LOS GANADEROS EN VERANO

El verano es una época asociada por mucha gente con las vacaciones y el descanso, pero los ganaderos deben seguir trabajando duramente para mantener a sus animales en buen estado. De hecho, para muchos ganaderos españoles, que mantienen a sus animales en régimen estante y extensivo, el verano es una de las épocas más duras y con mayor trabajo del año.

Gonzalo con sus ovejas.
Acehúche (Cáceres)
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

España es un país de contrastes y en verano esto se agudiza aún más. Desde los verdes pastos gallegos y los puertos o pastizales de montaña de la Cordillera Cantábrica hasta las Islas Canarias con su suave clima subtropical, pasando por las resecas tierras castellanas y extremeñas, los ganaderos deben organizarse de diferente manera según el sitio en el que vivan y mantengan a sus animales tal y como veremos a lo largo del presente artículo.

Germán con dos magníficos ejemplares de raza Canaria o Basta.
La Laguna ( Santa Cruz de Tenerife)
(c) Germán Gutiérrez Martín.

GALICIA.
El verano en Galicia se caracteriza por clima húmedo y suave que permite el crecimiento de la hierba durante todo el año, especialmente en las zonas costeras. En el interior y en las zonas montañosas, la sequía veraniega es más evidente.
DAVID OUTEIRO FERNÁNDEZ es un joven ganadero de A Fonsagrada (Lugo) dedicado a la cría de vacas de raza Cachena, pequeña raza autóctona del suroeste de la provincia de Ourense y regiones fronterizas de Portugal que sorprende por su monumentales cuernos y proporciona una carne de gran calidad, estando especialmente adaptada a la explotación extensiva.

David con sus vacas.
(c) David Outeiro Fernández.

David maneja a su ganado de forma extensiva con el sistema de ganadería regenerativa, trasladando periódicamente al ganado de unas parcelas a otras teniendo en cuenta los tiempos de reposo del terreno para permitir la regeneración correcta del suelo y del pasto.

Cambiando las vacas de parcela.
(c) David Outeiro Fernández.

Durante la primavera, el pasto crece abundantemente en los cuidados prados gallegos y las vacas pueden alimentarse exclusivamente de pastos frescos y de gran calidad. Para ello, David las mantiene en parcelas debidamente cercadas y electrificadas con una suave corriente generada por energía solar.

Vacas Cachenas pastando.
(c) David Outeiro Fernández.

En verano, el pasto crece con mayor dificultad pero el buen régimen de lluvias y las temperaturas suaves del interior de Galicia, hacen que pueda alimentar satisfactoriamente a estas vacas que son las más pequeñas de la Península. 

Vacas Cachenas pastando.
(c) David Outeiro Fernández.

ASTURIAS.
Asturias es, en muchos aspectos ganaderos, muy similar a Galicia y al resto del norte de España. CEFERINO FERÁNDEZ es propietario de una ganadería integrada por extraordinarios ejemplares de raza Asturiana de los Valles, raza de aptitud cárnica especialmente adaptada al manejo extensivo y que tradicionalmente realizaba en verano una peculiar trashumancia a los pastos más altos siendo el reflejo más claro de tal sistema el manejo realizado por los vaqueiros de alzada.

Vaca Asturiana de los Valles.
(c) Ceferino Fernández.

Ceferino tiene sus vacas en el concejo asturiano de Aller. Durante el verano, las vacas pastan en el Puerto del Rasón situado entre los 1.800 y 2.000 metros de altitud donde permanecerán todo el verano hasta que las inclemencias meteorológicas obliguen al ganadero a bajarlas a los valles para pastar durante unas semanas y luego ser estabuladas.

Vacas en el puerto.
(c) Ceferino Fernández.

CANTABRIA.
Cantabria es una región ganadera por excelencia contando con excelentes pastizales estivales de montaña o puertos para el numeroso ganado vacuno que en ella habita aunque también las yeguas, cabras y ovejas ocupan dichos espacios además de los montes comunales situados a menor altitud.

Vaca Tudanca.
(c) Carlos Fidel Vejo.

El verano es para el ganado cántabro y para los propios ganaderos una época de bonanza gracias a la abundancia de alimento aunque a la reducción de la intensidad del trabajo, propia de los meses invernales, se une en verano la amenaza del ataque del lobo en los puertos aunque este animal llega a atacar ya en zonas bajas.

Vacas Limusinas.
(c) Diego Ceballos San Miguel.

En la localidad de Molleda, JOSÉ SÁNCHEZ ERICE, conocido por todos como JOSÉ MOLLEDA, mantiene una pequeña ganadería de extraordinarios ejemplares de raza Parda de Montaña o Ratina. Raza surgida por evolución de la antigua raza Parda Alpina al seleccionar animales de mejor conformación cárnica y menor producción lechera, estas vacas son excelentes criadoras de magníficos terneros.

José con una de sus vacas.
(c) José Sánchez Erice.

José maneja a sus vacas en un sistema tradicional con estabulación invernal y pastoreo durante la mayor parte del año. Es precisamente durante la primavera y el verano cuando las vacas disfrutan de mejores pastos para criar y destetar a sus terneros y poder engordar antes de la llegada del otoño e invierno cuando serán alimentadas con hierba seca.

Vacas con sus terneros.
(c) José Sánchez Erice.

CARLOS FIDEL VEJO pertenece a una larga saga de ganaderos, que sin lugar a dudas continuará con su hija CARLA, de la pequeña localidad lebaniega de Caloca, donde mantiene una excelente explotación ganadera de vacuno de las razas Tudanca y Casina o Asturiana de la Montaña. Razas estrechamente emparentadas, están especialmente adaptadas a la vida en terrenos montañosos donde difícilmente podrían sobrevivir otras vacas.

Carlos Fidel y su hija Carla.

Durante los meses más crudos del invierno, el ganado de Carlos Fidel es estabulado en una moderna y magnífica nave, aunque el sistema para prender las vacas sigue siendo el tradicional utilizando las ancestrales cebillas, collares especiales fabricados con madera.

Tudancas prendidas con las cebillas.
(c) Carlos Fidel Vejo.

Pasado el invierno, las vacas pastan en las zonas bajas para llegado el verano ser llevadas a los pastizales de montaña o puertos. En el caso de la ganadería que nos ocupa y dada la escasa distancia que separa Caloca del límite entre Cantabria y Castilla y León, las vacas son llevadas a los puertos de la montaña palentina durante la temporada estival.

Vacas Tudancas en el puerto.
(c) Carlos Fidel Vejo.

A gran altitud, Tudancas y Casinas pasarán el verano y parte del otoño hasta que las inclemencias meteorológicas y las nevadas, obliguen al ganado a descender para ser nuevamente estabuladas y comenzar así un nuevo ciclo..

Vacas Casinas.
(c) Carlos Fidel Vejo.

Como ocurre con otros ganaderos en situación similar en la Cordillera Cantábrica, el verano es una época relativamente tranquila para Carlos Fidel al permanecer el ganado libre en los puertos aunque es necesario subir prácticamente a diario para vigilar que todo esté en orden. No olvidemos que estamos en una zona donde el lobo comienza a ser el rey y señor del monte aunque ganaderos como Carlos Fidel cuentan con buenos mastines para la defensa del ganado.

Tudancas vigiladas por los mastines.
(c) Carlos Fidel Vejo.

RAQUEL CAYÓN CAMPUZANO es ganadera y panderetera de la localidad cántabra de Ruente donde surge el agua de La Fuentona cuando la Anjana así lo quiere. Mantiene excelente ganado equino Hispano-Bretón, raza surgida de la fusión de yeguas Españolas y sementales de raza Bretona con el objetivo de obtener un caballo adecuado para el ejército, el trabajo agrícola y la producción mulatera, siendo hoy una raza dedicada esencialmente a la producción de carne de potro.

Raquel con uno de sus caballos.
(c) Raquel Cayón Campuzano.

