¿CABRERO SIN CABRAS?
EL CUADERNO DE SILVESTRE es definido siempre, tal y como aparece en su logotipo, como un blog dedicado a la ganadería y la cultura tradicional teniendo como símbolo o emblema la cabra, animal que también aparece en el mencionado logotipo.
Pero ¿acaso este blog es escrito por un cabrero? Lo cierto es que podríamos decir que es escrito por un CABRERO SIN CABRAS. ¿Cómo puede ser esto posible? En este artículo lo explicaremos.
El autor con una cabra Verata de Jesús Carreras Delgado.
Candeleda (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Como muchos lectores sabrán, mi nombre es Silvestre de la Calle García y soy de Guijo de Santa Bárbara (Cáceres), pueblo cabrero por excelencia.
Hijo de Alonso de la Calle Hidalgo, maestro, fotógrafo, naturalista, investigador... y de Vicenta García de la Calle, ama de casa, y nieto por línea paterna de Antonio Leandro de la Calle Jiménez y de Visitación Hidalgo Burcio y por línea materna de Juan García García y de Marcelina de la Calle Vicente, soy Técnico de Grado Superior en Gestión y Organización de los Recursos Naturales y Paisajísticos especializado en ganadería extensiva y razas autóctonas, además de ostentar el cargo de Cronista Oficial de la Villa de Guijo de Santa Bárbara.
Silvestre de la Calle García.
Cronista Oficial de la Villa de Guijo de Santa Bárbara.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Mis padres fueron algún tiempo ganaderos, concretamente apicultores pues, aunque muchos piensen lo contrario, las abejas son una especie ganadera como las demás, acaso la más importante de todas, que requieren una serie de cuidados.
Pero lo que realmente nos interesan aquí son las cabras y todos mis abuelos y bisabuelos sin excepción alguna fueron cabreros, de ahí que a mí me guste decir que tengo RAÍCES CABRERAS tal y como hace tiempo en un magnífico artículo cuya lectura recomiendo al lector curioso.
Portada del artículo CON RAÍCES CABRERAS.
El autor con un macho Verato de Jesús Carreras Delgado.
Candeleda (Ávila).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Cuando yo nací en 1988, mis abuelos Antonio Leandro y Visitación ya no tenían más ganado que un burro que mi abuelo usaba para trabajar en el campo, el cochino para la matanza y unas cuantas gallinas para el gasto de casa, pero mis abuelos Juan y Marcelina aún tenían unas cuantas vacas lecheras, una yegua para trabajar y gallinas para el gasto de casa y para vender los huevos.
Desde que tuve uso de razón y hasta prácticamente los 12 años, pasé gran parte de mi tiempo con mi abuelo Juan y sus vacas.
Con mi abuelo Juan y una de sus chotas.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres) 1999.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Mi abuelo tenía los prados bien cercados con postes de madera y tres hilos de alambre entre poste y poste con una cuarta línea de alambre de espino en la parte superior. Era prácticamente imposible que las vacas se escapasen pero por si acaso y especialmente cuando la hierba de los prados estaba ya muy gastada, mi abuelo colocaba el pastor eléctrico que daba una ligera descarga a las vacas si tocaban el alambre.
Aún así, muchas veces, y sobre todo si los terneros estaban en el prado con las vacas, mi abuelo y yo pasábamos horas cuidando, guardando como se dice en mi pueblo, las vacas en los prados.
Mi abuelo Juan con su vaca Parda.
(c) José García de la Calle.
Y fue precisamente en esos ratos guardando las vacas, en el camino de ida y vuelta que separa la finca de La Huerta del pueblo, y que nosotros siempre hacíamos a pie, y en los ratos que pasaba con él y con mi abuela en su casa de la Calle La Mata, cuando comencé a conocer el pasado ganadero y sobre todo cabrero de mi familia:
Historias de la abuela Vicenta, mujer recia como pocas, del abuelo Esteban que, además de cabrero, fue 11 años militar en Manila (Filipinas), de abuelo Ángel y abuela Justina que, aunque fueron famosos por ser los primeros vaqueros de suizas del pueblo, tuvieron también cabras, y así un largo etcétera de antepasados cabreros.
