LOS GANADEROS EN INVIERNO
Los ganaderos trabajan intensamente durante todo el año pero el invierno es una época realmente dura para aquellos que mantienen a su ganado en sistemas extensivos o semiextensivos, al tener que garantizar la supervivencia del ganado en medios adversos recurriendo a diferentes soluciones como la estabulación temporal, la trashumancia o la suplementación alimentaria en los propios pastaderos soportando además las duras condiciones climatológicas.
Gonzalo con sus ovejas un frío día de invierno.
Acehúche (Cáceres)
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.
España es un país con una gran diversidad climática desde la costa cantábrica con su clima atlántico caracterizado por abundantes precipitaciones y temperaturas relativamente suaves hasta las islas Canarias con un clima subtropical, pasando por las montañas del norte y centro peninsular, las submesetas norte y sur, la costa mediterránea y las islas Baleares o las dehesas del suroeste peninsular.
Esto hace que el manejo del ganado cambie según la especie y las diferentes regiones ganaderas.
Germán con sus vacas Canarias o Bastas.
La Laguna (Santa Cruz de Tenerife)
(c) Germán Gutiérrez Martín.
Veamos el manejo seguido por los animales de ganaderos pertenecientes a distintas zonas de España para comprender mejor lo dicho en el párrafo anterior.
GALICIA.
En el interior de Galicia, los inviernos son lluviosos pero relativamente suaves salvo en las zonas más altas.
DAVID OUTEIRO FERNÁNDEZ es un joven ganadero dedicado a la cría de ganado raza Cachena, la más pequeña de las razas bovinas españolas.
David con sus vacas.
(c) David Outeiro Fernández.
Estas pequeñas y rústicas vacas originarias del suroeste de la provincia de Ourense y regiones fronterizas de Portugal, están adaptadas a soportar duros inviernos con frecuentes nevadas y heladas, consiguiendo subsistir alimentándose escarbando con sus pezuñas en la nieve en busca de la escasa hierba o ramoneando los arbustos.
Vaca Cachena en la nieve.
(c) David Outeiro Fernández.
David mantiene sus vacas todo el año en pastoreo, realizando un manejo holístico, cambiando al ganado de parcela cuando se termina el pasto con el fin de que el suele pueda regenerarse y el pasto vuelva a crecer.
Cambiando las vacas de parcela.
(c) David Outeiro Fernández.
Durante la mayor parte del año, las vacas de David se alimentan exclusivamente de pasto pero en invierno su alimentación es complementada con heno dispuesto en comederos especiales para evitar que las vacas lo desperdicien debido al pisoteo y la humedad.
ASTURIAS.
Asturias, pese a ser una comunidad autónoma poco extensa, cuenta con dos regiones ganaderas bien diferenciadas: la costa y zonas bajas cercanas a la misma y las altas montañas del interior, en la cara norte de la Cordillera Cantábrica. Esto fue aprovechado desde antiguo para realizar una peculiar trashumancia o alzada, pastando las vacas y demás especies ganaderas durante el verano en los concejos del interior y en invierno en los concejos costeros o en los valles abrigados del interior, recurriendo en ocasiones a la estabulación.
Vacas Asturianas de los Valles en los pastos de verano.
Aller (Asturias)
(c) Ceferino Fernández.
CEFERINO FERNÁNDEZ cría vacas de raza Asturiana de los Valles siguiendo el sistema citado en el concejo de Aller.
Durante el verano, las vacas pastan en el Puerto del Rasón, situado entre los 1.500 y los 2.000 metros de altitud mientras que el resto del año pastan en fincas situadas en los 400 y 800 metros de altitud.
Vacas pastando en zonas bajas.
Aller (Asturias).
(c) Ceferino Fernández.
El ganado permanece en los prados hasta comienzos del invierno, complementando su alimentación con hierba seca segada y almacenada durante el verano, siendo estabuladas en cuadras durante los meses de enero, febrero y marzo, época en la que tiene lugar la paridera principal.
Vaca con su ternero en una cuadra tradicional.
Aller (Asturias).
(c) Ceferino Fernández.
CANTABRIA.
Lo dicho para Asturias, serviría en gran medida para Cantabria.
En el occidente de Cantabria, el ganado aún se sigue criando según los sistemas tradicionales.
Aún quedan ganaderos como JOSÉ SÁNCHEZ ERICE, de Molleda, propietario de vacas de raza Parda de Montaña o Ratina, que mantienen un reducido número de cabezas siguiendo los sistemas tradicionales de pastoreo y estabulación invernal.
José con una de sus vacas.
Molleda (Cantabria)
(c) José Sánchez Erice.
Durante buena parte del año, las vacas de José pastan en prados en los que se alimentan exclusivamente de pasto, si bien en otoño la alimentación de las vacas puede ser complementada con hierba seca o paja repartida en los propios prados en el suelo o en comederos especiales.
José dando de comer a las vacas en el prado.
Molleda (Cantabria)
(c) José Sánchez Erice.
En invierno, las vacas son estabuladas en una nave moderna pero algunos ejemplares son estabulados en cuadras tradicionales, prendiéndolas al pesebre con la tradicional cebilla y alimentándolas con hierba seca colocada en la escalera.
José prendiendo una de sus vacas en una cuadra tradicional.
Molleda (Cantabria).
(c) José Sánchez Erice.
ADRIÁN SÁNCHEZ ERICE, hermano de José, mantiene un pequeño rebaño de cabras de raza Mantrina a las cuales mantiene en pastoreo durante buena parte del año.
Adrián y José con un castrón.
(c) José Sánchez Erice.
Las cabras son estabuladas durante el invierno en una cuadra adaptada a su tamaño y utilizando un sistema similar al de las vacas, siendo prendidas con pequeñas cebillas y alimentadas con hierba seca y pienso.
Sin embargo, otros ganaderos mantienen explotaciones de gran dimensión integradas por decenas de vacas reproductoras, lo que obliga a llevar a cabo un manejo similar al tradicional pero más sofisticado. Es el caso de CARLOS FIDEL VEJO que cuenta siempre con la inestimable ayuda de su hija CARLA VEJO CUESTA.
Carla y Carlos Fidel.