Las yeguas de Raquel pasan el invierno y la primavera en las zonas bajas y en verano ascienden a los puertos de Sejos donde permanecerán todo el verano. No obstante y con el objeto de proteger del ataque del lobo, las yeguas paridas permanecen todo el verano en los prados cercanos al pueblo algo que no hacen el resto de ganaderos de la zona que suben, como es tradición, yeguas y potros a los puertos.

Manada de yeguas en el puerto.
(c) Raquel Cayón Campuzano.

En otoño, como el resto de los ganaderos cántabros, Raquel realiza la muda de las yeguas, descendiendo de los puertos a los prados de las zonas bajas para dar comienzo así a un nuevo ciclo.

Raquel con sus yeguas.
(c) Raquel Cayón Campuzano.

Como decíamos antes, no es necesario que el ganado suba hasta los puertos de montaña, pudiendo permanecer en zonas más bajas como ocurre con el ganado de DIEGO CEBALLOS SAN MIGUEL que en Molledo mantiene excelentes vacas de las razas Limusina y Tudanca. Ambas razas son famosas por la gran calidad de su carne, siendo la primera una raza introducida desde Francia que presenta una gran facilidad de parto y una magnífica conformación de la canal mientras que la segunda es una raza autóctona extraordinariamente rústica y sobria.

Diego (izda.) con sus vacas.
(c) Diego Ceballos San Miguel.

Las vacas de Diego llevan años sin subir a los puertos permaneciendo en los terrenos comunales del Ayuntamiento a altitudes de 900 a 950 metros sobre el nivel del mar. Esto es muy frecuente en aquellas áreas del interior de Cantabria que tienen abrigados valles para que el ganado pase el invierno y montes no excesivamente altos como ocurre por ejemplo en la zona más occidental de Cantabria.

Vacas Limusinas.
(c) Diego Ceballos San Miguel.

Diego es uno de los pocos ganaderos de su zona que no tiene que lamentar ataques del lobo a su ganado ya que este carnívoro, extendido ya por toda Cantabria incluso en las zonas costeras, ataca a menudo en la zona siendo numerosos los ataques en pueblos cercanos a Molledo al igual que en la zona de Campoo. Aún así, Diego procura no echar vacas paridas al monte aunque en ocasiones no queda más remedio. 

Vaca con su ternera.
(c) Diego Ceballos San Miguel.

Al tratarse de una ganadería familiar, conocida como La Real, famosa por su excelente ganado de alta genética, los mejores ejemplares permanecen durante el verano en los prados, subiendo a las zonas altas únicamente las vacas sin cría que no están produciendo leche (estiles) y algunas novillas de reposición.

Vacas y terneros en una zona baja.
(c) Diego Ceballos San Miguel.

El ganado permanece en los meses más crudos del invierno estabulado en las naves y hacia el mes de abril comienza a pastar al aire libre, subiendo poco a poco a las zonas altas a partir de mayo, donde permanecerá hasta noviembre antes de descender a los valles para pastar hasta que el tiempo obligue a estabularlo.

Vacas Tudancas pastando.
(c) Diego Ceballos San Miguel.

Algunos ganaderos de Cantabria mantienen el ganado en régimen extensivo pero siguiendo un sistema de pastoreo estante, es decir, permaneciendo en la misma zona durante todo el año. Es el caso de JOSÉ ORTIZ PÉREZ quien en la localidad de Entrambasaguas mantiene vacas Asturianas de los Valles y cabras del Asón y algunas cabras enanas. Tanto las vacas Asturianas como las Cabras del Asón y algunos ejemplares cruzados que su propietario define como Cabras de Abuelo Ventura, se crían para la producción cárnica mientras que las cabras enanas son más bien un pasatiempo.

Vacas pastando.
(c) José Ortiz Pérez.

Las vacas de José siguen un sistema de manejo tradicional típico del norte de España. Durante la mayor parte del año pastan en los prados para ser estabuladas y alimentadas con hierba seca durante el invierno. La primavera y el verano son las épocas de mayor abundancia de alimento para estas vacas que crían unos excelentes terneros.

Vaca amantando a su ternero.
(c) José Ortiz Pérez.

El manejo del ganado caprino de José es muy similar al de las vacas puesto que se trata de animales de aptitud cárnica. Durante gran parte del año pastan en prados y montes y en invierno permanecen en las cuadras para parir y criar a los cabritos con seguridad y recibir alimentación complementaria si es necesario.

Cabras pastando.
(c) José Ortiz Pérez.

El manejo de ganado extensivo estante y particularmente el de las cabras, es un poco complicado y requiere el cercado perimetral de las parcelas recurriendo a menudo a las cercas electrificadas.

Cabras en un pastizal cercado.
(c) José Ortiz Pérez.

SERGIO CANALES GARCÍA es propietario de la Granja La Ferrería, en San Mamés de Meruelo, donde mantiene vacas de una raza emblemática de Cantabria: La Pasiega. Se trata de la única raza bovina autóctona de la península Ibérica especializada en la producción de leche y que cuenta desde hace pocos meses con el Logotipo Raza Autóctona 100%.

Sergio con una vaca Pasiega.
(c) Sergio Canales García.

Sergio realiza un manejo holístico de su ganadería teniendo en cuenta los fundamentos de la ganadería regenerativa. Su granja se encuentra dividida en multitud de pequeñas parcelas cercadas en las que las vacas van pastando de manera rotativa durante la mayor parte del año. 

Vacas en pastoreo.
(c) Sergio Canales García.

Situada cerca de la costa y con un clima muy suave, en La Ferrería el pasto crece durante la mayor parte del año hasta el punto de no poder ser consumido durante el verano por las vacas, lo que permite segar alguna parcela para alimentar al ganado en invierno.

Vacas en pastoreo.
(c) Sergio Canales García.

Sergio mantiene además un pequeño rebaño de Cabras del Asón, cuyo objetivo es mantener limpia la finca de maleza y consumir aquellas hierbas despreciadas por las vacas.

Cabra del Asón.
(c) Sergio Canales García.

JUAN QUINTIAL y AMAYA MAZO son una pareja de jóvenes y entusiastas ganaderos que en Riaño mantienen una explotación con excelentes ejemplares de raza bovina Pasiega. Ayudados por su hijo Neizan y bajo la supervisión de la matriarca familiar ÁUREA QUINTIAL ORTIZ, Juan y Amaya cuidan de sus vacas con gran ilusión y cariño.

Amaya con una de sus vacas.
(c) Ganadería Quintial.

Manejan su ganado en un régimen extensivo y ecológico, permaneciendo las vacas todo el tiempo en los prados y entrando a la cuadra para ser ordeñadas. Siempre son vigiladas por los inteligentísimos Loberos, perros de antiquísimo origen utilizados en Cantabria para el manejo del ganado vacuno.

Áurea Quintial con las vacas y un perro Lobero.
(c) Ganadería Quintial.

Con el fin de aprovechar los prados de manera más eficiente y evitar su deterioro por el constante pisoteo de las vacas, estas son cambiadas periódicamente de parcela siempre sin alejarse mucho de la cuadra para poder ser ordeñadas fácilmente de manera mecánica.

Cambiando las vacas de prado.
(c) Ganadería Quintial.

En estas ganaderías de ordeño, el trabajo a lo largo del año varía muy poco y al mismo tiempo se establece entre los ganaderos y los animales un vínculo prácticamente familiar. Precisamente mientras se redacta este artículo, la familia Quintial llora la muerte de la vieja ÑU, vaca de 14 años fallecida tras una temporada en la que su salud se había resentido bastante. Digno de mencionarse ese cariño en una de las familias que tiene en sus manos el futuro de la Pasiega.

Ñu.
(c) Ganadería Quintial.

JAVIER ZAMANILLO ORTIZ es un ganadero de Solórzano que tiene una pequeña explotación integrada por media docena de vacas de raza Limusina que cuida con gran mimo en una finca que perteneció a sus abuelos.