Ahí me empecé a dar cuenta de lo que suponía la cabra en mi familia aunque ya en nuestros corrales no hubiese ninguna como tampoco había ovejas, muy importantes en tiempos pasados.
Mi abuelo hablaba mucho de su dura vida guardando las cabras cuando sólo tenía 7 u 8 años, de la vida en la Solisa, en la sierra de Jerte (Cáceres), donde tuvieron que llevar las cabras en 1936, de las cabras de su abuelo Esteban en La Cerquilla, de las de su abuela Vicenta en Santonuncio y en Los Chorros...
Recreando la vida de mi abuelo.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Todo pareció frenarse en seco cuando en el año 2000 mi abuelo sufrió un ICTUS y perdió gran parte de la movilidad y la capacidad de hablar, pero fue entonces cuando mi tía Nicolasa, consciente de mi interés por el pasado cabrero de la familia, comenzó a contarme detalladamente todas las historias que mi abuelo empezó, añadiendo poco a poco datos nuevos conforme ella consideraba que estaba preparado para conocerlos.
Mi tía me hablaba del manejo de las cabras, de la elaboración y venta del queso, de la cría y venta de los cabritos y cabras viejas... y, por supuesto de la historia familiar.
Tía Nicolasa.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Recuerdo que mi tía Nicolasa fue la que me contó con detalle, aunque mi abuelo Juan lo había hecho ya alguna vez, que mis abuelos Antonio y Visitación venían también de familia cabrera y, con el paso del tiempo, ellos también me fueron contando muchas historias desde la cabra casera de los padres de mi abuelo Antonio a las cabras trashumantes de los padres de mi abuela Visitación. Precisamente es ahora mi abuela Visitación la que me habla más del pasado cabrero de la familia.
Mi padre, que como he dicho es fotógrafo, naturalista e investigador, lleva décadas recorriendo la Sierra de Gredos realizando exhaustivos trabajos de documentación sobre los cabreros y la cultura tradicional. Acompañándole, conocí entre otras muchas personas al cabrero más célebre de todas estas sierras: TÍO PAULINO.
Con él, y en numerosas ocasiones, pasamos largas jornadas e incluso noches en la sierra conociendo de primera mano el día a día del último cabrero que vivía como los de antaño, tal y como habían hecho mis antepasados. Ahí supe realmente que de alguna manera, las cabras marcarían para siempre mi vida.
En 2007 empecé mis estudios de Técnico Forestal, para abreviar el título que decía al principio, en el por entonces Centro de Formación Agraria de Navalmoral de la Mata (Cáceres) y, aunque tratábamos más de aprovechamiento maderero y cinegético, de prevención de plagas y de incendios, de paisajísmo... el aprovechamiento pastoril del monte se trataba de una manera somera pero mis profesores y mis compañeros sabían bien que a mí me tiraba mucho el tema ganadero. De hecho, por aquellos años pensé seriamente en comprar cabras cuando terminase mis estudios pero por diversos problemas personales que no vienen al caso, esto no pudo ser posible.
Vacas Retintas de "La Escuela".
Navalmoral de la Mata (Cáceres)
(c) Silvestre de la Calle García.
Cuando terminé mis estudios como Técnico Forestal en 2009, fue cuando me centré verdaderamente en estudiar todo lo relacionado con la ganadería y la cultura tradicional, invirtiendo buena parte de mi tiempo libre y del dinero que ganaba trabajando primero en una empresa de jardinería y después como Animador Sociocultural del Ayuntamiento de Guijo de Santa Bárbara, en adquirir libros especializados sobre tales temas, algo que sigo haciendo a día de hoy.
Por si fuera poco, me embarqué en un proyecto que mi padre y mi tía Raquel llevaban décadas desarrollando y que se trataba de investigar sobre ANTONIO JIMÉNEZ GARCÍA, EL ABUELO VIEJO, antepasado nuestro nacido en 1810 y fallecido en 1898 y de quien publicamos un libro en 2016. Antonio fue algún tiempo pastor, escribiente, secretario municipal, alcalde, diputado provincial de Cáceres por el partido judicial de Jarandilla de la Vera, Caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, fundador de diversas instituciones benéficas....
