VACAS Y VAQUEROS EN NAVARREDONDA Y BARAJAS
Navarredonda y Barajas son dos pequeñas poblaciones abulenses que unidas forman el Ayuntamiento de Navarredonda de Gredos. En la vertiente norte de la Sierra de Gredos, el pilar más sólido de la economía de estos pueblos ha sido siempre el ganado vacuno, destacando la raza Avileña-Negra Ibérica.
Vaca Avileña-Negra Ibérica.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.
Esta singular raza bovina ha marcado la vida de los habitantes de estas montañas ya que su importancia va mucho más allá del simple factor económico, teniendo una gran trascendencia histórica y cultural.
Por ese motivo, el sábado 23 de agosto de 2025 se organizó una interesante actividad que tuvo lugar en el frontón de Barajas situado entre la Iglesia de San Benito y la antigua fragua y potro de herrar a los bueyes y vacas de la población.
La actividad en cuestión consistió en una conferencia titulada LA VACA AVILEÑA-NEGRA IBÉRICA a cargo de Silvestre de la Calle García, Técnico Forestal especializado en ganadería extensiva y razas autóctonas. Seguidamente, se proyectó el documental LOS VAQUEROS DE GREDOS, dirigido y realizado por Alonso de la Calle Hidalgo, fotógrafo, naturalista e investigador de la cultura tradicional de la Sierra de Gredos y su entorno.
María Isabel Berna Hernández de la Torre, concejala del Ayuntamiento, presentando la actividad.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Detallamos a continuación, de manera breve y concisa, el contenido de la conferencia para todas aquellas personas que no pudieron asistir.
Tras la pertinente presentación, comenzó la Conferencia sobre la vaca Avileña-Negra Ibérica, raza autóctona de estas serranías. Se trató de una Conferencia apoyada por la proyección de diversas imágenes para hacer más amena la explicación a los asistentes.
Se comenzó hablando de la denominación de la raza y de cómo se pretendió oficialmente en su momento agrupar a todos los bovinos de las serranías abulenses por un lado y que vendrían a ser la auténtica raza Avileña con sus variedades Barqueña, Piedrahitense y Serrana y por otro los bovinos del Sistema Central Oriental y del Sistema Ibérico conocidos técnicamente como raza Negra Ibérica e integrada por las variedades Guadarmeña o Guadarrameña y la Soriana o Pinariega, variedad esta última que hoy en día forma una raza independiente con la denominación de Serrana Negra.
Vaca Avileña-Negra Ibérica.
(c) Silvestre de la Calle García.
Seguidamente se explicaron las características morfológicas básicas de la raza utilizando las imágenes de una vaca y un toro para así permitir a los asistentes observar el dimorfismo sexual entre las vacas, de aspecto más equilibrado y cercano al biotipo ambiental y el de los toros cuya morfología más depurada recuerda al biotipo constitucional propio de los bovinos de aptitud cárnica.
Vaca adulta.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.
En cualquier caso, se los puede definir como animales de perfil recto o ligeramente entrante, eumétricos o de tamaño medio con frecuentes variantes positivas, longilíneos, de buena masa y proporcionado hueso.
Las vacas miden alrededor de 138 cm de alzada y pesan unos 550 kilogramos mientras que los machos miden 145 cm de alzada y superan los 900 kilogramos.
Toro.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.
No obstante, existen otras tres variedades según su coloración aunque las características morfológicas son idénticas.
- BOCIBLANCA.
También conocida por los ganaderos como beciblanca, presenta una coloración negra con tonos rojizos y una orla blanca o parda alrededor del hocico. Es considerada por muchos como la coloración verdadera de la raza.
- GALANA.
Conocida también como jarda y berrenda, aunque conviene no utilizar la última denominación para no confundirla con la raza Berrenda en Negro. La coloración es negra en la mayor parte del tronco salvo en el espinazo, bajo vientre y cola.
- BARDINA.
Capa muy curiosa que da un aspecto atigrado a los animales. Sobre un fondo rojizo de diferente intensidad, se presentan líneas de color más oscuro.
Vacas bardinas.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.
Continuó la explicación con el origen e historia de la raza, la cual deriva del primitivo bovino castellano, descendiente directo del uro o toro salvaje y que dio lugar a razas como la Morucha, la Sayaguesa, la Serrana Negra o la Negra Andaluza y por, supuesto, a la Avileña-Negra Ibérica la cual surge de la fusión de diversas variedades como se dijo anteriormente dando lugar al bovino que hoy conocemos.