A juicio de muchos y grandes expertos en ganadería cántabra, este ganadero de la localidad de Caloca y que cría excelente ganado vacuno de las razas Tudanca y Asturiana de la Montaña o Casina, mantiene los más bellos ejemplares de las dos razas citadas.
Las Tudancas y Casinas de Carlos Fidel pastan durante los meses de verano en los puertos más altos mientras que en primavera y otoño aprovechan hierba de las zonas medias y bajas.
Vacas Casinas.
Caloca, Pesaguero (Cantabria)
(c) Carlos Fidel Vejo.
Pero a finales de noviembre y siguiendo el dicho tradicional de Por Santa Cecilia (22 de noviembre) la nieve a la rodilla y la vaca en la cebilla, este ganadero estabula todas sus vacas y una moderna y amplísima nave en la que serán alimentadas con hierba seca hasta que puedan retornar a los pastos.
Vacas Tudancas y Casinas estabuladas.
Enero 2025.
Caloca, Pesaguero (Cantabria)
(c) Carlos Fidel Vejo.
Pese a ser estabuladas en una moderna nave, no se utilizan amarres metálicos modernos para prender a las vacas, sino que éstas son prendidas con la tradicional cebilla o collar de madera. Esto se debe en gran medida a los grandes cuernos de las vacas Casinas y sobre todo de las Tudancas que, si bien no imposibilita el uso de amarres metálicos, sí que lo dificulta.
En otras explotaciones como en GANADERÍA LA REAL, de DIEGO CEBALLOS SAN MIGUEL, criador de vacas de raza Limusina en la localidad de Santa Olalla, Molledo, el manejo es muy similar al descrito anteriormente.
Diego (izda.) y su hermano Miguel (dcha).
Santa Olalla, Molledo (Cantabria).
(c) Diego Ceballos San Miguel.
Vacas Limusinas.
Santa Olalla, Molledo (Cantabria).
(c) Diego Ceballos San Miguel.
Llegado el invierno, las vacas son estabuladas en una moderna nave estructurada en un pasillo central junto al cual se disponen dos filas de pesebres para distribuir el alimento, fundamentalmente hierba seca, a las vacas. La estabulación de estas vacas de pequeños cuernos o directamente acornes, es mucho más sencilla que la de otras razas, pudiendo utilizarse sin problema los amarres metálicos.
Las vacas del occidente de Cantabria comparten durante el verano nos puertos con manadas de yeguas de raza Hispano-Bretona como las de RAQUEL CAYÓN CAMPUZANO, de Ruente. Yeguas y vacas siguen un manejo similar aunque las primeras en lugar de ser prendidas en cuadras o naves, suelen pasar el invierno en praderas de zonas bajas.
Raquel con sus yeguas.
(c) Raquel Cayón Campuzano.
La alimentación del ganado equino caballar se complementan a menudo en las propias praderas repartiendo hierba seca en el suelo o en comederos especiales para evitar que con la humedad y el pisoteo, los caballos estropeen el alimento.
Alimentación complementaria a base de hierba seca dispuesta en un comedero.
Ruente (Cantabria)
(c) Raquel Cayón Campuzano.
La estabulación de yeguas, aunque puede realizarse, es más complicada que la de las vacas, aunque durante el invierno o en primavera cuando tiene lugar la paridera, algunas yeguas son encerradas en cuadras para suplementarlas y proteger a los potros del ataque de los lobos.
Sin continuamos nuestro viaje hacia el oriente de Cantabria, llegamos al área de distribución de la vaca Pasiega, la cual fue explotada tradicionalmente mediante un particular sistema de pastoreo trashumante o trasterminante conocido como muda, si bien hoy es explotada de forma estante para facilitar el manejo sobre todo teniendo en cuenta que nos encontramos ante la única raza bovina autóctona de la península Ibérica especializada en la producción lechera.
Vaca Pasiega.
Riaño, Solórzano (Cantabria)
(c) Ganadería Áurea y Juan Quintial.
SERGIO CANALES GARCÍA es propietario de una pequeña ganadería de vacas pasiegas en Meruelo (Cantabria) cuidando a su ganado con la ayuda de su esposa Vivi Alonzo Moir y de sus hijos Ian y Noa.
Sergio con sus vacas Pasiegas.
Meruelo (Cantabria)
(c) Sergio Canales García.
Durante buena parte del año, las vacas de Sergio pastan en los prados de la granja La Ferrería donde se lleva a cabo un manejo holístico y regenerativo con el fin de que los pastos y el suelo tengan el tiempo suficiente para descansar y recuperarse antes de que las vacas vuelvan a pastar en cada una de las parcelas.
Vacas Pasiegas en pastoreo.
Meruelo (Cantabria).
(c) Sergio Canales García.
JUAN QUINTIAL Y AMAYA MAZO son también criadores de raza Pasiega en Riaño, Solórzano, siendo el primero hijo de la gran ganadera ÁUREA QUINTIAL ORTIZ que tanto hizo en su momento para que la raza Pasiega fuese reconocida oficialmente y que a día de hoy sigue siendo un referente de la ganadería cántabra. Juan y Amaya son padres del pequeño Neizan, que tiene en sus manos el futuro de la raza pasiega.
Neizan con las vacas.
Riaño, Solórzano (Cantabria).
(c) Ganadería Áurea y Juan Quintial.
En esta explotación, el manejo del ganado es extensivo y ecológico durante todo el año, permaneciendo las vacas únicamente en la cuadra durante el ordeño o si el tiempo es realmente malo. Las vacas se alimentan fundamentalmente de pastos complementados ocasionalmente con hierba seca y con cantidades realmente insignificantes de pienso, demostrando estos ganaderos la rusticidad y asombrosa productividad de la raza Pasiega que, en igual de condiciones, supera claramente a razas lecheras especializadas.
Vacas pasiegas en pastoreo.
Riaño, Solórzano (Cantabria).
(c) Ganadería Áurea y Juan Quintial.
Sin abandonar Cantabria, en los valles más orientales de la misma encontramos a la indómita raza bovina Monchina, criada a menudo de forma totalmente extensiva pero que como demuestra JOSÉ ANTONIO VELASCO CRESPO en Quintana de Toranzo, Corvera de Toranzo (Cantabria), pueden ser manejadas de una forma más racional haciéndolas mucho más productivas.
José Antonio con una de sus vacas.
(c) José Antonio Velasco Crespo.
