabajar mucho, como todas las mujeres de su época, tanto en casa sin las comodidades que hay hoy en día como en el campo donde el trabajo era también más duro que hoy.
Aún así, ella nunca se queja y se siente muy orgullosa de ser como ha sido y de haber sacado junto a mi abuelo a la familia adelante.
Procuro pasar gran parte del tiempo con ella escuchando sus muchas historias que desgrana con su memoria prodigiosa y procuro que queden escritas en este blog.
Entrevistando a mi abuela.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Es difícil resumir aquí todo lo que en este día tendría que decir a mi abuela por lo que simplemente la diré gracias por ser como es y por estar siempre ahí cuando sus padres, su marido, sus hijos, sus nietos y bisnieto y especialmente yo, lo hemos necesitado. Su vida es para toda la familia una auténtica lección magistral a seguir.
TE QUIERO, ABUELA.
Nota final del autor:
Como se ha podido leer en el artículo, mi abuelo Antonio Leandro, esposo de mi abuela Visitación, falleció en 2022. Mis abuelos Juan García García y Marcelina de la Calle Vicente, lo hicieron en 2012 y 2009 respectivamente por lo que sólo me queda ya mi abuela Visitación a la que espero disfrutar tanto como disfrutaron de su abuela los nietos de la mítica Silveria Martín Díaz de Talavera la Vieja, fallecida el año pasado a los 114 años de edad.
Abuela, no te preocupes porque sembraremos mijo para hacer escobas ya que te quedan muchos años para seguir barriendo la puerta.
Mi abuela barriendo la puerta de su casa con la escoba de mijo.
Enero 2025.
(c) Silvestre de la Calle García.
Fdo: Silvestre de la Calle García.
Cronista Oficial de la Villa de Guijo de Santa Bárbara.
Hermoso reportaje a tu abuela Visita Silvestre FELICITACIONES
ResponderEliminarHermoso recuerdo recuerdo pera ti y un horgullo para todos Un abrazo grande para ti desde Motevideo Uruguay Siempre en mí recuerdos