El que nació siendo un humilde cabrero llegó a ser un gran filántropo.
Y continuando en la misma línea, mi padre y yo publicamos en 2018 un libro titulado LA DEHESA SIERRA DE JARANDA, la finca más importante de mi pueblo y estrechamente relacionada con la vida de los cabreros. Precisamente en esta dehesa serrana pastaban las cabras, así como las vacas, ovejas, caballerías y cerdos de mis antepasados y por ello, escribir ese libro nos llevó a mi padre y a mí a indagar más sobre nuestra propia historia familiar.
Jacinto Torralvo con sus cabras en la choza de La Nava.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Y precisamente en la Dehesa Sierra de Jaranda, de la que mi padre ha sido administrador durante 26 años (1998-2024) yo he sido contador de cabras entre 2017 y 2024 tarea para la que, en contra de lo que pueda pensarse, se requieren una serie de conocimientos sobre cabras que pocos tienen y que yo fui adquiriendo gracias a grandes cabreros como Florián Torralvo Sánchez.
Todo lo dicho hasta ahora, es la base en la que desde el 18 de enero de 2021 se asienta el mayor de mis proyectos y que no es ni más ni menos que este blog titulado EL CUADERNO DE SILVESTRE donde cabras y cabreros ocupan un lugar central.
Resumir aquí todos los artículos que se han escrito a lo largo de estos casi 4 años relacionados con las cabras y los cabreros, es prácticamente imposible pero pueden citarse algunos dedicados a razas caprinas como la cabra Verata, la cabra Guisandera, la cabra Del Guadarrama, la cabra Azpi Gorri cabra Blanca de Rasquera, la cabra Payoya, la cabra Negra Serrana, la cabra Eivissenca....y por supuesto uno de los artículos que más repercusión han tenido en el mundo caprino a nivel nacional y que es del dedicado a la Cabra del Asón.
Cabra del Asón.
(c) Gorka Fernández.
Y escribir de cabras equivale a escribir de la vida de los cabreros, la trashumancia de las cabras, la subida a la sierra con las cabras, los cabreros:la vida en la sierra, la paridera de las cabras, el macho cabrío, la leche de cabra, la elaboración del queso, la carne de cabrito y de cabra, el cabrito para Navidad, la cabra en Extremadura, la cabra en la Sierra de Gredos, jóvenes cabreros de Euskadi, nacidos entre Azpigorris, ...entre otros muchos artículos.
Cabras en la dehesa.
(c) Dioni Prieto Cuarto.
Todo ello implica hablar con muchos cabreros, oficio que muchos consideran en peligro de extinción pero que está muy vivo.
Así he escrito artículos sobre grandes cabreros que ya nos dejaron como Paulino Gargantilla Serrano de Jerte (Cáceres) al que antes he mencionado, Benigna Blázquez Garro de Guisando (Ávila), Rosa Gómez Chozas de Madrigal de la Vera (Cáceres), Primitivo Torralvo García de Guijo de Santa Bárbara (Cáceres) ... quienes me transmitieron gran parte de sus vivencias y su sabiduría, plasmándola yo ahora en este blog para que en un futuro lo pueden leer quienes vengan detrás.
Primitivo Torralvo García.
Guijo de Santa Bárbara (Cáceres).
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Y por supuesto también he publicado artículos de cabreros que actualmente están en activo y con los que comparto regularmente vivencias, conocimientos, experiencias...desde los más veteranos como Juana González Jiménez (n.1932) de la localidad abulense de Navalosa o Servando García Jara (n.1936) natural de Madrigal de la Vera pero residente en Villanueva de la Vera (Cáceres), así como de cabreros más jóvenes de toda España como Esperanza de la Cruz Caselles, Ibai Menoyo Aguirre, Dionisio Prieto Cuarto, Gonzalo Lorenzo Gómez, Abel Pache Gómez, Alexis Ávila Pulido, Juan Antonio Rodríguez Vidal o Alejandro Torralvo Gutiérrez.