Vaca Avileña bociblanca.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.
Durante siglos, estos animales fueron utilizados como motor animal o bovinos de trabajo siendo las vacas empleadas para la realización de faenas agrícolas de todo tipo como arar, trillar, tirar de carros... mientras que los bueyes eran utilizados fundamentalmente para la carretería de largo recorrido especialmente durante la vigencia de los privilegios concedidos por la Corona a la Real Cabaña de Carreteros (1497-1836).
En esa época, la producción de carne era muy secundaria centrándose en la ternera blanca, procedente de las terneras sobrantes del cupo de reposición y sacrificadas a edades de 2-3 meses y en el vacuno mayor procedente de las vacas y bueyes al final de su vida útil. Si la carne del vacuno mayor era considerada como de baja calidad y se destinaba a menudo a la elaboración de chorizos, mezclándola con tocino de cerdo, y cecina, la de ternera blanca era la más cotizada del mercado.
Juan Manuel Yuste Apausa arando con su yunta de vacas.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Tras la decadencia del transporte carretero, los ganaderos buscan la especialización de la raza tratando de dirigir una parte del efectivo a la producción lechera con buenos rendimientos cualitativos (vacas barqueñas y sorianas) y seleccionando otra fracción hacia la producción cárnica en medios difíciles pero manteniendo las cualidades como bovino de labor para faenas agrícolas.
Tras un riguroso proceso selectivo en el que hay que mencionar el cruzamiento realizado a principios del siglo XX con sementales de la raza Negra Andaluza, se consigue la especialización de la raza en la producción de carne de gran calidad en medios difíciles donde otros bovinos eran incapaces de sobrevivir.
La importancia de la raza Avileña-Negra Ibérica reside precisamente en esa capacidad para subsistir en zonas difíciles tanto de montaña como de dehesa soportando temperaturas extremas y consumiendo alimentos de baja calidad. Con un censo superior a las 28.000 reproductoras y más de 39.000 ejemplares repartidos en 538 explotaciones, la raza ocupa gran parte de la península Ibérica aunque son las provincias de Ávila, Cáceres, Toledo, Salamanca, Segovia y Madrid las que agrupan la mayor parte del censo.
Vacas Avileñas.
Al fondo, la Sierra de Gredos.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Vacas Avileñas en los pastizales de montaña.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.
Buena parte del efectivo está adscrita a sistemas trashumantes realizando desplazamientos tanto a pie como en camiones. En el primer caso, algunas ganadería recorren distancias superiores a 250 kilómetros durante 15 o más jornadas. Icónica es la imagen de estas vacas ascendiendo por la "calzada romana" del Puerto del Pico cada año al llegar el mes de junio.
También existen explotaciones trasterminantes que realizan una trashumancia de largo recorrido inferior a los 100 kilómetros y dentro de los límites de una provincia o comunidad autónoma.
Vacas subiendo por la "calzada romana".
(c) Silvestre de la Calle García.
Otras explotaciones realizan sistemas de manejo estante permaneciendo todo el año en el mismo lugar o realizando cortos desplazamientos dentro del mismo término municipal complementando la alimentación de los animales cuando el campo no dispone de suficientes recursos como puede ocurrir tanto en invierno como en verano, siendo la primavera y el otoño épocas más favorables.
Vacas en la dehesa.
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.
La reproducción se realiza mediante monta natural con sementales propios siendo poco frecuente la inseminación artificial. Se programa la época de cubrición con el fin de que la paridera se concentre en el mejor momento según las necesidades y el sistema de manejo aplicado en la explotación.
Novilla y semental.
(c) Miguel Alba Vegas.
Si bien en las ganadería selectas todas o gran parte de las vacas son cubiertas en pureza, el cruzamiento tanto industrial como a doble vivía está muy extendido utilizándose razas como la Limusina o la Charolesa entre otras. Cuando las vacas Avileñas puras son cubiertas de toros de razas especializadas todos los machos nacidos son destinados al sacrificio mientras que las hembras, conocidas como vacas de primera generación o F1, pueden ser destinadas a la recría para en el futuro sacrificar toda su descendencia..
En cualquier caso, el objetivo es obtener un ternero por vaca y año destacando la Avileña-Negra Ibérica entre todas las razas autóctonas españolas por ser una de las mejores criadoras por su buen instinto maternal y su capacidad lechera recordando que habitan en entornos adversos.
Vaca con su ternero.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.