Javier con sus vacas.
(c) Javier Zamanillo Ortiz.

Desde marzo a noviembre ó diciembre, las vacas de Javier permanecen en la calle, es decir, en continuo pastoreo en tres parcelas contiguas en las que van rotando conforme se agota el pasto. Otra parcela permanece siempre reservada para ser segada y ensilar la hierba para alimentar a las vacas durante el invierno cuando permanecen estabuladas.

Vacas en pastoreo.
(c) Javier Zamanillo Ortiz.

JOSÉ ANTONIO VELASCO CRESPO cría otra de las razas bovinas emblemáticas de Cantabria. En la localidad de Quintana de Toranzo, este ganadero mantiene ejemplares de la raza Monchina, caracterizada por su tamaño medio a pequeño y carácter esquivo, siendo productora de carne de gran calidad en sistemas extensivos.

José Antonio con una de sus Monchinas.
(c) José Antonio Velasco Crespo.

José Antonio maneja sus vacas de manera tradicional con estabulación invernal y pastoreo durante la mayor parte del año en la Sierra de Quintana, donde estas sobrias vacas se alimentan de pastos y ramoneando los árboles y arbustos cuando el pasto escasea.

Vaca Monchina.
(c) José Antonio Velasco Crespo.

En invierno las vacas pastan en las zonas más bajas y durante los días más crudos o en la temporada de partos, son estabuladas en una cuadra tradicional, demostrando así José Antonio que con un buen manejo, estas vacas que tienen fama de indómitas y montaraces, pueden ser como cualquier otro vacuno de cría extensiva.

Vaca Monchina estabulada junto a su ternero.
(c) José Antonio Velasco Crespo.

En Ramales de la Victoria mantiene su ganado GASPAR GUAS FERNÁNDEZ quien, a diferencia de la mayoría de los ganaderos cántabros mencionados en este artículo, no tiene vacas sino cabras y unas cabras muy especiales pues se trata de Cabras del Asón, raza caprina autóctona de los valles orientales de Cantabria pero que aún no cuenta con reconocimiento oficial si bien cuenta con una Asociación de Criadores (ASCCASÓN) que lucha por su defensa.

Gaspar con sus cabras.
(c) Gaspar Guas Fernández.

Durante el invierno, las cabras de Gaspar permanecen encerradas en la cuadra y en primavera pastan en las cercanías del pueblo para subir en verano a las peñas más altas donde crecen jugosos pastos que no pueden aprovechar vacas u ovejas. Sin embargo, este año (2025) Gaspar había decidido dejar todas las cabras en casa para evitar los constantes ataques de los lobos pero ante la escasez de pasto y el elevado precio de los forrajes decidió quedar en casa los ejemplares más jóvenes y subir el resto a las zonas altas donde son controladas con collares GPS y están vigiladas por mastines.

Cabras del Asón.
(c) Gaspar Guas Fernández.

Otro destacado cabrero cántabro es el joven ADRIÁN LÓPEZ NAVARRO quien mantiene un gran rebaño de cabras de aptitud cárnica, entre las que destacan numerosos ejemplares de Cabra del Asón, en el municipio de Valderredible.

Adrián con una cabrita.
(c) Adrián López Navarro.

Adrián maneja a sus cabras de forma extensiva, sacándolas a pastar todos los días del año salvo causas de fuerza mayor. Aunque en ocasiones las cabras permanecen parte del día solas y vigiladas por los perros, lo habitual es que Adrián las acompañe.

El rebaño en pastoreo.
(c) Adrián López Navarro.

Esto hace que para Adrián haya poca diferencia entre el invierno y el verano aunque al no tener programada paridera de verano, es una época relativamente "descansada".
Las cabras son animales capaces de encontrar comida en cualquier época del año pero el verano en los montes del sur de Cantabria es una época de especial abundancia gracias al crecimiento del pasto y de los tiernos rebrotes de diversos arbustos.

Cabras ramoneando.
(c) Adrián López Navarro.

EUSKADI.
Pocas diferencias hay entre el verano en Cantabria y en Euskadi. Suave y húmedo en las zonas próximas a la costa y más caluroso y seco en el interior. La solución para muchos ganaderos de la costa o de zonas bajas es trasladar el ganado a los montes cercanos aunque, como veremos, tampoco es siempre posible.

Ovejas Latxas.
(c) José Antonio Uriarte.

JOSÉ ANTONIO URIARTE es un ganadero de la localidad de Zamudio (Bizkaia) que mantiene alrededor de un centenar de ovejas Latxas, raza famosa por su producción de leche con la que se elaboran exquisitos quesos como el Idiazabal o el Roncal, 15 vacas y algunas bueyes, cabras y burros. Durante buena parte del año, todos estos animales pastan en zonas bajas alrededor de los caseríos donde pueden ser debidamente atendidos.

José Antonio con una pareja de bueyes.
(c) José Antonio Uriarte.

En condiciones normales, José Antonio sube cada verano sus ovejas al monte como es tradicional en Euskadi, pero este año (2025) ha decidido no hacerlo debido a dos factores que preocupan a los ganaderos de la zona: los robos y la creciente abundancia de lobos, animal que llevaba décadas extinto de los montes vascos pero que poco a poco los ha ido recolonizando. 

Ovejas Latxas en el monte.
(c) José Antonio Uriarte.

IBAI MENOYO AGUIRRE mantiene junto a su hermana Enara un magnífico rebaño de cabras de raza Azpigorri en la localidad de Zaratamo (Bizkaia). En parcelas magníficamente cercadas junto a la excelente nave que les sirve de refugio, pasan las cabras la mayor parte del año, donde su alimentación es complementada cuando es necesario. También salen a pastar por los montes cercanos siempre que Ibai puede ir con ellas.

Ibai con sus cabras.
(c) Ibai Menoyo Aguirre.

Pero el verano, que a veces llega a ser bastante caluroso y difícil de soportar con tanta humedad, obliga a Ibai a llevar las cabras a zonas más altas del monte donde los animales permanecen solos, subiendo su propietario de vez en cuando para controlar que todo marcha bien y subir un poco de pan duro para las cabras, las cuales consumen como el mayor de los manjares.

Ibai dando pan a las cabras.
(c) Ibai Menoyo Aguirre.

Por ahora, las cabras de Ibai se han librado siempre del ataque de los lobos pero no puede decirse lo mismo del ataque de los perros asilvestrados que han herido e incluso matado a algunas cabras. Esto hace que, aunque las cabras estén libres en el monte y disfrutando de pastos frescos, Ibai tenga que subir muy a menudo para vigilarlas.

Cabra atacada por los perros.
(c) Ibai Menoyo Aguirre.

A escasos kilómetros de la explotación de los hermanos Menoyo, se encuentra la de DAVID DE BLAS, que en Dima (Bizkaia) mantiene un gran rebaño de cabras de raza Azpigorri con cuya carne este emprendedor ganadero elabora y comercializa los famosos azpigorri ahuntz txorizoak (chorizos de cabra azpigorri). Naturalmente, comercializa también cabritos de raza Azpigorri que vende directamente al consumidor.

David con su rebaño.
(c) David de Blas.

La mayor parte del año, las cabras pastan en campas y zonas bajas cerca de la nave donde son encerradas durante la época de paridera pero durante el verano y hasta que llega el frío, David sube sus cabras a las altas peñas cercanas para que aprovechen los pastos que otras especies son incapaces de consumir.

Cabras en una zona de peñas.
(c) David de Blas.

Recorrer las abruptas peñas es sencillo para las cabras pero bastante complicado e incluso peligroso para los ganaderos. David opta por vigilar las cabras a distancia, aunque tenga que subir de vez en cuando a echar un vistazo. Para controlar a esto andariegos y esquivos animales, David coloca collares GPS que retira cuando las cabras han descendido a los pastizales de invierno.

Cabras con GPS 
(c) David de Blas.