Vaca Monchina.
Sierra de Quintana.
(c) José Antonio Velasco Crespo.
Sólo en momentos verdaderamente críticos, la alimentación del ganado puede ser complementada con hierba seca en el propio monte, siendo trasladados los animales en invierno a los prados de zonas bajas.
Vacas Monchinas pastando.
Quintana de Toranzo, Corvera de Toranzo (Cantabria).
(c) José Antonio Velasco Crespo.
En los días más crudos del invierno, sobre todo cuando tiene lugar la paridera, las vacas son estabuladas en cuadras tradicionales siguiendo el sistema convencional en gran parte de Cantabria.
Vaca Monchina en la cuadra.
Quintana de Toranzo, Corvera de Toranzo (Cantabria).
(c) José Antonio Velasco Crespo.
Suele pensarse que en el norte de España no se crían cabras, pero como vimos antes al hablar de las Mantrinas de Adrián Sánchez Erice, siempre ha habido pequeños rebaños de cabras que en algunas zonas tienen gran importancia como ocurre en los valles orientales de Cantabria donde GASPAR GUAS FERNÁNDEZ es uno de los ganaderos que crían la cabra del Asón en la localidad de Ramales de la Victoria.
Gaspar con una cabrita Mora del Asón.
Gaspar Guas Fernández es el vicepresidente de ASCCASÓN (Asociación de Criadores de Cabra del Asón) de la cual es socio de honor el autor del presente artículo. El objetivo de esta Asociación es la defensa y fomento de la Cabra del Asón, raza explotada de forma extensiva en el oriente de Cantabria y en otros puntos de la región pero que aún no cuenta con reconocimiento como Raza Oficial.
Cabras del Asón.
Ramales de la Victoria (Cantabria)
(c) Gaspar Guas Fernández.
Gaspar mantiene su rebaño de cabras durante buena parte del año pastando en las altas peñas pero durante el invierno baja el ganado a la cuadra para preservarlo de las inclemencias meteorológicas y para protegerlas del ataque de los lobos, ya que en esta época son especialmente vulnerables al tener lugar la paridera.
También hay cabras en el sur de Cantabria pues en Valderredible, se encuentra la explotación de ADRRIÁN LÓPEZ NAVARRO, joven cabrero que posee un excelente rebaño de cabras de aptitud cárnica entre las que sobresalen algunos ejemplares de Cabra del Asón.
El manejo de este rebaño de cabras es netamente extensivo, saliendo a pastar todos los días del año y regresando al anochecer a la nave y corrales anexos con el fin de proteger a los animales del ataque de los lobos.
Las cabras aprovechan durante todo el año la hierba, las hojas de árboles y arbustos, las bellotas y los distintos recursos naturales que la naturaleza ofrece en cada momento.
Cabras en el monte.
Valderrible (Cantabria)
(c) Adrián López Navarro.
Incluso durante el invierno, las cabras salen a pastar, pues estos rústicos animales son capaces de alimentarse de lo poco que hay en el campo.
Sólo cuando en invierno paren algunas cabras o durante el resto del año si paren dos cabritos, Adrián suplementa su alimentación con hierba seca, paja y algo de pienso.
EUSKADI.
La ganadería en Euskadi difiere poco de la del resto del norte peninsular aunque las ovejas tienen una gran importancia en esta zona compartiendo pastos con vacas como las de los hermanos USTARITZ y JORITZ ARBAIZA AMUNDARAIN, hijo de la gran LEIRE AMUNDARAIN GANADUTEGIA. Estos jóvenes ganaderos crían en la localidad de Orozko (Bizkaia) vacas de raza Pirenaica y cabras de raza Azpigorri.
Toro Pirenaico.
(c) Leire Amundarain Ganadutegia.
Durante gran parte del año, vacas y cabras pastan en los prados y en el momento donde se alimentan casi exclusivamente de pastos.
Cabras Azpigorri en pastoreo.
Orozko (Bizkaia)
(c) Joritz Arbaiza Amundarain.
En invierno, el ganado es mantenido en estabulación, siendo amarradas las vacas en una moderna nave, tal y como vimos en el caso de varios ganaderos cántabros, siendo alimentadas con paja, hierba seca y pienso si fuera necesario.
JOSÉ ANTONIO URIARTE mantiene una gran cabaña ganadera formada por vacas, bueyes de arrastre, cabras y ovejas Latxas, la raza ovina más antigua de la península Ibérica.
José Antonio con una yunta de bueyes.
(c) José Antonio Uriarte.
El ganado vacuno sigue un manejo extensivo durante la mayor parte del año pero en verano es estabulado y alimentado fundamentalmente con hierba seca. Como ocurre a menudo en el norte de España, estos animales no son estabulados por la ausencia total de pastos sino porque debido al elevado índice de precipitaciones y al pequeño tamaño de las parcelas particulares, deteriorarían excesivamente el suelo.
El ganado ovino de raza Latxa es sumamente resistente al frío y a la lluvia, pastando en praderas y montes siempre que el tiempo lo permite, agrupándose en rebaños de dimensión variable que sorprenden por el escaso gregarismo de los animales que se mueven libremente por el terreno aprovechando de una manera más eficiente que otras ovejas los recursos disponibles.
Ovejas Latxas.
(c) José Antonio Uriarte.
Las ovejas pueden pastar en zonas bajas durante todo el año o ascender en los meses de verano a los pastos de montaña, regresando en el otoño a las zonas más bajas cercanas a los caseríos o a los albergues utilizados para encerrarlas durante el invierno.
Ovejas pastando cerca de sus albergues.
(c) José Antonio Uriarte.
Generalmente estas ovejas son estabuladas únicamente en los días más crudos del invierno o durante la paridera que suele tener lugar en las primeras semanas o meses del año. De esta manera se puede garantizar mejor la alimentación de las ovejas generalmente con hierba seca.
Una de las principales explotaciones caprinas de Euskadi es la de IBAI MENOYO AGUIRRE y su hermana ENARA. Criadores de cabras Azpigorri en la localidad de Zaratamo (Bizkaia), los hermanos Menoyo mantienen a su ganado de forma extensiva pastando en praderas de zonas bajas durante gran parte del año y llevando las cabras al monte durante el verano.
Ibai con sus cabras en el monte.
Zaratamo (Bizkaia).