Tía Juana con sus cabras.
Navalosa (Ávila)
(c) Silvestre de la Calle Hidalgo.
Con todo esto, y sin ni siquiera yo pretenderlo, son muchos los que valoran y consideran muy importante mi trabajo dando a conocer las diferentes razas caprinas de nuestro país y la importante cultura tradicional asociada a esta especie conocida por muchos como La vaca del pobre y que ha pasado de ser Destructora a defensora del monte.
Con una cabra Verata galana.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
No en vano, mi trabajo en EL CUADERNO DE SILVESTRE ha servido para que me pidan que imparta charlas en eventos relacionados con el sector ganadero y especialmente con el caprino, como el I Encuentro de Razas Auctóctonas Amenazadas Presentes en Cantabria celebrado en Meruelo el 23 de septiembre 2022, en Tornavacas, Jerte, Jarandilla de la Vera, Villanueva de la Vera, Madrigal de la Vera, Candeleda, Guisando...
Mis trabajos y charlas han servido incluso para que sea nombrado Socio de honor de ASCCASÓN (Asociación de Criadores de Cabra del Asón).
Diploma del I Encuentro de Razas.
Como me decía el otro día Isidro Pérez Jiménez, natural de Guijo de Santa Bárbara (Cáceres) y residente en Talayuela donde mantiene una excelente piara de cabras:
"Eres el que más entiende de razas de cabra en estas sierras y gracias a ti, muchos estamos conociendo las razas de toda España."
Y en la misma línea está el comentario que me hacía hace unos días el joven cabrero ibicenco Marc Ferrer Subirana:
"Muy bueno el artículo de los cabritos. Muy interesante y es muy guay en un mismo artículo poder comparar costumbres de un sitio y otro. Enhorabuena por tu trabajo. Creo que demasiado poco valorado está todo el tiempo que tienes que invertir en ello".
Mención merecen también los comentarios de Conchita Lucas Expósito, cabrera en Angüés (Huesca) pero natural de Guadalupe (Cáceres):
"Gracias a ti, paisano, los jóvenes están conociendo la vida y la cultura de los cabreros y los mayores podemos recordar nuestra infancia y juventud y explicar a nuestros hijos, nietos y bisnietos cómo era nuestra vida y la de nuestros antepasados. Tu labor es muy importante."
Y por supuesto hay que mencionar los comentarios de una auténtica cabrera sin cabras como es Leire Amundarain Ganadutegia pues, aunque durante años fue ganadera dedicada a la cría de vacuno de raza Pirenaica, es madre de cabreros dedicados a la cría de cabras Azpigorri en Orozko (Bizkaia):
¿Te das cuenta del tesoro que vas a dejar en un futuro con tus artículos? Todo lo que te han transmitido esa gente tan sabia con la que has compartido conversaciones, momentos, vivencias...¡Es increíble!.
Leire con sus vacas.
(c) Leire Amundarain Ganadutegia.
Pensarán muchos lectores que escribo este artículo para alabarme a mí mismo, pero lo escribo en respuesta a un comentario que me hizo una persona el otro día al saber que estoy participando en un interesante proyecto sobre ganadería y patrimonio tradicional, impartiendo charlas sobre razas autóctonas y vías pecuarias en lo institutos de enseñanza secundaria, bachillerato y ciclos formativos de la comarca de la Vera (Jaraíz, Jarandilla, Losar y Villanueva).
Esa persona me decía:
"A ti te gusta más escribir artículos que trabajar. Dando charlas de cabras el que no anduvo detrás de ellas. Deja de vivir del cuento que así está todo para reventar a cuenta de tanto cuento."
Todo escritor debe tener claro que su trabajo va estar siempre sujeto a elogios pero también a críticas y debe tener una actitud humilde hacia ambas cosas sin centrarse sólo en los elogios y analizando las críticas para poder mejorar.