LA RIOJA.
Solemos pensar en La Rioja como tierra de vinos y, ciertamente, lo es, aunque también la ganadería tiene una gran importancia en las zonas montañosas de la Comunidad Autónoma. En la localidad riojana de Anguiano, ENRIQUE SERRANO DÍEZ tiene su explotación de ganado vacuno y equino de aptitud cárnica.

Enrique con sus vacas.
(c) Enrique Serrano Díez.

El ganado de Enrique junto con el de otros ganaderos de la localidad de Anguiano y de las vecinas de Mature y Tobía pasta en terrenos mancomunados de los tres pueblos. Durante el invierno, el ganado pasta en zonas bajas en torno a los 650 metros de altitud pero en verano asciende a los pastizales situados a 1200 - 1500 metros de altitud.

Vacas en los pastizales de verano.
(c) Enrique Serrano Díez.

El ganado dispone en los meses de verano de gran abundancia de comida pero Enrique debe vigilar constantemente a sus vacas y yeguas debido a la gran abundancia de lobos que atacan frecuentemente a los potros y terneros.

Yeguas en la montaña.
(c) Enrique Serrano Díez.

CASTILLA Y LEÓN.
Castilla y León es una comunidad inmensa y llena de contrastes, desde las grandes llanuras cerealistas a las dehesas frías de Salamanca y Zammora , los pastizales de montaña de la cordillera Cantábrica, el Sistema Central y el Sistema Ibérico y las dehesas calientes del sur de Ávila. En cada zona, los ganaderos tienen que buscar diferentes soluciones para superar el verano.

Vaca Sayaguesa.
(c) Antonio Vázquez Marino.

En la localidad segoviana de EL ESPINAR, se encuentra la ganadería de ROBERTO GARCÍA CARREÑO quien mantiene ganado de aptitud cárnica de las razas Avileña-Negra Ibérica y Berrenda en Negro, razas famosas por la calidad de su carne y la segunda además por su colorido pelaje.

Roberto con sus vacas.
(c) Roberto García Carreño.

Roberto mantiene su ganado de forma extensiva realizando cortos desplazamientos altitudinales. El invierno es duro en estas serranías del Sistema Central por lo que el ganado debe ser suplementado al no disponer de alimento.

Vaca Avileña Bociblanca en invierno.
(c) Roberto García Carreño.

La primavera y el otoño son épocas de relativa abundancia si las lluvias acompañan. El crecimiento del pasto permite al ganado alimentarse sin necesidad de aportar alimento extra salvo en ocasiones especiales.

Vacas en primavera.
(c) Roberto García Carreño.

Pero el verano suele ser una época bastante dura, especialmente si la primavera previa también lo ha sido.
No obstante, algunas vacas quedan en zonas bajas, especialmente si están amamantando a los terneros para que así estén a salvo del lobo.

Vacas en una rastrojera.
(c) Roberto García Carreño.

Pascualcobo es una localidad abulense en la que se encuentra la explotación ganadera de ESPERANZA DE LA CRUZ CASELLES. Cabrera y vaquera durante muchos años, Esperanza se dedica hoy al ganado vacuno de aptitud cárnica manteniendo extraordinarias vacas Avileñas Negras y Bociblancas que cubre con sementales puros o con sementales de aptitud cárnica para la obtención de terneros destinados al cebo.

Esperanza con sus vacas.
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.

Durante todo el año, Esperanza realiza un sistema de manejo extensivo complementando en el campo la alimentación del ganado cuando es necesario ya que tanto en invierno y en verano los pastos son escasos mientras que en otoño y primavera son más abundantes.

Echando de comer a las vacas.
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.

Lo más complicado es abastecer de agua fresca al ganado durante el verano, cuando muchos manantiales se secan, obligando a Esperanza y a su familia y a utilizar cubas que llevan con el tractor hasta las diferentes parcelas que carecen de agua.

Vacas en una parcela.
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.

Para facilitar el trabajo de llevar agua y comida a las vacas, estas son cambiadas periódicamente de parcela procurando ocupar las de acceso más fácil para los tractores.

Cambiando las vacas.
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.

Los hermanos Diego y Andrés Torres, conocidos popularmente en el mundo ganadero como LOS CERILLAS, son dos ganaderos de la localidad abulense de Navarredonda de Gredos, destacando por sus excelentes ejemplares de raza bovina Avileña-Negra Ibérica  entre los que sobresalen magníficos ejemplares de la variedad Galana.
Completa la explotación un extraordinario lote de yeguas Hispano-Bretonas.

Andrés Torres.
(c) Silvestre de la Calle García.

Los Cerillas realizan a pie una espectacular trashumancia de largo recorrido entre las dehesas extremeñas del valle del Guadiana y la Sierra de Gredos, recorriendo diferentes vías pecuarias entre las que destaca la Cañada Real Leonesa Occidental que pasa por el mítico Puerto del Pico.

Vacas subiendo el Puerto del Pico por la "calzada romana".
(c) Silvestre de la Calle García.

Vacas y yeguas pasan el invierno y la primavera en las dehesas extremeñas para subir hasta la Sierra de Gredos, tras más de 15 días de camino, a principios del verano y permanecer hasta bien entrado el otoño aprovechando primero los pastos de las zonas más altas y luego los de las zonas medias y bajas.

Vacas pastando.
(c) Silvestre de la Calle García.

Con la llegada de las primeras nieves, el ganado regresa a Extremadura. Los hermanos Torres se encuentran con grandes dificultades debido al mal estado de las vías pecuarias y a la excesiva burocracia.

Camino de la dehesa.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

En Barajas, población abulense situada junto a Navarredonda de Gredos, se encuentra la explotación ganadera de JUAN MANUEL YUSTE APAUSA y su esposa ISABEL LÓPEZ ARRABÉ quienes mantienen ganado vacuno de raza Avileña-Negra Ibérica de las variedades negra, bociblanca y bardina

Juan Manuel e Isabel con su yunta de vacas.
(c) Silvestre de la Calle García.

Juan Manuel e Isabel manejan su ganado de forma extensiva y trashumante realizando en camiones el desplazamiento entre las dehesas extremeñas de inviernada y los agostaderos serranos. Este sistema presenta ventajas respecto a la trashumancia a pie como la comodidad y rapidez a la hora de realizar los desplazamientos pero también ciertos inconvenientes como un mayor coste económico y posibles eventualidades.

Vaca bardina bajando de un camión.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

Las vacas de Juan Manuel e Isabel disfrutan de los meses de verano de abundantísimos pastos en los agostaderos abulenses lo que permite a estos ganaderos aprovechar para dedicarse a tareas tan importantes como la siega de los prados, labor imprescindible de cara a los fríos días de finales de otoño y comienzos del invierno cuando las vacas se alimentarán básicamente de heno.

Vacas en el agostadero.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

A lo largo del verano, las vacas son cambiadas de pastizales, aprovechando prados en la cercana localidad de La Herguijuela, una de las poblaciones situadas a mayor altitud de Castilla y León pero famosa desde tiempo inmemorial por su excelentes pastos.

Vacas bardinas.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.

En el extremo más oriental de Ávila, DAVID BERNALDO DE QUIRÓS PABLO tiene su explotación ganadera en la localidad de Las Navas del Marqués, donde mantiene excelente ganado vacuno de las razas Avileña-Negra Ibérica y Blanca Cacereña, una de las razas más antiguas de España, además de algunas yeguas y burros.

David junto a una vaca Blanca Cacereña.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.

David mantiene su ganado en extensivo, trashumando con parte de su ganado vacuno a Extremadura, realizando el desplazamiento en camiones. Ocupan allí buena parte de las Avileñas y todas las Blancas Cacereñas, magníficas dehesas de abundantes pastos aunque algunos años la sequía es bastante problemática a finales de la primavera. 

Vaca Blanca Cacereña en la dehesa.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.