(c) Ibai Menoyo Aguirre.
Aunque las cabras se alimentan fundamentalmente de pastos, su alimentación es complementada con hierba seca y pienso cuando es necesario, especialmente durante su estancia en las zonas bajas y particularmente en la época de paridera.
Enara llamando a las cabras para darles pienso.
Zaratamo (Bizkaia).
(c) Enara Menoyo Aguirre.
Las cabras de los hermanos Menoyo permanecen en invierno en la nave y alrededores, saliendo a pastar cuando el tiempo lo permite y siendo estabuladas únicamente durante la noche en periodo de paridera.
La ganadería de los hermanos Menoyo, es una granja familiar en la que todos trabajan durante el año y particularmente en la época de paridera o cuando hay que complementar la alimentación de las cabras, momentos en los que incluso Oinatz y Udane, hijos de Ibai, y la pequeña Elaia hija de Enara, ayudan a sus padres. Para algo estos niños son conocidos como los nacidos entre azpigorris.
CASTILLA Y LEÓN.
Castilla y León es la comunidad autónoma muy extensa pero cuyo clima es bastante similar en todo el territorio con algunas excepciones que explicaremos a su debido tiempo. El invierno es, por regla general frío y seco aunque en el norte es más lluvioso y son frecuentes las nevadas, manejando los ganaderos de estas zonas a su ganado de forma similar a como se ha descrito hasta ahora.
Sin embargo, en el Sistema Central el clima es aún más riguroso y para comprender esto, comenzaremos hablando de ROBERTO GARCÍA CARREÑO, vaquero de la localidad segoviana de El Espinar.
Roberto con sus vacas.
El Espinar (Segovia).
(c) Roberto García Carreño.
Roberto mantiene una excelente cabaña de ganado vacuno de las razas Avileña-Negra Ibérica y Berrenda en Negro, mantenidas todo el año de forma extensiva puesto que se trata de razas muy rústicas y que, especialmente en el caso de la primera soportan sin problema alguno los inviernos más duros.
Vaca en la nieve.
El Espinar (Segovia).
(c) Roberto García Carreño.
Durante gran parte del año, las vacas de Roberto se mantienen en pastoreo en zonas bajas para subir en verano a los pastos más altos. Se alimentan casi exclusivamente de los recursos naturales disponibles en cada momento hasta que el frío y la nieve las obligan a bajar por sí solas o conducidas por el ganadero a zonas más bajas.
Vaca en pastoreo.
El Espinar (Segovia).
(c) Roberto García Carreño.
Durante el invierno, la nieve y las heladas impiden el crecimiento del pasto, por lo que el ganado debe ser suplementado con heno o paja que, si el suelo está seco o al menos libre de barro, se reparten directamente desde el tractor para que el ganado pueda comer.
Vaca Avileña-Negra Ibérica bociblanca comiendo.
El Espinar (Segovia).
(c) Roberto García Carreño.
En ocasiones, para evitar el desperdicio de comida por la humedad y el pisoteo de los animales, el forraje es dispuesto en comederos especiales o pajeras.
Los inviernos en la provincia de Ávila, salvo en el extremo sur de la misma, son realmente adversos debido a las heladas que se prolongan desde el otoño a la primavera y a las frecuentes nevadas invernales, algo que sabe muy bien ESPERANZA DE LA CRUZ CASELLES, ganadera de Pascualcobo (Ávila).
Esperanza con sus vacas.
Pascualcobo (Ávila).
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.
Vaca Avileña-Negra Ibérica Bociblanca.
Pascualcobo (Ávila).
(c) Esperanza de la Cruz Caselles.
Durante gran parte del año las vacas pastan en diversas praderas pero llegado el invierno, su alimentación es complementada en los propios pastaderos debido a que las heladas y nevadas impiden el crecimiento de la hierba.
La Sierra de Gredos se caracteriza por su clima especialmente duro, sobre todo en la vertiente norte donde se encuentra el pueblo de Navarredonda de Gredos, uno de los más altos de la provincia y el que residen los famosos hermanos DIEGO Y ANDRÉS TORRES, conocidos popularmente como Los Cerillas.
Estos ganaderos son propietarios de una excelente vacada de raza Avileña-Negra Ibérica sobresaliendo los ejemplares de la variedad berrenda o galana, siendo además propietarios de una excelente yegua de raza Hispano-Bretona que es de las pocas del país que realiza trashumancia equina de largo recorrido.
Vaca Galana de Los Cerillas.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Al tratarse de una ganadería de gran efectivo, los hermanos Diego y Andrés Torres realizan trashumancia de largo recorrido entre los pastos de verano situados en Navarredonda de Gredos (Ávila) y las dehesas de invierno situadas en la provincia de Badajoz.
Durante el verano, las vacas y yeguas se alimentan de los frescos pastos serranos pero a finales de otoño, la nieve obliga a trasladarlas.
Yeguas en la nieve.
Navarredonda de Gredos (Ávila).
(c) Hermanos Cerillas.
Precisan una gran logística para poder llevar a cabo este tipo de manejo contando con coches de apoyo, caballos , perros especializados en el manejo del ganado vacuno como los alanos y mucho personal cualificado.
Alanos y al fondo caballos.
(c) Fotografía cedida por Pedro Muñumer.
En ocasiones, familiares y amigos acuden a ayudar tanto durante la bajada a las dehesas, especialmente dura por los rigores invernales, como en la subida en el caluroso mes de junio atravesando media Extremadura. Vaqueros experimentados que a pie o a lomos de sus caballos, acompañan a las vacas y las guían a la hora de atravesar sierras, cruzar carreteras, vadear ríos....
Llegadas a la dehesa, y si las lluvias otoñales han sido abundantes, las vacas dispondrán de suficiente pasto para alimentarse todo el invierno sin necesitar alimentación suplementaria hasta finales de primavera aunque si esta última estación es lluviosa, puede que no sea necesario.
Para ganaderías trashumantes como la de los Hermanos Torres, el invierno es una época de bonanza debido a la abundancia de pastos, algo totalmente distinto a lo que ocurre en el norte de España o en las ganaderías que permanecen estantes en el Sistema Central.
Hacia finales de mayo, vacas y yeguas emprenderán el viaje de vuelta hacia los pastos de verano o agostaderos serranos.