Si traducimos esto a un lenguaje pastoril, que es lo propio de este blog, podemos tomar un viejo dicho pastoril como ejemplo:
Quien tiene ovejas, tiene pellejas.
Esto significa que todo pastor puede tener suerte con sus ovejas y que algunas paran 2 o 3 corderos e incluso que paran 2 veces al año, pero también puede tener ovejas que aborten, que pierdan a su cría o que mueran víctima de los lobos y de cualquier otra causa, recogiendo sólo la pelleja de la oveja que antaño se salaba y colgaba en el chozo esperando la llegada del pielero para vendérsela.
El autor con las ovejas de Jesús Carreras.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
No suelo dar mayor importancia a comentarios de este tipo pero el del otro día la verdad es que me sorprendió mucho porque vino de una persona que, sin ser lector asiduo del blog, sí que lee de vez en cuando algún artículo y conoce perfectamente mi trabajo, siendo además una persona que entiende mucho de ganadería y agricultura y que es gran defensora de la cultura tradicional.
Fíjese el lector si daré importancia a la gran labor que realiza esa persona que, en más de una ocasión, me he ofrecido a escribir un artículo sobre su actividad agropecuaria y cultural.
Es muy cierto que, a diferencia de mi abuelo Juan o de muchos de mis antepasados, no he andado detrás de las cabras soportando los rigores meteorológicos, ni me ha tocado estar horas ordeñando para bajar la leche o el queso al pueblo a cuestas o a lomos de un borrico, o pasar la noche en la majada durante la paridera...pero creo que todos estos años conviviendo con cabreros y realizando investigaciones sobre el tema, me han servido para saber y entender algo de cabras y poder dar charlas sobre el tema.
Igual que un arqueólogo no estuvo presente cuando los neandertales pintaron en nuestra cacereña Cueva de Maltravieso o un profesor de Historia no estuvo presente cuando Colón descubrió América y ambos se lo pueden explicar a otras personas, creo que yo puedo hacer algo parecido con las cabras.
Considero que tengo la capacidad para hacer lo que hago y valoro especialmente el poder llevar de alguna manera la cabra y la cultura cabrera a distintos colectivos y de una manera especial a los alumnos de institutos y colegios.
El citado comentario que me hizo esa persona el otro día y que, al menos a mi juicio, fue si no malintencionado sí inadecuado, no sirve para que me rinda y deje de investigar y escribir sobre cabras y cabreros sino que me anima a hacerlo todavía con mayor profesionalidad como homenaje a todos los cabreros y sobre todo como homenaje a mis antepasados cabreros pues me siento plenamente un....CABRERO SIN CABRAS.
Con las cabras de Jacinto Torralvo.
Recreación para un documental.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Nota final:
Pasase lo que pasase, hoy 26 de diciembre de 2024 que es la festividad de San Esteban protomártir al que tengo una gran devoción, tenía pensado publicar un artículo sobre cabras y rendir así un homenaje a la memoria de mi tatarabuelo Esteban García Castañares (1872-1952) nacido en Guijo de Santa Bárbara (Cáceres) el 26 de diciembre de 1872 y fallecido en Jarandilla de la Vera el 12 de mayo de 1952, siendo hijo, nieto, bisnieto de cabreros....y que tras permanecer 11 años en Manila como militar, regresó al pueblo para casarse y continuar con el oficio familiar de cabrero, teniendo su casilla y corral en la finca de La Cerquilla.
Las circunstancias han sido las que han sido y ha habido que hacer un artículo sobre cabras y cabreros pero un tanto diferente a la idea original, pero estoy seguro que si mi tatarabuelo, que era un hombre sumamente culto e instruido, lo leyese, diría orgulloso que: mi tataranieto es un CABRERO SIN CABRAS.
Junto a la casilla de mi tatarabuelo.
(c) Alonso de la Calle Hidalgo.
Fdo: Silvestre de la Calle García, EL CABRERO SIN CABRAS.
Interesante Artículo…
ResponderEliminarGracias por tu trabajo, unico, de difusión sobre la cabra y la vida de los cabreros!!!
Muchísimas gracias.
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