En verano, todo el ganado aprovecha pastos particulares y comunales en Las Navas del Marqués. La abundancia de alimento, permite que las vacas estén tranquilas aunque vigilantes ante la presencia de los lobos. David puede reservar algunas parcelas para segarlas y almacenar así heno para el invierno y alimentar a las vacas que no marchan a Extremadura.

Vacas Avileñas.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.

Excelentes pastizales se hayan en las cercanías de Las Navas del Marqués pero también enormes pinares que en veranos especialmente secos hacen que aumente el riesgo de incendio. Mientras se redactan estas líneas (agosto 2025) David y otros ganaderos naveros están viviendo un auténtico infierno debido a un pavoroso incendio forestal que ha puesto en peligro a su ganado. Sin duda alguna, este es uno de los mayores problemas del verano para no pocos ganaderos españoles, especialmente en la mitad meridional de la península Ibérica.

Yeguas con el incendio al fondo.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.

Como muy bien dice David, el verano y el año entero están siendo entretenidos para que los ganaderos no se aburran. Bien recuerda David los terribles efectos que tuvo la EHE en la provincia de Ávila en 2023 después de una primavera de de gran sequía. Los efectos de todo aquello siguen siendo visibles hoy cuando otras enfermedades empiezan a aparecer, sumándose a los incendios y a la cada vez mayor abundancia de lobos. Así, las cuentas del ganadero son las que son y dos y dos no siempre son cuatro.

Vaca Blanca Cacereña.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.

Candeleda, con su anejo El Raso, es un municipio abulense donde la ganadería tiene una enorme importancia económica. Aquí se encuentra la explotación ganadera de JESÚS CARRERAS DELGADO quien mantiene dos rebaños independientes de ovejas o "borras" como son conocidas en la Sierra de Gredos y de cabras de raza Verata, famosas por la calidad de sus cabritos y de su leche con la que se elaboran exquisitos quesos.

Jesús Carreras Delgado y el autor con un macho Verato.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Tanto las ovejas como las cabras siguen un sistema de explotación extensivo permaneciendo las cabras en la zona media y alta de la montaña. Cada mañana, tras el ordeño, las cabras salen al campo y realizan el careo hasta el atardecer, regresando a la majada para pasar la noche. El careo varía en función de la época del año, la climatología, las necesidades fisiológicas de los animales y es, en definitiva, todo un arte.

Cabras en pastoreo.
(c) Jesús Carreras Delgado.

Las ovejas, al ser de aptitud cárnica y no someterse a ordeño, pastan en invierno y primavera en las zonas bajas para subir tras ser esquiladas a las zonas altas de la sierra, donde permanecerán todo el verano y gran parte del verano si bien Jesús sube a diario con su caballo para supervisar que todo marcha adecuadamente.

Ovejas de Jesús en la sierra.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

En las tierras adehesadas y cerealistas de Salamanca y del resto de Castilla y León, las ovejas tienen una gran importancia siendo la especie ganadera dominante y constituyendo el pilar más sólido de la economía de ganaderos como DEMETRIO GONZÁLEZ CALVO, de la localidad salmantina de Martiago.

Ovejas a las afueras de Martiago.
(c) Demetrio González Calvo.

Pertenecientes a la raza Castellana, raza de triple aptitud en el pasado y hoy de aptitud mixta carne-leche en muchas zonas o simplemente destinada a la producción de carne como ocurre en la mayor parte de la provincia de Salamanca en general y también en el caso de este ganadero.
Demetrio sigue un manejo extensivo durante todo el año, complementando la alimentación de las ovejas cuando es necesario al no disponer el campo de suficientes recursos o cuando las necesidades de los animales aumentan (gestación, lactación).

Ovejas Castellanas.
(c) Demetrio González Calvo.

Zamora es una provincia en la que la ganadería ha tenido siempre una gran importancia, especialmente en las comarcas occidentales como Sayago.. En Villar del Buey se encuentra la ganadería de ANTONIO VÁZQUEZ MARINO, propietario de extraordinarios ejemplares de raza bovina Sayaguesa, ovejas Churras de ecotipo sayagués, cerdos Ibéricos, cabras, caballos, burros...

Antonio con uno de sus sementales.
(c) Antonio Vázquez Marino.

Antonio mantiene todo su ganado en régimen extensivo en zonas adehesadas. Durante la primavera y el otoño, el ganado se alimenta básicamente de pastos, bellotas, ramón de árboles y arbustos sin necesidad de recibir prácticamente alimentación suplementaria. Cuando el pasto de una parcela se agota, el ganado es trasladado a otra.

Cambiando las vacas de parcela.
(c) Antonio Vázquez Marino.

Sin embargo, durante el seco y caluroso verano, al igual que ocurre en los días más crudos del invierno, el ganado debe ser suplementado con pienso en el campo. Antonio distribuye pienso en forma de tacos para que su consumo sea más fácil por parte del ganado.

Alimentando a las ovejas con pienso.
(c) Antonio Vázquez Marino.

CASTILLA-LA MANCHA.
Castilla-La Mancha es una comunidad autónoma muy extensa y llena de contrastes en la que la ganadería tiene una gran importancia si bien en un segundo plano respecto a la agricultura de secano. En La Calzada de Oropesa se encuentra la explotación ganadera de ÁNGEL MARTÍN RODRÍGUEZ.

Ángel con una de sus vacas.
(c) Ángel Martín Rodríguez.

Este ganadero joven y entusiasta mantiene en su finca multitud de especies y razas ganaderas: vacuno cruzado de aptitud cárnica, vacas de raza Berrenda en Colorado, ovejas de raza Roya Bilbilitana, gallinas de raza Extremeña Azul y un largo etcétera.

Vaca Berrenda en Colorado con su ternero.
(c) Ángel Martín Rodríguez.

El ganado es manejado en régimen extensivo permanente en pastizales adehesados que durante el otoño, el invierno y la primavera disponen de abundante pasto que hace que los animales apenas precisen suplementación alguna.

Rebaño de ovejas en pastoreo.
(c) Ángel Martín Rodríguez.

Durante el verano, el ganado aprovecha los rastrojos tras la siega del cereal cuya paja servirá de alimento en los momentos de mayor escasez. Para aprovechar este recurso de manera más eficiente, Ángel recurre al método de pastoreo rotacional.

Vacas en una rastrojera.
(c) Ángel Martín Rodríguez.

Únicamente a finales de verano y con el objetivo de ayudar a las ovejas durante la época de cubrición, se recurre a la suplementación alimentaria.

Ovejas de raza Roya Bilbilitana.
(c) Ángel Rodríguez Martín.

EXTREMADURA.
Extremadura es una comunidad autónoma con las dos provincias más extensas de España, teniendo la ganadería extensiva una gran importancia dentro de la economía regional. El verano es un época dura en Extremadura aunque existe un acusado contraste entre los pastizales de montaña del norte de Cáceres y el resto de la Comunidad.

Rebaño de ovejas.
(c) Alexis Ávila Pulido.

En la localidad cacereña de Guijo de Santa Bárbara, en las estribaciones occidentales de la vertiente sur de la Sierra de Gredos, se encuentra la explotación de ALEJANDRO TORRALVO GUTIÉRREZ, joven ganadero dedicado fundamentalmente al ganado caprino de raza Verata pero que también mantiene vacuno de aptitud cárnica y algunos caballos.

Alejandro con dos cabritos.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Alejandro maneja sus cabras de manera extensiva durante todo el año pero complementando su alimentación con pienso para garantizar la producción lechera. Las cabras permanecen todo el año en la Dehesa Sierra de Jaranda de Guijo de Santa Bárbara realizando diversos recorridos o careos en función de la época del año e incluso del día, subiendo en verano hasta las zonas más altas pero regresando cada noche a los corrales situado en la finca de Santonuncio.

Cabras alimentándose en una zona de denso matorral.
(c) Alejandro Torralvo Gutiérrez.