Andrés Torres con sus vacas en Cuevas del Valle (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle García.
En Barajas de Gredos, se encuentra la explotación ganadera de JUAN MANUEL YUSTE APAUSA e ISABEL LÓPEZ ARRABÉ criadores de ganado vacuno de raza Avileña-Negra Ibérica de las variedades negra, bociblanca y bardina, caracterizadas estas últimas por su curiosa y bellísima capa chorreada o atigrada.
Este matrimonio, que forma parte de la Real Cabaña de Carreteros de Gredos, maneja el ganado de forma trashumante pero realizando el traslado en camiones especiales.
Durante el verano y el otoño, las vacas pastan en la provincia de Ávila para ser trasladas a comienzos del invierno a las dehesas de la provincia de Badajoz, donde gracias al clima más benigno, el pasto crece en abundancia durante todo el invierno y también en primavera si las lluvias acompañan no necesitando las vacas alimentación complementaria hasta finales de primavera salvo en años de extrema sequía.
Toro, vaca y ternero de raza Avileña variedad bardina.
(c) Juan Manuel Yuste Apausa.
Embarcando las vacas.
(c) Isabel López Arrabé.
Sin abandonar la provincia de Ávila pero hacia el Este de la misma, en la localidad de Las Navas del Marqués, mantiene su ganado DAVID BERNALDO DE QUIRÓS PABLO, propietario de vacas Avileñas y de un pequeño pero selecto lote de vacas Blancas Cacereñas, raza en gravísimo peligro de extinción, junto con algún ejemplar mestizo de ambas razas conocidos como ganado barroso cacereño .
David con una de sus vacas Blancas Cacereñas.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.
David conjuga los sistemas de explotación indicados hasta ahora por los vaqueros castellanoleoneses mencionados en el presente artículo puesto que mantiene tanto ganado estante que permanece todo el año en Ávila como ganado trashumante que pasa la primavera en Extremadura. Aproximadamente la mitad de sus vacas Avileñas y todas las Blancas Cacereñas, siguen el manejo trashumante.
Vacas Blancas Cacereñas y Avileñas.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.
Las vacas que permanecen todo el año en Las Navas del Marqués viven en constante pastoreo aunque en invierno y especialmente durante la paridera o cuando se trata de animales con necesidades especiales, su alimentación se suplementan con heno, paja y pienso.
Vaca comiendo pienso.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.
Las vacas que son llevadas a las dehesas extremeñas, son trasladadas en camión pues para David es imposible hacerlo a pie por no disponer de personal y por el mal estado de las vías pecuarias. Este ganado disfruta de abundantes pastos y su alimentación no se suplementa hasta bien entrada la primavera si las lluvias garantizan la disponibilidad de pasto.
Vacas en la dehesa durante el invierno.
(c) David Bernaldo de Quirós Pablo.
A finales de la primavera, las vacas son embarcadas en los camiones y trasladadas nuevamente a tierras abulenses para unirse a sus compañeras y pastar allí hasta el invierno.
Castilla y León es una comunidad en la que el ganado ovino tiene una gran importancia, especialmente en las zonas llanas y cerealistas donde cabras y vacas escasean. También son muy abundantes en las dehesas salmantinas donde DEMETRIO GONZÁLEZ CALVO mantiene un excelente rebaño de ovejas de raza Castellana en la localidad de Martiago.
El rebaño de Demetrio sale todos los días al campo pastando en monteses y dehesas, permaneciendo en la nave únicamente los corderos lechales que no acompañan a las madres al campo porque sería peligroso para ellos debido a la abundancia de depredadores.
Rebaño de Demetrio.
(c) Demetrio González Calvo.
En invierno, aunque las heladas e incluso alguna nevada impiden el crecimiento del pasto, las ovejas son sacadas al campo puesto que estos animales encuentran sustento aunque la hierba sea escasa y corta.
Pero en Castilla y León hay zonas con un clima diferente al resto de la región como ocurre en el Valle del Tiétar abulense donde se encuentra la localidad de Candeleda y su anejo de El Raso, lugar en el que pastan las ovejas y las cabras de raza Verata de JESÚS CARRERAS DELGADO.
Jesús Carreras Delgado y Silvestre de la Calle García.
El Raso, Candeleda (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Durante todo el año, las cabras y ovejas de Jesús Carreras pastan a gran altitud aunque en rebaños separados pues en la cara sur de la Sierra de Gredos, debido a las elevadas pendientes, las cabras caminan mucho más deprisa que las ovejas y tienden a pastar en sitios donde estas últimas no pueden hacerlo teniendo además las ovejas la costumbre de acarrarse o sestear durante las horas centrales del día.
Ovejas en la sierra.
El Raso, Candeleda (Ávila).
(c) Jesús Carreras Delgado.
Durante todo el año, las cabras pastan en el campo durante el día y son encerradas en una majada durante la noche para poder ser ordeñadas con facilidad. Tras el ordeño, las cabras salen de pastoreo o careo, cambiando el recorrido a lo largo del año o según las necesidades de los animales, pero tanto en invierno como en verano son manejadas de la misma forma, complementando su alimentación si es necesario.
Cabras saliendo de la majada.
El Raso, Candeleda (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Las ovejas de Jesús, al no ser sometidas a ordeño, permanecen gran parte del año en la sierra salvo en la época de la paridera y crianza de los corderos, en la que duermen diariamente junto a la majada o en el interior de la misma para alimentar a los corderos, pudiendo complementar su alimentación si fuera necesario.
EXTREMADURA.
Conformada por las provincias de Badajoz y Cáceres, la más extensas de España, Extremadura ocupa un inmenso territorio aunque su clima es bastante similar, salvo en el norte de la misma donde las precipitaciones son tan abundantes que recuerdan al norte de España.
Se suele pensar en Extremadura como una zona de grandes dehesas de encinas y alcornoques o de grandes llanuras pero también hay zonas montañosas, especialmente en el norte de la región que, como decíamos, es además bastante lluvioso.
Precisamente en el norte de la provincia de Cáceres, en las estribaciones occidentales de la vertiente sur de la sierra de Gredos, se encuentra una de las localidades más lluviosas de la región, el pueblecito ganadero de Guijo de Santa Bárbara, donde ALEJANDRO TORRALVO GUTIÉRREZ, nieto del gran cabrero PRIMITIVO TORRALVO GARCÍA, tiene sus cabras y buena parte de sus vacas.