La principal, y podríamos decir que única producción de la raza Avileña-Negra Ibérica, es la carne. Tras el parto, las vacas amamantan a sus terneros durante 5-7 meses los cuales una vez destetados pueden ser directamente sacrificados (ternera) o pasar a cebaderos para producir añojos y novillos e incluso animales de más edad como los cebones. El vacuno mayor tiene también gran demanda.
Vaca con dos terneros.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.
La carne de cualquiera de los tipos comerciales de la raza Avileña-Negra Ibérica es de una gran calidad y presenta un sabor excepcional. Está amparada por la IGP Carne de Ávila y cuenta con el Logotipo Raza Autóctona 100%.
Carne de Ávila.
(c) Isabel López Arrabé.
La utilización de estos bovinos como animales de trabajo actualmente no va más allá del aspecto meramente folklórico con algunas yuntas de vacas y bueyes domados para participar en fiestas y recreaciones de oficios tradicionales además de realizar algunas pequeñas labores para facilitar su doma y aprendizaje.
Diego Torres con su yunta.
(c) Silvestre de la Calle García.
La situación actual y las perspectivas futuras de la raza son francamente buenas puesto que es una raza conocida y apreciada por ganaderos y consumidores lo que garantiza su explotación y supervivencia. Estamos ante una raza antigua que camina hacia el futuro.
Vaca Avileña-Negra Ibérica.
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.
Terminada la conferencia, se despidió a los asistentes con una bonita fotografía de los ganaderos Juan Manuel Yuste Apausa e Isabel López Arrabé con su yunta de vacas junto a la fragua y potro de Barajas.
Isabel y Juan Manuel con su yunta.
(c) Silvestre de la Calle García.
Por supuesto se animó a los asistentes a leer EL CUADERNO DE SILVESTRE, blog dedicado a la ganadería y la cultura tradicional y en el que la vaca Avileña-Negra Ibérica y todo lo relacionado con su explotación ocupa un lugar fundamental.
Seguidamente, se proyectó el documental LOS VAQUEROS DE GREDOS dirigido y realizado por Alonso de la Calle Hidalgo, fotógrafo, naturalista e investigador de la cultura tradicional de la Sierra de Gredos y su entorno.
Vacas pastando en la vertiente sur de la Sierra de Gredos con el Pico Almanzor al fondo.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
El documental mostraba escenas relacionadas con el ganado vacuno y su explotación en la Sierra de Gredos: trashumancia en el Puerto del Pico, trashumancia en el Puerto de Tornavacas, trashumancia o trasterminancia en La Vera, el pastoreo en las dehesas durante la primavera, la estancia en los agostaderos...en definitiva el manejo extensivo al que está sometido actualmente todo el ganado vacuno de ambas vertientes de Gredos.
También se mostraron prácticas como el herradero de las chotas y añojas, el herrado de los bueyes en el potro de Barajas (Ávila) o de las vacas en uno de los múltiples potros existentes en Navalosa (Ávila) y los trabajos realizados por ganaderos y agricultores con el ganado domado como arar la tierra, trillar el cereal, acarrear el heno tras la siega... así como la participación en diversas fiestas y actividades culturales realizadas por la Real Cabaña de Carreteros de Gredos.
Acarreando el heno con la yunta.
(c) Silvestre de la Calle García.
Tanto el documental como la conferencia gustaron a las alrededor de 130 personas que según el alcalde Ignacio Veneros asistieron a este emotivo acto tan importante en pueblos de raíces ganaderas como Navarredonda y Barajas donde el ganado vacuno es el pilar más sólido de la economía de numerosas familias.
Tanto para mí como para mi padre ha sido un verdadero orgullo poder realizar esta actividad en Navarredonda y Barajas. Tanto la conferencia como el documental no son algo exclusivo de esta villa de la cabecera del río Tormes. El documental resultará interesante en cualquier pueblo de la Sierra de Gredos donde la vaca ha sido uno de los principales pilares de la economía familiar mientras que la conferencia será interesante más allá incluso de la Sierra de Gredos en cualquier lugar donde se críen vacas de raza Avileña-Negra Ibérica.
Por ello, desde aquí os animo a los lectores a compartir este artículo con los Ayuntamientos y Asociaciones Culturales de vuestros municipios para que pueda realizarse esta bonita actividad que es un homenaje a los vaqueros y a la cultura de la Sierra de Gredos.
Manuel Yuste García con la yunta de vacas en el Puerto del Pico.
(c) Silvestre de la Calle García.
Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico forestal.
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