Las vacas siguen un manejo diferente. Algunas cabezas permanecen todo el año en el pueblo y su manejo es similar al de las cabras aunque en invierno suelen permanecer en una pradera de la explotación para pastar libres durante el verano. Otras vacas permanecen todo el año en dehesas de municipios como Jaraicejo (Cáceres). Hasta hace algún tiempo, Alejandro y su familia trashumaban con las vacas pero ya han decidido mantenerlas de forma estante, alimentándolas con piensos cuando es necesario.

Vacas en Santonuncio.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.

Atrás quedan aquellos veranos, que ni siquiera Alejandro a sus casi 27 años conoció, en los que sus abuelos Pivo y Flora subían con las cabras a las chozas y majales de la sierra durante los meses de verano, bajando al pueblo una vez a la semana para vender el queso y comprar comestibles. "Eso pasó a la historia y es difícil que vuelva" como dice el propio Alejandro. Hoy, la sierra de Guijo de Santa Bárbara es aprovechada fundamentalmente por ganado vacuno en régimen de trasterminancia

Tía Flora y sus hijos en Pimesaíllo.
(c) Familia Torralvo.

DIONISIO PRIETO CUARTO es un ganadero de Casas de Millán (Cáceres) que tiene sus animales en dicho pueblo y en la vecina localidad de Serradilla. Cabrero de toda la vida, Dioni tiene, además de cabras, vacas, una yegua, una burra, cerdos y gallinas.

Dioni echando de comer a las cabras.
(c) Dionisio Prieto Cuarto.

Las cabras de Dioni siguen un manejo extensivo durante todo el año aunque su alimentación se suplementa para garantizar la producción constante de leche a lo largo de todo el año. En primavera, las dehesas tienen abundante pasto y las cabras precisan recibir poco pienso en la majada.

Cabras en pastoreo.
(c) Dionisio Prieto Cuarto.

El verano es más problemático porque todo el pasto se seca y pilla a las cabras de Dioni a finales de la época de paridera, lo que obliga a su propietario a suministrarles pienso con el fin de mantener la producción lechera hasta que las primeras lluvias otoñales permitan el crecimiento de nuevos pastos.

Cabra con cabritillo recién nacido.
(c) Dionisio Prieto Cuarto.

Las vacas de Dioni son de aptitud cárnica y requieren menos cuidados que las cabras. Se alimentan básicamente de los recursos naturales durante todo el año recurriendo únicamente a la suplementación alimentaria cuando el campo carece de pasto. Para evitar gastos excesivos, Dioni cambia periódicamente las vacas de parcela. 

Vacas en pastoreo.
(c) Dionisio Prieto Cuarto.

Por suerte, este año (2025) hay pasto en las zonas húmedas debido a que la primavera fue muy lluviosa. Así las vacas pueden aprovechar las hierbas bastas que crecen junto a los cursos de agua y que otras especies no suelen aprovechar.

Vacas en una zona húmeda.
(c) Dionisio Prieto Cuarto.

La burra y la yegua siempre acompañan a las vacas en los pastizales, siendo animales de capricho y no de trabajo ya que Dioni las tiene simplemente por gusto. Siguen el mismo manejo que las vacas.

Dioni montado en su burra.
(c) Dionisio Prieto Cuarto.

Los cerdos siguen un régimen más intensivo, siendo alimentados con pienso, suero sobrante de la elaboración del queso y todo tipo de desperdicios y subproductos agrícolas. No se trata de cerdos Ibéricos sino de cerdos blancos de tipo Pietrain, productores de carne magra.
Su manejo por lo tanto apenas varía en invierno y en verano exigiendo no excesivos cuidados salvo en el caso de las reproductoras pero sí atención constante.

Cochinos.
(c) Dionisio Prieto Cuarto.

El manejo de las gallinas y demás aves de corral es también similar a lo largo del año aunque Dioni las mantiene sueltas y eso hace que en invierno las aves disfruten del sol y del aire fresco, pudiendo conseguir gran parte de su alimento en el campo.

Gallinas y pavos en el campo.
(c) Dionisio Prieto Cuarto.

Del municipio de Almoharín (Cáceres) pero residente en Montehermoso, también en la provincia de Cáceres, es ÁLEXIS ÁVILA PULIDO, ganadero que mantiene en su explotación, ovejas, cabras, vacas y aves de corral.

Alexis con sus ovejas.
(c) Alexis Ávila Pulido.

Las ovejas de Alexis, que en su mayoría son ejemplares selectos de la raza Fleischschaf, famosa por su gran desarrollo y por su excelente conformación cárnica, siguen un manejo extensivo pastando durante todo el año en praderas, olivares y áreas abiertas. El otoño, el invierno y la primavera son buenas épocas para el ovino extremeño ya que el régimen de lluvias y las suaves temperaturas diurnas favorecen grandemente el crecimiento del pasto. No obstante, los corderos y ovejas con mayores necesidades reciben alimentación suplementaria.

Ovejas en primavera.
(c) Alexis Ávila Pulido.

El verano, sin embargo, es una época muy dura debido a que el pasto escasea o se seca. Las ovejas son capaces de alimentarse de pastos degradados y de escaso valor pero necesitan recibir alimentación suplementaria para superar el verano hasta la llegada de las lluvias otoñales.

Ovejas en verano.
(c) Alexis Ávila Pulido.

Además de las ovejas, Alexis mantiene unas cuantas cabras para el abastecimiento de leche para el consumo familiar. Estos animales pastan en praderas bien cuidadas durante todo el año, complementándose su alimentación para garantizar el suministro de leche.

Alexis con una de sus chivas.
(c) Alexis Ávila Pulido.

Las dos únicas vacas y el ternero que posee Alexis también llevan un manejo extensivo pero bastante esmerado durante todo el año, pastando en praderas y suplementando su alimentación con maíz. Este año (2025) las vacas tienen la gran suerte de disponer de una pradera con abundante hierba en las proximidades de un arroyo.

Vaca en la pradera.
(c) Alexis Ávila Pulido.

El principal problema que preocupa en el verano de 2025, también en otros veranos, a Alexis y a más ganaderos de la zona, son las enfermedades como la lengua azul que ya está causando numerosas bajas entre los ganaderos extremeños. A esas bajas y pérdidas económicas hay que sumar el estrés que supone todo esto para los ganaderos.

Ovejas y corderos.
(c) Alexis Ávila Pulido.

Acehúche es una localidad cacereña famosa por sus quesos de cabra y por la celebración de Las Carantoñas, Fiesta de Interés Turístico Nacional. En esta localidad reside GONZALO LORENZO GÓMEZ, ganadero y activo creador de contenido relacionado con el campo y la cultura rural en redes sociales. Gonzalo mantiene en su explotación ovejas, cabras y vacas.

Gonzalo con sus vacas.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Las ovejas de Gonzalo, como las de muchos otros ganaderos extremeños, siguen un sistema de manejo extensivo estante, permaneciendo todo el año en la misma zona con desplazamientos mínimos. Durante el otoño, el invierno y la primavera, el pasto crece lo suficiente para que las ovejas puedan alimentarse recibiendo una suplementación mínima.

Ovejas de Gonzalo en invierno.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

En verano, los pastos escasean y es necesario alimentar al ganado. Gonzalo recurre a la distribución de pienso en forma de tacos en el campo puesto que son consumidos muy fácilmente por las ovejas sin la necesidad de instalar comederos.

Gonzalo repartiendo el pienso a las ovejas.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Las cabras siguen un manejo extensivo más dulcificado puesto que diariamente deben ser ordeñadas. En este caso, la alimentación suplementaria  debe ser más cuidada a base de piensos y forrajes desecados que se suministran en comederos especiales colocados en corrales de los que las cabras no pueden escaparse.

Cabras alimentándose.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Con las vacas, ocurre algo similar a las ovejas. Gonzalo las tiene todo el año en el campo donde se alimentan de pasto y otros recursos naturales durante buena parte del año, pero en verano deben ser alimentadas con pienso en forma de tacos. Con el saco al hombro y la vara en la mano, Gonzalo va distribuyendo el pienso y vigilando para que todas las vacas coman por igual sin quitarse la comida unas a otras.