Alejandro Torralvo Gutiérrez.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Propietario de más de 300 cabras Veratas y alrededor de 200 vacas cruzadas, este ganadero realiza un manejo extensivo de ambas especies manteniendo gran parte de las vacas en una dehesa de Jaraicejo (Cáceres) que antaño eran trashumantes, o mejor dicho trasterminantes, pero que ahora por razones de manejo permanecen estantes allí. Las vacas que mantiene en el pueblo, pastan gran parte del año en la sierra pero en invierno son recogidas en una pradera cercada donde se complementa su alimentación con paja.
Vacas en la pradera.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Las cabras, por ser sometidas a ordeño, duermen a diario en la majada o en los alrededores de la misma y tras realizar dicha operación por las mañanas, salen de careo hasta el anochecer. Únicamente aquellas cabras que permanecen horras (no preñadas, sin cría, secas, jóvenes o viejas) pueden quedarse en el monte, pero el resto acuden cada tarde a la majada.
Cabras en uno de los corrales anexos a la majada.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Al tratarse de cabras de ordeño, su alimentación se complementa con pienso de cereales y leguminosas durante el periodo de ordeño y durante periodos de gran necesidad (últimos meses de gestación y paridera).
Sin embargo, las cabras no llegan a estabularse nunca, salvo en casos muy concretos o en días especialmente desapacibles.
En esta misma localidad, en la que hoy son mucho más numerosas las familias dedicadas a la cría de ganado vacuno que a la de caprino, se encuentra también la explotación de JOSÉ MIGUEL JIMÉNEZ DÍAZ, propietario de más de 100 cabezas de vacuno de aptitud cárnica manejadas en régimen de trashumancia corta o trasterminante.
José Miguel con una de sus vacas.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Olga de la Calle Santos.
Durante el verano y el otoño, época conocida localmente como agostadero, las vacas pastan en la Dehesa Sierra de Jaranda, finca particular perteneciente a diversos accionistas y que ocupa la mayor parte del término municipal de Guijo de Santa Bárbara. Antes de subir, los contadores contabilizan el ganado.
Las vacas permanecen en las zonas altas hasta bien entrado el otoño donde en ocasiones les sorprende la nieve.
Vacas en la nieve.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres).
(c) José Miguel Jiménez Díaz.
A finales de otoño, José Miguel mantiene sus vacas en las zonas bajas de la sierra donde complementa su alimentación con heno segado durante el verano y con pienso en forma de harina distribuido en bidones para que el ganado no lo desperdicie ni se estropee con la humedad.
En invierno, las vacas son trasladadas a dehesas de zonas bajas donde permanecerán todo el invierno disfrutando de los abundantes pastos que, si las lluvias y el tiempo acompañan, durarán hasta bien entrada la primavera.
A comienzos de julio, las vacas regresan nuevamente a la sierra.
Para todas las tareas de manejo de la explotación, Miguel es ayudado por amigos y familiares, especialmente por su esposa Olga y sus hijos Miguel y Saray.
Dejando estas montañas norteñas, que durante siglos estuvieron dominadas por las cabras, aunque hoy estén dominadas por las vacas, el resto de terrenos extremeños dedicados a la ganadería están formados por extensas planicies, dehesas e incluso vegas de cultivo aprovechadas temporalmente por el ganado. En la localidad cacereña de Montehermoso residen ALEXIS ÁVILA PULIDO y CAROLINA MARTÍN FUENTES si bien el primero es natural de Almoharín. Esta joven pareja de ganaderos mantienen ovejas, cabras y vacas, además de gallinas y otras aves de corral.
Todo el ganado de Alexis y Carolina sigue un manejo extensivo durante todo el año, pastando en fincas y parcelas cercadas, siendo trasladadas frecuentemente de unas a otras con el fin de aprovechar los pastos de manera más eficiente y recurriendo a la suplementación alimentaria cuando es necesaria utilizando paja, heno o pienso.
Carolina con sus ovejas. Enero 2025.
Montehermoso (Cáceres)
(c) Carolina Martín Fuentes.
El invierno en Montehermoso se caracteriza por las bajas temperaturas invernales, pero durante el día éstas son relativamente elevadas y si llueve un poco, el pasto crece lo suficiente para alimentar, al menos parcialmente al ganado aunque su alimentación debe ser complementada.
Para realizar esta suplementación Alexis y Carolina utilizan fundamentalmente forrajes desecados que ellos mismos siegan y recogen en verano. La suplementación puede realizarse en naves pero lo habitual es hacerlo a pleno campo directamente en el suelo o en comederos.
En las proximidades del Parque Nacional de Monfragüe, uno de los espacios naturales más importantes de toda España, tiene su ganado DIONISIO PRIETO CUARTO, cabrero y vaquero de la localidad de Casas de Millán pero que también tiene ganado en Serradilla.
Dioni dando de comer a sus cabras.
(c) Dionisio Prieto Cuarto.
Dionisio posee una veintena de vacas cruzadas de aptitud cárnica y algo más de 200 cabras cruzadas de aptitud lechera, manejando unas y otras de forma extensiva durante todo el año.
Aunque el pasto constituye la base de su alimentación, vacas y cabras son suplementadas cuando es necesario, especialmente en verano, época en la que en Extremadura crece poco el pasto.
Las cabras, al ser sometidas a ordeño reciben pienso durante buena parte del año aunque la cantidad varía mucho en función de la disponibilidad de pasto ya que en inviernos de abundancia, apenas lo necesitan gracias a la disponibilidad de pastos frescos, algo que ocurre también con las vacas.
Realmente, como dijimos al hablar de los trashumantes abulenses, el invierno en las zonas adehesadas de Extremadura es una de las mejores épocas del año para el ganado extensivo.
Además de estos animales, Dionisio cría cerdos de tipo blanco en sistema semiextensivo, recibiendo estos animales en invierno alimentación suplementaria en el caso de los ejemplares reproductores y una generosa ración de pienso en el caso de los cerdos de cebo destinados al sacrificio en la matanza familiar.
Acehúche es una localidad cacereña famosa por su queso de cabra y por la fiesta de Las Carantoñas. En ella, el ganadero GONZALO LORENZO GÓMEZ miembro de la importante familia de LOS TROCHAS, mantiene durante todo el año sus ovejas, cabras y vacas.