Gonzalo con las vacas.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

En el campo extremeño en general y en Acehúche en particular, preocupa mucho la disponibilidad de agua para el ganado durante los meses de verano. Es una suerte poder disponer en la propia finca o en los terrenos en los que pasta el ganado de cursos de agua permanentes o de pozos y abrevaderos donde los animales pueden beber con gran comodidad.

Ovejas y gallinas bebiendo.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Lo anterior, no siempre es posible y muchas veces los ganaderos tienen que llevar agua para el ganado con cisternas o cubas siempre y cuando las fincas sean fácilmente accesibles. Gonzalo tiene que valerse en ocasiones de su ingenio y utilizar cántaros para llenarlos de agua y transportarlos en el coche, vaciando el valioso líquido en viejas bañeras colocadas convenientemente para que el ganado pueda beber. Esta solución, por curiosa que pueda parecer, es muy común en el campo extremeño donde las bañeras y neveras son muy codiciadas para tal fin.

Gonzalo llevando agua al ganado.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Como decíamos anteriormente, preocupan mucho a los ganaderos de toda España los problemas sanitarios que se agudizan en verano. Las campañas de saneamiento, engorrosas durante todo el año al tener que desplazar en ocasiones largas distancias al ganado, son especialmente duras en verano debido a las elevadas temperaturas, sufriendo tanto los animales como los ganaderos.
En el recuerdo de ganaderos como Gonzalo sigue el recuerdo del terrible azote de la EHE en 2023.

Colocando crotales a los chotos.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

DAVID MAHíLLO GONZÁLEZ tiene su ganado en la localidad de Casar de Cáceres (Cáceres). Nacido en el seno de una familia ganadera y habiendo trabajado durante muchos años como pastor asalariado, actualmente es dueño de su propio ganado, manteniendo con gran ilusión ganado vacuno de carne y algunas cabras.

David con sus vacas.
(c) David Mahíllo González.

Manejadas de forma estante y extensiva, las vacas de David disfrutan de los magníficos pastos de la dehesa extremeña durante el otoño, el invierno y la primavera siempre y cuando las lluvias acompañen y complementando su dieta con otros recursos como las bellotas siendo mínima la suplementación en dicho periodo.

Vacas en primavera.
(c) David Mahíllo González.

En verano, los pastos secos y degradados no son suficientes para alimentar a las vacas que tampoco pueden aprovechar otros recursos sin necesidad de realizar largos desplazamientos, por lo que David tiene que optar por alimentar a sus animales con pienso.

Vacas en verano.
(c) David Mahíllo González.

Como otros muchos ganaderos de extensivo, David reparte directamente en el campo el pienso en forma de tacos, que guarda debidamente almacenados para que no se mojen y estén en perfectas condiciones a la hora de ser consumidos por el ganado.

Sacos de pienso.
(c) David Mahíllo González.

Las pocas cabras que tiene David, pastan durante todo el año en pequeñas parcelas cercadas que no pueden ser aprovechadas por las vacas. La alimentación de estos animales se complementa siempre que es necesario.

Las cabras de David.
(c) David Mahíllo González.

En la localidad cacereña de Brozas, se encuentra la explotación ganadera de PILAR DOMÍNGUEZ CASTELLANO, propietaria de ganado ovino de las razas Ile de France, Suffolk y Merino Precoz y de ganado vacuno de las razas Limusina, Retinta y cruzadas, además de tener algunas vacas suizas (Frisonas).

Pilar con sus borregos.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Las ovejas pasan buena parte del año en pastoreo, recibiendo alimentación suplementaria en los momentos de mayores necesidades (gestación y lactación) o cuando algunos ejemplares jóvenes y adultos son preparados para ser llevados a ferias y concursos o van a ser destinados a la venta.

Ovejas Suffolk en primavera.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

En verano, los resecos campos de Brozas ofrecen poco sustento a las ovejas por lo que su alimentación tiene que ser suplementada con pienso que Pilar dispone en comederos colocados en el interior de los corrales.
Tanto las hembras adultas como los machos reproductores y aquellos animales que son preparados para la venta y los concursos, reciben su ración de alimento.

Machos alimentándose.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Las vacas siguen un manejo diferente según su raza. Así, las suizas y alguna mestiza siguen un manejo extensivo pero con suplementación alimentaria durante la mayor parte del año para garantizar la producción lechera pues, aunque estas vacas no sean sometidas a ordeño, son mantenidas por Pilar como nodrizas con el objetivo de criar a terneros que por diversos motivos no pueden ser amamantados por sus madres.

Mora y Morena.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

El resto de vacas permanecen todo el año en el campo alimentándose de pasto y de otros recursos naturales durante la temporada favorable, pero en verano los pastos tampoco pueden alimentarlas y es necesario recurrir a la alimentación complementaria.

Vacas en verano.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

Como en el caso de otros ganaderos extremeños, a Pilar le preocupa mucho la disponibilidad de agua. Por suerte, algunas vacas cuentan con suministro permanente de agua en charcas naturales donde pueden beber y refrescarse.

Vacas bebiendo.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

En otras ocasiones, el ganado no dispone de agua y Pilar tiene que llevarla con la cuba desde pozos lo que supone un gran trabajo pero que es indispensable para la supervivencia de los animales.

Extrayendo agua de un pozo.
(c) Pilar Domínguez Castellano.

ABEL PACHE GÓMEZ, conocido como "El Tutas", es un ganadero y esquilador de ovejas de La Codosera (Badajoz) pero que tiene su ganado en la finca Valdeborracho en el término municipal de Alburquerque. En su finca mantiene ovejas, entre las que destacan magníficos ejemplares de Merina Negra, algunas cabras, cerdos Ibéricos, gallinas, pavos...

Abel con algunas de sus ovejas.
(c) Abel Pache Gómez.

Al igual que todos los ganaderos extremeños mencionados en este artículo, Abel sigue apostando plenamente por la ganadería extensiva en régimen estante, manteniendo a casi todos sus animales en constante pastoreo y recurriendo a la suplementación alimentaria cuando es necesario.

Ovejas Merinas Negras en pastoreo.
(c) Abel Pache Gómez.

Las ovejas pastan en terrenos cercados y llegado el verano, época de escasez, son alimentadas con paja y otros recursos entre los que destacan las hojas del maíz, uno de los mejores forrajes veraniegos para el ganado que tiene la suerte de vivir cerca de áreas dedicadas al cultivo del maíz.

Ovejas comiendo hojas de maíz.
(c) Abel Pache Gómez.

Las cabras siguen un manejo similar al de las ovejas aunque su alimentación se cuida más para procuran que produzcan mayor cantidad de leche, la cual es utilizada por Abel fundamentalmente para la cría de corderos huérfanos.

Cabras en verano.
(c) Abel Pache Gómez.

Los cerdos, de tipo Ibérico, son criados también de manera extensiva aunque las cerdas son estabuladas durante la época de partos para controlar mejor el proceso reproductivo. El verano es una época especialmente dura para los cerdos, especialmente cuando ya son bastante grande siendo necesario el suministro de pienso hasta que llegado el otoño comience la época de la montanera en la que su alimento básico será la nutritiva bellota.

Vareando las encinas para alimentar a los cerdos.
(c) Abel Pache Gómez.

Gallinas, pavos y demás aves de corral siguen un manejo prácticamente idéntico durante todo el año por lo que no son notables las diferencias entre el invierno y el verano más allá del mejor tiempo para permanecer en el campo.

Gallinas y pavos en el campo.
(c) Abel Pache Gómez.

ISLAS BALEARES.
Pudiera parecer que en las Islas Baleares no hay ganado y menos aún en Ibiza, destino vacacional e isla asociada con la fiesta y la diversión. Nada más lejos de la realidad pues precisamente en esta última isla, la agricultura y la ganadería menor tuvieron siempre una gran importancia con explotaciones destacadas como CAN MALACOSTA donde los hermanos Marc y Eva Ferrer Subirana junto a su padre Mariano Ferrer Marín dirigen esta explotación agropecuaria y educativa.

Eva y Marc Ferrer Subirana.
(c) Can Malacosta.

Ovejas, cabras de raza Eivissenca, cerdos, caballos, conejos, numerosas aves de corral habitan en esta magnífica finca en la que las diferencias de manejo, especialmente para las cabras y ovejas, son verdaderamente opuestas en invierno y verano.

Rebaño en verano.
(c) Can Malacosta.

Cabras y ovejas salen a pastar durante todo el año en terrenos cercados donde la presencia del pastor, cometido que en este caso corre a cuenta de Marc, es indispensable durante todo el año debido a la presencia de perros sueltos y asilvestrados. Durante buena parte del año, los animales pastan en zonas fértiles y con abundante pasto.

Marc con el rebaño.
(c) Can Malacosta.

La alimentación de las cabras se complementa durante gran parte del año para garantizar la producción lechera, aumentándose la ración de alimento en los meses veraniegos.

Cabra alimentándose.
(c) Can Malacosta.

Las ovejas reciben suplementación siempre que es necesario pero más aún en verano debido a la sequía propia del campo ibicenco que hace que estos animales sean incapaces de sobrevivir con lo que encuentran en el campo. En rústicos pero eficientes comederos tradicionales, se reparte la ración a las ovejas.

Ovejas alimentándose.
(c) Can Malacosta.

Los cerdos, al ser de tipo blanco y destinarse a la producción cárnica, son mantenidos en estabulación permanente y alimentados con piensos a lo largo de todo el año tanto los ejemplares reproductores como los de engorde.

Cerdos alimentándose.
(c) Can Malacosta.


Los equinos de la finca (caballos y una mula) siguen también un régimen de manejo extensivo complementando su alimentación con piensos y forrajes producidos en la misma explotación ante la escasa disponibilidad de pasto fresco.

Mula.
(c) Can Malacosta.

Y como ocurría en el caso de otros ganaderos mencionados en el artículo, los conejos, las gallinas y demás aves de corral, siguen un manejo similar durante todo el año ya que no son especies puramente pastadoras.

Gallinas Eivissencas,
(c) Can Malacosta.

ISLAS CANARIAS.
En el archipiélago Canario muchos piensan que la actividad agropecuaria tiene poca importancia más allá del cultivo de plátanos y de productos primor que, mientras el frío invierno impide su crecimiento en la Península, crecen con gran lozanía en las Islas Afortunadas. Pero la ganadería tiene una gran importancia en el Archipiélago y buen ejemplo de ello es el caso del ganadero GERMÁN GUTIÉRREZ MARTÍN, quien mantiene en La Laguna (Tenerife) ganado vacuno de raza Canaria o Basta y de raza Frisona o Fina.

Germán con una yunta de vacas Bastas.
(c) Germán Gutiérrez Martín.

Salvo en contadas zonas de las Islas, el ganado vacuno no puede pastar libremente debido al abrupto relieve o a las condiciones poco propicias para el crecimiento de los pastos aunque en las islas más occidentales y fundamentalmente en el norte de Tenerife, Gran Canaria y la Palma, la cría de vacunos ha tenido siempre gran importancia, habitando en las dos primeras la raza Canaria conocida como Basta en Tenerife y De la Tierra en Gran Canaria y la Palmera en la isla de La Palma.

Vaca Basta.
(c) Germán Gutiérrez Martín.

La raza Basta mantiene en muchas explotaciones, y especialmente en la de Germán, la triple aptitud trabajo-leche-carne por lo que el manejo es muy esmerado durante la mayor parte del año y el ganado recibe prácticamente todo su alimento en la cuadra.

Vaca Basta alimentándose durante el ordeño.
(c) Germán Gutiérrez Martín.

Las Frisonas o Finas son vacas mucho más delicadas y deben recibir durante todo el año una cuidada alimentación para desarrollar su gran potencial productivo. En invierno y en verano son alimentadas en la cuadra con los mejores piensos.

Vacas Frisonas o Finas.
(c) Germán Gutiérrez Martín.


CONCLUSIONES FINALES
Como vemos, los ganaderos trabajan en verano igual que lo hacen en invierno para que sus animales estén en las mejores condiciones posibles y para producir aquellos alimentos necesarios para abastecer nuestras mesas en un periodo en el que mucha gente disfruta de sus vacaciones en la playa o en lujosos hoteles olvidándose de que los ganaderos están de sol a sol y también de luna a luna en el campo.

Abel con sus ovejas.
(c) Abel Pache Gómez.

Nadie mejor que una ganadera para definir lo que significa el verano. Nos lo cuenta Esperanza de la Cruz Caselles, ganadera de la localidad abulense de Pascualcobo, de la que ya se ha hablado en este artículo:

"En verano hay más trabajo. Aquí está todo ya muy seco y el terreno es este tiempo es muy arisco. Pasto ha quedado bastante porque este año ha habido mucho pero el pasto sólo no alimenta a las vacas y hay que echarlas pienso.

Vacas en una parcela con pasto seco.
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.

Nosotros estamos en paridera y si no cuidas a las vacas y te las dejas caer ahora luego ya el invierno es muy largo y están mucho peor. Al estar en paridera hay que estar pendientes de los becerros cuando nacen para curarles el ombligo porque hay muchas moscas y las gusaneras son frecuentes. Con tanto calor y si hay corriente, los terneros se acatarran porque llevan el calor peor que el verano.

Vaca con su becerro.
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.

Ahora hay que echarlas el pienso, a algunas que tienen menos pasto las solemos echar alfalfa o forraje que es lo que nosotros tenemos y también hay que ayudar a los becerros con las tolvas.

Vaca comiendo forraje.
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.

Es un fastidio también el agua porque son parcelas muy pequeñas y salvo dos lotes que están en parcelas con buenas charcas, en los demás sitios hay que llevar el agua con las dos cubas y cuando no se acaba una, se acaba la otra o las dos a la vez. Por lo menos tenemos donde llenarlas porque otros años es difícil.

Vacas bebiendo.
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.

NOTA FINAL DEL AUTOR.
Termina aquí este artículo dedicado a la dura vida de los ganaderos españoles. Podríamos decir que para algunos de ellos, como para los que mantienen su ganado en el norte peninsular es relativamente sencilla y descansada mientras que para los que lo mantienen en el sur es más complicada y trabajosa, pero lo cierto es que el ganado requiere atenciones constantes y bien sabemos que no es una ciencia exacta.

Gonzalo con las ovejas en verano.
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.

Tras una magnífica primavera en la mayor parte del país seguida de unas temperaturas excesivamente altas unidas a la ausencia de precipitaciones y, por desgracia, también a la mano de algunos a los que no se podría llamar ni humanos, España está ardiendo en estos momentos y los ganaderos se encuentran entre los principales afectados.

Yeguas en las proximidades de un incendio.
(c) Miguel Alba Vegas.

365 días al año incluyendo los días de verano, sin vacaciones, sin descanso, ahí están los ganaderos enfrentándose a los problemas derivados del verano como la escasez de pasto y agua, las elevadas temperaturas, las enfermedades...y haciendo frente a los eternos problemas de la ganadería como los bajos precios percibidos por la venta de sus productos, los elevados costes de producción, las normativas sanitarias, la excesiva burocracia y un largo etcétera.

Alexis con su rebaño.
(c) Alexis Ávila Pulido.

Valoremos siempre el trabajo de los ganaderos pero más que nunca en verano cuando mucha gente disfruta de sus vacaciones y ellos siguen produciendo y defendiendo el mundo rural que es la base de todo el sistema productivo.

Ángel con un cordero.
(c) Ángel Martín Rodríguez.

Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.

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