Gonzalo con sus vacas.
Acehúche (Cáceres).
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.
Gonzalo explota todo su ganado de forma extensiva, pastando en los montes, dehesas y praderas de Acehúche, donde los veranos son largos y calurosos y los inviernos breves y suaves. El ganado se alimenta durante buena parte del año de pastos, pero en verano tiene que ser suplementado y también en invierno si las lluvias otoñales no han sido adecuadas.
La suplementación de las vacas se realiza a pleno campo con pienso en forma de tacos, que es muy fácil de distribuir y de aprovechar por parte del ganado.
Vacas comiendo tacos de pienso.
Acechúche (Cáceres).
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.
En el caso de las ovejas, la alimentación puede suplementarse a lo largo del año con diferentes recursos naturales como el ramón de encina y también con pienso en forma de harina o de tacos.
Ovejas comiendo ramón.
Acehúche (Cáceres)
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.
Las cabras, al ser ordeñadas con frecuencia, son suplementadas con mayor frecuencia para mantener constante la producción lechera. Pueden ser suplementadas en comederos especiales colocados en el campo o durante el ordeño.
Cabras comiendo su ración de pienso.
Acehúche (Cáceres)
(c) Gonzalo Lorenzo Gómez.
No obstante si, como se ha dicho anteriormente, el otoño ha sido relativamente templado y lluvioso, el pasto es abundante en los campos acehucheños y el ganado sólo necesita pequeñas raciones de alimento o tal vez nada.
En la localidad cacereña de Brozas, tiene su explotación ganadera PILAR DOMÍNGUEZ CASTELLANO, criadora de ganado ovino de las razas Ile de France, Merino Precoz y Suffolk y ganado vacuno de las razas Limusina y Frisona, conocida esta última en Extremadura como Suiza.
Pilar con sus vacas Limusinas.
Brozas (Cáceres).
Vaca comiendo pienso y amamantando a tres terneros.
Brozas (Cáceres).
(c) Pilar Domínguez Castellano.
En Brozas, como en otras zonas de Extremadura, la primavera y el otoño son las mejores épocas para el ganado pues el pasto crece lo suficiente para servir de alimento sin necesidad de recurrir a suplementos.
Vacas en primavera.
Brozas (Cáceres)
(c) Pilar Domínguez Castellano.
Sin embargo, el verano es una época verdaderamente crítica pues el bajo índice de precipitaciones y las elevadas temperaturas agostan el pasto y el ganado debe ser suplementado necesariamente.
Ovejas comiendo pienso en verano.
Brozas (Cáceres)
(c) Pilar Domínguez Castellano.
En la localidad pacense de Alburquerque, se encuentra la finca Valdeborracho, en la que ABEL PACHE GÓMEZ, ganadero y esquilador, mantiene su ganado ovino, caprino y porcino además de numerosas aves de corral, pájaros exóticos, conejos...
Abel con su rebaño de ovejas.
Alburquerque (Badajoz).
(c) Abel Pache Gómez.
El ganado ovino y caprino de Abel es mantenido de forma estante por lo que ocurre lo mismo que decíamos antes. La primavera y el otoño son épocas de abundantes pastos mientras que en invierno y verano la alimentación del ganado tiene que ser suplementada. En verano, Abel recurre a las hojas y tallos de maíz para la alimentación del ganado. Dispuestos directamente en el suelo reseco, las ovejas consumen estos productos con gran avidez.
Ovejas Merinas Negras comiendo hojas de maíz.
Alburquerque (Badajoz.
(c) Abel Pache Gómez.
Por su parte, las cabras siguen un manejo similar al de las ovejas aunque su alimentación se cuida más durante todo el año para que mantengan la producción de leche, la cual se destina tanto al consumo directo o tras su transformación en queso como a la crianza de corderos huérfanos, mellizos o rechazados por sus madres, ya que durante algunos años Abel mantuvo ovejas lecheras para este fin pero su manejo era bastante complejo.
ANDALUCÍA.
Andalucía es una comunidad muy extensa que en su parte occidental cuenta con dehesas utilizadas por ganaderos locales y por los trashumantes castellanoleoneses en Extremadura, mientras que en el sur y zona oriental cuenta con montañas similares a las del centro peninsular pero mucho más secas, realizándose aquí una peculiar trashumancia horizontal entre Sierra Nevada (verano) y Sierra Morena (invierno).
Vacas Castellanas de la Axarquía.
Cártama (Málaga)
(c) Francisco Porras.
En plena serranía de Ronda, en la localidad malagueña de Gaucín, se encuentra la explotación de JUAN JOSÉ CALVENTE CÓZAR, criador de ovejas, vacas, cerdos Ibéricos y cabras de raza Payoya.
Juan José con un macho de raza Payoya.
(c) Juan José Calvente Cózar.
Juan José maneja unas 650 cabras de raza Payoya en sistema extensivo, las cuales salen a pastorear todos los días del año salvo causas de fuerza mayor, complementando su alimentación con pienso durante buena parte del año debido a que son cabras de aptitud lechera.
Cabras Payoyas en Pastoreo.
Gaucín (Málaga)
(c) Juan José Calvente Cózar.
El invierno, especialmente si el otoño ha sido lo suficientemente lluvioso, algo que es habitual en estas serranías, es una época de gran abundancia para las cabras, disponiendo de pastos abundantes en el momento en el que, tras la retirada de los cabritos, las cabras están en pleno pico de lactación produciendo una gran cantidad de leche.
Cabra Payoya.
Gaucín (Málaga).
(c) Juan José Calvente Cózar.
Es por el contrario el verano, la época más dura para las cabras y en la que, en caso de encontrarse produciendo leche, deben recibir un mayor aporte de alimentación suplementaria con el fin de mantener la producción lechera.
Ovejas y vacas siguen también un régimen de explotación extensivo, ocurriendo algo parecido a lo dicho con las cabras, siendo el invierno una época de abundancia en contraste con lo que ocurre en otras zonas de España.
Complementando la alimentación de las vacas.
Gaucín (Málaga).
(c) Juan José Calvente Cózar.
Respecto a los cerdos de raza Ibérica criados por Juan José, el otoño y parte del invierno hasta que son vendidos a la industria cárnica, es una época de gran abundancia de pasto y bellotas en la que no son suplementados para poder producir así el exclusivo jamón Ibérico de bellota.
En el extremo opuesto de Andalucía, encontramos la explotación de FRANCISCO MARTÍN GALLEGO, que en la localidad jienense de Santa Elena cría ganado vacuno de aptitud cárnica.
En las estribaciones de Sierra Morena, Francisco maneja su ganado de forma totalmente extensiva y realizando una pequeña trashumancia con el fin de aprovechar de manera más eficiente los recursos naturales a lo largo del año.
Francisco trashumando con sus vacas.
(c) Francisco Martín Gallego.
Las vacas se alimentan de pastos durante la mayor parte del año, complementando su dieta mediante el ramoneo y el aprovechamiento de la bellota, pero durante el verano y el invierno, épocas de mayor escasez, son suplementadas con forrajes desecados (paja) y pienso en forma de tacos en caso de necesidad.
Sin embargo, cuando los otoños son lluviosos y les sigue un invierno relativamente cálido, las vacas no necesitan ser suplementadas algo que, lamentablemente no siempre ocurre.
Vacas en enero de 2025.
(c) Francisco Martín Gallego.
Especialmente importante es la suplementación invernal o durante otras épocas críticas del año para aquellas vacas que estén criando ya que durante los primeros días y semanas de vida, los terneros dependen exclusivamente de la leche materna para poder sobrevivir y las propias vacas tienen que recuperar la condición corporal perdida durante la gestación y el parto para poder quedar preñadas nuevamente.
ISLAS BALEARES.
Las Islas Baleares gozan de un agradable clima mediterráneo bastante suave que favorece grandemente el turismo, pero siempre fueron unas islas de gran importancia agropecuaria con grandes contrastes entre ella, desde la más lluviosa Menorca donde se crían fundamentalmente vacas lecheras a la seca Ibiza donde se crían fundamentalmente ovejas y cabras.
Cabras y ovejas.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu, Eivissa (I. Balears)
(c) Marc Ferrer Subirana.
En la localidad de Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu, en la isla de Ibiza, se encuentra la finca Can Malacosta, propiedad de la familia de MARC FERRER SUBIRANA, joven ganadero que mantiene gran cantidad de animales entre los que destaca un rebaño integrado por un centenar de ovejas de carne y unas 35 cabras de raza Eivissenca, en gravísimo peligro de extinción.
Marc con el rebaño.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu, Eivissa (I. Balears)
(c) Marc Ferrer Subirana.
Marc maneja su ganado de forma extensiva en los campos ibicencos donde el invierno es la estación de mayor abundancia de pasto y en la que, si ha llovido lo suficiente, el pasto crece en abundancia para alimentar al ganado que no necesita recibir alimentación complementaria a base de grano aunque las cabras, al estar sometidas a ordeño, siempre reciben una pequeña ración para asegurar la producción de leche.
Ordeñando una cabra.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu, Eivissa (I. Balears)
(c) Marc Ferrer Subirana.
En Ibiza, ocurre lo contrario a lo descrito en el norte peninsular mientras que la situación descrita en el sur sí que es más similar a lo que ocurre en esta isla mediterránea. Los campos secos y sin apenas pastos, difícilmente pueden sustentar al ganado, que debe ser suplementado al no poder realizar trashumancia por la pequeña superficie de la isla. Lo mismo ocurre en la vecina isla de Formentera.
Rebaño en verano.
Sant Carles de Peralta, Santa Eulària des Riu, Eivissa (I. Balears)
(c) Marc Ferrer Subirana.
ISLAS CANARIAS.
En el archipiélago Canario, privilegiado por su clima subtropical durante todo el año aunque con variaciones desde las zonas más húmedas al norte de las islas más occidentales hasta las condiciones semidesérticas de las islas más orientales, suele pensarse que no hay ganado pero lo cierto es que abundan las cabras, las ovejas, las vacas, los cerdos e incluso los camellos.
En la isla de Tenerife, en la localidad de La Laguna, el joven ganadero GERMÁN GUTIÉRREZ MARTÍN es propietario de una explotación en la que mantiene vacas de las razas Canaria o Basta y Frisona o Fina.
Germán con sus vacas Bastas.
La Laguna (Santa Cruz de Tenerife).
(c) Germán Gutiérrez Martín.
En contra de lo que pudiera pensarse, el norte y noreste de las islas de La Palma y Tenerife y el norte de Gran Canaria, son terrenos muy adecuados para la cría de ganado vacuno de las razas Palmera y Canaria, siendo precisamente el invierno la época en la que los pastos son más abundantes ya que durante el resto del año, el ganado sigue un manejo más intensivo.
Vacas Bastas en el campo.
La Laguna (Tenerife).
(c) Germán Gutiérrez Martín.
En explotaciones de gran dimensión para lo que es habitual en Canarias, como ocurre en la de Germán, el manejo es muy esmerado durante todo el año y las vacas son alimentadas durante todo el año en la cuadra, especialmente aquellas Bastas que se someten a ordeño y las Finas, mucho más exigentes en cuanto a alimentación.
Vacas Frisonas o Finas en la cuadra.
La Laguna (Tenerife).
(c) Germán Gutiérrez Martín.
CONCLUSIONES FINALES.
Como queda de manifiesto en este extenso pero interesante artículo, el manejo del ganado y por consiguiente el trabajo de los ganaderos en invierno varía mucho de unas zonas a otras de España lo que permite que nos demos cuenta del gran tesoro que supone nuestra ganadería tanto desde el punto de vista económico y medioambiental como social y cultural.
Nota final del autor.
Quiero que el presente artículo sirva de sencillo pero sincero homenaje a los muchísimos ganaderos que colaboráis con EL CUADERNO DE SILVESTRE día tras día y de manera total y absolutamente DESINTERESADA por vuestra parte y por la mía ya que en los últimos tiempos he recibido comentarios diciendo que yo hago esto por dinero y cobrando a los ganaderos por salir en mis artículos, algo totalmente falso y que aprovecho para aclarar en este artículo.
Pido perdón a los ganaderos que no han sido mencionados pero que, sin duda alguna, saldrán en futuros artículos.
Fdo: Silvestre de la Calle García.
Técnico Forestal.
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